Confesiones de ̶l̶ ̶p̶a̶d̶r̶e̶ Arturo: “Charlotte’s Gym” parte 8

Se complican las cosas….

Retornamos a lo sucedido en el relato anterior, cuando Lizzy tuvo que dejar que

-Bfff Muy bien culoncita… te has portado muy bien…- le dijo el viejo Razzioli nada más levantarse y bajar por las escaleras de la piscina para poder nadar hasta la otra orilla, dejando a la pobre niña aún recuperándose sobre el pasto con evidentes signos de trauma.

Seguí con la mirada al viejo, aún pensando que el tipo se portó muy despiadado y desagradecido con mi Lizzy, al dejarla abandonada sobre el césped luego de violarla y gozar de sus preciosas nalguitas sin siquiera preocuparse por ella.

Salí de los arbustos y en lugar de bajar por donde estaban las gradas me lancé a la piscina para nadar hasta donde estaba Lizzy. La pobre aún estaba limpiándose su colita con unas hojas.

-Profeeee!! Profeee!!! Buuu!! Ese señor… ese señor…

-Tranquila preciosa… sshhh …tranquila…-la consuelo sacando un ungüento del bolsillo de mis bermudas, la última adquisición experimental del Club que Tony me compartió. Abracé a la niña ocultando el ungüento mientras la pobre lloraba sollozante.- No te preocupes preciosa… ya no llores…tranquila… esto no esta pasando…

-¿No esta pasando profe?- pregunta Lizzy mirándome con sus ojos llorosos justo cuando en un rápido movimiento acerque mis dedos llenos del ungüento a su naricita. -Profee…

La niña apenas pudo decir una palabra cuando el olor del ungüento empezaba a hacer su efecto y la debilitó rápidamente. Funcionó más rápido que el cloroformo.

-¿Lo ves? Nada de esto está pasando… todo es un sueño… vuélvete a dormir… Buenas noches Lizzy

-Profe… -solo pudo repetir la niña antes de quedarse dormida en mis brazos. Me las arreglé para llevarla hasta la otra orilla y la sequé con una de las toallas que quedaban en la silla. Con algo de dificultad me las arreglé para sacarla de ese lugar y llevarla en brazos hasta las habitaciones del segundo piso de la casa de Celi. Pasé entre los corredores vacíos sin desviarme hasta la estancia donde de seguro estaban el resto de las niñas y Rogelio, ingresé en la habitación del medio y la deposité sobre la cama de Celia.

La examiné para asegurarme que no tuviera un trauma, apliqué algunas cremas que traje desde el gimnasio para sanar algún desgarro que pudiera tener (afortunadamente no sangraba) y finalmente la dejé dormir. Vaya que el viejo la dejó maltratada, por suerte no era nada grave y ella ya estaba acostumbrada a estas faenas, quizás no tan violentas pero igual de lujuriosas.

Después de unos minutos bajé hacia la estancia y en el camino pude observar a don Razzioli ingresar a los baños del primer piso llevando unas toallas, de seguro pensaba darse una ducha después de la faena con la culoncita.

Cuando llegué hasta el comedor no había nadie. De seguro don Rogelio se había llevado a las niñas hasta la estancia del otro ambiente. Fui hasta esperando encontrar a las niñas viendo caricaturas en la TV pantalla gigante pero solo me encontré a Zoe jugando solita en la play.

-¿Profe y Lizzy?- me pregunta la nena al verme entrar.

-Esta descansando, parece que no durmió mucho ¿Dónde están las demás?

-Celi y Mia fueron a la casa de huéspedes, con el abuelito de Celia,… me dijeron que las esperara jugando…- responde la niña aun jugando en la play.

Asombrado al escuchar esto, me apresuré por salir de la estancia y dirigirme hasta aquella casita que os conté al comienzo, desde donde pude ver la fiesta de los nietos de Rogelio. Crucé el patio y subí las escaleras ansioso por saber que me aguardaba, mientras escuchaba gemidos y bufidos del segundo piso.

-Umm…ummm…

-Mmmmff!!! Mmfff!!!

¡Oh sorpresa! Celi estaba echada boca arriba, abierta de piernas en pose de misionero sobre el sofá mientras don Rogelio se le iba encima. La niña aún conservaba la parte de arriba de su bikini morado de dos piezas, pero la parte de abajo estaba en el suelo.

-Ummm…ummm…

-Mfff!! Mmmfff!! Vamos a abrir más tu almejita, Celia- le dice Rogelio a su nieta mientras se la coge lentamente.

-Ummm…Sii…ummm!! Puedes ir más rápido abuelito …- dice la niña abriéndose más de piernas y permitiendo que la verga de su abuelo la penetre con mayor facilidad.

-Mfff!! Mmmfff!! Deja ahí tus piernitas Celi! Mfff!! – bufa Rogelio sosteniendo a su nieta mientras ella se estiraba de piernas permitiendo aquel vaivén glorioso en su panochita.

Me parecía raro que el don adelantara las cosas tan rápido, pero era obvio que Celia con su bikini de dos piezas estaba muy rica como para resistirse y de seguro la niña se puso más caliente después de ver como las manoseábamos en la piscina.

-¿Otro más, Mia?- pregunta Rogelio con uno de sus dedos dentro del culito de la niña que estaba a 4 patas al costado de su amiguita. La blanconcita llevaba su traje de baño que estaba abierto por el lado de su colita para que el don pudiera introducir sus callosos dedos. Mia siempre seguía en todo a su amiguita y al parecer don Rogelio también quería aprovecharlo. No le debió ser muy complicado hacer que su nieta se preste para convencerla.

-Arturo! Uff… Te demoraste mucho…- reacciona el don cuando llegué hasta el segundo piso-… las niñas estaban muy animadas cuando les conté lo que estaban haciendo Lizzy y mi compadre…- balbuceo Rogelio sin salirse de la rajita de su nieta.

-Lizzy esta bien y su compadre esta tomando una ducha…- respondo justo cuando don Rogelio retira sus dedos de Mia. La nena se dio la vuelta y se puso haciendo puchero cerrando sus piernitas. Se me hizo muy linda así que me acerqué para besarla a lo cual Mia correspondió con un poco de sorpresa.

-Abre tus piernitas, Mia… déjame ver tu almejita…-susurro suavemente en su oído.

La niña obedece como poseída, después de comerle la boca tiene que estar tan caliente como pensaba. Mi blanconcita se dejó abrir de piernas y aprovecha para retirar por un lado su traje de baño y dejar a la vista su hermosa panochita rosadita.

-Venga Arturo… hay que darles verga a las niñas…

-Sale, don Rogelio…, una al lado de la otra… ya que son tan amigas que reciban verga juntas…- espeto al ver a Celi que volteo a mirarnos y sonrió ante la posibilidad de ser cogida al lado de su amiguita.-Vea Rogelio… a su nieta le agrada la idea… ¿Qué les parece si hacemos un juego?- pregunto esta vez a Celi.

-Sii… sii… que juego??- pregunta la nena.

-Probaremos cual de las dos nos saca la leche antes… pero solo deben hacerlo con sus rajitas… Así sabremos quien es la mejor ¿Qué dices?

-Sii.. yoyoyo… yo puedo…

-No.. yo puedo…yo puedo…-replica Mia llevándole la contraria a la putilla de Celi.

Aún estaba muy caliente por la escena de Lizzy y don Razzioli por lo que mi miembro no demoró en ponerse a punto. Tomé a Mia y la abrí de piernas sobre el sofá. Se me hizo agua la boca por su panochita blanquita y derramé saliva sobre su rajita para lubricarla mientras mi miembro erecto apuntaba punzando la entradita.

-Ufff…Muy bien Mia… Ohhh

-Ayy…ahhh… profee…-gime Mia cerrando sus ojitos haciendo puchero cuando comencé a adentrarme abriendo su vaginita y sintiendo el interior de tan tierna niña.

-Muy bien… ya están listas ambas niñas…Mff..-bufa Rogelio con su miembro dentro de su nieta-… A la de tres… 1….2….. y 3!

Y así comenzó aquella extraña competencia que se me ocurrió en medio de la excitación. Cada adulto cogiéndose a su niña lentamente mientras ambas nenas echaditas en el sofá aguantando los embates a sus pequeños orificios. Celi y Mia se tomaron de las manos mientras cada una recibían verga en sus panochitas, una escena típica de una película porno ahora repetida con ambas nenitas.

-Ahhh… ahhh…-gemía Mia con su vocecita tan tierna y cachonda que era su mejor arma para excitar a cualquier amante de las niñas.

-Ufff… ufff… Ohh…-exhalaba empujándome dentro de su panochita, cuidando de no hacerle mucho daño. Era difícil no cogérmela a velocidad pero sabía que podría hacerle daño.

-Ahhh… ahhh… abuelito… más rápido… ahhh… dame lechita abuelito…ahhh!!- gime Celi haciendo su vocecita de niña excitada mientras miraba a su abuelito.

-Mff!!!Mmmfff!!!- bufa Rogelio aumentando suavemente el castigo a la panochita de su nieta.

-Ahhh!! Ahhh…profeee.. -gime Mia como pidiendo que fuera más rápido. Así lo entendí y también aumenté lentamente la velocidad de mis embistes. Pocas cosas son tan gloriosas como abrirle la rajita a una niña de la edad de Mia, podía ver como mi miembro contrastaba con su blanquita panochita ya algo rojiza por tantos roces.

-Ahhh!! Ahhh!! Lechita!! Echame la lechita abuelito!!- gemía Celi poniéndonos calientes a ambos. Intenté controlarme para no aumentar la velocidad con Mia y hacerle daño.

-Ahhh!!! Profee…profeee… mi rajita…mi rajita!!!- gimió Mia y poco a poco empezó a desquiciarme al sentir como la cascada de placer que embargaba mi cuerpo iba consumiéndome por completo.

Ambas nenitas gemían cada una en su papel, Mia pareciendo muy dulce y tímida mientras Celia animaba a su abuelito con palabras sucias. Enloquecía al sentir el interior de aquella vaginita suavecita, caliente y súper apretada, aunque no se la metía toda si que embestía rápido su panochita.

-Ahh… ahhh…. Profeee… ayyy…ayyy- solloza Mia gemía despacito, mientras sus caderas se habían acompasando al ritmo de mi pene, y los dedos de sus pies se encogían y estiraban.

-Ohhh!!… Oooooohhh!!-exhalo enloquecido entre sus gemidos con llanto de la nena, al mismo tiempo que mi miembro explota llenándola de leche su rajita por varios segundos, ella me abraza con mucha fuerza mientras mi miembro suelta abundante esperma dentro esa vagina tan apretada ¡Que sensación tan excitante y gratificante!

Así la dejé acostada sobre el sofá mientras observo como mi verga sale de su cuerpo muy húmedo, lleno de semen y algo de sangre, su vaginita quedo muy abierta pero de inmediato comenzó a cerrarse mientras escurría semen rojizo, ella con su cara algo colorada se queda viendo.

-Ohhh!!! Ohhh!!! – exhala a nuestro costado don Rogelio, captando nuestra atención y anunciando que se corría dentro de la panochita de su nieta.

-Siii…siii …. Ahhh…ahhh… la lechita abuelitoooo…Ayyyyyy!!-gime Celi cerrando sus ojitos de dolor y placer al ver como su abuelo embestía fuerte dejándole su verga muy adentro llenando su interior del esperma que la putilla pedía.

Igualmente cuando el don salió del interior de la pequeña, emergieron sus fluidos que en una mezcla de semen y sangre indicaban que en nuestro afán de gozar de estas niñas ,nos habíamos pasado de la raya.

-Mfff!!..tranquilas preciosas… Arturo límpialas… ya regreso- me dice el don bajando al primer piso de la casa. Yo seguía un poco nervioso al ver a ambas nenas sangrar por sus rajitas pero comencé a limpiarlas con papel toalla de la mesa mientras esperaba al don.

-Profee mi rajita sangra mucho…- se queja Mia mirándose.

-No te preocupes tonta!- la calma Celi que seguía de lo más tranquila- eso pasó porque les gustamos mucho y no se resistieron a cogernos como adultas…

-Aiinnss… pero duele…no te duele a ti, Celi?- pregunta Mia asustada. Siempre se ponía así cuando comenzaba a sangrar.

-No tanto… si te quejas mucho eres una bebe…

-Ainsss.. noo… no soy una bebe…-protesta Mia.-… entonces no me duele… Y yo gané la revancha…- le dice a Celia. Nos miramos ambos y reímos un poco más aliviados porque Mia se preocupaba de la carrera justo ahora.

Don Rogelio regresó con algunas compresas y cremas para el dolor. Aplicamos el tratamiento a ambas pequeñas y me cercioré con una rápida inspección que no sangraran más. Cuando estuvimos seguros decidimos regresar a la casa principal.

Mia me dijo que seguía un poco adolorida, pero no quise darles más pastillas ya que no deseaba que las nenas se durmieran o estuvieran algo indispuestas. Al menos no por ahora, jejeje…

Cuando llegamos a la casa, ambas nenas se juntaron con Zoe quien ya se estaba aburriendo de jugar sola en la sala y fue hasta el comedor para comer lo que quedaba de la pizza. Las nenas se animaron cuando Celia les dijo algo al oído y fueron juntitas hasta el segundo piso, al parecer ya no volverían a la piscina. Rogelio y yo nos quedamos en la estancia comiendo lo que quedaba de pizza.

Don Razzioli llegó un rato después, dijo que nos estuvo buscando por los terrenos, pero no nos ubicaba. Rogelio le contó donde estábamos y me pidió que sacara unos vinos del aparador principal y los trajera a la mesa.

-Venga compadre, le contamos como estuvo con las nenas si usted nos cuenta sobre la niña Lizzy…

Y así comenzamos la conversa mientras cada uno relataba sobre su experiencia con las niñas, con el alcohol nos era más fácil ufanarnos de aquellos tiernos ángeles que habíamos gozado hace un rato, incluso las comparábamos con experiencias anteriores u destacábamos ciertos atributos de las niñas, cual era más linda, cual más guarrilla, cual tenía mejor cuerpo y otros más. Rogelio logró que don Razzioli contara un poco de su experiencia con Celeste y Lizzy de hace una semana. ¡Vay festín se dio!

Continuamos bebiendo pero esta vez el don cambió de tema para preguntarle al viejo Razzioli cuando sería su siguiente viaje al “Edén”. ¡Comenzaba la segunda parte del plan de don Rogelio!

-El mes próximo…- contesta Razzioli sirviéndose del vino.- Su Eminencia espera tomarse unas cortas vacaciones y es probable que lleve a muy pocos con él…

Rogelio sabía su juego y comenzó a contarle acerca del proyecto de las niñas gimnastas, recordándole algunas ventajas adicionales que lograríamos y como el había ayudado usando a su nieta para atraer a otras niñas; todo ello a pesar de que él no intervino en casi nada del proyecto, sin embargo lo dejé pavonearse un buen rato hasta el momento que llevó la conversación a un punto más interesante… El viejo Razzioli acababa de dejar su enésima copa sobre la mesita.

-Pues la verdad compadre… No sé si su Eminencia pueda separarle un lugar…

-Fujita fue un gran aporte al Club y se que su Eminencia no lo olvida…-comenta Rogelio-…ya me conoce, compadre… pero necesita una recomendación y se que si usted me recomienda compadre, el aceptará… se lo aseguro…

-Vale, vale… ese hijo de puta de Fujita fue un verdadero aporte…- concede Razzioli ya más accesible por el licor-.. si lo hubiéramos dejado a su suerte de seguro ya estaría preso.

-Y usted verá compadre, ahora el **** **** de Fujita es el tercer lugar favorito de su Eminencia…-apunta Rogelio-… Recuerdo la última vez que nos invitó… Estoy seguro que si usted me recomienda, su Eminencia podría acceder…

-No lo sé…-replica Razzioli siempre tan cerrado a las propuestas, me hizo recordar lo sucedido en el relato anterior cuando sufrimos para que accediera a otorgarnos el presupuesto del Club. Sin embargo Rogelio continuaba presionando y de seguro don Razzioli sintió que ya la insistencia era molesta, porque comenzó a revisar su teléfono mientras Rogelio seguía con su cháchara.

-Quizás… ya deba irme, compadre…-afirma Razzioli-…mi hotel no está muy lejos de aquí.

-De eso nada, compadre…- replica Rogelio-…no puedo dejarlo marchar en ese estado…puede chocar y se me lo lleva la Virgen… Además, no querrá perderse cuando las amigas de mi nieta comiencen a ensayar su número para la exhibición de la próxima semana.

-¿Ensayo? ¿Qué número van a ensayar las niñas?- pregunto Razzioli muy interesado.

-Usted sabe… para la próxima semana en el Club… ¿No es así, Arturo?

-Pues… sí. Claro que sí…las niñas se quedaran a dormir por eso…- asentí casi por obligación mostrando cara de extrañeza, aunque por dentro sabía muy bien cual era el objetivo de Rogelio.

Aprovechando la fiesta, Rogelio hizo que su hija pidiera permiso a los padres de las otras niñas para que pudieran quedarse fingiendo una “pijamada de gimnasia”, donde las 4 practicarían antes de dormir usando sus leotardos. Obviamente aceptaron por la confianza que tenían en la mama de Celi.

Y así estimados lectores comenzamos las partes decisivas de esta saga “Charlotte´s Gym”, el momento en el cual todos mis planes deben comenzar a concretarse y de sacrificar aquello que me ha servido muy bien hasta ahora por un bien superior:

Don Razzioli se veía más animado al saber que las niñas volverían a bajar con un numerito preparado para deleitar nuestra vista y se excusó para ir un momento el baño mientras las nenas bajaban. Aprovechando esto, Rogelio se acercó hasta mi lado.

-Ya es hora Arturo ¿Cuál es tu respuesta final?- pregunta Rogelio.

-Es un trato- respondí después de unos segundo fingiendo mala gana- hablaré con don Augusto sobre Celia y lo dejaré tomar crédito frente a don Razzioli por mis niñas si cumple su parte del trato…,ah y debe hablar con don Razzioli para que baje sus revoluciones…, no quiero que vuelva a asustar a mis niñas… ya dejó a Lizzy muy mal en la piscina….

-Sabes negociar, muchacho…- comenta Rogelio sonriendo.- Descuida, yo hablo con mi compadre y le pediré que no sea tan violento con las niñas… El está acostumbrado a que le dejemos a las nenas listas para la acción, le falta algo de tacto pero me escuchará si se lo pido…

-Eso espero, debe hacerlo…. ya que usted será el más beneficiado con nuestro trato- respondo aun mostrando resignación. Y era verdad, me quedaba más claro después de escuchar lo que dijo don Razzioli respecto a su visita al “Edén”.

¡No había marcha atrás! Me levanté y subí por la escalera para llegar al segundo piso de la gran mansión. La emoción de una nueva aventura con las nenas llenaba mi cuerpo de aquella adrenalina que solo las más pequeñas pueden encender dentro de mí. Cuando llegué al cuarto de Celi, encontré a las nenas jugando el tumbamonos (donde cada una quitaba una pajilla para hacer caer a los monitos de juguete), entre risitas iban pasando de turno en turno cada una hasta que me vieron entrar.

Se emocionaron cuando les dije que practicaríamos en la sala y más aún cuando Celi les mostró a todas los leotardos que tenía en su ropero. Las nenas comenzaron a probarse para ver cual les quedaba mejor y las hacía ver más sexy. Todo iba bien hasta que comencé a ayudar a Zoe para ajustar su leotardo.

-Usted es muy malo!- me reprocha molesta Celi cuando notó que sobresalía un aro de su colita.

-No me hables así, putilla…- la regaño dándole una nalgadita Zoe para que vaya con las otras-… recuerda que aun soy tu maestro…

– ¿Por qué le pusiste eso a Zoe? Le duele…- me replica Celia abrazando a la pequeña. Zoe parecía aún avergonzada porque sus amigas hubieran descubierto que llevaba las bolas desde buen rato, pero Mia que era muy buena con Zoe no se rio ni nada.

Siempre se las ponía al inicio de los entrenamientos para que la nena fuera acostumbrando su colita, pero hoy se las puse antes de que las niñas subieran a la habitación de Celi, cuando la llamé un rato al baño y ya llevaba buen rato con las bolas dilatando su anito.

Por otro lado, Lizzy aun seguía soñolienta sobre la cama, cabeceaba hacia los lados y parecía que estuviera por caerse en cualquier momento. De seguro ese ungüento que le di aun hacía su efecto. La despertamos y con mi ayuda le pusimos su leotardo mientras intentaba que se mantuviera despierta

Cuando todas mis niñas estaban preparadas, muy lindas y apretaditas con sus leotardos las reuní frente a la puerta de la habitación para darles la arenga inicial antes de cada entrenamiento. Me relamí por dentro al ver a Lizzy con su leotardo a rayas de colores, Mia con uno similar pero color rosa, Celia con uno azul ajustadito y Zoe con uno celeste brilante.

-Muy bien niñas! Ahora vamos a ensayar muy seriamente… recuerden que la próxima semana tenemos un evento muy importante.

-¿La exhibición, profesor?- pregunta Mia levantando la mano.

-Muy bien, Mia…-concedo acariciando el cabello de la blanconcita-… Como dijiste la próxima semana nos toca la exhibición principal y será muy importante… Deben estar muy preparadas y es por eso que aprovecharemos para ensayar con don Rogelio y don Santiago como jueces… ¿De acuerdo? ¡Vamos!

Luego de la porra, bajamos hasta la sala que ya estaba preparada con algunas colchonetas frente a la TV de pantalla extensa, Rogelio había hecho su parte y alistado la sala para nuestro ensayo sin embargo allí no estaban ni él ni Razzioli, por lo que mis niñas se acomodaron una en cada colchoneta mirando hacia la TV.

En la pantalla gigante ya tenía listo para reproducir algunos videos de estiramientos clásicos de otras niñas y simplemente le di al play mientras mis niñas iban tomando sus lugares. Lizzy aun estaba algo mareada por lo que la ayudé a empezar con sus movimientos.

Mis niñas comenzaron con sus estiramientos, ya a estas alturas son independientes y pueden trabajar mientras vean los ejercicios de la TV. Pasó un par de minutos y finalmente regresaron don Rogelio y Razzioli que venían por el pasillo del primer piso.

-Hola preciosas, veo que ya comenzaron ¿Qué os parece si las ayudemos con sus estiramientos?- pregunta Rogelio y sin esperar respuesta ambos se plantaron frente a mis nenas que continuaban estirándose con la música de fondo. El don se acercó su nieta que lo recibió muy animada.

-Solo agárrame de la cintura, abuelito- le dijo la pequeña cuando el don se puso detrás y ella comenzó a inclinarse para tocar las puntillas de sus piecitos.

Por otro lado Razzioli ahora parecía interesado en Mia, por lo que decidió ponerse detrás de ella.

-¿Necesitas ayuda, pequeña?- le preguntó el viejo a Mia cuando la nena volteo a mirarlo.

-Mi profesor me va a sostener…- empieza la niña.

-Puedes practicar con él, Mia- intervine antes de que ella optara por huir. La nena me miró algo extrañada, pero cuando me acerqué para cerciorarme que obedecía dejó que el don la cargara para sostenerse de su cuello y le sirviera como soporte para su estiramiento.

Don Razzioli sostuvo a la niña y dejó que sus piernitas abrazaran su ancho cuello mientras el la sostenía de su abdomen para que no se cayera mientras la nena se estiraba hacia abajo.

-Sostente bien, Mia- le digo a la nena mientras esta cerraba sus piernas en el cuello de don Razzioli quien parecía mirar fijamente como se le marcaba la rajita en el leotardo de la niña, más aun estando bien estirada. Mia asintió algo dudosa pero sin ánimo de discutir una orden de su profesor.

-Así es pequeña, no te preocupes por caerte que yo te sostengo por si algo pasa…-le dijo el viejo poniendo sus callosas manos sobre sus inexistentes pechitos de niña.

-Pero no debe sostenerme… yo puedo sola…- replica Mia quien se había hecho muy orgullosa y no dejaba que nadie se lo pusiera más fácil que a Celi.

Lo dejé un momento a solas para preocuparme de las otras niñas, sobre todo a Lizzy quien de seguro aún seguía mareada. La vi aun inmóvil moviendo la cabeza de un lado al otro al compás de la música del video de estiramientos para niñas gimnastas, pero sin hacer sus movimientos.

-Lizzy…¿estás bien?- pregunté acercándome a mi niña.

-Aún tengo sueño…- murmura la nena con su vocecita.

-Don Rogelio!- llamo y el tipo se acerca dejando a Celi aun estirándose.

-Dime, Arturo…

-Creo que Lizzy necesita más apoyo que Celia… No se preocupe por su nieta, es muy independiente…

-Pero…-protesta Celi al escucharme.

-Shhh!! Celi tu necesitas ayudarme con Mia- digo bajando la voz y dejando al emocionado Rogelio con mi pequeña Lizzy quien ni pareció notar al don cuando este se colocó detrás de ella para ayudarla.

– El señor Santiago es muy mañoso…- susurra Celia hablándome al oído-… le va a hacer daño a Mia…

Miré un momento a esos dos y parecía que el viejo ahora había puesto seriamente como objetivo a Mia, casi se le salían los ojos al mirarla y toquetearla en los estiramientos. Quizás no le habría mucho caso a Rogelio, y lo mejor sería prevenir que la nena no sufriera otro trauma como Lizzy.

-Vale, entonces necesito que la reemplaces un momento…-respondo en voz baja-…Yo me encargo de Mia para que ese señor no le haga daño…

Celi se acercó a donde estaban Razzioli y su amiguita.

-Señor Santi! Voy a practicar estirarme hacia atrás ¿puede ayudarme?- pregunta la nena echándose sobre la colchoneta y haciendo el amague de abrirse de piernas exhibiendo su rajita en ese apretado leotardo.

-Claro pequeña…- contesta el viejo dejando a Mia en una colchoneta y avanzando hasta Celi, mientras yo me escabullí con Mia que parecía mas contenta al dejar a Razzioli.

La llevé fuera de la estancia y en el camino nos cruzamos con Zoe que seguía tranquila en sus estiramientos, algo apartada mirando como sus compañeritas practicaban con los viejos al parecer algo cohibida por la situación pero sin atreverse a decir nada más.

-Profe… ese señor es muy malo…- me dijo Mia cuando salimos al pasillo-… cuando me estiré hacia atrás me metió su mano ahí abajo…- me dice Mia algo asustada señalando su rajita.

-No te preocupes preciosa… Yo sé que parece muy malo pero solo está ayudándote para que practiques con las demás… -respondo sacando un frasco de mi bolsillo.- Necesito que cierres los ojos…

-¿El frasco especial?- pregunta Mia.

-Si, preciosa… necesito que te concentres con tus amiguitas…

-Pero me mareo mucho…

-Solo por hoy, recuerda que es un ensayo para la exhibición….Vamos… aspíralo…

Mia inhaló cerrando los ojos y creyó que con una bastaba porque volvió a abrir los ojos pensando que lo retiré de su rostro, sin embargo yo sabia que una sola dosis no sería suficiente para que olvide a don Razzioli.

-Profe….pero… ummm…jiji…-rió la niña medio nerviosa y con los parpados un poco caídos cuando presioné el frasco en su naricita por segunda vez. Con eso sería suficiente para que se dejara llevar.

-Muy bien, princesa… vamos ahora…

Regresamos a la sala solo para ver como Celi se subía sobre un sofá haciendo una pose medio extraña con las piernas abiertas mientras don Razzioli hundía su rostro en su rajita.

-Mia también desea practicar, don Razzioli… se la encargo…- le dije al pasar donde estaba el viejo junto a Celia.

-Jijiji….- ríe la niña ya más cooperativa cuando el don se le acercó.

-¿Ya estas mejor, pequeña? Podemos continuar?- preguntó don Razzioli tomándola de la cintura.

– Si profe…Jijiji…-pregunta Mia aun confusa, como yo y Razzioli íbamos vestidos igual de seguro pensó que era yo quien la tocaba y la ayudó a subirse encima de él.

-Ya está…

-¿Y yo?- pregunta Celi ansiosa palpando el frasco en mi bolsillo. De seguro debió entender lo que hice con su amiguita y ahora ella también quería del mismo.- Dame…dame…Siii?

-Esta niña… te estás haciendo muy viciosa…- reniego abriendo y dejándole dar solo una aspirada al frasco mágico ya que deseaba que estuviera más lúcida que las otras. Cuando lo aspiró poco a poco Celi se puso igual de alegre que su amiguita.

Con ambas nenas más dóciles y excitadas, todo fue demasiado fácil para don Razzioli. Comenzó a tocarlas más descaradamente mientras a duras penas intentaban probar algunos movimientos que a veces les salían mal, pero las nenas se reían muy divertidas por la situación.

-Muy bien blanconcita, ahora le toca a Celi- dijo Razzioli sacando sus dedos desde adentro del leotardo de Mia.

-Yey! …-exclama Celi contenta. Se reunió con Mia y le dijo algo al oído y ambas rieron divertidas.

Esto estaba resuelto, ahora voltee a mirar hacia donde estaba Rogelio, echado en el suelo y ayudando a que Lizzy se pusiera encima de él daba saltitos. De esa forma podía presionar su miembro en su rajita. Mi niña seguía soñolienta por lo le seguía el juego al don sin mostrar mucha oposición.

Poco a poco el ambiente iba poniéndose más candente por todos los masajes, arrimones y tocamientos hacia esas nenas mareadas que solo se reían por momentos mientras ambos viejos se daban a gusto con ellas.

Lizzy, Mia y Celia parecían muy capaces de satisfacer a los viejos sin peligro de que se traumen o algo parecido, sobre todo por el “frasco mágico” cuya característica principal consistía en que las niñas se mostraran más desinhibidas y tuvieran comportamientos sexuales no acordes a su edad.

También yo estaba muy cargado de toda esa energía sexual que me generan las más pequeñas, pero hoy tenía un objetivo diferente. Uno por el cual había esperando varias semanas y al que me dirigí con ansias hasta el otro lado de la estancia.

-¿Cómo vas preciosa?…- pregunto a la niña de leotardo celeste-… Uy… muy bien Zoe… lograste resistir con las bolas dentro de tu colita…

-Sii profe… pero siento incomodo allá atrás…-dice Zoe algo avergonzada.

-No te preocupes preciosa… vamos a practicar igual que las demás…

-Mia me dijo que iba a darme un regalo…

-Pues claro princesa… un regalo muy especial… pero antes vamos a ensayar con las demás…

Dicho esto llamé a mis niñas para que dejaran sus estiramientos y se acercaran hasta el centro. Todas habían practicado un pequeño numerito de gimnasia rítmica. Rogelio y Razzioli se alejaron hasta sentarse en los muebles apartados simulando al “publico”, para de esa forma dejar libre el centro de la estancia para el número de las nenitas.

Celia, Mia, Zoe y Lizzy se acomodaron en sus lugares mientras yo tomaba el mando de la SmartTV y buscaba la coreografía que mis niñas usarían para sus movimientos.

Escogí la canción Tiktok de Kesha y le di a reproducir en la Smart TV. Mis niñas comenzaron a contonearse y a dar giros con sensualidad, estirando sus cuerpo, indiferente de los lascivos mirones que las observábamos desde nuestras posición. En medio de la canción, Celi se acercó hasta don Razzioli para sacarlo hasta el centro de la estancia donde las otras niñas continuaban haciendo sus giros y saltos. El viejo simplemente se dejó llevar por la niña que sabía muy bien su juego.

Celia le señaló con un gesto para que la tomara de la cintura y el don la agarró descaradamente de sus caderitas y comenzó a restregarle su endurecido pene escondido dentro de su pantalón. Celi llamó a su amiguita Mia, quien llegó haciendo un salto triple hasta donde estaba y se subió encima del don que soportó el peso de la blanconcita arrodillándose sobre la colchoneta, mientras la niña se contorsionaba sujetándose de su cuello.

Mientras tanto Celi en sus movimientos comenzó a arrodillarse para estirar sus piecitos mientras el viejo continuaba pegado a la espalda de Celi, y fingía moverse con ella, sin embargo no perdía la oportunidad de restregar su entrepierna en su traserito. La muy putilla de Celi empujaba sus nalguitas contra el erecto pene oculto tras el pantalón del viejo, sin dejar de sonreír.

Excitante imaginar como Rogelio compartía a su propia nieta con su compadre. Y lo fue más cuando hace uno días junto a la niña le contamos a su abuelito sobre sus experiencias anteriores con otros señores. Sí, tal y como lo leen estimados lectores. Ya venía previendo que no necesitaría a Celia en un futuro cercano, así que aproveché para ganarme más la confianza de Rogelio y la niña, logrando que mejoraran su relación ya que al fin el abuelo sabía que tan pervertida era su pequeña nieta. Y a diferencia de lo que pensaba la niña, don Rogelio estuvo más que complacido de saber que la niña podía tomar la iniciativa. Claro que no le conté lo del Cardenal, ese era nuestro secreto junto a Celi.

Y vaya que Celia se sabía todos los trucos y lo demostraba animando con cautela al viejo Razzioli para que la tocara más y como era de esperarse éste no dudo en meterle mano e incluso unos dedos debajo de su leotardo. El resto de las niñas continuaban haciendo sus movimientos, mirando de reojo hacia el centro donde se daba aquel espectáculo de enorme lascivia con Razzioli, Celia y Mia como protagonistas; sin embargo Lizzy seguía algo cansina y moviéndose torpemente tal que casi se cae en uno de sus saltos, por lo que con una seña le indiqué a Rogelio para que se acercara a ella a “ayudarla”.

Fue entonces que Mia y Celia se apartaron de don Razzioli para ayudarse cada una haciendo de banquito para sus saltos mortales. Con una seña le indiqué al don que se sentara nuevamente en su lugar y el tipo se retiró a los sillones del fondo. Las niñas continuaron haciendo saltos hasta que finalmente ambas concluyeron su presentación con un mortal doble. ¡Que hábiles nenitas!

Mientras las nenitas recibían nuestro aplausos ellas se acercaron hasta el sofá donde estaba Razzioli y se colocaron una a cada costado del vejete.

Las niñas de la edad de Celi no saben el efecto que sus delicados cuerpitos provocan en los amantes de las nenas, más aún si son bonitas y visten de manera tan provocativa como ella. Sin embargo, Celia si sabía de esto y vaya que estaba decidida a sacarle provecho. Por el otro lado, Mia en los entrenamiento siempre le seguía los pasos a Celi y era igual cuando se refería al sexo, sobre todo en las nuevas experiencias.

Al tener a las nenitas al lado suyo, el viejo Razzioli las abrazó y empezó a pasar su manos por sus espalditas bajando por ellas hasta sus nalguitas apretaditas en sus hermosos leotardos. Celi le sonrió mientras se levantaba y ponía frente al viejo Razzioli. Cuando estuvieron frente a frente, la putilla sin dejar de mirarlo a los ojos y de contonearse sugerentemente, se fue arrodillando delante de él. Acercó sus manitas a la bragueta del vejete, sobre el short masajeándolo con premura.

-Uhmmmmm, ¿Qué tiene aquí, señor? ¿Puedo ver?

-Claro, preciosa.

Celi le bajó el cierre y le sacó el pene. Celi abrió la boca y se clavó la verga hasta la garganta, tuvo una arcada pero se repuso y empezó a mamar. El viejo le agarró del cabello y comenzó a bombear raudamente su boquita, manteniendo su genital en el fondo de la garganta de esa bella y adorable niña. Oyó el ruido gutural de la pequeñuela, haciendo gargaras por tragarse aquel miembro en su dulce boquita, y eso de seguro lo hizo gozar más. Cuando le sacó el miembro, un hilillo de saliva colgaba entre la punta de su glande y la boca de la pequeña.

Ahora era el turno de Mia y aquella hermosa niñita no se iba a dejar ganar por su amiguita, con ímpetu se tragaba toda la verga del sujeto, hasta los huevos, y ponía sus manos en las nalgas de éste para empujarse el miembro hacia ella. Razzioli se corrió en el acto, lanzando espesos chorros en la garganta de la niña. Cuando terminó la corrida del viejo, la blanconcita se sacó el pene de la boca y lo limpió a lengüetazos.

Por otro lado Lizzy y Rogelio también estaban en lo suyo en el otro sofá. El don aprovechó para bajarle su leotardo para dejarla tal y como Dios la trajo al mundo. Rogelio no aguantó y la volteó de espaldas para ponerse en el rostro aquel par de nalguitas bien paraditas de mi niña rubia.

Lizzy agotadísima se volteó lentamente dejando su culito al borde del sofá con las piernas colgando, el viejo con las dos manos le abrió las nalgas dejando descubierto su anito y coñito rosadito, y sin cortarse lo más mínimo mete su cara entre medio de ese culito, dándole lamidas a toda su raja sacándole muchos gemidos a la niña, dejándolo reluciente de saliva y bien lubricado. Al darse cuenta que ya estaba lista, se levantó, se quitó las bermudas y los calzoncillos dejando al descubierto su verga gruesa y venosa lista para la batalla.

-Ayyy!!! Siii!! Dele don Santi… Llene mi colita con su lechita!! Ahhh!!.-gime Celia en su pose de media araña sobre el don que estaba echado sobre la colchoneta mientras tomaba a Mia sobre su rostro lamiendo su coñito. Ambas desnuditas con sus leotardos tirados cerca de aquella escena profana de sexo con niñas: Celi dejándose coger por la cola mientras Mia disfrutaba las chupadas a su tesorito.

-Ahhh… ahhh!! Mi rajita….-gime Mia apretando la cabeza del viejo contra su sexo.

Ver como gozaban de la putilla Celi y la inminente penetración de Lizzy medio dormida me dio una excitación tremenda. Finalizamos Zoe, que con todo el espectáculo frente a nosotros, ya estaba muy distraída volteando a mirar a sus amiguitas.

-Muy bien preciosa… acabamos con tus piruetas… pero aun nos falta algo….

-¿Qué falta profesor?- pregunta la nena con su vocecita.

-Las demás estás practicando muy bien para la exhibición de la próxima semana, pero a ti aun te falta dar el paso más importante….- le digo acariciando su colita

-Si, profesor…pero tengo un poco de mello- me dice la niña cuando la abracé, sentándome con ella sobre la colchoneta, observando a mis niñas y los viejos copular, misma escena de sexo en vivo.

-Pero tu quieres ser como las demás ¿no? No quieres que las demás te dejen atrás solo porque eres una bebe…-la animo al mismo tiempo que comienzo a bajarle su leotardo. ¡Que hermosura de niña! Su piel blanquita contrastaba increíblemente y me ponía como un toro de lo suavecita que era cuando la dejé desnudita.

-No profe… pero…

-No quieres que las demás ya no te hablen en el colegio solo porque eres una bebe que siempre tiene miedo…una bebe de pañal…

-Noooo.. yo no quiero… no soy una bebe de pañal…

-Entonces vamos a empezar… primero… veremos si ya sabes besar como una niña grande…

Zoe abrió la boca para responder algo y fue allí que aproveché la situación para sostenerla de su nuca con mi mano izquierda y comenzar a comerle la boca lascivamente dando sonoros chupetones a la lengua de la niña, el morbo me tenía alucinado, mi mente estaba completamente nublada por la lujuria que aumentaba cada vez que jadeando, Zoe tragaba aire, oportunidad que yo aprovechaba para meterle la lengua hasta la garganta.

-Ahhh!!! Ahhh!!! Siii… siii.. más rápido señor Santi… Ahhh!!- gemía una voz de fondo.

Cuando nos separamos por el rabillo del ojo pude ver a la pequeña Celi siendo penetrada por Razzioli en pose de perrito, tomándola de su cinturita se cogia a la pequeña putilla que gemía excitada pese a sus solo 7 añitos, mientras Rogelio y Lizzy quien se veía aún soñolienta a causa del ungüento recibía verga de costadito estando echados sobre el mueble.

-MMmfff!!mmfff!! Muy bien Lizzy… MMMFFF!!!

-Ahh… ahh…ayy…ahhh…

Don Rogelio se follaba suavemente a la culoncita, esta vez con todo su cuerpo cubriendo a la niña, la tenía doblada de costado mientras le daba por la colita. Lizzy completamente desnuda jadeaba y gemía suavemente, su cara se encontraba roja por el esfuerzo de soportar las embestidas, sin embargo se le notaba menos asustada que con lo sucedido en la piscina, de seguro por estar medio dormida no era del todo consciente de lo que hacían.

– ¿Ves lo que hacen Mia y el señor Santiago?- pregunte señalándolos. Zoe dudo antes de contestar y los miró justo cuando el viejo aprovechó para subirse a la nena encima y comerle su coñito.

-¿Sexo oral?- preguntó la pequeña blanconcita. Obviamente al relacionarse con el resto de su grupito de niñas ya había palabras que podía decir con mayor facilidad.

-Así es… Vamos a ello, preciosa… estírate….

-¿Así profe?- preguntó la pequeña abriendo increíblemente sus piernitas ¡Que delicia de panochita! me moría de ganas por meterle la verga por su vaginita o también por el suculento anillo rosadito de su esnfínter que se abría ante mis desorbitados ojos.

Empecé a lamer de abajo hacia arriba mientras con mis manos abrí sus tiernos labios vaginales, el sabor era delicioso, un manjar de los dioses, prohibido por el enorme placer que ocasiona degustar de tan tierna criatura.

Lamí bese y chupe con fuerza y succione toda la flor de panochita que tenía ante mí. Mientras la chupaba y ella sentía como su cuerpo convulsionaba y gemía del placer, yo alucinaba con tenerla de a perrito enculando a esta nenita. ¡Qué deleite!

-¿Se sintió rico preciosa?- pregunté levantando mi cabeza de su panochita.

-Si profesor, me gustó mucho y no me dolió nada- repitió Zoe con sus manitas cubriéndose el rostro.

-Bien… pero ahora vamos a ir en serio, preciosa….

Y ya llevaba buen rato viendo como esos viejos manoseaban a mis niñas, ahora era mi turno. Al comienzo solo le pasé la cabeza de mi verga a lo largo del camino entre su rajita y su culito poniendo especial énfasis en su anito pero sin meterlo solo haciendo movimientos como si la estuviera follando agarrándola de la cintura y ella desnuda y en cuatro.

-Tranquila preciosa, debes relajarte ya tu colita esta flojita por las bolas mágicas,- le digo mientras la colocaba en pose de misionero-… vas a sentir muy rico por tu agujerito, igual que las demás…- termino con la voz temblorosa de emoción.

Y cuando abrí con mis 2 manos esas nalguitas suaves, redonditas, suavecitas y calientitas me quedé babeando de deseo. Preciosas nalguitas blanquitas de niña bien criada y que me mostraron aquel agujerito bien dilatado por las bolas chinas, aquel orificio que gozaría por primera vez y que me entregaría el placer que solo una niña de su edad te puede ofrecer, aquel regalo de su virginidad anal.

– Aquí viene preciosa, relájate y no pujes ¿entiendes muñequita? – susurro hincando la cabeza de mi verga en su anhelado orificio.

– Ayyy…Profeeee, me hace daño, por favor noo… que me duele mucho Ayyy!! – se quejaba Zoe comenzando a sollozar e intentando forcejear para soltarse, pero la tenía bien sujeta.

-Ohhh… Tranquila preciosa, no te muevas, relájate o te dolerá más… Ufff!!- bufo del esfuerzo de soportar su esfínter repeliendo al avance de mi miembro invasor. La niña se resistía pero yo no pensaba salir de este lugar sin reclamar aquel trofeo llamado Zoe.

Continué con la lenta y constante presión, valiéndome de toda mi voluntad para forzar a que su pequeño esfínter me abriera paso, obligándolo a recibirme dentro de ella pese a su rechazo natural. La niña sollozaba cada vez más fuerte del terror y dolor que sentía, pero en mi estado animal no tomaba en cuenta las suplicas de cualquier nenita, estaba decidido a follármela.

-AYYY!! UUUHHHHHHH!!!- sollozó Zoe desesperada.

En uno de sus movimientos desesperados por huir la nena terminó facilitando la inminente penetración. Mi polla desapareció por completo dentro de su culito hasta ahora virginal. Zoe dio un grito desgarrador tal que el resto volteó a mirarnos como desgarraba la colita de esa niña.

-OHHHH!!!! Joder…. Shhh… tranquila preciosa…. Ohhh… Joder…-intento calmar a Zoe pero el placer puede más y me abandono completamente a la locura de saberme dentro de esa niña.

Me mantuve quieto por unos minutos, deseaba que su esfínter se acostumbrara a mi miembro invasor, que lo aguantara bien antes de comenzar con la cópula inevitable y necesaria para gozar como se debe gozar de aquella nena blanconcita.

-Ayyy… ayyy… mi colita de dañó… profesor… me duele… Uhhh!!- solloza Zoe aprisionada contra el suelo. La nenita se quedó estática gimoteando al ver mi verga dentro de su esfínter.

-Aguanta preciosa, OHHH!….ya pasará y sentirás delicioso – la calmo acariciando su rostro, dándole besitos en la boquita y bajando por su cuerpito, lamiendo sus pequeños pezoncitos ¡que delicia!. Poco a poco la nena dejo de sollozar, aunque si gimoteaba por tenerme dentro de ella pero ya se calmaba gracias al manoseo a sus partecitas.

Pero no había terminado, Oh no! Aún iría por más, ya que la nena se había acostumbrado ahora era turno de bombearla con mi miembro en su colita, dentro, fuera, dentro, fuera… Ohh… ¡que hermosa sensación!

-Ayy…ayyy…Ahhh..

-Ufff….ufff…ohhhh…OHHH!!

-Ayyy!!… ahhh…!! – se queja Zoe apenas dando unos extenuantes gemidos de dolor.

¡Ufff!… que delicia de niña… como apretaba mi polla queriendo pujarla fuera… pero yo no me dejaba expulsar de su colita. Empuje raudamente su culito mientras me la cogía en pose de misionero.

– Por favor profesor… ya no más, me duele, me duele mucho la colita, por favor – susurraba Zoe casi sin aliento, sin embargo yo estaba en estado de locura. Alejado de la realidad por aquella mezcla de dolor y placer que experimentaba al invadir su esfínter de niña.

-Tranquila Zoe… Uff… Shhh…Recuerda que estamos practicando bebe… Ufff…

-Uhhh… ya no quiero… Me lele…. Uhhh!!!- solloza la blanconcita aprisionada contra el suelo, abierta por su colita mientras la sostenía de su cinturita.

-Ohhhh!!… oohhh… Ohhh!!!…- exhalaba cada vez más excitado por penetrar lentamente a Zoe, sacando mi verga casi por completo y volviéndosela a enterrar, disfrutaba al máximo de esa tierna niña.

-Ahhh…ahhh… mi colitaaa…

-Ufff!!! Ohh!!

Pasaron gloriosos minutos de continuo acceso carnal a su estrecho culito, cuando por fin parecía que Zoe ya no lloraba tanto. Poco a poco se iba acostumbrado al vaivén de mi verga dentro de su colita. Que hermosa sensación saber que tu niña ya no sufre y comienza a disfrutar igual que tus otras alumnitas.

-Ohh..ohh.. tranquila mi amor… shhh…solo déjate llevar..

-Ahhh… profeee… ahhh…

Estaba muy excitado por el violento apriete de su esfínter sobre mi verga, expulsándola sin mucho éxito ya que yo seguía incrustado en esa niña como si la vida se me fuera en ello.

-ohhhh…!! OHHHHHHHH!!!- sin embargo no pude resistir mucho al enorme placer de correr dentro de ella llenando su colita con mi esperma. Extasiado, me descargué a placer dentro de la dulce niña mientras mi cuerpo sudaba a raudales por todo el esfuerzo. Zoe quedó con la cabeza apoyada en la colchoneta boca arriba, jadeando y respirando con los ojos cerrados, de seguro apenas saliendo del shock de perder su virginidad anal.

-Profeeee…- es lo primero que me dice señalando su culito-… me lele la colita…-se lamenta Zoe asustada mostrándome su agujerito abiertito que chorreaba los restos de mi esperma.

-No te preocupes mi vida…-respondo girando la cabeza para ubicar donde había dejado los pañuelos para limpiarla. –… lo hiciste muy bien…ya te convertiste en toda una niña gimnasta…

-¿En serio profe?… pero… pero me duele… mi colita se rompió…

-No te preocupes preciosa…- la consuelo acercándome a ella y dándole un beso antes de que vuelva a llorar.- no te preocupes que yo te limpió y te doy algo para que no te duela más la… Espérame que…

-Ohhh!!! Dios Santo!!- se escucha exclamar a un costado nuestro.

Ambos giramos para ver de donde venía ese grito solo regresar a la realidad de que mientras yo me ocupaba por tratar con cuidado la primera vez de Zoe, los otros dos viejos continúan en lo suyo.

Rogelio quien al parecer fue el que pegó el grito ahora se esta follando la boca de la culoncita Lizzy. Quieto, salvo sus mano que aprietan y sujetan la pequeña cabeza infantil de la niña por la nuca. Su miembro va y viene dentro de la babosa boca de la nenita, sin esfuerzo alguno de su parte, y arrastra consigo copiosa saliva infantil que cae afuera.

-Bghhhh…Ahhh…- atina a gemir Lizzy, quien se nota un poco más lucida y toma la polla de Rogelio para darle unos chupetones que solo ella da con su experiencia de niña de 7 añitos. Al parecer las pastillas ya perdían poco a poco su efecto.

-Ahhhh!!…ahhh!!! Mi colita…!! – gime una vocecita muy aguda del otro lado de la sala.

-Siii.. señor Santi… dele más lechita a Mia…Ummm…- exclama Celi.

Volteo la vista hacia el otro costado y encuentro a Razzioli con la punta de su verga bien metida dentro del culito estrecho de Mia, la agarra por sus brazos y la sujeta muy fuerte de ellos y se los pega al cuerpo uniéndole las dos muñecas por detrás de su espalda, dejando a la blanconcita en una posición de penitencia como si estuviera detenida con unas esposas puestas en la espalda, quedando con las rodillas apoyadas en el suelo y con su cuerpo erguido inclinada un poco hacia adelante, con sus nalguitas un poco sacadas apretando su verga que la parte en dos por su culito haciéndola gemir. Mientras tanto Celi observa a su amiguita mientras se masturba en su rajita con uno de los vibradores que le di de mi caja especial.

-Siii… delelee… señor Santii… llene su colita como lo hizo conmigo…Ahhhh!!

Estos viejos verdes ya llevan varias corridas con las niñas y me pareció muy sospechoso. De seguro cuando se fueron al baño tomaron su viagra para aguantar con esas tiernas niñas. ¡Pinches viejos!

Toda esa mantra de energía sexual que rodea el ambiente empieza a volver a hacer efecto en mí. Zoe miraba a sus amiguitas mientras se secaba los fluidos de su colita y logró voltear de reojo solo para mirar como me vuelvo a acercar a ella.

-Profesor…- empieza la nena pero se detiene al ver frente a ella mi miembro erecto. A diferencia de esos viejos, el pensar que tengo a una nenita recién desvirgada por su colita es suficiente estimulante para mí. No hay mejor afrodisiaco que una nenita de 6 añitos con su colita abiertita, lista para coger.

-Creo que aun no hemos terminado Zoe…- le digo esbozando una sonrisa.

-Pero…- murmura la niña cuando la tome de sus bracitos.

-Pero nada… tus amiguitas aún siguen practicando preciosa…van a tomar clases extras de gimnasia… – le digo poniendo a la nenita a 4 patas aún con su anito dilatado y lubricado con mi semen. Punzante y empapada, mi verga nuevamente en plenitud apuntaba con deseo de volver a invadir carnalmente aquella colita-…. Y nosotros también…jejej…

……………………………

-Papii.. papi… – me avisa Rebeca justo cuando iba a dejarla en la calle aledaña al colegio. -Allí está Melina… déjame aquí…

-Que no preciosa… recuerda que nadie debe verme…

-Ay si.. lo siento papi… entonces…

-Te dejo en la siguiente cuadra y caminas desde allí…- le digo mientras acelero para llegar a la otra acera, algo alejada de la esquina de autobuses. Con cautela me estacioné frente un árbol alejado de la parada.

-Listo papi…- contesta mi niña apenas estacioné y se me subió encima para abrazarme- ¡Nos vemos! ¡Te quiero mucho!

-¡Yo también te quiero princesa! Diviértete.- le digo justo antes de cerrar la puerta y esperar que mi niña cruzara la calle hasta llegar a la parada de autobús.

Desde mi lugar, pude ver como se junto con Melina, las dos nenas siguieron conversando mientras esperaban, ambas iban con remeras y shorts cortos por el calor. Normalmente no la hubiera dejado ir solo con eso, pero hoy Rebeca tenía permiso. Fingí que me alejaba del camino mientras mi nena conversaba con su amiga y cambié de carril ocultándome tras el muro de la berma.

De pronto de una de las calles salen Junior, Miriam y otro bato de su edad. Las niñas saludan a Miriam, a Junior y al amigo de este dándole dos besos cada una, y se nota que a Miriam y Melina les ha gustado ese tipo, pues andaban de risitas con ella, mientras mi Rebeca les seguía el juego.

No tardo mucho en llegar una pequeña minivan que se estacionó junto a las niñas. Los 5 subieron y el vehículo comenzó el recorrido. Por mi parte, encendí mi auto para seguirles el paso y no perderles de vista en el tráfico.

Cuando pasó 1 hora de trayecto, me guié del GPS del móvil de Rebeca cuando perdía la minivan entre el tráfico, con suerte logré ubicarlos saliendo de la troncal hasta la derivación que descendía hacia la pequeña localidad veraniega.

Seguí a la minivan que cruzó todo el camino bordeando las playas hasta llegar a una zona muy alejada, casi no habían personas en el horizonte. El vehículo se detuvo y se estacionó casi llegando al muelle de yates. Sin embargo, se vería muy sospechoso si yo me estacionaba cerca, así que decidí seguir avanzando.

Pasé varios trechos hasta llegar al muelle y me estacioné del otro lado para no ser visto. No había mucha gente en el lugar, solo algunos pescadores lugareños.

Después de pagar por el estacionamiento, me dirigí hasta la zona del mirador, pero como iba a pie me demoré mucho en llegar hasta el restaurante mirador que daba a la playa.

Ya todos los ocupantes del minivan estaban en la playa: Melina, Miriam, Junior, su amigo y el dichoso y famoso “heladero”. ¿Qué hacía él ahí? Pues según lo que me contó Rebeca, Miriam las había invitado a la playa junto a Junior y su mejor amigo.

¿Y yo la dejé? Pues… sí, porque de alguna forma esta vista podría servirme… ya os enteraran de porqué…pero no pensaba desperdiciar todo el día espiando,…así que me traje el trabajo conmigo, mientras vigilaba a mi niña.

Saqué la portatil y pedí algunas bebidas, por suerte mi equipo es muy resistente o se dañaría con el ambiente. Mientras fingía trabajar por momentos echaba un ojo a la playa hacia donde estaban las nenas, que ufff… se veían muy sexys…

Mirando aquella playa con niñas, los jóvenes y al heladero en la minivan debo contaros la razón por la que llegamos a este día de playa. Tuvo que ver con lo sucedido hace 1 semana durante el último ensayo para el video de las “Mini Spice Girls”:

*Este extracto fue redactado usando el testimonio de Rebeca por lo cual la fidelidad de estos hechos están sujetos a la veracidad de dicho testimonio. Se han hecho conjeturas, adaptaciones y correcciones a fin de presentar una visión adaptada de los hechos sin olvidar la preservación de la integridad de la versión de la protagonista. En ocasiones la narración puede enfocarse en una visión neutral y algunas pocas veces desde el punto de vista de Rebeca.*

Rebeca fue la primera en llegar a la dichosa tienda frente a su escuela, ansiosa por grabar el video semanal con sus amiguitas para su canal de You****, al fin podría grabarlo en su móvil para luego verlo. Estaba harta de que siempre tuviera que pedirles el móvil a sus amiguitas por lo que mi niña lo esperaba con ansias este ensayo.

Entró a la tienda justo cuando el heladero terminaba de despachar a una señora que salió con sus compras justo cuando mi niña entró.

-Buenos días Rebeca ¿Cómo estas preciosa?- saludo el heladero sin dejar de contemplar a aquella dulce criatura con cuerpo de mujer. Mi Rebeca ya no llevaba su uniforme del colegio, pero ahora vestía una remera celeste y un short corto que le quedaba pegadito en su derriere.

-Hola señor Facundo… ¿Aun no llega Melina?- pregunta mi niña entrando a la tienda y dirigiéndose hasta el mostrador como casi siempre lo hacía en época de clases.

-No pequeña,- contestó el tipo mientras mi nena notaba que la seguía con la mirada mientras esta se apoyaba para mirar todos los dulces. Inmediatamente tomó la barra de la corrediza, fue hasta la puerta y bajó las persianas del negocio.

-¿y Miriam?- pregunta mi nena fijándose en el precio de los bombones.

-Ha salido junto a su hermano para hacerme un recado….- responde el heladero, pero esta vez la voz se sintió muy cerca.

Mi niña volteó solo para observar al heladero casi cara con cara frente a ella…

-Pero dijeron que viniera a esta hora…- reclamo mi niña.

-No te preocupes preciosa… ya no deben tardar… mientras… ¿Qué te parece si escoges uno de los helados del mostrador? Te lo dejo a la mitad de precio porque eres una nena muy bonita…

-Pero señor Facundo, no traje dinero para comprar…

-No hay problema preciosa… veamos… que tal si jugamos algo … si ganas te regalo uno de los helados…

-Siii… siii.. ¿? entonces a que jugamos?- pregunta mi nena poniéndose en pompa frente al mostrador de los helados, solo para observar cual erigiría.

-Veamos… ¿Qué te parece si me dices cuantos helados hay en el mostrador?

-Todos?

-Así es, preciosa…. – contesta el tipo tomando a mi Rebeca de los hombros y colocándose tras de ella-…Si me dices todos entonces te regalo uno…

-Siii.. que fácil… 1,2…3…

¡Vaya jugarreta más simple! Pero extrañamente funcionó. El tipo casi no esperó que la niña nalgona comenzara a contar para pegársele completamente, como tantas otras veces lo había hecho…su entrepierna impactó el culazo de mi niña sintiendo aquella presión que haría desmayar a cualquier cardiaco.

-25…26…27….

El heladero la toma de la cintura y comienza a punzar su miembro contra los cachetes del culazo de Rebeca rebotando su polla en él, mi niña ni se mueve ni se queja, solo se mantiene en pompa apoyada contra el mostrador mientras sigue contando todos los helados de adentro.

-¿35?- pregunta mi niña incorporándose ante la sorpresa del heladero…

-Ah… vaya… yo creo que te ha faltado algunos… vuelve a contar pequeña…

-Aiiss…esta vez lo haré bien…-contesta mi Rebeca y vuelve a ponerse en pompa para contar pero más lentamente…

El tipo la vuelve a tomar de sus caderas, se pone más al centro y vuelve a presionar su cipote entre la abertura de sus nalgas, regresando a aquel vaivén glorioso que disfruta con enorme gozo. ¡Y quien no!

El heladero la agarra de la cintura apretándose fuertísimo a Rebeca y moviéndola adelante y atrás, dándole unas buenas embestidas al culo de mi niña que siente las entalladas en su raja mientras su cuenta tan calmadamente que parece increíble que no entendiera aquel vulgar acoso… Hasta que…

¡Imposible! Rebeca ahora movía su culazo haciendo formas circulares con sus nalgotas… ¡Que delicia!, debió pensar el heladero, sentir esas caderotas moviéndose de arriba y hacia abajo, mientas el tipo totalmente perdido, no podía continuar las embestidas, por como lo estaba poniendo el trasero de mi nena. ¡Dios bendito!

Sin embargo era cierto, la nena movía su culazo acariciando aquel cipote, empinándolo.. pero ¿estaría a gusto Rebeca, con otro adulto que no fuera yo? ¿O solamente jugueteaba inocentemente con su cola como siempre lo hacía cuando deseaba escoger un helado?

Por un lado parecía que a Rebeca le estaba gustando el roce en su culo y ayudaba con aquel movimiento de arriba abajo, masajeando aquel cipote que anhela incrustarse en aquel derriere tan deseado. Sin embargo, no mostraba algún signo de complicidad por lo que el heladero debió entender que esa niña era muy tontita para darse cuenta de su treta.

¿Lo provocaba o era tontita? Me imagino en la misma situación del susodicho heladero y realmente no se me ocurre que más hacer, aparte de continuar aprovechando de aquel vaivén glorioso… casi angelical de su culazo sobre el cipote acosador… ¡Decisiones! ¡Cómo cuestan!

El tipejo debía compartir mi experiencia, porque continuó embistiendo a mi atrevida… ¿o angelical niña? Bah! Que carajos importa! El motivo es lo de menos…, porque si se te presenta un culo como el de mi nena, uno debe gozarlo, cueste lo que cueste… y más aún si como el heladero, estas por alcanzar el éxtasis solo de rozar aquel par de gloriosas posaderas …

Sus jadeos iban en aumento al ritmo de las embestidas desenfrenadas, que si no se calmaba se escucharía claramente en aquella cerrada tienda, cuando de pronto…

-¡38!- exclama Rebeca justo antes de levantarse y voltear a encontrarse con su acosaor que sudaba copiosamente y jadeaba como perro. Su imagen debió ser igual a la de aquel tipo que solo le faltó un número para ganar la lotería.

¡Recórcholis! Me imagino en la misma situación y no me pongo a pensar más que en violar a esa nena culona que piensa poder escapar luego de calentarlo a uno.

-¿Señor Facundo?- pregunta Rebeca algo nerviosa. ¿Porque se mostraría nerviosa? Si se supone que no sabe nada de lo que el heladero le ha estado haciendo…. Quizás exagero solo de pensarlo… o quizás no debería ponerme en el lugar del heladero… total.. yo no estoy ahí…

-Ehh… muy bien pequeñuela…- atiene a responder el heladero- Son 38… muy bien… jeje…

-¿Y mi helado? Quiero el más grande!- pide Rebeca dando saltitos. Era muy extraño, la niña habló ahora muy calmada, tal que si yo la estuviese escuchando me daría la impresión de que en realidad no se ha percatado del acoso.

El tipo toma su llave y abre el mostrador sacando un doble remolino que entrega a la niña que lo recibe emocionada.

El heladero parece enloquecido ante ese portento de niña de 9 años. Casi parece evaluar con la mirada como lograría su cometido. ¿Sería suficiente estímulo? ¿o quizás el tipo necesitaría más para animarse a cruzar la barrera de lo prohibido?

Recordemos que siempre la punteaba o manoseaba cuando se ponía en pompas dentro de su tienda, pero solo hasta hoy se había atrevido a embestirla tan groseramente como si fingiera cogérsela. ¡Quizás era el momento de hacerlo en verdad!

-Rebeca preciosa… -por fin habló el heladero con la voz un poco cortada por la emoción, pero al parecer decidida- ya que las demás no llegan ¿Qué te parece si te muestro los vestidos para el próximo video?- pregunta mientras guía a mi niñas tras la puerta que daba a su almacén.

-Siii.. si señor Facundo… quiero verlos…-contesta la niña siguiendo al tipejo. Dejó su helado acabado en un tacho y cruzan la puerta hasta llegar a aquella habitación ancha.

-Mira pequeña…aquí están…- le muestra el heladero sacando uno de los colgajos del armario improvisado al fondo del almacén.

-Pero señor Facuando… jijiji… ese no es un vestido… es un traje de baño…

-Pues si mi hija, esa es la sorpresa que les iba a contar Miriam… la próxima semana haremos un viaje a la playa de ****… allí será su siguiente baile para You****

-¿A la playa con las demás? Yupii…. Pero… no se si me darán permiso señor Facundo…

-No digas eso preciosa… Mira el traje de baño que tengo para ti…- le dice sacando uno de los bikinis del colgajo. Exhibió frente a mi Rebeca un traje de baño rosa tan cortito que parecía un hilo dental. – ¿No quieres probártelo antes de que lleguen las demás?

-Ya… pero señor Facundo volteese porque me da pena que me vea…- responde la niña.

El heladero se voltea pero afortunadamente hay un espejo al fondo que le permite apreciar un poco de como la nenita comienza a desvestirse, primero la remera, luego se baja esos shorts apretadísimos, quedando tal como Dios la trajo al mundo. Rebeca tardó un poco acomodando extrañamente sus shorts sobre la mesa, aún cuando ya estaba desnudita y no los usaría… ¡Sospechoso!

-Señor Facundo, ¿me ayuda ?- pegunta mi niña finalmente llamando al heladero que al voltear se relame observando aquella voluptuosa niñas solamente llevando un bikini que cubría su rajita, mientras le mostraba la parte del corpiño del bikini.

-Dale pequeña… te ayudo..- se apresura el tipejo ayudándola a ponerse la parte de arriba del bikini que apenas cubría sus pezoncitos sin desarrollar. Se puso detrás de ella, bajo la vista y…Ufff!!! ¡Apoteósico! ¡Descomunales!

Eran tal y como las había soñado, aquel par de nalgotas blancas y desnudas, desafiantes ante la esbelta cintura de la pequeña que le regalaba la espalda al acosador lujurioso…

-Ya esta pequeña…- le dice el heladero amarrando su corpiño.-…pero ¿el bikini no te aprieta la cola?- pregunta el heladero, de seguro buscando una excusa porque lo siguiente que hizo fue mover sus manos como garras hasta aquel culazo palpando al fin directamente su preciado tesoro.

-No señor Facundo…

-¿Segura pequeña?- preguntó el tipejo sin retirar sus manos mientras masajeaba el culazo de la niña.- No me mientas porque puedes irritarte la cola si esta muy apretado.

-No… estoy segura… señor Facundo

-Bien pequeña…- contesta el susodicho y de seguro, sin poder resistirse le da una palmada a la cola de mi pequeña ¡Plap! Que buen sonido le sacó a esas nalgotas -… ahora… vamos a probar como salen tus fotos… hasta que lleguen las demás…

Por supuesto que era mentira! Ya era muy sospechoso que nadie llegara hasta ese momento, pero mi niña aceptó y comenzó a posar como tantas veces lo hizo con sus amiguitas frente al lente del señor Facundo quien la fotografió en varias poses, sobre todo en pompa parando aquel culazo de mujer.

-mal .. mal… niña… ese lazo esta muy apretado, se ve muy mal con la cámara…- le dice el tipejo señalando el amarre de la parte inferior del bikini.

-Pero señor Facundo.. si lo suelto más se me puede caer…

Sin embargo el heladero parecía decidido… tomó a la pequeña para examinar el amarre de su truza.

-Señor Facundo… si lo deja así se me va a soltar…no!… jijij…- rie la niña cuando el tipejo se arrodillo frente a ella, desenredó su bikini, la volteó y comenzó a lamer su culazo directamente… ¡El maldito al fin se atrevió! ¡Y de que forma!

-¿Qué se siente Rebeca…? ¿No sientes cosquillas?- le dice salpicándose un dedo y comenzando a pasarlo por el chochito de la nena mientras le abría sus nalgotas y lamía su ano. ¡El heladero atacaba por ambos frentes!

-Ayyy!! Sii.. pero señor Facundo no lama ahí que esta sucio…Jijiji… -rie Rebeca por primera vez..

-Yo se que te gusta pequeña… te estabas moviendo muy rico cuando estábamos en el aparador ¿a poco sentiste rico en tu cola?

-Si señor Facundo… pero eso esta mal… no me haga nada…

¡Increíble! Y yo que me imaginaba que el tipo elaboraría más su estratagema… sin embargo su ultimo movimiento quebraba la sutileza de raíz e iba a por todas… E incluso se animaba a hablarle directamente a mi niña ¡Habla más hijo de puta!- pensé en mi interior.- ¡Dile más cosas!

-No pequeña… tu eres igual a las otras nenitas… te mueves muy bonito y todo pero se que quieres verga igual que mi sobrina y su amiga…

-No señor… yo no se que es verga… ni nada… soy una niña buena…- decía mi niña con su vocecita inocente, pero extrañamente no se notaba el miedo como la ultima vez con Victorino…

-Asi que niña buena… pues se buena y …apóyate ahí!- exclama el heladero llevándosela hasta un mostrador viejo que estaba al rincón del almacén…. Parecía roto por un extremo así que debía ser uno antiguo de la tienda…

-Ay… señor Facundo… ¿Qué me va hacer?- pregunta la culona Rebeca apoyada contra el mostrador evitando el vidrio rajado mientras se quedaba en pompa parándole semejantes caderas al desquiciado heladero.

-Muy bien pequeña…. Si sos tan niña buena…quédate quietecita… que te voy a mostrar lo que te puede hacer una buena verga…SII.. te voy a mostrar lo que una buena verga puede hacer con este culazo tuyo….- le dice bajándose el pantalón y exhibiendo su verga deformando su calzoncillo, apuntándolo al orificio de mi Rebeca.

-AYYY!!!- exclama la nena cuando el tipo la puntea fuertemente con su entrepierna presionando su orificio con su cipote penetrándola con ropa… ¡La invasión del esfínter era completa! – ¡Ayyy! Mi cola señor…ayyy… me duele la cola… Ahhh!! Ummm!!

-Uff!!! Esto es una verga, niña buena…. Jajaj… prepárate porque ahora la sentirás sin forro…

Segunda ocasión que un viejo penetraba la cola de mi niña, separándolos solo por una fina tela…Sin embargo, el tipo ya estaba enloquecido y no iría solo por eso… se bajó las bermudas exhibiendo frente a la nena, aquel cipote listo para la batalla, por fin desnudo y erecto para esta vez clavarse sin protección dentro de tan portentoso culazo de mujer…

PLAM!! PLAM!!! Alguien golpeaba la cortina de la tienda….

-Ya llegaron!!!- gritó mi niña aprovechando para zafarse de su violador…

-Im.. posible…-exclama al escuchar la voz de un desconocido mientras golpeaba fuertemente su tienda-… que demonios…Vístete! No son las demás… Vístete!!!

El no tardó en volver a ponerse los pantalones y correr hasta la tienda… sin embargo los golpeteos cesaron, parecía una falsa alarma, casi como si misteriosamente alguien supiera que estaba a punto de disfrutar de aquella voluptuosa nena y se lo hubiera impedido a tiempo….

Rebeca ya vestida, volvió hasta la tienda ocultando su móvil en sus shorts apretados… Presionó un botón de STOP y SAVE antes de bloquear su pantalla…

-Bien… bien… parece que nos interrumpieron preciosa…- le dice en voz baja a Rebeca porque justo una señora que pasaba por la calle al ver la tienda abierta se acercó para comprar.- Sin embargo… no falta mucho para nuestra visita a la playa….jejeje… ¿no es así?

-Sii.. señor Facundo…-sonríe mi niña finalmente ante la sorpresa del heladero, antes de mirar como un auto cruza lentamente la calle. La sonrisa de la niña se traslada del heladero hasta el conductor del vehículo en cuestión, que con una seña le indica el término de su misión.

Rebeca da un saltito, que el heladero no entiende, pero la nena celebra para ella misma su inminente trunfo… ¿Quién dijo que por ser algo tontita no podía atrapar al dichoso heladero en su propio juego?

La nena lo había logrado y ahora junto a su papi irían por la siguiente fase de su plan.

*Aquí finaliza lo redactado en base al testimonio de Rebeca y el mío aunque solo fuera lo que escuché a través del móvil*

Y esa es la razón por la que hoy estamos aquí, estimados lectores… Hoy por fin esperaba concluir mis planes con aquel tipo que acosaba a mi niña hace meses… Como lo habrán notado, aquella treta me resultó muy bien gracias a la participación de mi niña grabando todo su encuentro en el móvil… y hoy en la dichosa playa podríamos completar nuestro objetivo con el heladero… ¿pero que esperaba lograr con todo ello? Síganme leyendo y os enterareis de los detalles…

Regresando al presente, Melina y Miriam llevaban bikinis cortitos celeste y amarillo respectivamente, ambos de dos piezas muy sexis para niñas de 10 años. Les sentaban muy bien, porque las dos nenas eran esbeltas, altitas y delgadas, Miriam con cabello suelto hasta el cuello y Melina con cola de caballo, muy hermosas y con sus formas algo marcadas para su edad.

Pero mi Rebeca es de esas niñas que le pones cualquier traje de baño e igual termina viéndose muy sexy por ese par de nalgotas que exhibe a simple vista. Y para esta ocasión le permití que fuera con un traje de baño de una sola pieza color verde que le quedaba apretado en sus caderotas.

Junto a ellas estaban los dos mocosos: Junior y su amigo que hablan con las niñas, mientras están con los móviles en la mano. ¡Joder! ¿A que llevan los móviles a la playa?

Pues para esta ocasión me alegro porque de alguna forma me ha ayudado a ubicar a mi Rebeca. Aunque a decir verdad, ahora ya no eran muy difíciles de ubicar, porque había poca gente en esa zona de la playa.

Fue en ese momento que el heladero trajo pomos de bloqueadores y se los repartió a las nenas que rápidamente los tomaron y eligieron a quien aplicarles, Miriam escogió al amigo de Junior, Melina a Junior y Rebeca que estuvo lenta al escoger tuvo que ir con el heladero. Obvio que este lo había planeado así.

Luego de que hicieron lo propio con los hombres, le llegó el turno para aplicárselo a las niñas, todas se echaron sobre las toallas para dejarse acariciar. Las nenas Melina y Miriam siempre muy despiertas se dejaban tocar por los jóvenes que las manoseaban en todas sus partecitas, felices al amparo de la poca gente cerca que no vería aquellos tocamientos indebidos.

Pero obviamente el más afortunado era el maldito heladero, se notaba en su rostro la dicha de poder manosear aquel cuerpazo de mi Rebeca, pasando sus manotas acariciando su espalda, sus hombros hasta bajar a sus piernas dejándolas blanquísimas de todo el protector solar que les iba aplicando. Al parecer Miriam dijo algo y todos rieron, pero mi niña se sorprendió y se apartó del heladero que en su rostro se notaba las ansias por seguir toqueteando aquellas curvas de mi nena.

Se lo pasaron muy bien el resto del día, bañándose, tomando el sol, jugando en la arena, tirándose las toallas y volviéndose a bañar. Pude notar que los dos chicos no dejaban de mirar a las nenas, y al parecer estas estaban muy despiertas ya que se reían por lo bajo.

Melina y Miriam hacían de todo para coquetear con el amigo de Junior, pero al parecer este quería con Rebeca al principio (para variar), pero algo debió decirle Junior a este porque luego solamente se quedó al lado de las otras niñas mientras mi Rebeca charlaba animadamente con Junior.

¿Sorprendidos? Pues creo que no, aunque debo decirles que para mí en parte. Sabía que mi niña podía ser algo tontita, pero al estar expuesta al sexo a tan temprana edad, además de convivir mucho con sus amiguitas (muy despiertas para su edad), terminó logrando que se empezara a fijar más en otros hombres de su edad o mayores.

Sabía que esto podía pasar, y ya Tony me advertía que era algo natural debido a que no pasé mucho tiempo cerca de ella y se hubiera extendido a otros tipos de no haber intervenido hace poco en su vida. Sin embargo, yo sabía que a sus casi 10 años ya le empezaba a gustar ese crio de Junior.

Muy a pesar de lo que puedan pensar, no me dediqué a quitarlo del medio. Sabía que esto era algo natural, sus amiguitas le habían metido en su cabeza todas esas ideas, así que decidí no oponerme a que pudiera relacionarse con él. Sin embargo, también tenía otros motivos para esto. Ya lo verán.

Cuando llegó el medio día y regresaba de irme a comprar algo al cafetín del mirador, el heladero habló con los dos adolescentes, y trajo una cámara de la minivan hasta donde estaban las nenas. Para mi sorpresa, las tres nenas se alistaron como si fueran a bailar.

Saqué mi móvil y accedí al canal de You**** de las niñas, habían puesto un video promocionando para hoy un baile de **** en la playa. ¡Salute! Tenía como 1000 visitas y apenas lo habían subido hace un rato. Se iban haciendo populares, poco a poco pero iban por buen camino.

Y el tipejo las volvió a grabar mientras las niñas comenzaron a bailar frente a los 3 tipos que las observaban, en mi opinión, con mucha lujuria. Esta vez con Melina al centro y Rebeca junto a Miriam haciendo a sus lados. Que hermoso bailaban las nenas y más aun con esos bikinis pegaditos a sus figuras. Se notaba que a los 3 espectadores masculinos se les salían los ojos mirando a esas niñitas, y de seguro sobre todo a mi Rebeca.

Cuando terminaron, no pasó ni 5 minutos para que subieran el video al canal, tampoco falto mucho para que comenzaran a comentar sobre las niñas en traje de baño. ¡Uff! Varios comentarios inapropiados hacia esas 3 niñas que exhibían sus cuerpos, a veces me ponía a pensar que era muy riesgoso estarlas exponiéndolas, pero el canal tenía años abierto y muchos suscriptores (aunque en la mayoría de videos solo estuviera Miriam más jovencita).

Luego de ver los videos volví a mirar hasta la playa y extrañamente no vi a nadie. Me asusté y revisé el GPS de Rebeca, ahora mostraba que el móvil seguía en la minivan.

Algo extrañado ya que la minivan estaba en el mismo lugar, decidí bajar del mirador. Me tomó algo de tiempo llegar hasta esa zona pero lo más complicado fue ubicarlos ya que lo único que había donde se estacionaron era la minivan y cuando la revise parecía vacía.

Extrañado comencé a recorrer con la vista, fijándome en los pocos veraneantes que estaban en la zona, luego hasta la zona del muelle y posteriormente a las rocas. Extrañamente me pareció recordar que había algunos botes donde debía haber varios pescadores que llevaban a turistas en lanchas hasta la isla cercana.

Justo en ese momento pude observar a una de las tripulaciones salir con destino hacia la pequeña isla a 10 minutos de la costa. ¡Diantres! Como no lo vi venir? Corriendo avance hasta la orilla esperando encontrar algún bote cercano, pero no había ninguno.

Así que ese era el plan del maldito heladero. Solamente traer a las niñas hasta la playa en un día laborable no era suficiente, también eligió llevarlas hasta esa isla. Ya de por si, eran pocas las lanchas libres, y en un día laborable apenas habría una que justamente se llevó al heladero y su grupo.

Fue entonces que me acordé haber leído un aviso en el mirador, acerca de paseos en lancha, aunque era algo caro porque era bajo pedido. Dicho esto, regresé hasta el muelle para solicitar el servicio. Todo este tramite y la espera me tomó por lo menos 20 minutos antes de partir a la pequeña isla, justo cuando veo regresar a la lancha donde salieron todo el grupo del heladero.

Cuando llegué al islote, pude notar que su pequeño muelle de madera estaba alejado de la zona de arena, según me contó el tipo que conducía la lancha, para llegar hasta allí tenía que dar la vuelta completa.

Abandoné la lancha y le dije que volviera en 1 hora para el viaje de vuelta. A duras penas me esforcé por caminar dando la vuelta intentando esconderme en el camino por si en algún momento pudieran verme. Cuando llegué a la playa lo que vi me hizo ocultarme tras una roca enorme.

Allí estaban Miriam y Melina, ambas nenas echadas sobre el amigo de Junior que estaba desnudo mientras ambas le chupaban la verga. Ambas se morboseaban con la figura del chico que por su cuerpo bien formado parecía hacer deportes. Melina acaparó un instante el miembro del muchacho, engulléndolo y le entraba un poquito más de la mitad, el bato la agarraba de la cabeza, la bombeaba tratando de meterle más verga en la boquita pero ella se quitaba hasta que se la metió muy adentro tal que se ahogó.

Miriam se rio al ver como casi se ahogaba su amiguita. Sin embargo, el chico se levantó y tomó a la pequeña. La acostó sobre una roca a la nena le quitó su bikini de dos piezas, dejó a su rajita peladita a la vista de nuestros ojos, no era grande pero el bultito de su clítoris era alargado, le llegaba hasta la entrada de su hueco. Al fin pude verla desnuda, era muy bella.

La abrió de piernas y empezó a sobar con su mano derecha con un dedo lo hacía en su diminuto clítoris, luego bajo a chuparle y meterle la lengua, Miriam estaba quieta dejándose hacer, con sus mejillas rojas, sus ojitos cerrados su respiración agitada.

¡Ahhhh! que ricoooooooooooo siiiiii, mmmmmm!!!- gemía la nena.

Luego le paso el pene en el clítoris un momento, tomo su pene y lo guio a su entradita y lo fue metiendo y sacando poco a poco, Miriam gemía, se puso temblorosa. De pronto comenzó a dar grititos.

– ¿Te lo saco?- alcancé a escuchar en medio del silencio solo interrumpido por las marea.

– No Alex, sigue, dame verga….-contesta la ninfula ya con la mitad el pene dentro de esa tierna vagina sin pelitos lisa y rosadita y sin embargo seguía entrando más hasta que entro todo lo que caía tocando el fondo de su chochito,

-Mmmm ahhh!!!- gimió a su costado Melina que estaba a 4 patas cuando el Alex comenzó a meter varios dedos en su rajita y bailaba dentro de ella al mismo tiempo que se cogía a Miriam.

¡Recórcholis! Semejantes putillas resultaron las amigas de Rebeca, sin embargo ya no tenía más tiempo para ellas. Si algo así estaba pasando a simple vista, entonces que no le harían a mi Rebeca.

Me refugié más en las rocas para seguir bordeando la playa y llegar hasta el otro lado que no podía ver. Allí encontré solamente a Rebeca y Junior, aún conversando muy de cerca. Se notaba que el chico hacía lo posible por coquetear con mi niña, pero ella al parecer aún no “caía” en el juego. Sin embargo ¿Dónde estaba el heladero?

Me parecía extrañísimo que las amiguitas de mi niña estuvieron follando al otro lado de la orilla mientras mi Rebeca aún seguía de enamoradiza con el Junior. Al parecer, mi niña seguía cumpliendo su palabra. No haría nada arriesgado…, por el momento.

Entonces ambos se levantaron y fue cuando por fin el chico se atrevió a besuquear a mi pequeña. ¡Uyy! Vaya sensación incomoda sentir como mi niña se dejó besuquear por aquel niñato que la abrazó mismos Romeo y Julieta. Entonces, el pareció querer ir más deprisa y comenzó a besuquearla

Mi niña le dijo algo al oído cuando el ya estaba bajando sus manos por su espalda, eso detuvo al chico un instante. Le sonrió a mi niña, quedando ambos bajo un tácito acuerdo que no alcancé escuchar por lo lejos que estaba. Mi corazón volvió a su ritmo, al menos parecía que nada pasaría por hoy. Quizás había sido un día desperdiciado, pero no del todo en vano.

Sin embargo, de pronto mi Rebeca tropezó y casi terminó cayéndose al suelo. Me extrañé y al parecer también el crío de Junior que miraba sorprendido mientras dejaba a mi niña sobre la arena de la playa al parecer sin saber que había sucedido. Parecía muy mareada, pero todavía casi consciente.

Estuve por salir hasta que me interrumpió otro ruido muy cerca de donde yo estaba. ¡Al fin ubiqué al heladero! El tipo seguía con sus bermudas y camisa, se dirigió hasta donde estaban Junior y mi Rebeca.

No entendía que rayos pasaba, pero mis dudas fueron aclarándose cuando el tipo apartó a su sobrino cuando este se paró frente a él.

-¡Fuera de aquí marico!- gritó encolerizado tumbándolo y tomando a mi Rebeca.

¡No! Pensé queriendo no creer lo que estaría por suceder. Dejó sobre el suelo a mi pequeña parando hacia él sus nalgotas de mujer, le bajó el traje de baño revelando la gloriosa raja de mi Rebeca a la cual roció de lubricante.

-Ya marico! Empiece!!- le grita ofreciéndole el culazo de mi niña y llamando a su sobrino.

Maldito bastardo, pensé con rabia dejando de grabar la escena desde mi posición…. El plan había resultado pero ahora… habría forma de evitar lo inevitable?

Ya en ocasiones logré salvar a mi Rebeca de su profesor, o de Victorino… pero ahora… ¿2 contra 1? ¿Como salvar a mi Rebeca de esta inminente violación?

…………………………

-¡Pardiez muchacho! ¡Vos me estás cargando! ¿Desde cuando los jóvenes son tan idiotas?

-No me refiero a eso- replico algo cansino-… yo sé que Ana sospecha. Pero traerla a este convento… de alguna forma ayudó a mantener el secreto- argumento algo incomodo.

-No tienes la menor idea, muchacho…-replica Isaías riendo-… Vivimos tiempos donde la imagen de la Iglesia se ha debilitado mucho… y vos te aferras a esas tonterías…

Subimos por escalones que daban hasta la sala de sacerdotes del tercer piso.

-Pero la comunidad es muy religiosa… la ciudad también lo es…

-¿Religiosos? JA! No tienes idea de lo religiosa que puede llegar a ser una ciudad… compararla con esta ciudad los hace ver como ateos…

-¿Qué quiere decir?- pregunto extrañado.

-¿Conoces a los amish?- me pregunta Isaías.- Son una comunidad conocida en Norteamérica…

-Esos tipos que viven como si estuvieran en el siglo XIX?- pregunto extrañado- Sí.. algo he oído..

-Pues básicamente son una comunidad muy cerrada… pero sus autoridades practican su religión e incluso son cabezas de su organización… es decir comunidades casi teológicas…

-Ya veo… pero eso que…

-Su Eminencia tuvo una idea similar…- me interrumpe Isaías- era molesto pensar que tuviéramos que viajar por todo Europa en busca de familias vulnerables y sus niñ@s. Cada vez que surgía algún problema deberíamos empezar de cero y en algunos casos no era tan fácil como en tu país.

-Entiendo… debió ser problemático…

-Y fue entonces que su Eminencia decidió tomar esa idea y crear un pequeño pueblo en algo parecido a lo Amish, pero hecho específicamente para nuestra Orden,… donde no hubiera la necesidad de realizar viajes tan elaborados cruzando el océano o viajando a países asiáticos para conseguir las mejores niñas de todo el mundo

-Espere… espere… entonces…¿Lo hizo? ¿Fundó ese pueblo?

-Por supuesto que no, la idea era buena, pero tenía muchas dificultades… sin embargo la idea se transformó.-continuó Isaías-Nos adaptamos, no era necesario crear un pueblo de la nada, basta con transformar un pequeño pueblo, darle el desarrollo que necesita y poder moldear a los que lo dirigen.

-Entonces…

-Vos sabes que el internado ****** lleva 15 años de su fundación ¿no es verdad?

-Por supuesto… y en ese poco tiempo se ha hecho muy prestigioso…

-A pesar de encontrarse a 2 horas de la ciudad y cerca de una comunidad muy cerrada, ha logrado mantener una reputación irreprochable… Una comunidad que hasta hace unos años parecía desparecer por la crisis económica…

-Aun así… no me diga que…

-Te lo dijo, muchacho. La idea de su Eminencia fue cambiando y no fue necesario construir desde cero. Lo único que hicimos fue identificar una comunidad sin desarrollo e invertir mucho capital…

-¿Es ese lugar? ¿En el internado?

-Una comunidad muy católica y cerrada, dirigida totalmente por su Eminencia en las sombras. Algo que no puedes encontrar fácilmente en Europa…

-¿Y las autoridades? ¿También las elige directamente su Eminencia?

-Creo que nos hemos desviado del punto… – se interrumpe Isaías quizás evitando decirme mucho más de lo que yo quisiera saber, dejándome con la duda de como sería posible una utopía como la describía-… solamente te recomiendo arreglar tu traslado cuanto antes… Esa niña Ana no va a creerte por siempre… de hecho, la otra niña Linda me cuenta que esta comenzando a notar ciertas cosas, pero las acepta, sin embargo, una vez descubra la verdad, será tu fin…. No confíes en que podrás mantenerla en una burbuja para siempre, ignorante de lo que esta sociedad le dirá sobre nosotros…

-Lo sé, Padre… Estoy ultimando esos detalles… sobre todo el tema de sus padres…

-¿Sus padres estarán de acuerdo? Muchas de las niñas que trasladamos no logran que sus padres las dejen viajar a un internado a su edad… Aunque hay algunas que viajan solas…

-Sus padres nunca la dejaran viajar sola- respondo muy convencido- No la dejarían ir si ellos no van con ella.- digo mientras entramos a la sala de sacerdotes.

-¿Y que harás, muchacho? El trato era ayudarte con esa niña para el traslado- espeta Isaías mientras abre uno de los roperos con varias sotanas colgadas-… pero si los padres…

-Ya lo solucioné…-contesto satisfecho-…Los padre de Anita siempre trabajan mucho, pero harán todo por su hija…. Lo sé, debo intentarlo…

-Entonces…- empieza Isaías.

-Esta beca de un internado de tanto prestigio es una importante oportunidad para una niña de un pequeño pueblo, como ella- continuo mientras nos vestíamos con las sotanas.- sus padres no son tontos… si ellos pudieran viajarían por ver que su hija tenga la mejor educación posible

-No puedes llevarte también a sus padres… ¿Acaso eres idiota?… juajuajua…-ríe Isaías cuando se ajustaba- ¿Cuánto estas dispuesto a hacer por esa niña?

-Como dije… ya lo tengo planeado…- le digo- …Tengo fe que todo resultará.

-Pues dejémonos de nimiedades por el momento, no quiero perderme la prueba…me contarás que tienes planeado más tarde- me dice Isaías apresurándome. ¡Vaya cretino!

De seguro ustedes se preguntarán como pensaba lograr que Anita y sus padres viajaran hasta España. Pues verán, siempre supe que un gran obstáculo serían sus padres, pero a la vez también sabía que serían un buen gancho para llevar a su hija donde yo lo quisiera.

Celia y mis otras niñas gimnastas constituían mi placer actual, sin embargo jamás me olvidaría de mi primera niña, mi Anita, por la cual empecé este camino tan glorioso como amante de las más pequeñas.

Mi vida actual estaba casi arruinada. Con mi reputación manchada, sería complicado conseguir un buen empleo en aquel pueblo que conocía mis antecedentes. Solamente me quedaba aferrarme a lo que más me importaba, mi hermosa Rebeca y mi dulce Anita. Y si para lograr mis propósitos con ellas era necesario sacrificar algunos placeres temporales, pues estaba más que dispuesto.

Regresando a la realidad, junto a Isaías caminamos por los pasillos hasta llegar al patio principal que ya estaba repleto de todas las estudiantes del internado ******, agrupadas en filas y columnas por grados y secciones. Listas para la prueba final….

Y si, como algunos habrá deducido de que se trata, hoy las niñas del internado ****, tendrían aquella esperada prueba que solo se daba una vez al año al finalizar las clases. La prueba final que determinaría que niñas del internado conseguirían la tan esperada beca en la sede principal ubicada en España, y claro con ello también me refería al esperado traslado.

Las monjas se encargaron de mantener el orden entre las niñas mientras el resto de los clérigos (conmigo infiltrado entre ellos) y una las superioras nos paramos frente al estrado, listos para dar inicio a la ceremonia.

-Buenos días con todas. Hoy nos reunimos …- comenzó Sor Inés, (la madre superiora del Colegio) con su aburrido discurso de la gran importancia del amor a Dios, la superación y la obediencia. Básicamente todo lo necesario para que las alumnas entendieran la importancia de la prueba final de la “Beca a la Excelencia Espiritual y Cognitiva”.

Pomposo nombre para un casting elaborado por su Eminencia a fin de seleccionar a las “elegidas” para viajar a un internado pagado con fondos del Clero y la Orden. Pero, estimados lectores ¿cuántas de ellas serían realmente elegidas por su conocimiento?… ¿Excelencia Espiritual? ¿Y eso? ¿Cuántas de ellas serían elegidas por ser las más “espirituales”?

Así es amigos, ahí estaba el truco… Evaluar el conocimiento es sencillo, incluso la inteligencia fuera de los libros… pero medir la espiritualidad… llevaba todo el asunto por un lado más gris.

Desconocía cuantas de las niñas serían las elegidas por su “espiritualidad”, sin embargo hoy estaba dispuesto a averiguarlo y asegurarme que de ser necesario mi Anita fuera elegida por dicho motivo. Aunque muy en el fondo sabía que esa sería su única carta a favor ya que mi niña era inteligente, pero no al nivel de las “cerebrito” que habían en su grado. ¡Y vaya que habían varias! No es de extrañar por que el colegio tenía mucho prestigio y recursos.

Después de la corta pero cansina presentación de Sor Inés, cada monja llevó a las niñas de su grupo hacia los salones designados para la prueba final. Pude notar que habían mezclado entre grados y secciones al azar, por lo que niñas de diversas edades podían ir en el mismo grupo.

Mis ojos buscaron rápidamente a Anita, quien estaba en la tercera columna frente a una de las hermanas, iba muy absorta conversando con dos amiguitas entre las cuales estaba Linda (que de seguro sería una de las niñas “espirituales”), quien le habló al oído y comenzó a señalarme cuando notaron mi mirada.

Al pasar por mi lado, mi niña me saludó con una reluciente sonrisa a la cual correspondí de manera sutil. ¡Por Dios, que hermosa se veía con su uniforme!

Cuando la mayoría de niñas pasaron a los salones, Isaías me hizo una seña para que me frenara cuando intente adelantarme a un grupo de clérigos irlandeses que iban a fungir como veedores y seguían a las últimas niñas al salir del patio.

¡JA! Sí claro, veedores… Según le contaban a las niñas, esta prueba era tan importante que recibíamos como veedores a clérigos de la sede principal, enviados por su mismísima “Eminencia” para seleccionar a las elegidas.

Ajustándome la sotana al subir por las escaleras, me preparo para embarcarme en una nueva aventura en este dichoso internado. Hoy en su día más importante del año, me aguardaban muchos desenlaces interesantes, pero eso… eso será motivo de otro relato. Hasta entonces.

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