Microrrelatos del Padre Arturo: Rebeca

Un relato corto del pasado de Rebeca.

Hoy voy a contaros sobre otra de las tantas y deliciosas experiencias que por falta de tiempo y poco aporte a la trama, no fueron incluidos en la línea principal de relatos. Espero lo disfruten:

………………

La parroquia estaba muy calmada para un sábado por la noche. En horas anteriores, podía escucharse murmullos y cánticos desde las aulas que indicaban que el ensayo del coro de la parroquia estaba en pleno auge.

Sin embargo, ya no… ¿Quieres escuchar algo? Pues no lo hay… todo es silencio. Incluso el Padre Eugenio y su ayudante estaban en una diligencia por la unción de un feligrés importante que moriría dentro de poco. No había nada más que silencio… O quizás… quizás no… escuchemos… ¿nada?… Creo que hay algo… pero es muy débil… dejadme acercarme un poco… creo que debemos ir por el pasillo…

Se escucha algo, pero muy débil… por aquel pasillo que da hasta el almacén de la parroquia… ¡Sí! ¡Acabo de escucharlo! Sigamos… Estoy seguro que vino de allí… Quizás si pudiéramos abrir la puerta…

– inserta imagen-

-Ummm…Ummm..Ahhh- gemía Katy parando su colita mientras se apoyaba a 4 patas sobre un mueble frente a la imagen de San *****.

-Uff… Muy bien culoncita… Muy bien… Uff…- bufo tomando a Katy de su cinturita mientras la pequeña se agarra del reposadero de oración.

A cuatro patas sobre el suelo, la pequeña no tenía de otra que aguantar las continuas embestidas que recibía del Padre Arturo, su actual verdugo pero que en su mente infantil fungía como Padre guía en su labor de “niña devota”.

-Ohh…. Joder… Ohh…que ricas nalguitas tienes Katy…. Uff…- bufaba en pleno frenesí sin ocultar la lujuria que invadía mi cuerpo.

Tomándola y apretando sus nalguitas para sentir su turgencia,… eran como dos globitos de carne firmes y suaves como terciopelo que con mis callosos dedos podía palpar toda su amortiguamiento.

-Ahhh… ahhh,… Padreeeee…gime la pequeña casi con su carita contra el suelo. En mi lujuria la apoyé contra el cemento a fin de parar sus preciosas nalguitas…quería escuchar el impacto de mi pelvis con sus posaderas mientras torrentes de placer invadían cada célula de mi cuerpo.

-Ohhhhh…Ohhhh!!!

-Ahhh!!! Ayyy!!! -grita Katy cuando en mi último embate la empuje muy fuerte contra el suelo a fin de dejarle mi corrida dentro de su anito.

-Ohhhhhhh!!! Jodeerrr…-exhalo alcanzando el nirvana que provoca llenar de esperma aquel culito infantil tan deseado por cualquier pedof**** que conociera a Katy-… Muy bien preciosa… ufff.. lo hiciste muy bien…- le digo a la nenita mientras acaricio aquellas nalguitas que hasta hace unos instantes me dieron tanto placer, estaban rojitas por las palmadas y todo el maltrato que conlleva “ser una niña devota”.

Aturdido y regresando del paraíso orgásmico, retiro mi verga de su colita limpiándome mecánicamente entre sus pompis marcando a aquella culoncita como tantas otras veces.

-Padre…- me llama de pronto Katy señalando su colita como siempre que se le hacía algún desgarro. Un hilo de sangre corría desde donde hace unos instantes emergió mi victoriosa verga.

Fui hasta mi maletín, regresando con una compresa y una toalla para limpiarla.

-Tranquila mi vida… ya te hecho la crema…

-Sí, Padre… gracias… me duele mi colita – me dice Katy sobándose las pompis.

-No te preocupes preciosa… Ya sabes que con la gracias de nuestro señor, siempre sanas…

-Padre… hoy Diosito quería darme mucha bendición…

-Si, Katy… es que estabas muy linda y Diosito me dijo que no debíamos perder tiempo… tu sabes que su voluntad es absoluta…

-Si, Padre… Lo sé… Pero me duele…

-Recuerda la parábola del hombre rico que habla con Jesús… – la interrumpo al notar el tono de voz que ponía cuando estaba incómoda.- Al comienzo estaba muy entusiasmado por servir a Dios… pero cuando le pidieron algo más se asustó… y por ello no pudo seguir sus pasos… ¡No te dejes asustar Katy!- le digo con voz solemne.

-No Padre… no me asusto… soy una niña devota… Ay…- repite la pequeña al momento que termino por echarle la crema en su inflamado agujerito.

¡Tan ingenua la culoncita! Sin embargo la pobre Katy, en su devoción ignoraba que su colita adolorida no era completamente responsable de mi frenesí de lujuria. Si bien era cierto que, venir al ensayo del coro con ese vestidito corto morado y unas pantimedias blancas resaltando sus piernitas de princesa, pudo acelerar mis preparativos por cogerme a esa nalgoncita, yo ya venía con la libido a tope por buscar un culito infantil en el cual desahogar a la bestia de mis pantalones. Todo por lo sucedido durante una calurosa tarde en el orfanato.

Pero ¿Qué sucedió en el orfanato que devino en que fuera el doble de rudo con la pequeña Katy? Para responder esto debemos remontarnos unas horas antes…

…………….

El espíritu navideño se hacía presente poco a poco, y con ello mis planes por conseguir a Rebeca necesitaban agilizarse. No deseaba que esa niña pasara Navidad en un lugar tan lúgubre, no lo merecía. Una niña tan bien cuidada y con un cuerpo tallado para la lujuria, pertenecía a otro estrato social ajeno a un orfanato tan humilde.

Ya los trámites estaban muy avanzados y solo esperaba que llegara el Lunes para contar con los papeles necesarios a fin de concretar mi plan. El destino me sonreía una vez más al ofrecer tal monumento de niña para que tomara ventaja de su inocencia, por lo cual no debía desaprovechar tan magnifica oportunidad.

El ambiente del orfanato podría desanimar a cualquiera, sin embargo para mí era una nueva oportunidad, gracias a ello logré inventarme una nueva excusa a fin de visitar aquel orfanato y acercarme a esa niña culona.

Siempre me he considerado una persona muy activa, tanto en mi vida social como en la Parroquia, gracias a ello he logrado disfrutar de muchas oportunidades para gozar de lindas nenitas. Valiéndome de mi cercanía con la madre superiora, podía darme el lujo de circular por los pasillos del orfanato sin levantar muchas sospechas y entablar amistad con algunas de las monjas.

Sabía que en ocasiones, Silvia y Rebeca a veces gustaban de jugar en el patio y como una de las monjas vigilaban los juegos de tod@s los niñ@s, por lo cual me acerqué hasta ella. Le propuse que sería una buena actividad si los niños me ayudaban con la decoración del orfanato por motivos navideños, para lo cual había llevado varios adornos y materiales para decorar.

Como sabía que la hermana deseaba librarse de la molesta tarea de cuidarlos, no fue una sorpresa que aceptara complacida. Me dio completa libertad para ordenar a los niños a que hicieran dibujos o recortaran moldes de la caja. Sin embargo, también sugerí que necesitaba a 3 niños para decorar mi tópico, y aproveché para escoger a Carlos, Silvia y Rebeca, aquella niña nalgona de 8 añitos. Rebeca estaba ¡ufff! Con una falda que se notaba que no era de su talla (y era comprensible ya que en el orfanato les daban la ropa que venía de las donaciones), y por consiguiente no ocultaba las carnes de la pequeña.

Tome a los 3 y me los llevé hasta el tópico para enseñarles como se pegaban adornos usando las cintas. Cuando todos lo hicieron bien, designé a Carlos y Silvia para que comenzaran a pegar afuera del tópico, desde la puerta hasta el pasillo dejándoles casi todos los adornos que me sobraron de las decoraciones del colegio parroquial (valió la pena quedarse ayudando con la limpieza del mismo) y me quedé con Rebeca dentro del tópico.

Gracias a esta táctica tendría completa libertad para aislarme con aquella niña nalgona sin el temor de que alguna monja llegara de improviso (como hasta hace unos días cuando una de ellas me encontró con Rebeca en el tópico, pero yo puse la excusa que la niña se había cortado jugando) y si esto pasaba los niños me observarían.

-¿Qué vamos a hacer señor doctor?- pregunta la niña al verme sacar un rollo de papelógrafo y unos moldes grandes de mi mochila.

-Quiero que dibujes unas figuras para decorar…

-¿No voy a pegar con Silvia y Carlos?- pregunta la nena.

-No preciosa… ven aquí…- le digo emocionado tomándola de los hombros y colocándola frente a la mesa baja que tenía dentro del tópico.

-No puedo sentarme?- pregunta la niña nalgona.

-No preciosa… el papelógrafo es grande y además tengo que enseñarte como vas a dibujar…-le digo mirando de reojo aquel rabo de mujer en el cuerpo de una niña de 8 años. Me relamí como un depredador que acaba de guiar a su presa hasta sus fauces y se prepara para gozar de las carnes de semejante monumento de niña.- Apóyate sobre la mesa para que llegues… muy bien!

-¿Este es un reno?- pregunta Rebeca tomando el molde justo cuando extendí un papelógrafo sobre la mesa, dejando marcadores a un costado de la misma.

-Así es pequeña, vas a dibujar uno de este tamaño- le digo mientras tomo en mis manos el enorme molde arrugado y lo coloco sobre el papelógrafo. En ese acercamiento tuve a Rebeca frente a mí y cuando extendí el molde me pegué a la pequeña que estaba apoyada contra el borde, todo para sentir como mi entrepierna rebotó en aquel culazo de mujer. ¡Que delicia!

-¿Cuántos renos vamos a dibujar?- pregunta la pequeña al ver que tenía varios papelógrafos en la mochila.

-Veamos… necesitamos por lo menos 10…-contestó inventándome un número que me permitiera gozar de la niña culona sin demorar más de la cuenta.- Ahora… toma el marcador y empieza aquí… muy bien…- la felicito al ver que la pequeña comenzó a dibujar suavemente sobre el papel…

Al igual que cuando jugaba en mi laptop, Rebeca volvió a hundirse en aquel desinterés de su alrededor, convirtiéndose en presa fácil para cualquier depravado que deseara aprovecharse de su inocencia.

-♫ Son tres magos en tres camellos..♫ – comienza a cantar la pequeña mientras dibujaba alegremente, al mismo tiempo que por mi lado la tomé del hombro observando aquel tesoro exuberante frente a mí justo antes de pegar mi entrepierna donde debía estar la raja de su culote.

– inserta imagen –

-Uff… muy bien… lo estás haciendo bien, Rebeca…Ohh…-exhalo de placer al por fin poder puntear a tan culona niña.-….Despacio pequeña… despacio…Uff… Si dibujas despacio te va a salir más bonito….¿no quieres que te salga un dibujo muy bonito?

-Siii… – contesta Rebeca y comienza a dibujar más finamente dándome tiempo de poder degustar de su figura de mujer en el cuerpo de una niña.

Mi verga punzaba gloriosa en su culote, ansiando por fin vencer aquella tela que me separaba de gozar directamente de las carnes de Rebeca. La niña envuelta en la tarea de dibujar, y con la confianza ganada de tantos acercamientos, no parecía incomodarle mis vulgares acosos. Sin embargo, a diferencia de la vez que usé los juegos, yo sabía que dibujar no sería suficiente para se distraerla por completo.

A su edad, por más tontitas que sean, si no eres cuidadoso pueden notar que no todo anda bien. Quizás a una nenita de 6 añitos puedas puntearla así y simular un juego pero con una de 8 las cosas pueden complicarse. Es por ello que ya tenía preparado algo más.

-Dime Rebeca, no me ibas a contar de lo que sucedió en la misa de ****** (fecha célebre y religiosa del país, por ello la censura)- le pregunto a la niña mientras permanecía pegado a Rebeca.

-Ah! Sii… Verá señor doctor… la hermana…- y Rebeca comenzó a contarme una travesura que hicieron los niños durante la misa, al mismo tiempo que continuaba dibujando.

La pobre solo tenía de amiga a la pequeña Silvia que no era de su edad, y realmente necesitaba de alguien que la escuche. Ya en confianza (como les conté en relatos anteriores del orfanato), desde que Rebeca me contó muchas cosas de su pasado, la niña se moría de ganas de hablar de cualquier cosa con tal de sentirse escuchada. Algo natural en las niñas de su edad y de lo cual planeaba aprovecharme a fin de tomar ventaja de su voluptuosa figura.

-Uff… ufff… muy bien preciosa… entonces Carlos y los demás lo hicieron… ¿y donde estaban tu y Silvia?- pregunto al mismo tiempo coloco mi rostro sobre su hombro.

-Siii señor doctor… nosotras estábamos en el pasillo y por poco la hermana ***** nos encuentra cuando salió a buscarlos….- responde la niña pidiéndome otro papelógrafo a lo cual rápidamente cambié para continuar pegado a su culote.- ¡Me hubieran acusado de nuevo!

-Jejeje… tranquila princesa… Si eso pasaba yo hubiera intercedido por ti…Ohhh…- exhalo justo en el momento que sin poder contenerme efectúo tal movimiento pélvico que moví un poco a Rebeca de su incómoda posición.

-Nooo… -se lamenta la pequeña por mi descuido-… me salió mal el trazo…

-Tranquila princesa… Venga yo te voy a ayudar a corregirlo…- le digo tomándola de su manita y cogiendo un plumón de otro color mientras continuaba pegando mi entrepierna a su culote. Comenzamos a dibujar juntos a lo cual Rebeca se quedó encantada porque logramos cerrar aquel trazo fallido al mezclarlo con el marcador de otro color y de esa forma no quedara arruinado el papelógrafo.

-Sii.. Gracias señor doctor… pero ¿porqué dibujamos en esta posición?

¡La inminente pregunta! Sin embargo, yo también tenía preparada la inminente respuesta.

– Porque si te equivocas tenemos que corregirlo rápidamente porque el marcador se seca y luego se va a ver muy feo el dibujo… Mira que bonito quedó cuando mezclamos ambos colores…- la animo queriendo distraerla de aquel detalle.- Anda sigue dibujando Rebeca, que yo estoy muy cerca de ti para ayudarte apenas te equivoques…. (aun cuando fue por mi culpa su error jeje…)

¡Qué pobre respuesta! ¿No te podías inventar algo mejor? … de seguro serán algunos comentarios que cruzaran por vuestras mentes (no de todos), pero dejaros que os diga: cuando una niña llega a cierto grado de confianza contigo, las excusas tontas pueden funcionar si les imprimes solo un poco de lógica. ¡No os lo creeríais cuantas veces me he salido con la mía!

Es un hecho que tod@s l@s niñ@s buscan agradar a los adultos de su alrededor y apenas uno sea de su confianza aceptaran sin chistar algunos pequeños malentendidos confiando en su palabra. Sumándole ello al hecho de que Rebeca era algo despistada emocionalmente para su edad, ambos casos hacían una combinación perfecta para que alguien de su confianza sacara provecho de ello.

Claro que si fuera un recién llegado al orfanato y se tratara de mi primer acercamiento a Rebeca, usar esta técnica sería casi un suicidio de mi parte. ¡Joder, tan tonta no es!

Sin embargo, al volver a sus dibujos, la nena me dejaba libre albedrio sobre su curvilínea figura de fujer en un cuerpo de niña. La tenía tan cerca de mí que sentía su respiración cuando colocaba mi cabeza sobre su hombro para observar como dibujaba con el molde.

-Bien… Uff… trata de no presionar mucho el plumón, Ohh… ¿Vale?

-Si…- responde la niña aun concentrada mientras seguía en pompa ofreciendo su culazo de mujer.

-¡Qué bonito! Ahora el siguiente.– le comento al mismo tiempo que aprovechó para querer cambiar de papelógrafo, pero Rebeca lo hizo solita, lo cual me daría más tiempo de gozo.-…Continúa… Ufff… ¿Y que les dijo la hermana cuando los atrapó?

Rebeca siguió parloteando y dibujando dejándome vía libre para proseguir mis vulgares acosos a su exuberante figura. Sintiéndome más seguro procuro dejarme envolver en el placer y atraer nuevamente hacia mí esas caderas que me tenían loco. Solo eso necesitaba, aquel culazo de mujer, para dejarme llevar por la lujuria y sentir esas nalgotas amortiguar mis embates.

¡Joder, pero que monumento de niña! Poseso de placer me la imaginaba desnuda apoyada sobre esa mesa y con su culote abierto por mi verga mientras la tenía gritando con su vocecita de niña ante mis embates. ¡Apuesto que los soportaba como una adulta!

Ya con la situación controlada sentía como mi miembro totalmente erecto punzaba esas nalgas y hasta me daba el gusto de palpitar en ellas… ¡Aplastar la verga en sus carnes era el paraíso!

Rebeca hablaba y hablaba pero yo solo le respondía con bufidos y algún que otro monosílabo sin importancia, ¿Y a quien demonios le puede importar lo que salga de su boca mientras se mantenga en pompa ofreciendo su mayor atributo? Sea el caso que fuere me estaba aprovechando de esa niña para saciar mis bajos instintos y al parecer ella no hacía nada por evitarlo.

Envuelto en mi mundo, imaginaba que me la follaba mientras la punzaba con mi verga, en este tópico, en la sala de mi casa, en mi habitación, en el baño…. Ohhh… siii… ¡Que delicia! Definitivamente su primera vez debía ser en mi tina de baño…. Verla desnudita exhibiendo sus carnes podría llevarme a la locura al punto de violarla brutalmente, pero bien valdrían los cientos de años que me darían por semejantes crímenes…

-Ohhh!! Ohhh!!

-… pero luego Silvia me dijo que regresáramos y…

– Ohhh… Ya veo… Ohhh….

¡Increíble! La visión de violar a semejante monumento de niña me desquiciaba a cada segundo… aunque estaba seguro que luego podría engañarla para que disfrute del sexo como mis otras nenitas, esa primera visión de tenerla desnudita, sometida y abierta por su cola podía ser el mayor afrodisiaco que existe.

Mis latidos iban en aumento al igual que mis punzadas al culazo de la pequeña Rebeca… Ya sus palabras no tenían el menor efecto en mí, de mi boca solo salían bufidos ininteligibles mientras me iba aproximando cada vez más al inevitable clímax…. hasta que…

¡Toc! ¡Toc! Sonó desde la puerta justo antes de que fuera abierta e ingresaran Carlos y Silvia. Por mi parte me levanté muy rápidamente de Rebeca, al punto que estaba seguro que ambos no notaron nada sospechoso.

– Padre ya colocamos los adornos…- dijo Silvia dejando las cintas sobrantes en la mesa.

– ¿Qué dibujas? – pregunta Carlos al ver que Rebeca seguía apoyada contra la mesa.

– Unos renos para colgarlos en la pared- contesta la niña volviendo a su timidez inicial.

– Que divertido – celebra Silvia acercándose a su amiga.

– Muy bien, emm…. Que os parece si ayudan a Rebeca a terminarlos… es muy fácil… ella puede enseñaros como… – digo justo antes de dirigirme hasta la puerta.

Cuando me levanté por la sorpresa, estaba casi a punto de eyacular y decidí dirigirme al baño para darme una paja final pensando en Rebeca.

En el silencio de ese pequeño cubículo podía recordar aquella voluptuosa figura de mujer en el cuerpo de una niña mientras le dedicaba cada corrida que con potencia manchaba las paredes de esa minúscula habitación

¡Increíble! Esa niña culona tenía un cuerpo tallado para el pecado y no me podía imaginar la muchedumbre que en un futuro haría cola por cogerse a tan nalgona criatura. ¡Y yo deseaba estar en primera fila!

Ya más calmado por haberme desahogado regreso hacia el tópico donde los encontré terminando los dibujos de Rebeca. Con ayuda de los 3 logré colocarlos alrededor del tópico mientras iba reflexionando dentro de mi ser:

No había marcha atrás, si en algún momento tuve un pequeño temor ahora se había ido. Me iba a llevar conmigo a esa niña, cueste lo que cueste y pase lo que pase. Oportunidades como esta solo se presentan una vez en la vida. ¡Al diablo con las consecuencias!

Pasaron varios minutos y no tardó en llegar la hermana que me dio permiso para traerlos. Les dijo que ya había pasado buen rato y tocaba la oración de la tarde, por lo cual se los llevó.
Lo poco que recuerdo una vez que los despaché y pude observar de espaldas a la culona Rebeca, fue mirar nuevamente a mi entrepierna y notar como la erección volvía manifestarse. ¡Increíble! La exuberancia de esa niña era una viagra natural capaz de despertar a los muertos de su letargo y darles una segunda vida.

Mi humanidad actuaba instintivamente pero fue lo suficientemente cuerda para no cometer alguna locura intentando saciar mi lujuria con Rebeca, ya teniendo a otra niña culoncita disponible si me daba el trabajo de amañar lo necesario para ello. ¡A 100 km/h con rumbo a la parroquia!

Una vez ingresé a esta por la puerta de la capilla, comencé a acechar el cuarto del coro… cual depredador vigila a su presa esperando el momento justo para saltar sobre ella… lo cual sucedió 20 minutos después cuando fue el turno de Katy para ir al pequeño baño ubicado a 2 aulas del coro.

La pequeña caminaba delicadamente hasta el pequeño baño, viéndose muy sexy a mis ojos de ped**** por sus pantimedias blancas, donde finalmente entró y cerró su puerta mientras yo andaba pegado a la misma, escuchando miccionar a la pequeña. Cuando terminó y pude escuchar el grifo del lavabo, me paré frente a su puerta listo para el asalto. Mire a los lados… nadie se asomaba por aquel pasillo… La nalgoncita no tenía escapatoria…

-Ay… Padre!- dio un gritito Katy cuando al abrir la puerta terminó siendo empujada por mi humanidad que la devolvió hacia dentro del baño y cerró la única salida detrás de mí.

-Katy… mi preciosa Katy… Uff… ¿Cómo estas hoy, princesa? Ohhh ¿Por qué lo pregunto?- le digo justo cuando me arrodillo frente a ella para levantar su vestidito morado, meter mi mano derecha por debajo de sus pantimedias blancas y bajarle sus braguitas.-….si has venido muy linda hoy…. ¿Es un vestidito nuevo, otra vez?

-Sí Padre… Ay…- contesta Katy justo cuando comienzo a manosear su colita directamente-… mi mami me lo compró por el examen de matemáticas que saque excelente…Ay!.- dio otro gritito Katy cuando por el ímpetu en mis tocamientos, presioné uno de mis dedos dentro de su anito. ¡Menuda suerte!, pensé cuando la nena dijo lo de su examen.

-Uy lo siento preciosa…- respondo retirando mi dedo para ensalivarlo antes de reintentar la invasión de su agujerito-…pero como has sacado un excelente… Diosito reclama que seas agradecida con él…y… tu colita… ¡Sí, eso es! Diosito reclama tu linda colita para darte mucha bendición…

-¿Diosito me necesita?- pregunta Katy observando como mis dedos se hundían dentro de su culito. Luego la nena volteó para ver como le asentía con la cabeza mientras babeaba de deseo por ella- Está bien Padre… Le diré a mi papito que me quedaré… por… por…

– Yo sé que se te ocurrirá algo… No olvides que Diosito requiere de ti…-le digo al mismo tiempo que aprieto una de sus nalguitas, para sentir su turgencia-… y tu prometiste obedecerlo…

Y es que ahora Katy es tan devota que, al igual que Anita, me ayuda a inventarle excusas a sus papis, a fin de que estos no sospechen de nuestras “alabanzas”. Al principio necesitaba de mi ayuda pero luego ella solita lograba inventar alguna mentira venial (posteriormente la pequeña me la confesaba para darle su penitencia) a fin de guardar el secreto de nuestros encuentros.

Con ansias aguardé el fin de su ensayo de coro, para finalmente llevarme a esa nalgoncita hasta aquel almacén de la parroquia donde pude dar rienda suelta al monstruo hambriento de niñas que escondían mis pantalones. ¡Brutal desahogo!

Y creo que hasta allí comenzaba nuestra historia no? Jeje… El resto ya lo conocen… sobre como aquella culoncita de 7 añitos me sirvió de desahogo sexual tras lo sucedido en el orfanato…

Ahora Katy es tan devota, que busca ofrecer su pequeña figura para saciar la lujuria de un degenerado como vuestro humilde servidor, todo con el fin de mantener su status dentro de su escuela y el coro….

Casi me recuerda a cuando Anita pidió tomar la primera comunión a su corta edad… pero eso… eso será motivo de otro microrrelato. Hasta entonces.

Leave a comment