Confesiones de ̶l̶ ̶p̶a̶d̶r̶e̶ Arturo: “Charlotte’s Gym” parte 5

Quinta parte.

Continuamos con las historias.

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Un nuevo día de entrenamiento, ya ha pasado casi 2 semanas desde que Celi se había ido de viaje con su abuelito. Pero yo no estaba perdiendo el tiempo, el proyecto Mia seguía y estaba rindiendo grandes frutos.

Fue una semana donde tuve acceso carnal constante sobre Mia, la sodomicé varias veces por clase suspendida. Mia no tuvo problemas para que la dejaran quedarse a entrenar a pesar de que las practicas grupales estuvieran pospuestas hasta el próximo lunes. Aquel lunes donde se suponía que regresaría Lisa.

Sin embargo, digo se suponía para aclarar que esto no iba a suceder, oh no! Tony ya lo había planeado todo. Gracias a sus contactos Tony siempre lograba que las chicas mayores de su gimnasio participen en las competencias nacionales y en esta ocasión se venía un mes con varias competencias en distintas categorías y lugares. Al tratarse de un viaje grupal, Tony decidió que lo mejor seria que Lisa acompañara a las niñas de las distintos grupos, a excepción de las mas pequeñas cuyas categorías recién comenzaban el próximo mes.

La preocupación de las madres que eran muy seguidoras del gimnasio fue quien se encargaría de las menores el tiempo que Lisa estuviera de gira con las mayores. Tony les dijo que el mismo se encargaría de todas las niñas menores así como de las que no participaban en las competencias y que se iba a agenciar de un “ayudante” de su entera confianza para mayor comodidad.

Era normal pensar que las madres asistieran para ver quien era el nuevo profesor, sin embargo el cabrón de Tony también tenia planeado esto. Arguyo una excusa de una queja municipal en las que le demandaban un trámite adicional para mantener abierto el lugar, por lo cual mientras realizaba dicho trámite el gimnasio debería permanecer cerrado. Sin embargo, era necesario continuar con las practicas por lo cual acordó con las madres que solo las niñas podrían entrar durante el siguiente mes.

En la primera clase de este Lunes Tony me presento con las niñas como su igual dándome autoridad sobre ellas. Les indico las maniobras que deberían practicar conmigo antes de irse con las otras nenas mayores, tal como estaba dispuesto todo era una pantalla. Yo era el verdadero encargado de las mas pequeñas, un sueño hecho realidad, estar rodeado de todas esas niñas con cuerpos bien trabajados para su corta edad.

Por fin podía manipular sus tiernos cuerpecitos bajo la excusa de estirarlas, enseñarles nuevas posiciones y piruetas que las nenas aprendían con facilidad. Mia colaboraba muy bien y animaba a las demás niñas a obedecer mis instrucciones, como os dije se había convertido en la líder de su grupito de niñas gimnastas. Y estaba ansiosa por continuar siendo tan admirada por las otras niñas por lo cual esperaba ansiosa nuestras “lecciones” después de las prácticas.

Y estas “lecciones” no solo la favorecían; de mi lado también aprendí a capitalizar esto en conocimiento. Puedo decirles que la mejor forma de aprender sobre algo es enseñarlo y el enseñar gimnasia a niñas (lo cual al comienzo me trajo algunos errores) me permitió conocer bastante de su mundo y desempeñarme como un entrenador de gimnasia aficionado para niñas de primaria. Esto sumado a que la ayuda y consejos de Tony fueron un gran aporte para mi aprendizaje.

Si bien al principio Mia se sintió confundida la primera vez que la penetre, pero con el paso de la primera semana todas sus dudas se despejaron. Me aproveche de su inocencia y la poca atención de sus padres (ambos de mucho dinero) para convertirla en mi juguete sexual.

Y es que Mia era muy manipulable una vez que agarraba confianza, Celi la protegía por eso, de seguro se dio cuenta que si lograba dominarla la nena jamás se opondría ni sospecharía de mis ordenes. Y después de una semana de dominación sobre la pequeña blanconcita, la instruí para concentrarnos en nuestro siguiente objetivo en el proyecto ”LITTLE GIRL GYMNAST *****”

Nuestra atención se centro primero en Lizzy, en realidad primero pensaba en Celeste ya que era la mas entusiasta con los ejercicios. Incluso se dejaba tocar mucho mas que las otras niñas. Hubo un momento que pude deslizar mi mano sobre su panochita sin que dijera nada, al contrario se rio juguetonamente. Pero para mi mala suerte, la nena estaba en exámenes por lo cual no la dejaban quedarse hasta tarde.

Lizzy se quedó conmigo después de clases, Tony logro convencer a su mama de que si practicaba mucho podría viajar para las competencias. Así que junto a Mia y a esa nueva niña pudimos refugiarnos dentro de aquel cuarto tras el pasillo, testigo de como 2 niñas gimnastas eran utilizadas para saciar mis bajos instintos.

Hoy las nenas llevaban dos leotardos preciosos, Mia con uno color azul marina mientras que Lizzy era color de varios colores. Niñas tan hermosas y vistiendo tan sexy eran capaces de excitar a cualquier amante de las niñas y yo no era excepción.

Acariciaba a ambas nenas recorriendo sus hermosos trajes, baje por sus espalditas hasta llegar a sus colitas preciosas… si bien es cierto que Mia fue mi obsesión durante toda una semana de lujuria, ahora estaba prendado de Lizzy, con 7 añitos recién cumplidos poseía una figurita delgada pero con una colita respingona.

Manoseando las colitas de ambas niñas se notaba una clara diferencia a favor de Lizzy quien a esa edad podía competir con Anita quien también era muy nalgoncita en ese entonces. Pero la colita de esta niña de cabello dorados no saldría virgen aquí, no señor. Hoy había venido tan hermosa con ese leotardo y llevando su cabello en dos trenzas que desde que la tuve en la practica grupal me había decidido que hoy me cogería a esa culoncita.

-Lizzy…ufff… dale, hazlo tu solita…- le digo apartando a Mia.

-Pero profe… yo también quiero…- se queja la blanconcita.

-Vamos a dejar que ella lo intente…¿Vale?- pregunto y Mia asiente obedientes-… Ahora.. podrás hacerlo Lizzy?-pregunto dirigiéndome esta vez a la culoncita.

-Si, profesor. Lo intentare…-contesta Lizzy tomando mi verga con sus manitas.

Sus manitas tan suaves masajeaban mi miembro subiendo y bajando por el tronco. Lizzy abrió su boquita y engullo mi verga dejándola ensalivada, le dio besitos en la punta bajando por el tronco hasta mis bolas.

Mia miraba todo el espectáculo desde su lado tomando el mando del vibrador apretujado a su panochita por el leotardo. Lizzy seguía en lo suyo succionando mi miembro tal y como la blanconcita le había enseñado ayer.

-Ummm…mmm…- murmuraba Mia subiendo la intensidad de su vibrador.

No me conforme con las chupadas de Lizzy y comencé a manosearla mas descaradamente. Abrí su leotardo por la parte de las pompis solo para observar aquel aro que sobresalía de su anito. Ya tenia varios minutos con las bolas chinas dentro de su colita dilatándola para el gran día, aquel día por el que espere toda una semana.

Y es que los primeros días repetimos con Lizzy la misma rutina del proyecto Mia, logrando que se adaptara cada vez mas a mis tocamientos libidinosos. La nena blanconcita fue un gran apoyo logrando que la nalgoncita normalice todo: mis caricias en sus partes privadas, mis besos y desnudarse frente a un adulto que acababa de conocer. Allí fue que pude ver esas nalguitas redondas y tan hermosas como me gustan… ¡que delicia de niña!

Al principio era casi tan tímida como Mia, quizás por eso tenia en mente a Celeste antes que a ella, sin embargo Mia al convertirse en mi “amante” me obedecía en todo y fue un gran apoyo, incluso mas de lo que en su momento había sido Celi. Ella mismo le ayudó a quedarse desnuda y mostrarme aquella niña tan preciosa frente a mi.

Pero aparte de tímida también muy seria y bien educada, al punto que a veces le reprochaba a Mia la confianza que me tenía, aunque como os conté con el paso de los días pudimos hacer que se suelte más.

-Muy bien preciosa… uff… lo haces muy bien…ohhh..- exhalo tomándola de las trencitas y cogiéndome su boquita de ángel.- Ohhh… ohhh….!!!

Podía escuchar de fondo los gemidos de Mia, que de seguro había subido mas la intensidad del vibrador, toda la situación la había puesto muy caliente igual que a mi.

-Ohhhh..ohhhh…OHHHH!!!!- exhalo eyaculando dentro de la boquita de ángel de Lizzy.

-Ahh…aghhaahh…-la pobre niña se atraganto un poco al tragar mi esperma.

-Tranquila… ufff.. bien Lizzy… lo hiciste bien…

-Profe… me toca… me toca…- me llama Mia jalándome del brazo. Estaba completamente desnuda señalando el aro que sobre salía de su rajita. Tenía un consolador dentro desde que comenzamos a entrenar.

-Muy bien preciosa…- contesto pajeando mi miembro aun erecto. La situación lo ameritaba por lo que utilizar un poco de Cialix no estaba de más, gracias a ello aun podía mantener una erección frente a mis niñas.- Veamos…

Jaló del aro y sacó el consolador dentro de su rajita, mientras yo me quite la remera que llevaba ya que el calor de todo me tenía sudando como un puerco.

-Profe… hoy hagámoslo por aquí…- me dice Mia colocándose de costado sobre la colchoneta y estirando su piernita.

-Uy!! ¿Estas segura?- pregunto relamiéndome al ver como ofrecía su panochita blanquita.

-Si, profe…ya no me duele tanto y practiqué los ejercicios que me enseñó…

-Muy bien, preciosa…Yo también quiero abrir tu panochita y mostrarle a Lizzy como juegan los amantes…-afirmo mirando a la culoncita quien nos sigue de cerca muy curiosa.

Derramé lubricante sobre mi verga y lo apunté hacia su rajita.

-Ayy… ahhh!!! AHHHH!!!- gime Mia cerrando sus ojitos mientras aguantaba como mi miembro avanzaba en su vaginita.

-ohhh… Uff… – bufo sosteniéndola de su piernita.-…que estrecha aun estas bebe… Ohhh…ohh…

-Ayyy!!! …Profesor, yo no soy una bebe…ahhh…- me reclama Mia.

-Claro que no , preciosa… Ohhh… que linda rajita tienes… Ohhh- exhalo entrando en aquel glorioso agujerito tan estrecho como la semana pasada.

En ese entonces, valiéndome de un espéculo logré abrir su rajita al máximo para perforar aquella dulce membrana que preservaba la virginidad de aquella niña blanconcita.

-Ahh…. Ahhhh!!!-gime Mia arañando como podía la colchoneta.

-Ufff… muy bien Mia… Ufff..-bufo sacando mi miembro suavemente para luego empujarlo dentro de su rajita depositando todo mi peso sobre ella. Lizzy nos miraba con la boca abierta de la sorpresa y pasándose el huevo vibrador en su rajita.

Si bien es cierto que una sola niña experimentando con un adulto puede sufrir algún trauma, todo esto se disipa si tienes una cómplice tan devota como Mia. Dispuesta a dejarse coger frente a otra niña, contenta por experimentar “juegos para nenas mayores”, vanidosa por ser la mejor de toda su clase a costa de entregar su cuerpecito a su profesor de gimnasia.

Entrando y saliendo una y otra vez de la rajita de Mia comencé a perderme en aquel placer prohibido, dándole lentamente por varios minutos hasta que no pude resistir más y acabé vaciándome dentro de ella.

-Ohhhhh…Ohhh!!!-exhalo llenando su panochita con la primera carga de mi esperma.

-Ahhh…. Profeee…-gime Mia cuando aflora de su rajita aquel liquido blanco. La niña no pierde el tiempo y toma lo restante con un dedo para llevárselo a su boquita.

-Muy bien, Mia… Así es, que ninguna gota se desperdicie, cierto Lizzy?- pregunto mirando a la culoncita.

-Ay.. profe!- ríe Lizzy. La nalgoncita nunca desperdiciaba nada, era una mamoncita natural.

La presencia de una niña como Mia era muy importante para lograr mis propósitos con Lizzy, sin embargo, no era mi única estrategia…

-Ven aquí, preciosa..- la llamo y la nalgoncita se acerca dando saltitos sobre la colchoneta. La tome de los hombros y le baje su leotardo dejándola tal y como Dios la trajo al mundo.- Uy!! Que preciosa niña gimnasta…- le digo al tempo que aprovecho para besarla.

-Gracias, profe…Jijiji…-ríe Lizzy cuando empecé a bajar mi lengua desde sus labios hasta lamer sus tiernos pezoncitos mientras mis manos bajaban por su espaldita manoseando todo su cuerpito hasta sus turgentes nalguitas.

La tomé de sus manitas para luego echarla sobre la colchoneta, mi verga ya estaba reventar por esa niña nalgoncita.

-¿Estas lista, mi amor?- pregunto haciéndome una paja frente a la niña. La nena asiente abriendo bien sus piernitas adoptando la pose del misionero tal y como habíamos practicado ayer.

-Mia…Alcánzame ese frasco de la mesa…-le pido a la niña que se recuperaba a un costado.

-¿El frasco mágico, profesor?- pregunta la blanconcita.

-Si, preciosa…Vamos a darle una probada, para que no le duela…- contesto mientras ayudo a Lizzy a estirarse muy bien abriendo su anito que quedaba a la vista

-Siii… siiii..- se entusiasmo la culoncita-…deme del frasco mágico, profesor.

-Ve! Otra que ya se envició con el frasco…-le reprocho a lo cual la nena sonríe. Y es que para manosearla directamente y obligarla a chupar mi verga junto a Mia, tuve que permitirle una probada del frasco mágico.

Lizzy le dio dos aspiradas pero se quedó mucho tiempo con el frasco…

-Esta niña!!- le reclamé asustado verificando que no se le hubiera pasado la mano.

-Jijiji… el frasco… el frasco mágico… sii. Jijiji…-ríe nuevamente Lizzy rodando sobre la colchoneta de un lado al otro. La retuve para que no se moviera pero era harto complicado ya que estaba muy movida por la droga, la tenia muy inquieta.

Yo ya estaba fuera de mi, ansioso por clavar mi miembro en esa culoncita, deseaba ponerla en misionero para comenzar la copula y fue en uno de esos jugueteos que de pronto la nena se voltea quedando boca abajo con su colita paradita.

Demonios, pero que nalguitas tan paraditas, revivieron todos mis recuerdos con Anita y Katy cuando tenían 7 añitos y las innumerables cogidas que les di.

-Traeme esa almohada, Mia!- le ordene a la blanconcita que nos miraba. Coloque la almohada de bajo de Lizzy para que de esa forma quedara en pompa. Abrí sus turgentes nalguitas y derramé saliva en su anito aun dilatado por las bolas chinas.

-Jijiji… El frasco mágico…el frasco mágico …- canta Lizzy mas juguetona ahora que estaba desinhibida. Una niña tan seria ahora estaba completamente vulnerable ante un depravado como yo.

Su colita era mi obsesión y sabia que lo mejor era cogerla de a misionero, pero con lo drogada que estaba se me antojo cogérmela de a perrito.

-Profesor… pero..- pregunta Mia adivinando quizás lo que estaba por hacer y como iba en contra de nuestras planes.

Tome a Lizzy de su cinturita y apunte mi verga a su anito.

-Jijijiji…. Ahhh….ahhh..-gime Lizzy cuando mi verga empieza a forzar su esfínter.

-Ohhhhh!! OHHHH!!!- exhalo adentrándome en su colita.

¡Que delicia de niña! Sabia que iba a ser un manjar por que era caderoncita a sus 7 añitos, pero nunca se esta lo suficientemente preparado para desquiciarse por aquel placer prohibido. Una nena mas en la lista del Padre Arturo, solo Arturo a secas por ahora, pero que viviría grabada en mi mente a partir de este día, igual para ella que de seguro jamás olvidaría cuando un adulto se robaba su virginidad anal.

-Ahhh!!! Ahhhh!!! Mi colita… hay algo en mi colitaa… Jijiji… Ahhhh- gime Lizzy cuando me deposite encima de ella para lograr que mi miembro avanzara en su apretado esfínter.

-Ohhh.. Joder… Ohhh… que rico Lizzy… como aprietas bebe… Ufff..-bufo apoyando mis manos sobre la colchoneta mientras me echo encima de la niña dejándole todo mi peso sobre ella.

-Ahhh…… siii… Ahhh…si se siente rico profe… Jijij…-se ríe Lizzy para mi sorpresa.

¡Joder! Si que era efectiva esa droga, la nena estaba siendo perforada por mi verga pero ella reía, completamente divertida por la situación.

No aguante mas y decidí ir a por todo, me volví a levantar para tomarla de su cinturita y empujar lo que quedaba de mi verga dentro de Lizzy.

-OHHHHH!!!

-AHHHHH!!! AYYY!!! AHHH!!! PROFE!!!- esta vez si grito la niña. Se torció sobre la colchoneta cerrando sus ojitos y aguantando mi verga dentro de su colita.

-OHHHH!!! Joder… que rica estas, Lizzy… Ohhh..-exhalo sudando a borbotones.

Quedamos pegados buen rato mientras disfrutaba de aquella estrechez prohibida, aquel placer que invade cada célula de mi cuerpo. Hay un sabor especial en gozar de una nueva niña y sobre todo tratándose de su una niña culoncita que pronto aguantaría castigo en su colita.

-Ohhh… Joder… Ahora… ahora viene lo bueno Lizzy…Ufff- bufo sacando mi verga un poco mientras la tomo de su cinturita, Lizzy se acomodo un poco sobre la almohada pero yo le baje su cabecita para que así parara sus nalguitas.

-Ayyy!! Jijiji… profe… Ahhhh!!!-gime Lizzy cuando volví a embestir su colita.

-Ufff!! Que bien aguantas preciosa…Ohh!! Joder!- resoplo sintiendo el amortiguamiento de sus nalguitas. Adictivas y turgentes como las de mis niñas favoritas me desquiciaron rápidamente, decidí cogerme a Lizzy como si llevara días estimulando su esfínter.

-AHHH!!! AHHH!!!- gime Lizzy cuando comencé a cogérmela de a perrito.

-OHHH!!! OHHH!!! JODERR!!- exhalo cuando de pronto bajo la vista y aprecio como mi verga entraba y salía de su colita pero con una mancha de sangre.

Pero Lizzy seguía gimiendo excitada, no chillaba , no lloraba. O estaba muy bien dilatada y sus caderitas le permitían aguantar castigo a su edad o la droga era muy potente para distraerla lo suficiente. No me importaba ello, lo único en mi mente era mi deseo de copular con tan hermosa niña.

-Ohhh!! Ohhh!!

-Ahhh!!! Ayyy!!! Ahhh!!!

-OHHH!!! OHHHH!!!!!-exhalo vaciando mi tercera carga dentro de Lizzy. Le deje casi todo dentro de su culito, cuando la deje caer sobre la colchoneta se podía ver aquella mezcla de fluidos emergiendo de su anito.

-Profesor! Tome!- me dice Mia alcanzándome unas toallas. Seque a Lizzy y aplique compresas en la zona. Su anito parecía estar muy inflamado, al punto de que me tarde un rato asegurándome que estuviera bien.

-¿Cómo estas, preciosa? Ya estas mejor?- pregunto a Lizzy.

-Porfesor…profe..

-Si? Dime

-Se ve chistoso…- ríe Lizzy señalando mi nariz. Resulta que mientras le aplicaba la pomada una parte de quedo en mi nariz al destapar el frasco.

-Ve! No estas tan mal si andas haciendo bromas…-sonrío mas tranquilo.

La niña estaba bien, aunque sabia que cuando pasara el efecto del frasco se pondría muy adolorida. Si eso pasaba, le daría algunos analgésicos. Sin embargo, no había que olvidar mi gran éxito, ya que gozar de una nueva niña culoncita de 7 añitos no es algo que puedas hacer todos los días.

…………………………………

Aun me sentía algo nervioso mientras tocaba el timbre de recepción: El sol me quemaba, ya casi estábamos en verano y el astro rey se hacia sentir en todo su esplendor. Use mi pañuelo para secarme el sudor antes de que abrieran.

“-Aun sigo pensando que es arriesgado…- comenta Tony.

-Muchísimo…- asiento mientras termino de editar la insignia del ministerio en el PHOTOSHOP-…pero ya he tomado riesgos mas altos.”

El conserje del lugar abre la mirilla, me mira desconfiado en el preciso momento que señalo mi identificación. Aun con algo de nervios me apresuré a presentarme como miembro del ministerio de ******* que llegaba al colegio para una visita inopinada(sorpresa).

“-¿Sera suficiente con esto?- pregunta Tony observando mi identificación saliendo de la impresora.

-Te sorprendería lo fácil que es entrar a un colegio…- sonrío tomando la identificación -…claro, si sabes aprovechar los vacíos y conoces la normativa educativa.”

El director me recibió en su oficina, conversarnos acercar del motivo de mi visita, y luego de que no hiciera el mínimo esfuerzo por verificar mi identidad (muchos de ellos saben que pude haber alguna observación que ocultan y optan por parecer los mas amables posibles) procedí a pasar por los salones.

Había cámaras de seguridad por todos los pasillos y salones, tal y como ya lo sabía(obviamente no mandé a mi Rebeca a un lugar que no pudiera protegerla). Si bien es cierto era un colegio mixto, me preocupe en sobremanera porque pudiera estar a salvo, al parecer no fue suficiente preocuparse por lo de adentro, ya que afuera el heladero se daba gusto con mi niña. Pero por dentro todo parecía bien, aunque habían ciertos detalles que me inquietaban.

El objetivo de esta vista inopinada, tal y como le di a entender al director, era verificar las condiciones de calidad del colegio, para tal fin necesitaba tener acceso a todos los rincones del mismo y sin restricciones.

Revisé la hora, aun faltaban algunos minutos antes del cambio de hora, subí hasta el ultimo piso del colegio donde se ubicaba el salón de ciencias. El horario de Rebeca y sus indicaciones eran ciertas, este piso estaba vacío antes del cambio de hora.

Ingresé con cautela, si alguien me encontraba le diría que necesitaba observar los materiales de estudio, recorrí todos los rincones del aula mirando cada espacio o punto ciego disponible. Mi primera impresión fue que era muy pequeña, tenía dos lavaderos ubicados en la parte de atrás (presumiblemente para lavar los químicos que utilizan), las mesas de trabajo con mayólica eran altas de seguro porque el laboratorio era también para los alumnos de secundaria. Estantes en los costados donde podían verse soportes, pipetas, tubos de ensayos y otros.

Mi vista se dirigió a la cámara de seguridad, tenía experiencia colocando cámaras escondidas y sabía aproximadamente cual podría ser su enfoque y ancho. Me pareció que existían algunos puntos ciegos, sobre todo a los extremos del laboratorio.

“-Estas cámaras no tienen tanta calidad pero pasaran desapercibidas.- comenta Tony.

-Ya veo, es una lastima no usar las comunes.- respondo manipulando una de ellas que tenia forma de pisapapeles.- Pero supongo que bastará.

-Las otras pasan desapercibidas con niñas, pero ahora tratamos de engañar a un adulto, deben ser más sutiles- explica Tony. “

Después de una rápida inspección identifique los lugares ideales para instalar las cámaras sin ser fácilmente descubiertas y sin que la cámara de seguridad pudiera verme instalándolas, me acerqué a los puntos, saqué las pequeñas cámaras de mi bolsillo, ajuste los ángulos de observación, las encendí y me fui de la sala. El plan era instalar por lo menos 5, pero solo me fue posible colocar 3, nada mal.

Baje rápidamente hacia el patio, en el camino me crucé con algunos profesores a los cuales saludé cordialmente, parecían recelosos por mi presencia pero al ver mi identificación no dijeron más. Ya en el patio pude observar que desde el balcón de secundaria podría tener una vista privilegiada de los salones de primaria, subí nuevamente al segundo piso y me coloqué frente al salón del tercer grado de primaria. En el salón de Rebeca parecían terminar la lección de Español cuando sonó el timbre.

Algunos profesores cambiaban de salones, sobre todo en secundaria, aguardé unos instantes hasta observar como una figura rechoncha se adelantaba hasta el aula del tercer grado. Pelón y canoso, con evidente sobrepeso además de ser algo bajo, el Sr. Córdova abrió la puerta del aula y todos los niños y niñas formaron fuera del aula y lo siguieron por el pasillo hasta subir al aula de ciencias, sobre todo mi Rebeca quien al ser la mayor iba al ultimo de la fila de niñas. Mi niña igual que las otras iba con su remera blanca y un mini de deportes ya que hoy le tocaba educación física y luego su entrenamiento de vóley, pero para ella ese minileggin le quedaba muy apretado en sus caderas de mujer.

Este objetivo ya estaba, mi siguiente destino era el salón la clase de Ingles. El profesor Pablo, como lo llamaba Rebeca no parecía muy sospechoso durante sus clases; fue una lástima pero no pude acceder y colocar cámaras sin ser visto ya que nunca salió del salón, incluso durante el recreo les tomó un examen a dos alumnos que al parecer no habían podido rendir con sus otros compañeros.

Cuando finalizó la segunda hora y dio el recreo de primaria, todos los alumnos y profesores bajaron al patio. Subiendo evité encontrarme con el saló de Rebeca, iba nervioso por saber si mis cámaras pasaron desapercibidas. Al llegar, el aula ya estaba vacía y fue un alivio encontrar todas mis cámaras exactamente donde las dejé.

El resto del día, opté por recorrer todos los ambientes, un par de veces volví a cruzarme con el director quien no escatimó tiempo en explicarme como trabajaban con los niños y adolescentes. Cuando me di cuenta que ya no podía espiar más de mis dos objetivos a “inspeccionar”, opté por despedirme del director no sin antes comentarle que todo estaba en orden. Fue un alivio salir de dicho lugar con las pruebas necesarias.

Caminé varias calles hasta llegar al estacionamiento de un minimarket donde dejé el auto de Tony. Descargué los videos a mi portátil y los reproduje todos a la vez usando una aplicación de mi store.

En primera escena pude verme dejando la cámara, adelanté el video hasta cuando los niños llegaron al aula. Tal y como me contó Rebeca, los grados menores no usaban bata de laboratorio (algo que me pareció extraño ya que cuando trabajaba en el colegio parroquia la pedíamos para todos los grados en clases de ciencias). Se juntaron en grupos, principalmente de niñas y niños por separado; tal y como predije el aula era muy pequeña para veinte niñ@s quienes para moverse entre grupos a veces se empujaban.

El profesor Córdova se colocó en la parte central y empezó a explicarles lo que iban a hacer. Aumenté el audio al máximo ya que podría escucharlo cuando los niños hicieran silencio. La experiencia de hoy era crear un semillero. Algo simple, pero elemental para su grado.

Me dediqué a observar el trayecto del profesor por el aula y me pareció que cuando se acercaba al grupo de las niñas el tipo se pegaba mucho a ellas, era razonable ya que el ambiente era muy angosto y estas se habían colocado cerca de los estantes. En general (aunque actualmente a veces es mal visto), es común tocar a tus estudiantes cuando trabajas con ellos, algunas manos en los hombros, espalda pero sin ir muy lejos claro. Me pareció que cuando pasaba cerca de alguna acostumbraba a moverlas tomándolas de los hombros, como pidiendo permiso al pasar, pero como dije era difícil distinguir mala intención a simple vista, sobre todo porque todos estaban apretujados.

Desde el ángulo de mis cámaras no podía ver con claridad a los primeros grupos compuestos por niños, sin embargo para el grupo de mi Rebeca (quien siempre se iba a la parte de atrás con sus mejores amigas Melina y Miriam junto a otras 2 compañeritas) coloqué dos cámaras que me daban una visión perfecta. Mi niña me contó que a Melina y su grupo les gustaba esa lugar porque estaban más cerca de los lavabos.

Después de mirar el video por unos minutos, no parecía ocurrir nada extraño y estaba por llegar a la conclusión de que todo era una pérdida de tiempo, sin embargo al seguir adelantando el video me detuve casi al final:

El profesor se movió hasta llega cerca de los lavabos (al costado de mi Rebeca) mientras revisaba el trabajo de las niñas. De pronto, llamo al primer grupo que estaba más cerca, los niños se acercaron con su semillero y lo dejaron cerca de los lavabos. Aun había algo de bulla del salón, pero me pareció que les dijo que comenzaran.

Los niños hicieron una breve explicación de como habían realizado la experiencia, que materiales usaron, el tipo de semillas y otros detalles. Cuando terminaron, le tocó acercarse al siguiente grupo y así sucesivamente, cada vez que un grupo terminaba se dedicaba a anotar las instrucciones del profesor y luego se movían curiosos a mirar como el otro grupo exponía.

Como los del primer grupo querían ver empujaron al grupo de niñas y al profesor pegándolos entre sí, pero el tipo no se aparto del lado de mi Rebeca.

El segundo grupo comenzó a explicar como lo habían hecho captando la atención del grupo de mi niña (que estaba muy cerca) cuando la segunda cámara me muestra como el profesor hace un amague de apoyar su mano sobre la mesa y en su lugar pasa su brazo detrás de mi Rebeca, la abraza de costado colocando su mano en la cintura de la nena. El tipo comienza a acariciar aquellas curvas majestuosas de mi niña que se delineaban muy bien en su minileggin de deportes.

Anonadado, continué observando como al parecer nadie se daba cuenta ya que la mesa era alta para que se vieran sus manos y Rebeca parecía seguir concentrada mirando al segundo grupo. El tipo acariciaba la cinturita de mi niña con total descaro sin recibir alguna oposición de su parte.

Cuando acabó el segundo grupo, el profesor (sin moverse del lado de mi niña) dio unas indicaciones pero tampoco nadie le reprochó nada, aun cuando el depravado no cesó sus manoseos amparado por el alto de la mesa que lo cubría.

Le tocó el turno del tercer grupo y más niños se amontonaron en la ultima mesa, el grupo de Rebeca que ya había terminado la experiencia dejó su semillero y se cambiaron de lugar para presenciar la exposición del tercer grupo, todas menos mi Rebeca que seguía aprisionada de la cintura por su profesor. Ambos se colocaron detrás de un grupillo de niños amontonados contra el lavabo; mi Rebeca apenas tenía un cachito de espacio para mirar y se movía aun abrazada buscando un mejor ángulo.

Fue allí que el tipo movió su mano desde la cintura de mi niña hasta llegar a masajear directamente su culazo de mujer. El tercer grupo exponía pero lo único que me interesaba era como aquel profesor le manoseaba sus nalgotas a mi niña. Subiendo y bajando su mano por aquel deseado derriere de mujer en el cuerpo de una niña de 9 añitos, tan campante como si estuviera acostumbrado a jugar con las curvas de mi Rebeca, de seguro no era la primera vez que lo hacía. Maldito infeliz, pensaba sintiendo la furia hervirme la sangre pero muy en mis adentros toda esta situación me excitaba a montones.

El tipo no solo acaricio sus nalgotas, sino que llego un momento en que comenzó a apretarlas para sentir su turgencia, fue allí que finalmente mi niña volteo a mirar. Pensé que de seguro le preguntaría porque la manoseaba y el tipo se detendría, pero estaba sobreestimando a Rebeca. El profesor simplemente le llamó la atención para que mantuviera la vista hacia delante observando la exposición del tercer grupo. Pobre mi niña, tan tontita como es también era muy manipulable.

En fin, finalmente llegó el turno del grupo de mi Rebeca. Como todos excepto ellas habían terminado, se amontonaron más aun llenando la parte de atrás del salón. Esto jugó a favor del depravado profesor quien llevó a mi Rebeca hasta pegarse a la pared, alejándola de su grupo. Según mi niña esto era porque la que exponía siempre era Melina y el profesor no quería que distraiga a las demás. ¡Menudo cabrón!

Tomándola de los hombros se colocó detrás de mi niña a quien le señaló que observara la exposición de su grupo y no volteara a mirarlo. Si cuando la tenia abrazada estaban muy juntos, ahora estaban prácticamente pegados cuerpo a cuerpo. El profesor solo era un poco más alto que mi Rebeca pero lo suficiente para observar la exposición desde muy atrás. Por momentos, parecía mirar como si alguno de sus estudiantes sospechara hasta que desde su lugar le indicó a Melina que comenzara a explicar y a los demás a que prestaran atención.

Todos hacinados en ese pequeño espacio observando como Melina exponía, mi Rebeca no veía bien, peor aun ahora que estaba al fondo pegada a su profesor, así que seguía moviéndose buscando un buen lugar y en uno de sus intentos por buscar un espacio se inclinó casi subiéndose sobre la mesa y de esa forma quedó en pompa dejando su enorme culazo a merced del depravado detrás suyo. El profesor Córdova ni tonto ni perezoso, se apresuro a pegar su pelvis al rabo de mi niña, punteándola descaradamente.

No pude más, miré a los costados y como no había nadie en el estacionamiento, bajé mi cierre y comencé a hacerme una paja observando como mi niña era punteada por aquel rechoncho profesor. Si bien el heladero la había punteado, fue apenas unos segundos, en cambio la explicación de Melina duro un par de minutos en los cuales el depravado no solo aprovecho para puntearla: hubo momentos en los cuales podía distinguir que ambos se movían, el tipo empujaba suavemente con su pelvis rebotando en el culazo de mi niña. Si alguien miraba atentamente parecía como si se la estuviera cogiendo con ropa.

Incluso fingió mirar más de cerca la demostración de Melina y se le encimó colocando sus manos sobre los hombros de mi niña. ¡Joder! ¡Tant@s niñ@s apretujad@s mirando a Melina y nadie se daba cuenta de como abusaban de Rebeca!. Y hasta ahora mi niña nada de nada, solo se quedaba inclinada hacia adelante con su cabeza apoyada sobre la mesa entregando su culazo al depravado profesor que se aprovechaba de su inocencia para gozar de esa niña nalgona.

Después de unos minutos, Melina terminó de explicar y todos regresaron a sus lugares. El profesor se apartó de mi Rebeca no sin antes darle unas últimas palmadas en su culazo; mi niña volvió a voltear pero pareció no darle importancia al manoseo y regresó a su sitio para tomar su cuaderno y anotar como el resto de sus compañerit@s.

Finalmente sonó el timbre y todos los niños y niñas bajaron al patio dejando al rechoncho profesor dentro del aula. Guardé mi miembro dentro del cierre y adelanté el video hasta poder observarme entrar y retirar las cámaras.

Reflexioné unos momentos, este hecho confirmaba mis sospechas acerca de cómo el profesor de ciencias (Acacio Córdova), aprovechaba su posición para acosar sexualmente a mi Rebeca. Me quedaba claro que mi niña no estaría nunca a salvo de algún adulto que quisiera aprovecharse de su desarrollada figura, pero nunca pensé que justamente fuera en un colegio tan vigilado como el que escogí cuando la trasladé.

Mis dudas con este tipo comenzaron luego de que mi niña me contara que tenía problemas con sus notas en ciencias, que por ellos su profesor la “vigilaba” para que no se perdiera durante la clase y la tenía muy cerca para que no

Al igual que con el heladero, dudaba mucho que se hubiera atrevido a algo más que manosearla, pero era obvio que ganas no les faltaban.

Apagué la laptop, tomé mi mochila y me dirigí hasta el baño del minimarket, me cambié rápidamente el terno por algo más casual. Aun hacia calor pero no tuve otra opción que ponerme un saco holgado, lentes oscuros y una gorra para que no me reconocieran mientras me estacionaba cerca al portón de salida.

Conduje el auto hasta estacionarlo muy cerca del portón. Aun faltaba mucho pero decidí esperar la salida, sin embargo en el tiempo que estuve detenido pude reconocer al dichoso heladero frente a su negocio. Poco a poco comenzaron a llegar los padres que recogían a sus niños. Rara vez pasaba alguien a comprarle al heladero, sin embargo cuando sonó el timbre de salida muchos de los niños pedían que les compraran un helado, otros entraban en su tienda y los atendía. Sin embargo hubo un chico mayor que entro a la tienda junto a una niña, ambos vestían el uniforme de colegio. Aguzando la vista pude confirmar que la niña era Miriam, la amiguita de Rebeca, pero no podía distinguir al chico quien por la remera que llevaba parecía del ultimo año de secundaria.

Ambos entraron a la tienda saludando al heladero con un beso en la mejilla y cruzaron una puerta detrás de la caja. Poco después el joven salió a ayudar al heladero con las ventas. Tal parece que ambos vivían con el tipo, tal y como me contó Rebeca. Una vez que la mayoría de padres y niños se fueron, volvió a quedar solo el heladero frente a su negocio.

Paso 1 hora y volvió a suceder lo del viernes pasado, finalmente se abrió el portón para que las niñas del club de vóley salieran. Entre ellas estaba mi Rebeca, quien siempre iba con Melina, ambas se acercaron nuevamente con el heladero que las miraba desde que salieron. Conversaron un rato mientras el tipo animaba a las niñas a entrar.

De pronto apareció Miriam, pero ahora estaba cambiada, llevaba su cabello recogido en una cola de caballo y para mi sorpresa una minifalda muy corta, recibió a sus amigas y entraron dentro de la tienda mientras el heladero las seguía de cerca con una sonrisa en su rostro.

Esta pequeña tienda solía cerrar algunas tardes, casi por espacio de 1 hora antes de volver a abrir. Que casualidad que fuera siempre cuando un grupo de 2 niñas de primaria llegaran a comprar. Y ya casi era la hora.

Esperé a que el último cliente saliera y no se viera a nadie cercano de ella, salí del auto, lo aseguré y me acerqué a la tienda. Justo cuando estaba por ingresar, fue que apareció el chico en el mostrador de la puerta. Se lo veía con una vara que se utilizaba para correr las persianas de la tienda.

-Buenas tardes, señor ¿se le ofrece algo?- me pregunta el chaval.

-Quiero… una gaseosa- respondo pasando de largo hasta ingresar donde se encontraba la vitrina de las gaseosas. El chaval me siguió de cerca mientras examinaba la vitrina.-… también algunas frituras…- comente mientras me acercaba pasando por varios rincones de la tienda tratando de tomar varios productos.

Pude distinguir la puerta detrás del sitio donde estaba la caja, el chaval se retiró hasta esta para cobrar. Me acerque con todos los productos rebalsando mis brazos para dejarlos sobre el aparador y el chico comenzó a guardarlos en bolsas.

-5000?- se extraña el chico al recibir el billete.

-Sí, acabo de salir del banco, ¿Tendrás cambio, no es verdad?-pregunto usando una voz fuerte.

-Pues la verdad no… creo que no…- comenta el chico revisando su caja.

-Dale chaval, de seguro lo puedes cambiar…-le pido pero con un dejo de orden en mi voz, para inducirlo. Era natural que en una tienda tan pequeña no tuvieran el cambio suficiente, pero quizás si compraba muchas cosas lo animaría a dejar su negocio para ir por cambio-… En la otra calle hay varios negocios.

-Veré si el tendero de la vuelta puede darme algún cambio…

-Aquí te espero, quizás me anime a comprar algo más..-respondo rápidamente rogando porque no consultara con nadie más. ¡Funcionó! El chico asintió y dejo la caja para dirigirse a la salida.

-Si va a comprar algo mas póngalo al costado de las bolsas…-pide el chico ya en la calle.

Lo seguí un momento con la mirada, y volví rápidamente hacia la caja, di vuelta y abrí la puerta detrás de ella. Tal y como Rebeca me había contado, el pasillo seguía directo hasta llegar a un almacén. Sin embargo, no era cualquier almacén… Me quedé de pie en el umbral de la entrada procurando no ser visto.

-Miriam párate de este lado…- pide Melina moviéndose.

-Ayyy… Cuidado que me pisas…-protesta esta.

-Yo quiero ir al centro…-pide Rebeca muy entusiasmada.

-Que no culoncita… tu siempre vas al centro porque mi tío…

-Niñas… niñas…- interrumpe el heladero-… Voy a comenzar con la grabación… Ya no se peleen y dejen a Rebeca ir al centro…

-Pero tiooo..

-Pero tío nada, pórtese bonito o te doy unas buenas nalgadas…

-¿Junior no vendrá a vernos bailar?- pregunta mi Rebeca.

-Debe seguir atendiendo en la tienda… ¿A poco lo extrañas? Wuuuuhh…- la molesta Melina.

-Niñas!!- levanta la voz el heladero y las tres se formaron.

Un rápido vistazo me permitió observarlas detenidamente. Rebeca y Melina debieron cambiarse muy rápido ya que ahora iban vestidas igual que Miriam: Una minifalda negra y topcitos celestes muy apretados que delineaban las figuras de las 3 niñas.

De pronto sonó la música y la grabación comenzó, la transmisión del Canal “Mini Spice Girls” había comenzado.

…………………………………….

El cielo color naranja me indicaba que la noche no tardaba en llegar. De pronto, sonó la campana y todas las alumnas salieron de las aulas hacia el patio principal. Yo me encontraba de pie junto al pasillo que daba hacia las oficinas, vestía la sotana del viaje a la capital junto a mi maletín de trabajo, cuando de pronto me vi abordado por decenas de niñas y adolescentes (muchas muy hermosas y bien tratadas) que pasaron por mi lado hablando entre sí, muchas de ellas saludándome respetuosamente con un “Buenas tardes, padre”.

Había niñas de todos los colores: algunas de cabello negro, castaño o rubio, pero todas llevando su uniforme con sus trenzas francesas obligatorias para los grados.

Me abrí paso entre varias de ellas, buscando alguna figura de autoridad que acabara de salir de las aulas, pero todo lo que veía eran alumnas yendo de un lado al otro, no divisaba algún maestro en el patio. Continúe avanzando y cerca de un grupo de tres niñas logré ubicar a Isaías, me adelanté y este no tardó en divisar mi llegada. Con una seña me indicó que le esperara justo cuando terminaba de conversar con tres tipos muy mayores. Llevaban sotanas pero de un corte distinto al nuestro.

-¡Pardiez, muchacho!- rebuzna Isaías espantando al par de niñas que caminaban cerca-… Vaya lio, me has metido…Caminemos…anda…

-¿Por qué lo dice?- pregunto extrañado mientras salíamos a un pasillo mas despejado. Voltee hacia atrás solo para ver que los clérigos que estaban Isaías ahora conversaban con un par de alumnas que no alcancé a distinguir.

El Padre comenzó a relatarme como el Cardenal se había quedado prendado de Celia, a tal punto de asegurarle que requeriría de ella durante su próxima visita a nuestro país. Esto me puso algo nervioso, no esperaba que se obsesionara tanto con ella. Quedé con Isaías que le confirmaría si era posible y claro no le iba a salir nada barato el favor.

Subimos las escaleras hasta el segundo piso del pabellón del internado. Durante las mañanas estaba vacío ya que todas estaban en clases. Según me contó Isaías, algunas alumnas dormían en sus casas pero la gran mayoría permanecía en el internado.

En el último pasillo llegamos hasta la puerta más escondida, el Padre la abrió e ingresamos. Por un instante quede deslumbrado por todo el lujo. Si bien el internado no contaba con muchos lujos esta habitación si que los tenia: alfombrado y bien decorado, una cama tamaño matrimonial, TV de 50 pulgadas adosada a la pared, un ropero lujoso y otros.

Echadas sobre la cama, Anita y Linda terminaban de arreglar a esta última. Amabas niñas ya no llevaban sus uniformes, incluso se soltaron sus cabello de las tradicionales trenzas francesas. Linda llevaba una blusa y falditas blancas a juego, mientras que mi Anita tenia un vestido a rayas con un listo blanco sobre su cabello.

-¿Ya estas lista?- le preguntó el Padre tomándola del rostro. Su mirada hacia Linda no era como miraba a mis niñas. Aquella mirada estaba desprovista de cualquier afecto, casi como si estuviera mirando una mercancía o como si un ganadero mirara su rebaño.

Linda asintió sumisa mientras Isaías continuaba revisando a la niña de pies a cabeza.

-¿Y Connie? ¿Adriana?- pregunta Linda cuando el Padre bajó su mano y levantó la falda de la niña.

-Ya deben estar con nuestros invitados…-respondió Isaías manoseando a la nena antes de soltar su falda. Con una seña le indico que saliera. Linda obedeció y se adelantó hasta la puerta.

Entretanto Anita me miraba por momentos, se la notaba muy nerviosa aunque intentara disimularlo.

-Muy bien, Arturo…-me dice Isaías acercándose a Anita. También la tomó del cuello, mi Anita sonrió imitando a su amiguita-… Te encargo a la niña Ana, para que “alaben” a Dios por el alma del hermano Ortega…-termina riendo justo cuando desciende sus manos hasta sus nalguitas dándole unas palmadas.

Mi Anita quedó paralizada ante el manoseo, Isaías le sonrió antes salir por el pasillo por donde se fue Linda. Me adelanté hasta la salida justo para observar como Isaías nos cerró con llave (esto era parte de nuestro tanto) y regresé hasta mi niña quien inmediatamente me abrazó.

-Padre… lo siento… casi se da cuenta…-me dice mi niña.

-Ya… ya… no te preocupes, preciosa- respondo dándole palmaditas en su espalda.- Lo hiciste bien.

-Si, Padre… puse todas las cosas que me pidió en su lugar… y las cam…

-Shhh… No te apresures aun..- la interrumpo dulcemente con un dedo en sus labios.

Anita sonrío y me abrazo más fuerte. Habían pasado varios días de nuestro encuentro y no había razón para apresurar las cosas.

-Muy bien, preciosa…muy bien…- acaricio su cabello sentándola en la cama.-Dime ¿Cómo estas?

-Muy bien Padre…

-¿Por qué estaban aquí temprano? ¿Acaso el Padre Isaías las sacó antes de su clase?

-No Padre, nuestra clase termino temprano y vine aquí con Linda.

-Ya veo… Y ¿Es esta la habitación de Linda?

-Si, Padre…- contesta Anita levantándose y recorriéndola-… todo esto es de ella..

-Tiene cosas muy bonitas…- digo mirando con mas detenimiento la habitación.

-Si, Padre…Cuando acaban las clases siempre venimos a estudiar aquí antes de que me recojan mis padres- me explica Anita sentándose en la cama nuevamente mientras señala el escritorio.

-Ya veo… Y dime ¿todas las habitaciones de estudiantes son tan lujosas?- pregunto.

-No, Padre. Estas habitaciones lujosas son solo para las niñas “Santas”

-Oh! Niñas Santas?- pregunto extrañado.

-Si, Padre. Las niñas que ayudan a los sacerdotes… – me explica Anita-

-Ya veo… y ¿tu crees que Linda… es una niña Santa?- pregunto cautelosamente.

-Si, Padre..- asiente Anita sonriente-… Porque ella me contó como ayuda al Padre Isaías y la he visto ir con él para “alabar” a Dios. Hacen las mismas cosas que nosotros, Padre.

-Ah… ¿La has visto ir con el Padre?- pregunto abrazándola del hombro-…y… alguna vez el Padre Isaías te ha pedido que “alabes” a Dios con el?

Anita me desvió la mirada al parecer un poco avergonzada.

-Adelante, Anita… que no te de pena…-la animo acariciando su espaldita.

-Padre… necesito confesarme…-me dice Anita de repente muy seria.

-¿Hay algún pecado que necesites confesar?- pregunto asustado.

-Si, Padre- asiente la nena-…Es importante.

-Pues… De acuerdo….Persígnate y habla, Ana.- le pido formalmente aunque muy expectante.

-Lo siento, Padre…-me responde la niña-…Se que no esta bien mentir, pero…vera…

-¿Tiene algo que ver con “alabar” a nuestro Señor?- pregunto serio. La niña asiente.

-Padre, lo lamento… pero el Padre Isaías y Linda me pidieron que los ayudara con las “alabanzas”

-Ya veo… y tu que hiciste?

-Le dije al Padre Isaías que no podía…-admite Anita sonrojándose. Me volvió el alma al cuerpo-… Pero era mentira…Y lo mismo hice cuando me insistió una y otra vez… incluso en una ocasión les pedí a mis papis que me llevaran de paseo cuando el Padre Isaías programo un campamento con las demás niñas Santas… y…- la nena empezó a gimotear. Siempre se ponía así cuando admitía algún pecadillo que en su inocencia magnifica.

-Tranquila mi amor, tranquila…-la abrazo dándole unas palmaditas en su espalda-… No debes tener miedo. Si admites todo ello en la confesión Diosito no se va a molestar.

-Si, Padre. Pero el Padre Isaías siempre insistía pero yo…- se interrumpió Anita. La nena parecía querer decir algo pero quizás tenia miedo de ver como reaccionaba.

-¿Piensas que el Padre Isaías es alguien malo?- insinué deseando que Anita llegue al punto.

-Lo lamento, Padre… Diosito me disculpe, pero el Padre Isaías no es una buena persona… Lo siento lo siento…- se disculpa Anita.

– ¿Por qué piensas que es una mala persona?- pregunto animándola.

-Porque el Padre Isaías no trata bien a mi amiga, Padre- contesta Anita mas suelta- Una vez los espié desde ese armario- me señala cuando vino a alabar a Dios con ella y no la trata bien… no Señor… es muy malo con ella…

-Ya veo… Pero no debes tener miedo, Anita.- la instruyo.

-Pero Ud. dijo que siempre debemos obedecer a los sacerdotes… – me dice la niña-…Que no hacerlo es una ofensa a Dios… pero… yo le tengo miedo…

-Es cierto que Diosito pide que nos obedezcas- respondo docentemente- pero para ello ya he conversado con el Padre Isaías… que no necesitas alabar a Diosito con…

-Pero Padre… – me interrumpe Anita-.. Disculpe…Yo si quiero alabar a Diosito…Pero con usted.

Debo admitir que escuchar esas palabras de tan tierna niña con su vocecita angelical, hizo que mi miembro despertara hambriento de aquella nena tan devota.

-Por supuesto, preciosa…-respondo dándole un beso a lo cual Anita correspondió muy contenta-…de eso se trata… ya no necesitas reprimirte… ahora podremos alabar a Diosito más seguido.

-Siii!!! – celebra Anita. La nena se sube encima de la cama dando saltitos-…¿podemos hacerlo ahora, Padre? ¿Podemos?

Ufff!!! Había pasado un par de semanas desde que volví a disfrutar de las delicias de una niña como Anita, pero un mortal como yo no puede resistirse de tan tierna criatura.

La tome de sus manitas para besuquear desde sus dedos hasta sus hombros, ansioso por degustar cada cm de ella, olía muy bien a jazmines.

-Jiji… Padre… padre… espere…- me dice la nena cuando intenté desvestirla.

-Diosito desea actuar ahora, Anita….

-Pero, Padre… le tengo una sorpresa….- me dice Anita-

-¿Sorpresa?- pregunto extrañado.

-Si, Padre… Dese la vuelta y cierre los ojos…-pide la niña.

Ansioso por saber que me deparaba mi Anita, voltee aguzando mi oído. Parecía sentarse y sacar algo de un cajón de la cama. Demoro un minuto mas y finalmente…

-Estoy lista, Padre.- me pide la niña. Voltee y me quede embelesado al mirarla.

-Anita…-balbuceo al observar a mi niña ya sin su vestido. Solamente unas braguitas blancas cubrían su intimidad y unas medias largas blancas a juego completaban aquel precioso conjunto. Aguce la vista para distinguir algunas inscripciones.

-¿Le gusta, Padre?- pregunta Anita dando saltitos en la cama. A sus casi 10 añitos, uno no podía más que admirar lo hermosa que se ponía.

-Eres la niña Santa mas hermosa…-la felicito acercándome y abrazándola pegando mi nariz hacia sus braguitas. Inhalé su aroma-… ¿Acaso te las pusiste desde la mañana?

-Si, Padre… Linda me las regaló… dijo que a usted le gustaría verme con ellas…

-Por supuesto, mi vida…- deliro quitándoselas con los dientes. Me las puse en la cabeza inhalando su aroma mientras echaba a Anita sobre la cama y comencé a besar todo su cuerpito desnudo.

-Jijiji… Ummm… padre…Ay…- se queja la niña cuando muerdo sus tiernos pezoncitos.

-Uff… mi preciosa Anita..- deliro cuando comienzo a recorrer todo su cuerpo con mi lengua viperina.

-Umm…ummm- murmura Anita teniendo mi cabeza sobre su rajita. Lamiendo y saboreando su sexo me llevaba a la locura mientras la nena se daba gusto. Ansiaba poder abrir aquella rajita.

Me bajé los pantalones y finalmente liberé frente a ella mi miembro ya erecto. Mi niña se levanto y comenzó a chuparlo como solo ella sabe.

-Ummm!! Ummm!!- chupa Anita mi miembro mientras me deshago de la sotana.

-Ohhh!! Muy bien mi nena hermosa… Ufff!!!- bufo y continua masajeando su rajita que ya estaba lista para la acción. Así se lo hice entender dándole unas palmaditas.

-Jijiji… ¡Alabado a Dios!- canta Anita contenta mientras suelta mi miembro y se echa sobre la cama abriendo sus piernitas.

-¡Por tu infinita misericordia! Ufff- bufo colocando mi verga en su entradita y forzando sus pliegues.

-Ahhhh!!! ¡Bendícenos, Señor!- gime la niña recibiendo al invasor de su vaginita.

Raudamente comencé con el mete y saca en su dulce rajita, abriendo sus pliegues con mi polla y gozando del enorme placer de tener a una nena tan hermosa para satisfacerme. Mi Anita y yo practicamos todas las poses conocidas y otras de nuestras favoritas no tan convencionales. Su boquita, rajita y anito terminaron llenos de mi esperma igual que en los viejos días tan añorados.

Luego de varios salmos y “alabanzas” terminé extremadamente fatigado sobre la cama con mi niña descansando a mi lado. Esta tranquilidad me recordaba nuestros domingos de alabanzas en la parroquia. Sin embargo notaba algo preocupada a mi nena.

-Padre… ¿Volverá la próxima semana?- pregunta Anita cuando le pregunté.

-Pues… si Dios lo quiere… Últimamente me da muchas labores…

-Oh… de acuerdo, Padre… Entiendo…-se lamenta Anita.

-Pero creo que Dios deseará que haga un espacio para visitar a mi niña Santa…¿Te hace?

-Siii!! Gracias, Padre…-celebra Anita cerrando los ojos para dejarse besuquear.

-Oh! Me olvidaba… Es necesario que encendamos el portátil.

Bajé de la cama, llegué hasta mi maletín para sacar mi portátil, encendí la señal de wifi y comencé a rastrear los dispositivos. Con fortuna pude encenderla antes de que se le acabara la memoria a las cámaras. Descargué los videos en mi portátil.

-¿Es la transmisión santa?- pregunta Anita haciendo espacio en la cama.

-Así es preciosa- le digo acomodando el portátil para que pudiera ver.

En las imágenes aparecen las tres niñas en la cama redonda, iban vestidas en lencería. Además de Linda todas las otras parecían mayores, les calculaba a una 14 y la otra 11 años.

Podía observar en una esquina a 4 figuras adultas. Ahí estaban los tres clérigos del patio junto a Isaías, todos ellos ataviados con bata.

Las niñas jugaban lanzándose las almohadas y saltando sobre la cama.

-Padre, ¿Van a comenzar?- pregunta Anita.

-Esa es la primera parte, preciosa. Todo se grabó de las cámaras que pusiste, mira- le señalo justo cuando Isaías se acerca con los clérigos a las nenas que se sientan al borde de la cama.

Dos de los clérigos se fueron con la nena mayor, la redujeron y uno de ellos comenzó a atarla con una soga, la nena rubia se dejaba atar por los tipos mientras que al otro lado el clérigo mas alto de todos obligaba a Linda a arrodillarse frente a él.

-Mire, Padre… le esta pegando…- me dice Anita escandalizada.

En efecto, el maldito de Isaías había tomado una vara, colocó a Adriana de 11 sobre la cama y comenzó a azotarla en las posaderas mientras la niña chillaba muy fuerte.

-Es una penitencia…- intento justificar ante la sorpresa de mi niña.

-Pero es muy fuerte, Padre…

-Lo sé, preciosa.- le digo cerrando mi portátil.-.. Pero gracias a tu ayuda ahora tenemos una prueba de ello. Me servirá mucho para nuestros planes.

-¿Ya no les pegará?- me pregunta Anita.

-Anita, recuerda que cada sacerdote practica sus alabanzas con sus niñas de la forma en que Diosito se lo permite- le digo severamente. No era mi intención avalar al maldito de Isaías, pero necesitaba mostrarme fuerte con mi niña. Si solo guardaba silencio podía dar la impresión de estar por debajo de él.

-Esta bien, Padre…Lo siento- se disculpa Anita.

-Además, recuerda que tus amiguitas no están tristes… ellas son felices alabando a Diosito por que de ese modo a ellas les compras los mejores regalos y pueden ayudar a la paz del mundo- le instruyo pareciendo lo más serio posible.

-Si, Padre…

-No te preocupes tanto por ellas, preciosa…- le digo cubriéndonos con la sabana por el frio. Lamí su cuello de cisne ansioso por volver a saborear su tersa piel de niña.-… Mientras nosotros podemos orar por el bienestar de tus amiguitas…¿No lo crees?

-Jijij… Si, Padre. Ay! Jijiji…-ríe Anita cuando por debajo le doy una nalgadita por debajo dela sabanas.

La noche aun no termina y deseaba aprovechar al máximo de mi primera niña, de la dulce y tierna Anita cuyo cuerpecito iba haciéndose mas seductor a sus casi 10 añitos. Aquella niña que dentro de algunos meses se vería muy sorprendida cuando se uniera al resto de “elegidas” que cruzaría el océano rumbo al gran internado en el viejo continente. Nuevas aventuras le aguardan.

……………………………..

Ya habían pasado varias semanas desde el viaje de Celia a Disneylandia, así que el próximo lunes estaría de vuelta junto a su abuelito. De seguro extrañaba mucho la gimnasia y sus amiguitas, y de seguro también estaba ansiosa por reencontrarse con ellas y ensayar como siempre lo hacia.

Pero todo había cambiado, ya nada volvería a ser como antes. Las clases grupales continuaron tan normales como siempre, sin embargo algunas de sus amiguitas ya no eran las mismas de antes.

Claro, quien observara mis prácticas no notaria nada raro ni por asomo. Sin embargo, después de clases, al fondo cerca a los vestuarios había una puerta, tras ella las mejores niñas de la clase tendrían “entrenamientos secretos” con su humilde servidor.

-Muy bien mis niñas… Vamos a comenzar nuestras lecciones privadas…- las animo luego de que cada una pasara por el baño donde se “preparaban” como es debido.- ¿Quién me dice que movimientos nos toca?

-¡Salto triple hacia atrás!- contesta Mia levantando la mano. Ya conocen a mi nena blanconcita como la leche, hoy vestía un leotardo de colores y el cabello recogido en una coleta.- ¿Nos ayudará?

– ¡Yey! ¡Yo primero, profe!- se adelanta Celeste colocándose delante mío. La más entusiasta del grupo, ya os hablé de ella líneas arriba pero permítanme describirla físicamente: la mayor de todas con 9 añitos, delgada y con un cuerpito muy bien formado ya que además de gimnasia le gustaba correr y era muy rápida. Llevaba su cabello castaño suelto y vestía un leotardo floreado.

-No es justo! A mi me tocaba!!- protesta Lizzy adelantándose también. Bueno, ya conocen a la culoncita de 7 añitos, iba con su cabello dorado recogidos en una coleta igual que Mia y vestía un leotardo color morado que delineaban muy bien sus nalguitas.

-Vamos… vamos… No se peleen preciosas… yo voy a ayudar a la que necesita más practica…- digo acercándome y llevando a Zoe hasta el potro. Esta nueva niña era muy delicada y apenas iniciaba, pero con mi ayuda podría mejorar.- Ustedes son muy hábiles y pueden practicar por su cuenta…

Las nenas eran muy independientes y aunque las rechazara ahora, ellas sabían que cuando se fuera Zoe daríamos rienda suelta a nuestros juegos sexuales.

Poco a poco me he ido adaptando en mi labor de enseñar gimnasia, quizás la clave de ello es que cuando se trata de niñas la motivación por aprender algo aumenta enormemente. Las clases grupales me sirvieron para seleccionar a las candidatas finales para el proyecto “LITTLE GIRL GYMNAST *****”. Mia, Lizzy y Celeste terminaron siendo las principales elegidas, aunque tenia muchas esperanzas en poder agregar a Zoe dentro de mis planes por el momento solo la quería para mí.

Como saben, después de Mia llegó Lizzy y cuando logré dominar a esta última me fue mas fácil agregar a Celeste. Cada una se tomó su tiempo en caer en mis garras pero gracias al frasco mágico pude acelerar el proceso. Mia fue la única con quien hice todo un proyecto tal y como lo tenia planeado, es decir sin utilizar el frasco mágico, ya que necesitaba tenerla dominada no solo por

Sin embargo, ahora toda mi atención estaba con la mas pequeña de todas, aquella nenita de cabello corto recogido en una colita y que vestía un leotardo verde. La piel de Zoe era blanquita muy suave, tanto como puede ser la piel de una niña de primer grado de primaria con apenas 6 añitos recién cumplidos.

-¿Así?- pregunta Zoe estirando su piernita lo mas que podía.

-Muy bien Zoe, estírala bien, estira…- le digo tomándola de su piecito y apoyándola hacia mi para que no se caiga mientras que con mi otra mano mantenía firme su abdomen. De esa forma bien pegados podía sentir su cuerpito de niña.

Sin embargo la nena no pudo resistirse y me termino empujando hacia atrás y ambos caímos sentados sobre la colchoneta.

-Ay!… no puedo…-me dice Zoe algo avergonzada.

-Si.. si puedes… solo te estás poniendo nerviosa…- digo tomándola de su cinturita. El contraste con su piel casi tan blanquita como la de Mia me excitaba a montones. Voltee hasta donde estaba esta y señale con la cabeza hacia mi escritorio. La nena blanconcita entendió de inmediato.

-Para eso… debes jugar con la caja especial…- la anima Mia trayendo la caja hasta donde estábamos.

-¿Caja especial?- pregunta Zoe mirando confundida.

-Si! Tiene toda clase de juguetes…- contesta Lizzy-… no solo ese huevo mágico de la otra vez…

-Sii… quiero jugar con el huevo mágico…- me dice Zoe.

-¿En serio? – pregunto dándole un beso ante su candidez-…¿quieres el huevo mágico en tu conejito?

-Siii…siii…-asiente Zoe cuando Mia saca el huevo mágico, lo enciende y se lo pasa a Zoe por su panochita.

-Ahhh… ahhh…- gime la niña abriendo sus piernitas mientras aun se echaba sobre mi. Lizzy me alcanzo otro juguete de la caja especial.

-Muy bien…Ahora… pondremos este otro juguete por aquí…- le digo a Zoe mientras abro su pequeño leotardo por el lado de su colita dejando al descubierto su culito.

-Ahhh… ahhh…¿Qué es eso, profesor?-pregunta Zoe al observar el consolador anal pequeño.

-Pues es un juguete muy bonito que ira…- respondo justo cuando Celeste exprime lo que quedaba de un frasco de lubricante en la punta del plug anal-…justo aquí!

-Ahhhh…..Ayyy…- se queja Zoe cuando le introduzco el mismo dentro de su anito con algo de dificultad ya que no era tan nalgoncita como Lizzy.

-Muy bien preciosa… muy bien…-la felicito cerrando su leotardo para que asegurara el plug dentro de su colita.-…es un pequeño juguete para que te acostumbres y puedas “jugar” como las demás ¿de acuerdo?

Zoe asiente más tranquila, pero Mia no la dejo mucho tiempo tranquila y volvió a colocarle el huevo vibrador dentro de su leotardo presionando su panochita.

-Ahhh!! Ahhhh…-gime Zoe mientras la sostenía para que Mia la manoseara con el huevo.

-Muy bien… debes jugar con el huevo mágico para que olvides la molestia de atrás- le aconseja la más blanconcita.

-Cuando domines el más pequeño podrás empezar con las bolas que ya son más grandes…-la anima Lizzy volteándose y mostrando el aro que sobresalía de su colita respingona.

Increíble pensar que nenas de 7 añitos pudieran contar algo así de tranquilas, pero ninguna de las dos no era la más desinhibida. Claro que no, ese titulo estaba reservado para otra:

-Y luego podrás tener una verga dentro de la cola, igual que nosotras-le dice Celeste dando saltitos.

-Celeste!- le regaña Lizzy-…el profesor dijo que aun no…

-Yey! Es mejor que lo sepa ahora o le dolerá mucho más…

-Pero que nenas tan despiertas…- río divertido por sus ocurrencias. Era cierto, ni en mis sueños más optimistas me imaginaba tener un pequeño harem de niñas gimnastas obedientes y entusiasmadas por querer convertir a una nueva nena.-… Ya que son tan inteligentes, me ayudaran con la demostración para Zoe.

-¿Demostración? Va a ser hoy?- pregunta Lizzy sorprendida.

– Yey! Pensé que sería hasta la próxima semana… Si es así, yo voy primera!- exclamó Celeste.

-Creo que empezar con la demostración debe ser para la primera amante!- le corrige Mia muy orgullosa. Siempre les hacia recordar a las otras que ella era la primera.

-Ustedes siempre quieren dejarme atrás…-protesta Lizzy-…yo seré la primera!

-No yo…

-Calma, preciosas.. calma- les digo casi riéndome de su inocencia.- Decídanlo como siempre.

Las tres nenas fueron hasta mi escritorio del fondo y tomaron el juego de pajitas. La que sacara la más grande seria la ganadora. Luego de que todas sacaran su pajita, Celeste se adelantó hasta donde estaba junto a Zoe y se quita su leotardo quedando desnudita. Y como si fuera lo más natural del mundo, tiró del aro de las bolas mágicas dentro de su culito y las dejó sobre la colchoneta.

-¡Yo seré la primera!… sexo! Sexo!- cantaba tan entusiasmada tomando el frasco mágico de mi caja.

-Ya sabes… solo dos veces…- le advierto con severidad-… si no terminaras como Lizzy.

-Profesor!!- protesta la culoncita sonrojándose- prometió que no le contaría a Celeste…

-Uy! Lo siento, preciosa… hablo en serio, Celeste…

-YEY! No problem…- contesta la niña sin dejar de sonreír cuando abrió el frasco, inhalo dos veces y se tambaleo un poco mientras lo dejaba en el suelo.

Zoe se apartó cuando me levanté para tomar a Celeste de los hombros y sentarla sobre mí.

-Sexo… sexo… a Celeste le gusta jugar al sexo…-tatareaba escandalosamente la niña de casi 9 añitos. Tan delgadita como era tenia su atractivo particular en su actitud desinhibida cuando entraba en confianza.

-Ufff… muy bien preciosa…ten cuidado…-le digo cuando Celeste apartó mis manos para ser ella quien se introdujera mi verga en su anito. Tomo mi miembro en sus manitas y lo apunto a su anito bien dilatado que dio acceso irrestricto a aquel invasor hambriento de niña.

-Ahhhh… Siiiii…La verga del profesor esta dentro de Celeste!- exclama la nena.

-Ufff… Ohhh… muy bien preciosa… que apretadita estas… Ohhh- exhalo al sentir el apriete de esa niña. No era tan nalgoncita como Lizzy pero cuando estiraba sus piecitos dilatando su colita me permitía llegar muy profundo en su esfínter.

-Ahhhh!!! Ahhhh!!! Mi colita y la verga del profesor… Ahhh!!!- gemía la niña fuera de si gracias a la droga, estábamos bien pegados al punto de lastimarme la verga por su estrechez.

-Ufff!! Asi es preciosa… que rica estas… Joder…

-Ahhh!!! JIJIJI!! Que rica verga, profesoooor… Ahhh!!

-Ufff!! Muy bien preciosa… Pronto tendrás tu colita llena de lechita…Ohhh

-Ayyy!! Ahhh!! Lechita!! Lechita!!! El profesor me dará lechita!! Ayyy!!- se queja Celeste cuando en su entusiasmo comenzó a moverse queriendo meterse mas dentro mi verga.

-UFFF!!! Joder preciosa… cuidado o te lastimas… Ohhhh!!!- exhalo tomándola de su cinturita para que en alguna culatada hacia atrás no termine desgarrándose la cola.

-Ayy!! Lechita!! Lechita!!! Celeste quiere lechita!!! Ahhh!!- gime Celeste moviéndose en círculos.

-Ufff!!! Que rica niña… Joder!!! Ohh!!- le digo abrazándola para lamer su cuello de cisne degustando de una niña tan bonita mientras masajeaba sus pezoncitos.

-AHHH!!! LECHITA!! Deme lechita profesooor!!! Ahhh!!- gime Celeste muy excitada.

Con una de mis señas las otras dos nenas tomaron los vibradores largos de la caja especial.

-AHHHHHH!!! SIIII!!! AHHH!!!- gemía mas fuerte Celeste cuando Mia acerco el vibrador a sus pequeños pezones mientras Lizzy presionaba con el otro sobre su rajita.

-OHHH!!! JODER!!! OHHH!!!- exhalo poseso de placer cuando por tanta estimulación la nena comenzó a apretarme mas la verga con su esfínter.

-AHHH!!…. AHHH!!! -respiraba entrecortadamente la nena.- SEXOOO SEXOOO!!!

-Ven Zoe!!- le llama Mia a la mas pequeña. Esta obedece y se acerca hasta donde estábamos.

La escena era espectacular, Celeste y yo pegados mientras Lizzy pasaba la punta del vibrador por los pezones de su amiguita y Mia hacia lo propio en su panocha, además de Zoe quien comenzó a lamerme las bolas.

-OHHHHH!!! OHHHH!!!!-exhalo sintiendo que pronto me correría dentro de su colita.

-Ahhh!!! Ahhh!!!! AHHHHHHH!!!- gime Celeste corriéndose al mismo tiempo que lanza un chorro de orina que por poco les cae a Mia y Zoe.

-Guarra! Casi me orinas!!- se queja la blanconcita observando como terminaba Celeste.

-Ayyy… Profeee… Siii siii…

-OHHHH!!! OHHH!!!- exhalo corriéndome dentro de Celeste. Empuje dos veces dejando mi esperma dentro de su culito hasta que se derramó.

Dejé a la niña sobre la colchoneta, aun algo mareada. De pronto una nena rubia de leotardo morado se acerco hasta mi lado.

-Me toca!- dice Lizzy con el frasco en sus manos. Inhalo del mismo y se lo pasó a Mia. La tome de los hombros y le baje su leotardo manoseando sus caderitas. Le saqué las bolas chinas de su colita dejando su anito muy abierto.

La culoncita se coloco en 4 sobre la colchoneta parando sus nalguitas. Mi verga, aún erecta gracias al viagra, apunté hacia su culito empujándolo dentro de ella.

-Ahhh!!! Ahhh!!!- gime Lizzy excitada arañando la colchoneta.

-Ohhh!!! Ohhh!!!- exhalo cogiéndomela de a perrito y disfrutando de aquellas turgentes nalguitas.

Mia y Celeste la desvistieron a Zoe, aun cuando la nena tenia miedo pero con sus amiguitas al costado solo se dejo llevar, la obligaron a echarse sobre la colchoneta y la manosearon con los vibradores largos.

-OHHH!!! OHHH!!! JODER!!!-exhalo acelerando las cogidas sobre Lizzy al ver a mis otras niñas.

-AHHH!!! SIII!!! PROFE!!! MI COLITA!!! AHHH!!!- gime Lizzy cuando le agache su cabecita para que de esa forma parara más sus nalguitas.

Luego fue el turno de Mia. Luego fue el turno de Celeste nuevamente y luego Lizzy junto a Zoe lamiendo su rajita. Así continuó el resto de nuestra lección privada, pasando de niña en niña satisfaciendo su curiosidad, alimentando su vanidad por sentirse escogidas de entre todas sus compañeritas y aprovechándome de sus preciosos cuerpitos de niñas gimnastas para satisfacer mi libido.

Tras 2 horas de sexo con niñas procedimos a limpiar toda la habitación y ayudarlas a asearse en mi pequeño baño. Mientras mis niñas se vestían recibí un SMS de Tony, inmediatamente le conteste y no pasaron ni dos minutos para que se escucharan golpes en la puerta. Mis niñas me miraron sorprendidas y se colocaron en fila ya vestidas con sus leotardos.

-Muy bien, ¿Cómo va el entrenamiento?- pregunta Tony.

-Perfecto! Están listas para la demostración.- respondo colocándome al costado de las nenas que hacían fila.- ¿No es así, niñas?

-Si ,profesor Arturo!- repiten todas muy obedientes.

-Espléndido!- contesta Tony- En dos semanas tendremos una competencia en ***** antes de las nacionales. Allí podrán demostrar cuanto han aprendido y calificar.

Las niñas se miraron emocionadas y empezaron a dar saltitos comentando el viaje necesario para que acumularan puntos y pudieran participar en las nacionales de su categoría. Mia les explicaba más detalles ya que fui más sincero con ella sobre los detalles.

Junto a Tony, las despedimos al finalizar el último turno, mis niñas siempre eran las ultimas en irse por nuestros “ensayos secretos”, pero todas sus mamis sabían que ser las mejores de la clase tenia sus sacrificios y estaban convencidas que Tony las llevaría muy lejos. Después de limpiar el parqué del gimnasio regresamos a mi habitación donde sacamos unas cervezas del minibar.

-Ya era hora… Si todo está como lo dices, entonces podrán con el primer “requerimiento”.

-¿Cuántos hay?- pregunto ordenando las colchonetas de mi habitación para ubicar mi escritorio en su lugar original.

-Muchos, pero hay “requerimientos” que debemos atender cuanto antes…-contesta Tony-…La serie “LITTLE GIRL GYMNAST *****” se ha hecho muy popular entre los contactos de don Augusto.

-Ya veo… Pues gracias por ello.

-¿Cómo va el asunto con don Victorino?- pregunta.

-Oh si, como la seda. Fue de gran ayuda para Rebeca- contesto- Bastará un par de visitas con el y tendrá pase libre para salir del país.

-¡Wow! Fue mas rápido de lo que pensé… entonces solo te bastará arreglar que Isaías apruebe el traslado de Anita y lo tendrás en el bolsillo.-me dice Tony bebiendo otro sorbo de cerveza.

-Claro, si todo sale bien…mientras tanto…-respondo mostrándole una credencial que saque de mi bolsillo.

-¡No mames!- responde Tony examinándolo-… Te dije que lo haría, se ve muy auténtico.

-Y este don Victorino… trabaja solo con don Augusto?- pregunto.

-A veces… Su Eminencia nos lo presentó y nos apoya de cuando en cuando…- responde Tony.

Sonreí ante esta afirmación, mis dudas se iban despejando mientras hilaba mis movimientos futuros. Mis niñas gimnastas pronto enfrentarían su mayor reto, Anita seguía mis instrucciones fielmente y Rebeca… Ufff… Rebeca iba camino a convertirse en una pieza crucial en mi plan (don Victorino, el profesor Córdova y el heladero también). Se acercan excitantes apariciones de mi niña nalgona y sus amiguitas. Pero eso… eso será motivo de otro relato… el siguiente relato…. Hasta entonces.

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