Secretos de Rebeca parte 11: Negociaciones peligrosas

Mi nena al fin conoce quien es su chantajista principal y debera tomar medidas para enfrentarlo. Veamos como le va…

Antes de volver a donde nos quedamos en el relato anterior de Rebeca, debo relataros una experiencia más que no pude agregar la última vez ya que lo haría muy extenso y realmente deseaba contaros. Pues ahí vamos:

Otro sábado era otro día más que mi Rebeca estaba encargada de las tareas del hogar. Desde la mañana tenía que llevar la ropa a la lavadora, sacar a airear las sábanas, barrer y fregar aquel departamento de 90m2 donde tenían residencia junto a tía Vero y su hija Danna.

En ocasiones anteriores al menos contaba con que mi prima Verónica se fuera de trabajo con los misioneros, pero hoy día estaba libre y se los pasaba atendiendo a Danna o cocinando. Por lo cual, mi nenita tuvo que iniciar desde muy temprano y no tomarse su tiempo como lo haría cualquier otro sábado.

Como su tía no estaba muy al corriente de ella, podía darse el lujo de llevar su móvil y de cuando en cuando ponerse a chatear con su amiga Sally mientras veía su nuevo Instagram que se creó hace unos días.

No era un Instagram como el de antes compartido con amigas, este era un Instagram propio de ella misma y que la misma Sally le animo a creárselo bajo la promesa que le ayudaría a administrarlo para que consiguiera muchos seguidores.

La idea al principio asustó a mi nenita, conociendo su anterior problema con su maestro Aquilino, pero Sally tenía mucha influencia en mi nenita que tardó apenas una semana en convencerla, mandándole capturas de otras niñas que tenían muchos seguidores y fotos, le hacía recordar lo popular que eran Carla y otras amiguitas suyas. Volvía a su mente aquellos tiempos de cuando con sus amiguitas sentía muy bonito andar posando y haciendo videos.

Sally le prometió que ella se encargaría de todo, así como protegerla de que la descubrieran, censurando su rostro, usando filtros y varias cosillas que al comienzo no la convencían pero que terminó haciendo ceder a nuestra nalgona.

Y es que el asunto de llamar la atención por ella misma, la tenía muy picada y con ganitas por todo lo que le contaba Sally sobre otras niñas que hacían lo mismo y lo populares que eran. Rebeca andaba en una etapa de descubrimiento, pero también de llamar la atención.

Comenzaron con fotitos casuales, algo desenfocadas porque mi nenita le faltaba practica posando ella sola y al mismo tiempo irse sacando fotitos, ya que andaba más acostumbrada a solo posar. Sin embargo, su “amiga” de internet le fue ayudando con todos los detalles, editando sus fotos y publicando todo lo que le pedía.

¡Y es que no paraban de llegar los seguidores! Mi nenita no creía como una solo foto suya podía llegar a 1000 “Me gusta”. Impresionada, comenzó a ver como atraía más interacciones para su perfil conforme pasaban los minutos.

Miró su última foto, había salido con su remera y faldita, luego cambió a la misma, pero de perfil donde se veía la silueta de su tremendo tesoro… ¡UFFF! La pequeña de 10 añitos consiguió 2500 “Me gusta”, y sus seguidores ya casi llegaban a los 4 dígitos…

¡Increíble! Mi nenita no estaba acostumbrada a conseguir tales números ella solita. Poco a poco iba agarrándole gusto a dejarse ver, de hecho, ya lo tenía y seguía todos los consejos que su amiga le diera para seguir ganando más admiradores.

Si bien Sally se encargaba de moderar sus comentarios, la mayoría eran tipos diciéndole cositas a mi nena, tales como:

“Que linda muñeca / Que bella estas, muñeca / Precioso tu cuerpo linda Princesita / K bien te estiras / eres muy bonita reina un besito bb”

Al leerlos Rebeca iba subiendo mucho su autoestima y compensando aquellos momentos que estaba alejada de sus amantes que la elogiaban tanto por su tremenda figura.

Fue así, que hoy, revisando sus fotitos y los “me gusta” que tenían, se le ocurrió sacarse una fotito en la terraza del edificio. Total, no andaba mal vestida, de hecho, su usual ropa de día era cortita tal como le gustaba a sus seguidores: una faldita celeste y un topcito rosado ante el inusitado calor de estos días.

La terraza del edificio solo tenía una habitación prefabricada que servía para administrar algunos servicios de bombeo de agua para todos los inquilinos. Si bien mi nenita sabía que hasta hace poco estaban haciendo obras en el piso, supuestamente hoy ya no habría nadie merodeando.

Muy confiada, interrumpió sus tareas domésticas y subió por las escaleras. Dejó la escoba justo en el acceso al último piso y ascendió libremente hacia la terraza.

El sol andaba deslumbrante en un día despejado y rápidamente deslumbró a mi niña que caminó cubriéndose los ojos hasta llegar al filo del cercado desde donde podía observar las viviendas cercanas. A lo lejos podía verse un parque muy bonito, que serviría de fondo para su instantánea.

Sacando el móvil, mi nenita se acomodó sobre el cercado queriendo captar una gran toma del horizonte antes de sacarse la fotito, cuando…

-¡Qué pasó nalgona! – suelta un sujeto apareciendo por detrás.

Una figura emergió de quien sabe dónde, tomando por sorpresa a la imprudente nenita que, al taparse la vista por el sol, evitó que pudiera prestar atención a su alrededor como para notar a alguna figura cercana.

-¡Ayy…! -chilla mi niña con un brinco y hace un esfuerzo por evitar que se le caiga el móvil.

El tipo del overol aparecía nuevamente frente a ella, desde detrás del muro y abrazándola por detrás. Rebeca sintió como nuevamente aquel ser tan alto que la cargaba con suma facilidad, al mismo tiempo que se impregnaba en suu olfato aquel olor a soldadura.

-Vengase para aquí, nalgona… Jejej…- ríe el sujeto jalando a mi nenita hasta la habitación de llaves de presión de agua.

Arrastrada por el susodicho, mi nenita ingresó con el sujeto en la única habitación prefabricada que justo daba al tragaluz del edificio.

-Señor Manol…- empezó mi nenita justo al momento de ser tomada del rostro y besuqueada.

¡Impensado! Rebeca sintió como su boquita infantil fue invadida por aquella lengua viperina que buscaba desesperadamente la suya, juntándose ambas en un morreo altamente lascivo del cual mi nenita no pudo escapar.

Aquel sabor a alcohol característico le dejó a mi niña un amargo total en sus labios, pero que en otras ocasiones resistió estoicamente, ya teniendo experiencia con otros adultos que osaban probar sus tiernos labios. Sin embargo, Rebeca podía sentir la técnica del susodicho deslizando su lengua sobre la suya, arrancándole un calorcito que invadió su cuerpo.

Cuando mi niña recuperó el aire apenas atinó a preguntar:

-¿Cómo…porqué…?

-¿Pensó que se libraría de mí tan fácil? Jejej… Pues no, nalgona. La dueña me ha pedido que haga un par de trabajillos más…

¡Inesperado! Mi nenita que había contado los días pensando que el tipo se marcharía pronto, sin saber si sentir alivio o nostalgia, nuevamente volvía a equivocarse y la osadía del tipo del overall salía triunfante.

Sus manos que la aferraban hasta hace unos instantes para el besuqueo aflojaron un poco, y una de ellas bajó por su abdomen hasta levantar su faldita e internarse por encima de su calzón.

-Siempre le gusta andar con falditas muy cortitas, nalgona… Jeje…

-Pero…

-¿Te gusta siempre andar exhibiéndote a todo el mundo? Seduciendo a adultos como lo hiciste conmigo y mi compadre…

-No, don Manolo… yo no…- contesta Rebeca sintiendo como aquellas manos rugosas levantaron la tela de sus braguitas y se internaron entre sus tiernos labios vaginales.

-Naaah… yo sé que es porque ansias que te vean esa cola tan bella que tienes… Jeje… se nota que eres un tremendo zorrón…Ufff!!- bufa el tipo extasiado al mismo tiempo que con su saliva humedece un par de dedos y vuelve para restregarlos por toda la conchita de mi Rebeca.

-Ummm… no, don Manolo, se equivoca…

-Y también así pueden masajearte mejor esta panocha tan sabrosa que tienes… Muack… muack!!- le manda dos besos fortísimos que mi nenita se los imaginó nuevamente sobre su rajita lampiña y la llenó de pensamientos muy morbosos.

-Umm….

Rebeca en su mente volvía a revivir como le devoraron su rajita hace unos días, abriéndola de par en par para comérsela enterita y arrancarle gemiditos preciosos que ansiaba tanto por soltar. Mi niña era gritoncita en el sexo y bastaba eso para ponerla cachondísima.

-Usted mi amor sabe que yo sé tratar a una nenita tan caliente como vos…- suelta el sujeto moviendo fuerte sus dedos sobre el clítoris de Rebeca.

-AMMMM!! Uhhhhh… No tan rápido, don Manolo… Uhhh…

-¿No te gusta?

-Ummm… Ahh…. UMMM!!

Mi nenita ya no respondió, sino que se dedico a dejarse llevar por el placer que le ocasionaban aquellos dedos que casi instantáneamente hacían estragos en su rajita.

-Jejej… ¿ahora no me apartas, no es verdad?… Jeje..

-Ummm….ummm…

-En realidad sé que querías volver a verme, ¿no es así nalgona?…

El tipo la giró para ahora abrazarla por delante de tal forma que pudiera descender con sus manos rugosas por todo el derriere de mi nenita.

-¿Sabe por qué? – le dice bajando su rostro a la altura del de mi niña para hablarle al oído.

-No sé…- suelta mi nenita, pero no con voz de miedo, sino haciendo su típica vocecita inocente que nos vuelve locos a todos.

El tipo del overol sonríe y de pronto le suelta una nalgada a mi nenita.

-¡Ay! – suelta mi niña con un gritito riquísimo.

-Porque yo sé que le ha gustado como traté a este rabo de mujer… Jeje…- le dice en voz baja

– ….. Umm …..- mi nenita permaneció en silencio pero sin querer se le escapó un gemidito imperceptible al recordar lo sucedido hace una semana.

Aquel morboso encuentro entre un trabajador cuarentón y una nenita de 10 añitos, donde ambos se entregaron a las llamas de la pasión bajo la excusa de un trato que ambos parecían olvidar por momentos. Y es que, si bien al comienzo mi nenita mostró reticencias, finalmente terminó dejándose llevar y escalando a la cima del placer hedónico.

-Ammm…. Umm….

-¿Le gustó, eh nalgona? Como le dejé este culote tan bueno que tiene… estabas gritando como loquita sobre tu cama…

¡Y sí! Rebeca recordaba claramente semejante cogida y sobre todo como el tipejo la abrió por la cola, dándole sin descanso y bajándole la calentura acumulada por días. Sin duda toda la experiencia del susodicho se vertió en complacer a la nalgona que sentía espasmos de tan solo sentir esas viriles manos recorrer sus despampanantes curvas.

-Pero hoy parece que tu tía se quedó en casa…

-Sii… mi tía…

-Así que no podremos usar tu cama para “jugar” …

-Ummm….

-Jeje… pero se te nota con ganas de que repitamos lo que pasó, nalgona… – le dice el tipejo levantando su faldita de mi nena y jalando su calzón hacia arriba para levantar más su tremendo culote.

¡TAZZZ! ¡TTAZZ! Sin previo aviso el sujeto la nalgueó duro…

-AYYYY… Ummmmm…- mi nenita chilló por la nalgada, pero aquel murmullo final indicaba que le encantó volver a sentir un azote en su culote.

-Jeje… Pues aquí arriba tenemos privacidad… podemos jugar los dos solitos…

Mi nenita rápidamente comenzó a fantasear igual que hace una semana, cuando el procaz susodicho osó con tentarla y ella terminó cayendo en sus garras.

Ya con lo vivido aquella vez, toda la estimulación sobre ella era suficiente para que este tipejo tuviera la fortuna de conseguir el mayor premio deseado. Para quien la viere en ese momento, estaba clarísimo que mi nenita no se opondría a lo que estaba por ocurrir…

-¡REBECA!

De pronto se escuchó una voz llegar desde las escaleras pisos abajo. Era la voz inconfundible de mi prima que la llamaba.

Aquella voz hizo que mi nenita saliera del trance en el que se encontraba como si la hubieran metido en agua helada.

-¡Me llama mi tía! – exclamó Rebeca asustada y saliendo de todo la calentura casi por obligación.

-Joooo… parece que no nos da tiempo…- replica el sujeto, aunque aún sin perder la sonrisa y definitivamente sin dejar de manosear el culazo de mi pequeña.

-Debo ir…- implora mi nenita, asustada porque Verónica pudiera encontrarlos.

-Yayaya… no se preocupe, nalgona…- le dice, aunque aún sin soltarla.

Bajó el rostro y le habló directamente al oído de mi pequeña:

-Voy a trabajar aquí hasta la tarde, pequeña… Si desea puede venir a verme y lo pasamos muy rico los dos, jeje…

Acto seguido el tipo soltó a mi nenita que por un instante se sorprendió con la descarada proposición del susodicho.

-Don Manolo…- contesta apenas Rebeca saliendo de la habitación.

-Ya sabe donde encontrarme, preciosa… la estaré esperando… Jejej…- ríe el tipo momentos antes de cerrar la portezuela y dejar a mi nenita sola en la terraza.

-¡REBECA! ¡JODER, ¿Dónde se ha metido esa niña?!

Al escuchar aquellas últimas palabras, Rebeca bajó corriendo por las escaleras y tomó la escoba que había dejado en el barandal cerca de la escalera.

Aún seguía pensando en lo sucedido hace instantes, pero la premura por contestar a su tía hizo que lo dejara por un momento de lado mientras descendía por los escalones hasta encontrársela en el corredor.

-¿Qué haces arriba? Necesito que me ayudes sacando la basura para que pueda empezar a cocinar…- le reclama mi prima llevando una bolsa de comestibles.

-Lo siento, tía… – se disculpa mi nenita pasando a su lado para ingresar al departamento

-Nuevamente holgazaneando…- la resondra Vero, pero al mismo tiempo deja que pase a la cocina donde la requería.

La siguiente hora se trató de Rebeca ayudando a mi prima a preparar el almuerzo. Iban a almorzar ellas primero ya que Danna aún seguía en su siesta, por lo cual mi prima se dedicó a lavar los servicios una vez terminado el almuerzo, para dejar que mi nenita continuara limpiando el corredor que estaba a medias.

En aquel interín, nuevamente volvían las preguntas a la mente de mi Rebeca, por todo lo sucedido hace poco con su vulgar acosador:

¿Qué era correcto? ¿Estaba bien dejarse llevar por la lujuria y disfrutar de su figura? ¿Repetir lo sucedido aun cuando ahora parecía más exigencia de ella por su calentura? ¿Estaba bien dejarle saber al sujeto lo dispuesta que estaba? ¿Estaba bien no consultar con Sally? ¿Era mejor esperar a que se conectara y consultarle? Tantas preguntas que mi nenita se hacía pero que no obtenía respuesta definitiva. Sin embargo, cuando faltan respuestas y el tiempo apremia empiezan a tomar fuerza los instintos primitivos, mucho más en una nenita tontita como mi Rebeca que odiaba lo complicado y gustaba lo simple.

Sobre todo, ahora que iba desarrollando el gusto por disfrutar de su sexualidad a sus 10 añitos, con los relatos, videos, fotos y sobre todo sus experiencias propias. Aquellas invaluables experiencias que casi ninguna nenita de su edad alcanzaría a conseguir y ella solita se había granjeado gracias a sus prominentes curvas que atraen a hombres de todas las edades.

Don Manolo la había llevado a conocer varios aspectos de su sexualidad que solo un adulto le podría enseñar a una nenita. El sentirse sometida nuevamente como con su maestro Aquilino, era algo que no experimentaba desde hace tiempo y la traía muy cachondísima.

Mi nena estaba rodeada de chantajistas (Victorino, Aquilino y Paco) que siempre la amenazaban y adultos amantes (Lucio y Jason) que seguían sus órdenes para obtener sus favores, pero faltaba un intermedio entre ellos. Algún sujeto que despertara en ella aquel sentimiento de sentirse sometida a obedecerlos al mismo tiempo que su sola presencia despertara en ella sentimientos morbosos… ¡y el afortunado era el tipo del overall!

Rebeca había tomado una decisión… Acomodándose su faldita y su topcito, salió hasta donde estaba tía Vero dándole de comer a Danna, en la cocina que justo daba al tragaluz del edificio.

-Tía, porsiacaso llegó don Manolo.

-¿Llegó don Manolo?

-Sí…

-Ay! ¿Pero llegó recién o hace mucho?

-Recién… – mintió mi nenita-… se le ve con mucho calor por el sol, tía.

¡Salute! Mi Rebeca aprovechaba el hecho que tía Vero hace poco se había cruzado con el tipo cuando casi los atrapa en plenos manoseos en medio del corredor. En ese momento, el sujeto para salir de la situación se puso a conversar muy locuaz con mi prima e incluso se ofreció a ayudarla reparando la licuadora que andaba fallando desde hace días. Por lo cual, Vero le estuvo agradecida y siempre gustaba de invitarle un Coca Cola cuando lo viera trabajando en el lugar.

-Pues súbele una bebida que de seguro está muy cansado por el calor y yo estoy ocupada…- le dice mi prima terminando de colocar la silla de Danna en la cocina, lo cual indicaba que estaba por darle de comer- … ¡Y salúdalo bien!… – agrega como siempre que la manda con algún adulto, pensando que mi nenita no tenía modales.

¡Y vaya que de seguro le saludaría “bien”! Abochornada como estaba, con el corazón reventándole de emoción, Rebeca sirvió un vaso grande de Coca Cola del refrigerador y lo puso en un platito para llevarlo hacia la terraza del último piso.

Lentamente subió por las escaleras, cual si fuera una presa que va voluntariamente al matadero, Rebeca ascendió por los peldaños que la dirigían hasta el último piso del edificio.

Apenas llegó al borde de la escalera, vio a don Manolo con la puerta abierta de la única habitación mientras él con una llave inglesa arreglaba las cañerías de vapor para el edificio.

El tipo sonrío burlonamente al verla, al mismo tiempo que mi nenita seguía avanzando aún temblorosa pero no de miedo sino de emoción y cachondez por lo que estaba por suceder.

Todo fue tan rápido, inmediatamente sintió como aquel ser hambriento de niña fue tras su presa que había llegado voluntariamente. Lo siguiente que supo fue que estaba contra el murete de la ventana, maniatada por aquel ser tan alto y con aliento a cerveza en plena tarde.

Su faldita fue levantada y sus exuberantes caderotas puestas en pompa mientras subida en un banquito se apoyaba contra el alfeizar de la ventana, mirando hacia el tragaluz pisos abajo. Sintió nuevamente aquellas manos trabajadoras pasearse por sus curvas de mujer, dejándole sentir aquella rugosidad sobre su piel tersa como la seda.

-Sabía que vendrías, mi nalgona… lo sabía… Jeje…- sonríe el tipejo amasando las posaderas de mi niña al mismo tiempo que dejó caer saliva sobre la rajota de mi pequeña.

-Ummm… -soltó mi nenita al sentir de pronto como el tipo humedecía todo su canal.

Mi niña volteó hacia atrás solo para contemplar como el sujeto le abría de par en par sus nalgotas para revelar su hoyito a la vista. El tipo captó su mirada y le sonrío exhibiendo sus coronas dentales.

-Jeje… pierda cuidado mi nalgona… que ahorita le hago pasar un buen rato como la otra vez…

Acto seguido, el señor Manolo no dudó en meter su cara entre aquellas exuberantes nalgotas de mujer, buscando frenéticamente su sonrosado y delicado hoyito para comerlo y chuparlo como si se le fuera la vida en ello… ¡Empezaban lo serio!

-Ahhhhhhh… Ummm….UMMMMMM!!

Mi nena pujó al sentir ese segundo embate de la lengua del perverso sujeto, presionando por abrirse paso entre sus gloriosas nalgotas e internarse en su hoyito, pero en un segundo se relajó profundamente, apoyando sus brazos y su infantil rostro contra el alfeizar de la ventana, alzando su culote en pompa hacia el sujeto…

-Ay…Ahhh… Siii… Ummm…

-Mmmm!! Mmm!!! Wooo…

-Ahh… Ummmmmm…. Ummmm…-

-Ufff..! Perfecto, nalgona… Le voy a dar esos besitos igual que la última vez… ¡Mmmm!!

-Ahhh… Ummm… ¡UMMMMM!!- gime mi niña sin contenerse ya. Era tremendamente liberador sentir como bailaba aquella lengua en su agujerito, queriendo darle una comida de cola que tanto añoraba mi Rebeca.

Más abajo, Rebeca podía ver de reojo como tía Vero daba de merendar a Danna en la cocina, mientras preparaba la cena. La música estruendosa del primer piso que inundaba todo el tragaluz podía ocultar perfectamente los gemidos de mi Rebeca.

¡Nadie en todo el edificio se daba cuenta que en el último piso un adulto cincuentón se daba a gusto con las carnes de una niña de 10 añitos!

Mi descuidada prima seguía en su mundo, sin saber que Rebeca era acosada por el contratista que reparaba él edificio donde vivían. Aquel contratista a quien la confió con una ingenuidad casi cómplice, y de la cual el sujeto se valía para degustarla.

De pronto el tipo comenzó a darle mucha lengua por su culote y la raja. La nena sólo pujaba y gemía despacito, moviendo su perfecto derriere en círculos, una clara señal de disfrute por tales caricias.

-Ummm!!! Ahhh!!!- gemía Rebeca cuando el susodicho pasaba su viril lengua sobre sus dominios. – ¡Hágalo despacito porque me da cosquillas… Jijiji!! Ummm!!!

-Ok mi niña, no se preocupe… ¡mmmmm!!!

-AHHHHH… Uhhh… siii…

-BRRRR!!!! SLURRPPP!! BRRR!!

-UMMMM!!! Que ricoooo, que rico don Manolo… ¡Ummmmm!!!

A mi niña le encanta que le devoren su cola, y esta vez no era la excepción. Tenía una fijación por ver como el rostro de su amante se hunde en sus pompas lamiendo cual macho alista a su hembra para la esperada cópula.

Todo el morbo se mezclaba con aquellas nuevas sensaciones que obtenía al saberse gozada a escasos metros de donde su tía y Danna merendaban de lo más felices. Con mi prima toda descuidada, ahora Rebeca se daba el gusto para aprovechar este descuido y disfrutar de su sexualidad a la tierna edad de 10 añitos.

-Ummm!!! Uhuhuhu…Ummm!!!- murmura mi nena al ver como el susodicho seguía comiéndole la cola, completamente fuera de sí….

-Fuuuff!!! ¡Que ricota estas, nalgona! ¡Ufff!

El tipo del overol parecía lamer desesperado todo el canal de mi niña, deslizando su lengua desde su ano hasta su rajita, sin necesidad de lubricante o algo parecido… ¡Tremendas lamidas que desataban pasiones en una tierna niña de 10 añitos!

-MMm!!! BRRRR!! ¡Como extrañé darle unas buenas lamidas a esta rajota! Ohhh… – exhala el tipo tomándola de sus nalgotas al mismo tiempo que le da unas nalgadas dobles.

¡TAZZZ! ¡TAZZ!

-¡AY!! Uhhh!! AY!! Aaaa…

-JOOO!! ¡Oye como suenan estas nalgotas! Ufff!!

¡TAZZZ! ¡TAZZ! Y el sonido que le sacaban era tremendamente morboso.

-Ayy! Umm!! Si hace mucha bulla nos van a escuchar, señor Manolo… – le advierte Rebeca con su vocecita dulce que nos pone a tope.

-Perdón, preciosa. Pero es que no me aguantaba saborearte como se debe…- sonríe el tipejo mientras seguía amasando las carnes de mi nenita.

Rebeca al escuchar esas palabras se sentía en la cúspide de la cachondez, ya que siempre gusta que sus amantes la alaben por lo buena que es en las artes coitales. Tal es así, que aquel momento fue preciso para que finalmente entrara en “modo Becky” y se estregara por completo al placer.

-Oki… Siga lamiendo mi colita, que se siente muy rico…- le suelta mi niña sonriendo.

-¡Claro que sí, nalgona…!- contesta entusiasmado el susodicho reanudando la comida de culo que le daba a mi niña. Abrió nuevamente de par en par sus caderotas y hundió su lengua en aquel orificio bendito.

-Ummm!!! Ummm!!! Ahhhh… Siii!!- gime mi pequeña al sentir que aquella lengua buscaba invadirla por dentro de su hoyito, arrancándole más gemidos y temblores.

El tipejo sabía manipularla y por momentos la maniataba cual si fuera una muñeca cuando mi nena se movía por los espasmos de placer. Fue entonces que el pervertido hombre sin dejar de darle lengua por el culo, comenzó a introducir uno de sus dedos por su culito: metió su dedo medio por el esfínter de mi niña, deslizándolo y explorando su interior…

-Ahhh!!… ¡SIIII, señor Manolo!… ¡Otro más, don Manolo! – le pide esta vez, alentándolo a que continué con aquel acceso carnal tan deseado por todo hombre que conoce a mi niña.

-HOO!! Venga, nalgona… ¡Ahí le va…! – responde el tipo cumpliendo el deseo de mi niña.

¡Increíble! Ahora Rebeca no pedía que fuera despacio, sino que la nalgona Becky quería más dentros dentro de su culote de mujer.

-AHH!! SII!! ¡Más adentro, don Manolo… SIIII!!! AHHHH!!

-Ufff!! No se preocupe mi nalgona, que yo le doy lo que pide… Jejeje

Fue allí que el sujeto se metió más profundo en el culazo de mi nenita haciendo que su cavidad se dilatara muchísimo, abriéndola prácticamente en O.

-UMMM!! SIIIII!!! UUMMMM!!

La nena no dejaba de gemir cachondísima, pues aquellos dedos la estaban llenando de puro gozo.

Rebeca estaba acostumbrada a recibir más que unos simples dedos por su culote, pero en modo “Becky las sensaciones se intensificaban… ¡Unos dedos recorriendo su esfínter bastaban para ponerla a gemir como loquita!

-Mmmm!! Joder… Muy bien, pequeña… Te daré unos besitos porque se está portando muy bien, jeje… ¡Mmmm!!

-Ayyy!! Siiii!!! Ummm!!!! Ahhh!!!- Rebeca no tuvo tiempo de reacción y volvió a recibir aquella lengua recorriendo su canal, baboseándole y dándole besitos en la entrada de su esfínter, antes de volver al ataque queriéndole introducir aquellos dedos que osaban invadirla por dentro. – Ahhhhhhh!!

-Yaa!! Lo siento… Ahi van otros besitos más, nalgona…Mmmm!!! – le dice justo antes de volver a besuquear el agujero de Rebeca que el mismo había dilatado con la presión de sus dedos.

-¡AHHHHHHH! – chilló fuerte mi niña y agradeció el bullicio de la juerga del primer piso, que le permitió chillar justo en el agudo de una canción…

La lengua profana recorría todo el borde de aquel orificio tan deseado y arrancaba alaridos de placer a mi pequeña Rebeca, quien a sus 10 añitos iba distinguiendo nuevas técnicas de los adultos que osaban comerle su tremendo rabo de mujer… ¡Sin duda no se esperó unos besos cuando apenas la habían abierto con los dedos! ¡Y mucho menos que a ella le gustaran tanto!

Rebeca sorprendida de la profunda experticia del contratista y de que su en su cachondez ella reaccionara de tal forma, optó por permanecer en pompa entregando su exuberante derriere al responsable de semejantes chupetones … ¡El éxtasis en ciernes!

-UMMM!! Ahhh!! Ahhh!!

-BRRRMMM!! ¿Por aquí te gusta, eh nalgona?… Bffffmmm!!

-Ahhh!! Sii… Ummm!!! ¡Ahí, señor Manolo!! Ummmm!! Ahhiii… Ummm…

-Ok, nalgona… Brrrmmmm!!

-AHHHH!!! Ummm!! Si… ahiii… Ummm!!

Mi niña murmuraba fortísimo ante cada lamida que le daba aquel afortunado sujeto quien parecía querer llevarla al éxtasis solo comiéndole la cola y dándole apasionados besos a su cavidad que parecía recibir aquella lengua viperina con total devoción.

-BRRRRMMM!! ¡Joder!!

-UUMMMMM!! SIIIII!!… AAHHH!

-BRRRRMMMMMMMMMMM!!

-AHHH!… UUMMMMM!! AHHHHHHHHH!!!!

Mi niña no pudo más y finalmente terminó corriéndose, dejándole saber al susodicho que notó los temblores descontrolados de mi princesa que casi se resbala de la ventana por sí sola, pero que él finalmente logró sujetarla al mismo tiempo que pudo atrapar con su lengua los jugos que emanaban de la rajita de Rebeca.

¡La fuente bendita! Como buen experto en estas artes, el tipo del overol lamió limpiando a su nalgona obsesión que se dejó maniatar mientras la pobre hacía un esfuerzo por mantenerse en sus 4 sentidos.

Aún temblaba, pero todo había valido la pena por aquel desahogo… ¡Tremenda comida de culo le había dado el tipo del overol azul! … ¡De las mejores que recordaba!

Más abajo con el ruido de la música, Verónica y Danna parecían terminar de merendar sin saber que mi nenita también había “merendado” un orgasmo brutal.

-Muy bien… ahora véngase para acá, nalgona…- le dice el tipo levantando a mi niña de haberla estado limpiando para volver a apoyarla sobre la ventana.

Rebeca entendiendo que era momento de pagar con su culote el tremendo orgasmo que acaba de recibir, empina su derriere magistral al mismo tiempo que se preparara para volver a ser llevada a aquel paraíso terrenal del cual ella también es adicta.

-¿Así, don Manolo? – pregunta mi niña con su vocecita inocentona apuntando aquellas nalgotas hacia su futuro penetrador.

-¡Jeje! ¡Muy bien nalgona, apóyese bien que ahorita la trato como se merece! – le suelta Manolo sonriente bajándose el overol y los calzoncillos, liberando por fin aquella verga ya erecta y humedecida con líquido pre-seminal.

-¡Umm! ¡Su amigo ya está listo! -responde mi niña canchondísima relamiéndose al ver al pitote de Manolo empinado y listo para la batalla.

-Hoy estas muy zorrita, nalgona… ¡Ufff! Eso me gusta…- bufa Manolo haciendo que mi niña se apoyara sus manitas sobre el alfeizar de la ventana.

-Umm.. AYYYYYY!!!!- chilla mi niña sin poder controlar la voz al ser tomada por sorpresa cuando bruscamente el tipo le entró de lleno dentro de su voluptuosa cola.

¡El falo del contratista hacía estragos en el esfínter de la nalgona!

Sin embargo, casi como si se tratara de un visitante ilustre, el interior de Rebeca reconoció a su desvergonzado penetrador y le brindó acceso carnal hasta lograr envolverlo por completo antes de proporcionarle aquel apriete bendito que devenía en una catarata de placer desquiciante…

-HOOOO!!! Mfff!!! ¡Muy bien nalgona… Hooo!!!!!- exhala Manolo sujetando con sus manos rugosas las nalgotas de mi nenita, sudando del esfuerzo y entregado al mayor placer carnal que podía haber. Cual feligrés que profana una diosa, logra experimentar el nirvana de éxtasis que invadía cada célula de su ser.

-Ahhhh! Siii!! Ahhh!!!

-Hooo!!! HOOO!!! Eso nalgona!! HOO!!

-AHHHH!! SIIII!! AHHHH!!

-Hooo!! JODER!! UFFF!!!!

PLAFF!! PLAFF!! PLAFF!! El desvergonzado contratista comenzó a embestir raudamente a su nalgona obsesión que aguantaba los ímpetus de su fálico penetrador que la obligaba a mantenerse apoyada sobre el alfeizar de la ventana mirando hacia los otros moradores de aquel edificio que no tenían ni idea de lo que sucedía en sus narices.

-HUUU!! Siiii!! Ahhh!! Ahhh!!

-Ufff!! UFFFF!! HOOO!!

-Siiii!! ¡Más rápido, don Manolo! ¡Ahh!!

-UFFF!! Ok, preciosa… ¡HOOOO!! – contesta el tipejo sacudiéndose más fuerte y embistiendo a placer a Rebeca.

¡Quien diría que hasta hace un tiempo ella podía vivir tan despreocupadamente…! Siendo otra niña más de su edad que corría alegremente y desconocía de la maldad que hay en este mundo. Ahora ella solita se había dejado llevar por el éxtasis al punto de buscar a aquel macho penetrador para que le dé tan duro como a ella le encanta que le den… ¡E incluso pidiéndole que aumente la velocidad de sus cogidas!

-AHHH!! ¡DON MANOLOOOO!! SIII!! ¡ASIII!! AHHH!!

-FOOO!! JOOO!!

-HUUU!! AHHH!! ¡QUE RICOO!! AHHHH!!

-UFFF!! ¡Muy bien, nalgona! JOOOO!!

¡Quien diría que aquella descomunales y perfectamente formadas posaderas podrían traerle tantos placeres vedados para su edad! Cientos de adultas desearían tener aquella figura exuberante que ahora se lucían en su cuerpo de 10 añitos.

-Ahhhh! Que ricoo!! Siii!! Ahhh!!!

-Hooo!!! HOOO!!! Mfff!!! JOO!!

-Ahhhh!! SIII!! SIII!! ¡DON MANOLOOOO!!

-¡Que buen rabo tenés niña, HOO!!! ¡Que bien entra mi pija en este culote!!

La polla veterana de Manolo ingresaba y salía del esfínter de Rebeca como si tratara de un pistón bien aceitado, arrancándole a su culazo aquel ¡PLAFF!! ¡PLAFF!! glorioso, producto del impacto pélvico con sus caderas de mujer. Invadía a placer cada cm2 del esfínter de tan nalgona criatura, cuando el susodicho se quedaba pegado a ella procurando adaptar su miembro dentro suyo antes de reanudar la cogida.

-Hooo!! UFFF!! JOOO!!

-AHHH!! SIIII!! ASIII!!

-TENGA NALGONA!! JOOO!! UFFF!!- bufa el tipo al mismo que Rebeca siente como la suelta y empieza a bombearla solo con la fuerza de su pelvis, moviéndose en círculos revolviendo todo su interior.

-Ahhh!! ¡QUE RICO!! ¡DON MANOLOOO!-gime Rebeca sintiendo el éxtasis mismo al dejarse coger libremente por aquel tipejo que la había acechado desde hace tanto tiempo y finalmente había conseguido poseerla.

¡Tremendo! Ahora que no la sujetaba, el pistón del tipo ingresaba más libremente y girando dentro de ella como batiéndola por dentro con su espectacular pija.

-UHHHH!! SIII! ¡QUE RICOO!!

– UFFF!!! ¡Bien nalgona!! UFFF!! ¡Déjame asentarme bien en tu rabo! ¡Uffff! – suelta Manolo hablándole sorpresivamente al oído a mi niña, sin dejar de bombearla por su culote de mujer.

Rebeca de pronto sintió que el tipo del overol pegaba más su entrepierna al culazo de mi niña dejándose su verga muy adentro de ella, aunque disminuyendo los embistes que tanto le encantaban.

-Ahhhh!!! ¡Don Manolo! UMM!! ¡No se detenga…!– implora chillando mi niña cachondísima y deseosa por continuar, justo cuando el tipo del overol se puso a su lado para asomar su rostro y el de Rebeca fuera de la ventana.

– Shhh!! ¡No hagass ruido, culona!! JOJO! – ríe Manolo aún en la misma pose pero ahora pegado a mi niña- ¡Hooo!!! ¡Ya verá que le va a gustar!! ¡Mfff!! – suelta de pronto el tipo comenzando a besuquear el cuellito de mi nena.

-¡AHHHH!!! UMMMM!!

¡Salute! Fue una nueva experiencia el sentir como el contratista cuarentón comenzó a recorrer con su lengua lamiendo su hermoso cuello de cisne, al mismo tiempo que volvía a bombearla cada vez con mayor velocidad.

-AHHHHH!! SIIII!! ¡MÁS RÁPIDO!! UHHH!!

-UFFF!! ¡OK, mi nalgona!! MFFFF!!- suelta el sujeto subiendo la velocidad y sin dejar de besar su cuello delicado de princesa.

-AHHHHHHH!! ASIIII!! UHHHH!!

-HOOOO!! UFFFF!!

Pegados y casi desnudos como estaban, sus cuerpos casi sobresalían por la ventana donde Rebeca permanecía apoyada con su macho penetrador encima de ella. Mi nenita estaba loquita de éxtasis por ser besuqueada mientras se la cogían tal como le gustaba que le den de a perrito.

-Ahhh!! UMMMM!! Ahhh!!- gemía e intentaba solo murmurar mi niña, pero era imposible. Aquella situación era muy cachonda para que ella no se excitara a tope…, con todas esas personas debajo suyo tan cerca de verla con su adulto amante… ¡qué rara y tentadora sensación la invadía!

Poco a poco mi nenita iba recordando aquel placer que la invadió cuando hace unos días el tendero Paco se la cogió en la tienda a punto de ser descubiertos por su esposa… ¡la “exhibicionista Becky” hacía su aparición!

-Ummm!!! ¡QUE RICOO!! Ahhh!! – chilla de placer Rebeca ya sin miramientos. Su sentido exhibicionista, potenciado por el hecho de haberse hecho adicta a los likes del Instagram buscando atención, todo ello fue detonante para envolverse en el éxtasis que experimentaba del peligro de ser descubierta en pleno faenón.

-¡UFFFF!!! HOOO!! ¡Si alguien volteara hacia aquí…ufff… si alguien volteara vería lo muy zorrita que sos, nalgona… Mffff!!- exhala Manolo volviendo a besuquear el cuello de mi nenita.

-AAHHHHHH!!! SIIIIIIII!! ¡DON MANOLOOOO!!

PLAFFF!! PLAFFF!! Resonaba el choque de ambos cuerpos entregados al placer. El contratista continuaba bombeando a mi nenita con la misma velocidad de la primera cogida mientras seguían en aquella posición que debería dificultarle al susodicho, pero que parecía realmente no hacer mella en su resistencia.

¡Vaya portento! Mi nenita ahora sentía en carne viva la suma experiencia y resistencia de un adulto trabajador que se desvivía por cogérsela como una adulta arrancándole placeres ilegales para su edad.

-Ahhh!! SIIII!!! ¡DON MANOLOOO!!- gime mi niña sintiendo que los espasmos que la envolvían ante la idea de ser atrapados, adulto y niña fornicando justo en las narices del resto de inquilinos, se hacían cada vez más fuertes, alterando su visión ya borrosa de placer.

-HOOOO!! UFFF!! ¡Que rico aprieta, nalgona… Joo!! Se nota que le gustaron los besitos… ¡HOO!!! – delira Manolo casi entrando en un estado desquiciante de macho copulador. Aun con su experiencia, la nalgona “Becky” lo dejaba igual de embobado que a sus otros consortes de mi niña.

¡Pero no se iba a dejar vencer por una niña! De pronto el contratista reanudó los embistes, pero a mayor velocidad que antes, impulsado por una fuerza animal que le ordenaba desquitarse sexualmente con su hembra, sin importarle si esta tenía apenas 10 añitos. ¡El tipo del overol era una bestia hedonista!

– AHHH!! ¡SIII!! ¡Deme duro, don Manolo!!- chilla Rebeca con su vocecita tierna al notar que el tipo iba a incrementar su velocidad… ¡Craso error de mi niña!

Aquella vocecita contrastando con su exuberante figura puede arrojarte al agujero mismo de la perdición mental y desquiciar más a un macho copulador.

-¡HOOO!!! HOO!!! HOOO!!- de pronto Manolo aprieta de la cintura a Rebeca y comienza a darle más duro al culazo de mi niña. ¡El pistón volvía a correr velozmente por aquel bendito canal!

-AHHH!!!! SIII!! MÁS FUERTE!! AAHHH!!! QUE RICOO!!! SIII!!! – gritó mi niña con los ojos casi desorbitados de placer.

-WOOOO!! ¡TOME NALGONA!! TOME!!

-AHHHH!!! ¡SIIII!! ¡DEME DURO!! SIII!! – gime mi nena emulando a sus mentoras protagonistas de películas para adultos.

-WOOO!!! FUUUUU!!!! WOOOO!!

El impacto hacía ver como si una ola expansiva recorriera por todas las nalgotas de Rebeca. Mi niña se erguía hacia atrás mientras para bien su tremendo culote, para de esa forma con cada embiste se pudiera incrementar la fuerza del impacto de su precioso culote sobre el susodicho.

-AHHH!!! SIII!! ¡DEME!! ¡DEME!!! AHHH!!

-UFFF!! ¡TOMA PRECIOSA!!! ¡TOMA!! MFFF!!!- resopla el tipo en su rostro besuqueándole el cuello a puros chupetones que la tenían perdida en el jardín de Afrodita.

-AHHHH!!! ¡DEME!! ¡DEME!!! Siii!!! ¡DEME DURO!!! – grita Rebeca desatada sintiendo que pronto llegaría al límite.

-WOOO!!! FUUFFF!! WOOOO!!

-AHHH!!! UMMMM!!! ¡QUE RICO ME COGEEE!! AHHH!!! SIII!!! AHHH!!- Rebeca gritaba al mismo tiempo que siente al susodicho buscando sus labios.

Rebeca, loquísima, corresponde a aquel beso que devino en un baile lujurioso de ambas lenguas que parecían fundirse en una sola. ¡Tremendo beso pecaminoso entre una niña y su adulto copulador!… ¡Vaya locura!

-AHHH!!! SIII!! ¡DON MANOLOOOOOO!! AHHH!!

-UFFF!!!!! ¡CÓMO LO DISFRUTAS, NALGONA!! MFFF!!- le suelta al oído el tipo volviendo a concentrarse en su cuello de cisne de mi niña, sin descuidar la velocidad de los embates… ¡Vaya resistencia tenía el tipo!

-AHHH!! SIII!! AHHH!!

-HOOO!! UFFF!!

¡PLAFFF!!! ¡PLAF! ¡PLAF!!! Aquellos impactos gloriosos y amortiguados sobre sus caderotas de mujer tenían loca a mi niña. ¡El momento límite se acercaba! ¡Estaba a nada de concretarse!

-¡AHHH!!! SIIII!!! ¡DEME VERGA!!! SIIII!! ¡DEME!! ¡DEME!!

-¡JODEEERR!! HOOOO!!

-AHHH!!! AUUU!!! ¡QUE RICAAA VERGAA!! SIIII!!! AHHH!!!

-FUUUU!!! ¡NALGONAAAA!! ¡HOOO!!!!

-AHHHH!! SIIII!! DEMEEEE!!! ¡DON MANOLOOO!! ¡DEME VERGA!! AHHH!!

-HOOO!!! TOME CULONA!! HOOO!!! HOO!!!- exhala Manolo casi desfalleciente aproximándose a los campos elíseos del placer mientras infundía toda la fuerza que le quedaba en rebotar su pelvis en aquellas caderotas de mujer.

-AHHHH!!! ¡QUE RICOOO!!! SIII!! ¡LLÉNEME CON SU LECHE!! LLÉNEMEEEEEEE!! -chilla Rebeca con lágrimas en los ojos por el éxtasis.

-HOOOOOOO!!! MIERDAA!!- exhala Manolo delatando el término de su batalla. El fálico penetrador avanzó por una última vez dentro de aquel orificio bendito, solamente para liberar el material genético de sus gónadas que se vaciaron a gusto dentro de la nalgona niña.

¡Cataratas de éxtasis! Ambos amantes chillaron al unísono, mientras sus cuerpos derramaban aquella droga por todo su ser, expulsándolos del paraíso no sin antes recompensarlos con los frutos lujuriosos de su amplia batalla carnal que había tenido lugar en aquella terraza barrial.

A ninguno le importó que quizás ya hubieran sido escuchado por los otros inquilinos, que quizás la música no fuera suficiente para ocultar lo descontrolada de su faena… solo se dejaron llevar por las mieles del sexo ilegal que practicaban adulto y niña y del cual de seguro no sería la última de las veces que volverían a experimentar.

Mi pequeña Rebeca había ganado un amante más y de seguro aquel susodicho pensaba igual, siendo perfectamente atrapado por aquellas enloquecedoras curvas que se marcaban en aquel cuerpito lujurioso de apenas 10 añitos.

………………………..

Ahora sí, volvamos al presente. Los siguientes sucesos tuvieron lugar un par de días después del final del último relato de Rebeca:

Mi nenita avanzaba por las calles muy confiada. Se mantuvo muy seria incluso cuando subió al bus y cuando bajo del mismo. Las miradas no tardaron en seguirla apenas bajó del bus. No era de sorprenderse, ya que una niña de 10 añitos llamaba mucho la atención con un conjunto topcito y faldita verde, esta última muy cortita y que no permitía cubrir del todo sus curvas de mujer.

Se paseaba levantando revuelo en todo aquel que la viera caminar por su lado. Rebeca se sabía capaz de valerse por sí misma en un mundo dominado por la lujuria de los hombres que la codiciaban. Aquellos que sin ningún pudor volteaban a verla para ganarse con sus encantos de mujer en el cuerpo de una niña de 10 añitos, algunos incluso soltándole piropos por lo bajo, otros más avezados se lo decían en voz alta. Mil y una cosas de lo que le harían si la tuvieran para ellos. Sin embargo, mi nenita no se amilanaba o lamentaba como otras asustadillas de su edad.

Determinada a todo, Rebeca cruzó las puertas del centro comercial que era su destino. Ignoró a todo el mundo mientras se dirigía al ascensor. No tardó en ubicar el piso donde bajaría, tras lo cual recorrió los pasillos repletos de gente hasta llegar a su destino: aquella tienda de ropa que había visitado en varias ocasiones. Aquel lugar donde empezó la mayoría de sus problemas y de los cuales deseaba encargarse de una buena vez.

Rebeca caminó hasta llegar a aquella mesa apartada, muy cerca de donde estaban las ropas para niña, hasta ubicar aquel escritorio con el anuncio de “Girl Scouts”. Allí sentando y escribiendo en una agenda se encontraba aquel sujeto con sobrepeso y canoso, llevando su clásico conjunto camisa blanca y pantalón de vestir negro.

Mi niña se acercó con la mirada fija en él y Victorino levantó la vista de sus papeles cuando ya estaba muy cerca de él, miró alrededor de la tienda girando la vista hasta donde estaba mi nena.

Su sonrisa se ensanchó de oreja a oreja al verla.

-¡Hola, Rebeca! ¿Qué te trae por aquí? – pregunta amistosamente el sujeto, tomando por sorpresa a mi nena. Su tono de voz fue tan casual y cortés como si estuviera recibiendo a cualquier clienta de su tienda.

Se levantó para acercar una silla hasta frente a su escritorio.

-¡Don Victorino! – contesta mi nenita y sin aceptar el asiento que le ofrecían se dirigió al sujeto directamente. Se paró de puntillas y le dijo al oído: – ¿Podemos hablar en su oficina?

-¿En mi oficina? ¡Claro, preciosa! ¡Lo que tú quieras!

Se dirigieron por aquel pasillo alejado de las cámaras de seguridad. Como siempre, los empleados brillaban por su ausencia en aquel lado apartado de la gran tienda.

Mi nenita siguió al sujeto que al final del corredor llegó hasta una puerta rotulada con su nombre. Aquella oficina que el vejete usaba para sus negocios. Abrió el picaporte y dejó pasar a mi nenita.

Rebeca tan buenota como estaba con ese conjunto que resaltaba su culote, no pudo evitar que el sujeto se la comiera con la mirada cuando pasó por su lado y simplemente optó por dirigirse hasta la silla frente a su gran escritorio lleno de sus papeles de abogado.

-Muy bien, preciosa… ¿A qué debo su encantadora visita? – pregunta Victorino llegando hasta su escritorio.

-Don Victorino, usted sabe…- empieza mi nenita sin miramientos.

-¿Sí? Pues dígalo usted, preciosa… Mi memoria puede ser frá…

-¡Usted me envió esos videos!- interrumpe mi nenita totalmente en guardia y frunciendo el ceño. Se veía muy tierna, pareciendo estar molesta con su rostro infantil que contrastaba con lo vulgar de su voluptuoso culote en el cuerpo de una niña de 10 añitos.

El sujeto sonrió al escucharla.

-Y también le envió esos videos al señor de la tienda…

-Uy… muy bien, muy bien… no pensé que lo deduciría…-se burló el sujeto.

Aquello último fue razonado por Sally cuando mi nenita se lo contó. Rebeca sospechaba de Victorino, pero la teoría de Sally terminó por confirmarlo todo. Era tontita, pero ante todas las evidencias hasta ella se daría cuenta quien era su chantajista.

-Usted me escribió: “Si tienes tiempo para jugar con otros, también puedes jugar conmigo para pagar la deuda de tu papi” …

-Juajua… Solo bromeaba, culona…- suelta el tipo de pronto pasando de la mofa a ponerse más serio a pesar de la sonrisa burlona.

-¿Cómo pudo?

-¿No lo sabe, preciosa…? – responde el sujeto abriendo un cajón debajo de su escritorio y sacando un portátil.- …Déjeme mostrarle algo..

El sujeto encendió su portátil, navegó y le mostró lo que parecía ser un VIDEOCAM de la habitación de mi niña… ¡Insólito!

Aquella era una transmisión en vivo y en tiempo real de lo que sucedía…

-¿Realmente cree que es difícil para mí poner cámaras en tu casa? ¿Aun cuando sabe que tengo varios detectives que me ayudan para mi buffet de abogados? – pregunta el tipo mientras mi nenita miraba anonadada la pantalla del portátil. – Justamente la semana pasada logré colocar una cámara, esperando captar a ti y a ese sujeto que me amenazó la última vez.

-Pero el video del hotel…- dice mi niña de pronto cayendo en la cuenta.

-¡Pobre ingenua! – vuelve a interrumpirla Victorino.- No sabe que la mayoría de esos moteles que frecuentas pinchan a sus huéspedes con cámaras ocultas para vender sus videos…

Rebeca volvió a quedarse de piedra ante tal noticia.

-Juajua… Y justamente tengo algunos amigos en el negocio de los moteles. No fue muy difícil localizarte, pequeña… ¿Quién diría que usted iría allí con dos personas distintas? ¡Juajua!! Ya veo que se ha estado portando muy mal, pequeña.

Mi nenita hervía en rabia por la mala suerte … De todos los hoteles donde sus amantes podían haberla llevado, ¡justo la habían llevado a uno propiedad de Victorino!

-¿Borrará los videos?- pregunta Rebeca.

-Uy, preciosa ¿y porque haría eso? ¡Juajua! – ríe el canoso

Mi nenita tomó aire con un gesto evidente de disgusto para decir:

-Si lo hace, cumpliré con nuestro último trato…

-JOOO!! Ya veo… Al fin parece ponerse algo cooperativa… JUAJUA!

Rebeca (a quien esa estruendosa risa la pone nerviosa) hace un esfuerzo por continuar…

-Lo haré, don Victorino… lo prometo…

-¿Y por casualidad cuál sería ese trato, niña?– pregunta el sujeto burlonamente, disfrutando ponerla en aprietos.- Hágame recordarlo… que soy un viejo como usted y su amigo me llamaron… y mi memoria es frágil…

-Lo visitaré en su finca por un fin de semana…

-Juajua…. ¿y se portará muy bien conmigo, preciosa?

-Sí… Me “portaré muy bien” …- responde mi niña secamente, sabiendo la denotación de aquellas palabras.

-Uy… ya veo… jojo…- responde el sujeto casi sin inmutarse, aunque por un instante se notó un brillo en sus ojos igualmente no fue aquel escándalo que haría cualquiera al tener semejante posibilidad.

Aquello dejó a mi nenita un poco confusa. Rebeca pensó que el sujeto reaccionaría de forma distinta y en cambio tuvo que ver como el tipo cerraba el portátil y lo dejaba nuevamente dentro de su cajón con seguro.

-Pues verás, Rebeca… Como un adulto de palabra, yo estaba dispuesto a ayudarla con lo que me pidió anteriormente, pero en vista de lo recientes sucesos creo que la situación ha cambiado…

-No entiendo

-¿Cómo que no entiende, bellaca? – le responde esta vez de manera dura y sin ningún recato. – Pues me refiero a aquel incidente en el estacionamiento, culona.

-Eso fue…

-Desde allí ha perdido credibilidad, nalgona… Un solo fin de semana no me basta para perdonarla por sus desplantes… claro que no… Juajua…- ríe el sujeto burlonamente.

-Entonces?

-Yo creo que dos semanas juntos, podría darle algo más de credibilidad a su trato…

Rebeca no pudo dar crédito a lo que escuchó…

-¡DOS SEMANAS! Pero mi tía puede enterarse y tengo que volver con ella…

-¿En serio, nalgona? – la interrumpe mordazmente.- ¿Después de ver mi alcance, cree que arreglar todo con su tía es algo difícil para mí?

-….pero… dos semanas es mucho…- reprocha mi nena molesta como si estuviera siendo timada en la negociación.

-Mire esto, nalgona…

El tipo le enseñó un mensaje.

-Conseguir los contactos de su colegio, de sus amiguitas y de su entrenamiento fue muy fácil… Juajua… ¿Sabes? Basta un solo click y todos recibirán esos videos en sus correos y Messe***…

-Noooo, no lo haga…

-Entonces?

-Está bien, don Victorino… Si puede arreglarlo con mi tía, serán dos semanas…- se resigna Rebeca con los brazos cruzados y haciendo puchero de molestia.

El tipo sonrió un poco más, momentos antes de echar un poco hacia atrás su silla y decirle:

-Muy bien… pero ¿qué sucede? no parece muy contenta de pasar dos semanas conmigo…

Mi nenita no ocultaba su disgusto. Estaba dispuesta a aceptar los términos del sujeto, pero había pensado en tratar de ponerle un freno para que no abusara de su poder. Sin éxito, solamente quería acabar con todo de una vez y zanjar este asunto de los chantajes.

-Entonces cuando… – empieza mi niña levantándose de su asiento dispuesta a salir cuanto antes de allí. Solamente faltaba definir la fecha y podría irse. No deseaba darle un minuto más de su tiempo.

El tipo no dejó de sonreír y demoró un momento antes de responder.

-Espere, nalgona… no tan deprisa…- la interrumpe el sujeto deteniéndola con un gesto, mientras gira su silla ergonómica hacia un lado-… aún no hemos terminado de negociar

-¿Qué falta? – pregunta mi niña extrañada.

-Qué aún no me he decidido a aceptar nuestro trato…

Rebeca no dio crédito a lo que oía… ¿la estaban rechazando? ¿a ella? ¿a quién todos los otros adultos no dejaban de lanzarle piropos e improperios por calle?

De pronto Victorino frunció un poco más el ceño y continuó su explicación:

-¡Qué tal bellaca! Ya se ha malacostumbrado que con ese culote que se carga, todos debemos aceptar sus propios términos y seguirle el juego ¿eh?

-Pero usted fue el que dijo que dos semanas…

-Eso es uno de los requisitos que le dije, nalgona…- sonríe mordazmente. – Pero aún falta otro más…

Mi nenita algo tontita, le molestaba que el sujeto se divirtiera confundiéndola más y más. Para ella todo el asunto estaba cerrado y este cambio de planes la incordió demasiado. Necesitaba recuperar el control de la situación.

¡Inspiración! Rápidamente recordó uno de los videos que Sally le compartió donde una secretaria negociaba un aumento de sueldo con su jefe.

Como si fuera la propia Becky en sus mejores épocas, mi nenita se dirigió hasta el lado del vejete que seguía sentado cómodamente. Se dio vuelta y con suma sensualidad depositó sus exuberantes nalgotas sobre la entrepierna del sujeto.

-¿Acaso no quiere mi colita? – pregunta mi niña colocándose el vergudo de Victorino que se endureció del golpe, justo al medio de sus pompas.

-Jojo… Ufff… Usted no cambia, nalgona… Jojo… Siempre tan petulante….

-¿La quiere o no? – pregunta Rebeca desafiante moviéndole sus nalgotas, algo que ya tendría embobado a cualquier afortunado que pudiera sentir aquella dicha sobre su entrepierna.

-No cambia su actitud, bellaca… – le responde mordazmente mientras el sujeto coloca sus manos como garras sobre el culote de mi nena. -… Siempre cree que con este rabo puede manejarnos a todos…

-¿Entonces no quiere?- repite la pregunta mi niña, hablándole con desdén al tipo. Rebeca pensaba que con aquello bastaba para engatusar al vejete.

Las manos como garras de Victorino amasaban las carnes de mi niña con evidente deseo.

-Efectivamente, culona… tienes un muy buen “tesoro” aquí…- le dice el tipo al oído sin dejar de sobarle sus caderotas a Rebeca por encima de su faldita.

-Y a usted le gusta…

-Jojo… Uff… pues sí, culona… efectivamente…

-Entonces…

-Pero sabe…- dice de pronto el tipo-… yo he visto sus videos… No es con usted con quien deseo hablar…

-¿…? – lo mira extrañada Rebeca al sujeto sin entender a qué se refiere. El sujeto solo sonrío más

-Usted me ha mostrado otra cara en sus videos, nalgona… Una que no veía desde sus directos con Arturo… Jojo…

-Yo…

-No me gusta la maleducada niña en la que se ha convertido…- suelta el tipejo ya poniéndose cruel y hablándole con desdén a Rebeca-…Siempre anda desafiante y reacia a mis pedidos, e incluso llegando a involucrar a otros en nuestros tratos para evitar pagar sus deudas…

-….

Rebeca se quedó inmóvil y en silencio por la severidad de esas palabras que no se esperaría en un adulto a quien voluntariamente se ofrecía como ahora sentada sobre su regazo.

-Incluso ahora parece como si me tuviera asco… ¡Vaya bellaca me resultaste! – bufa colérico el vejete a quien parecía movérsele el bigote de la rabia.

-….

Rebeca era mutis aún en modo de sorpresa, a lo cual el vejete Victorino debió notarlo como que había logrado su cometido de bajarle los humos, porque inmediatamente sonrió y volvió a acariciar sus caderotas de mi nenita.

-Pero en los videos he visto que aún puede comportarse como lo hacía en sus directos… como la gran “Becky”… ¡JUAJUA!…

-…. – mi nenita lo miró con sus ojitos abiertos de sorpresa. Se estremeció al escuchar ese nombre en boca de otros. Su nombre en las pelis que grababa con su papi hace tiempo.

El tipo siguió sonriendo ante la incredulidad de mi nenita.

-He visto que has podido actuar como cuando interpretabas a “Becky”, pero con otros tipos… ¡JUAJUA! … de verdad lo estabas disfrutando, como en tus videos… ¡UFFF!

-Pero…

-Sé que puedes hacerlo, nalgona… sé que puedes traerla cuando quieras…

-Don Victori…

-Trae a esa “Becky” para aquí…- la interrumpe el sujeto volviendo a soltar su manoseo, pero hablándole al oído suavemente -…con esa “Becky” haré un trato, no con la maleducada Rebeca que me manda matones cual bellaca… ¿me entendió, culona? – le pregunta al oído de tal forma que mi nena no pudo dudar de haber captado el mensaje. Había quedado clarísimo.

¡Joder! ¡Traer a la nalgona “Becky” a flote! ¿Sería posible, aquí, con tan poca estimulación? ¿Bajo una situación tan tensa de negociación? ¿Con aquel?

Rebeca cierra sus ojitos un instante, reflexionando en su cabecita todo lo sucedido, por su mente comienza a recordar los instantes vividos desde su llegada al orfanato, su llegada la casa de su papi, las mudanzas, su llegada con Vero, sus encuentros en la escuela, sus “encuentros” con todos los adultos y todas aquellas experiencias que la marcaron hasta ese momento.

Una ráfaga de sensaciones la invadieron, aquellas experiencias placenteras que habían tenido un costo y “excitantes recompensas”, pero que ahora estaban en riesgo. Sin embargo, que también estaban muy cerca de permanecer en su vida por un último esfuerzo de su parte.

Muy pronto recuperaría el control de todo. Podría vivir su sexualidad sin temores, sin chantajistas que la llevaran a tener temor, sino solo adultos que ella escogería para que gozaran de sus atributos de mujer en su cuerpito de 10 añitos.

Cual si fuera una transformación de película Rebeca comenzó a abrir sus ojitos enfocando su nueva mirada idéntica a la de su alter-ego que emergía en sus momentos más gloriosos.

¡Tremendo! Casi parecía algo orgánico la manera en que cambió de repente. De su mente desapareció el hecho que estaba sentada sobre el maldito que la chantajeaba. Sin temores y sin culpas volvió a sumirse en su personaje principal tan esperado por todos nosotros.

Y eso que no era cualquier chantajista, sino el principal de todos… ¡Este era el final de todo el ciclo de chantajes! Aquel adulto que había cometido mil y una locuras para degustar de sus despampanantes nalgotas de mujer y ahora ella tenía la decisión final para cerrar el trato.

¡Y es que en modo “Becky” podía excitarse cuando los adultos la cercaban de esa forma! Adentrándose en su personaje, comenzó a imaginar esta situación como uno de sus relatos. Ambos solos, dentro de una habitación cerrada donde ella había llegado a negociar. Tenía algo que cualquier adulto que la conozca desearía gozar. Aquel culote con el que podría solucionar cualquier problema de su vida y de paso darse un disfrute que solo ella conocía.

Sintiendo como emergía nuevamente aquella fiera sexual en su interior, Rebeca volteó para mirar directamente a Victorino con su nueva mirada que mezclaba inocencia y deseo… ¡La tremenda mirada de la nalgona “Becky”!

-¿Estás seguro que no quieres mi colita, papito? – pregunta Rebeca haciendo su vocecita inocente que tanto nos gusta. Empinaba su culazo de mujer, presionando el vergudo que se encontraba abrazado por tremendas nalgotas.

¡Salute! Incluso Victorino parecía sorprendido con este cambio y pese a su experiencia podríamos jurar que una pizca de sudor bajaba por su sien.

-Jojo… Ohhh… por fin… por fin podemos hacer un trato como se debe… ¡Ufff!- bufa el tipo volviendo a sobar con sus manos como garras el tesoro de Rebeca.

-¿No quieres jugar conmigo, papito?

-Jojo… claro que sí, mi culona “Becky” … jugar mucho… y meterte mi palo…

-¿Dónde me quieres meter tu palo, papito?

-En este culote hermoso en forma de corazón, Ohhh…- exhala el sujeto con la voz temblorosa por la emoción, al mismo tiempo que le dio tremenda nalgada.

¡TAZZ! ¡TAZZZ!

-¡Ay! Que rico, papi… yo también quiero que me pongas tu palo en mi colita… Jijiji…

Inmediatamente Rebeca le dio unos brincos sobre el vergudo oculto en el pantalón, riendo juguetona como si estuviera montando en un juego mecánico del super.

-Uffff… Que bien te portas, nalgona… Jojo…- ríe nerviosamente Victorino sin poder ocultar las ganas que le tenía a mi niña-… Quiero darte duro a este rabo hermoso que tienes…

-Siii, papito… yo quiero que me des muy duro en mi colita…

-¿Te portaras así conmigo estas dos semanas?

-Sí, papito… Lo que tú quieras…- responde mi nenita sonriendo y de paso volviendo a brincar sobre su entrepierna del tipo. Sus nalgotas gloriosas rebotaron sobre el vergudo del vejete que comenzó a jadear de la excitación.

-Buuuufff… Joder… Eso espero… Que quiero tener a esta “Becky” conmigo todo el tiempo, ¿entendido?

-Sí, papito… Yo me porto muy bien…

-Ufff…. Ya quiero verte en mi finca… te va a gustar el lugar…

-Siii.. que bien, papito…

-Vamos a pasarlo muy rico, mi nalgona…. Joder… Uff…- le suelta su respiración viciada en el rostro de mi niña, la cual, si bien al comienzo la espantaba, en modo “Becky” le excitaba que un vejete malvado estuviera a punto de profanarla.

-¿Entonces me llevarás hoy contigo, papito? Cuanto antes mejor, papito….

-Claro, preciosa. Ahora mismo nos vamos a mi finca… No quiero hacerte esperar… ¡JUAJUA!

¡Estaba decidido! Finalmente, don Victorino parecía lograr lo que tanto había querido desde que conoció a mi Rebeca en nuestro directos. Al fin tendría la dicha de disfrutar plenamente de sus nalgotas de mujer en el cuerpo de una niña de 10 añitos.

El tipejo guio a mi nenita fuera de su oficina y de aquella tienda que parecía manejarse a voluntad de su dueño. No le estorbaron ni los empleados, ni siquiera le preguntaron algo cuando junto a Rebeca tomó la salida de emergencia hasta el corredor principal del centro comercial donde se mezclaron con el resto de los visitantes.

Sin pensárselo, Rebeca siguió abrazando a aquel sujeto mientras avanzaban por todo el corredor. Quienes los vieran caminando entre la gente pensarían que se trataba de un abuelo y su pequeña nieta vestida muy sexy, paseando por entre las tiendas del emporio. Nadie sospecharía que aquel vejete y la niña se dirigían a un lugar apartado, lejos de aquel centro comercial y sus curiosas miradas para concretar un lujurioso trato.

Justo cuando estaban por emprender su camino por otro de los corredores, comienza a sonar el móvil de Victorino. Se sorprenden ambos, pero sobre todo el tipo al ver el quien era el de la llamada.

-Espéreme un momento, pequeña…- le dice a mi nenita y se aparta dejando a Rebeca un poco desconcertada. Ya ella estaba muy metida en el asunto como “Becky” y aquello la descolocó.

Victorino parecía hablar algo molesto con quien le había interrumpido en sus bríos por llevarse a mi nalgona niña. Renegaba al responder, pero al mismo tiempo iba calmándose con el correr de los segundos. Rebeca mientras tanto contemplaba toda la escena.

Empezó a caminar de un lado al otro con nerviosismo hasta que finalmente colgó el teléfono y volvió donde mi niña.

-Lo siento mucho, pequeña, pero creo que tendremos que dejarlo para otra oportunidad…

-¿Qué? – pregunta mi nenita extrañada, quien pensaba que esta vez ya se irían del lugar.

-Son asuntos de trabajo, pero prometo que la llamaré este finde y lo pasaremos muy bien por dos semanas completas… ¿Vale? – pregunta el tipo guiñándole un ojo al mismo tiempo que emprende feroz caminata con dirección a uno de los ascensores del centro comercial.

-…….

-¡Revisa tu móvil, pequeña! ¡Te llamaré estos días! – le grita el tipo cuando estaba por subirse, dejando a mi niña como una estatua en medio del pasillo de comidas del centro comercial.

¡ZAZ! Y fue así que se cerró el ascensor llevándose al vulgar vejete, elevando la confusión de Rebeca.

Sin esperárselo, se había quedado completamente abandonada por aquel tipo a quien había seducido hace unos momentos. Cualquier cosa podría haber pensado menos que la abandonaran en pleno pasillo, cuando ya habían quedado en que irían juntos a su finca.

¡Vaya tipo! Rebeca no podía creer que después de todos los problemas en que la puso ahora la posponía para gozar de ella en otra oportunidad sin importarle que ella ya estuviera dispuesta… ¡La dejaban como una tonta!

¡Realmente odiaba como actuaban los adultos tan egoístas! Solamente pensaban en ellos y la dejaban tirada cuando había algún problema. Aquel pensamiento medio que la deprimió un instante, pese a su cachondez.

Deseaba regresar a casa y darse algo de diversión viendo los videos de Sally, queriendo satisfacerse y bajarse la calentura del modo “Becky” que aún llevaba de su entrevista con Victorino. En otro momento hubiera llamado a Manolo, o visitado la tienda de don Paco, pero no deseaba ver adultos chantajistas por el momento. Quizás el que más le provocaba visitar era el papá de Melina, pero era complicado contactarlo solo a él, o el papá de Luka, pero este también andaba de viaje y mi nenita había borrado la aplicación de cólera por abandonarla.

En el camino a casa aún pensaba en todo lo sucedido. Ya que en su mente había recordado al papá de Luka, decidió pasar por el mini-centro comercial del costado ya que tenía un encargo de su tía y de paso aprovecharía para pasar por el puesto del señor Jason, que, si bien sabía que aún no volvía, aquel recuerdo le dio ganas de, aunque sea recorrer aquel pasillo…

Fue ahí que, pasando por el corredor principal, de entre todas las personas terminó divisando a una figura fornida levantando unos paquetes enfrente de un pequeño puesto fotográfico.

Sin pensárselo dos veces, Rebeca fue corriendo cual niña de 10 añitos y se lanzó a los brazos del tipo que, aunque volteó sorprendido, tuvo la suficiente habilidad para cargarla apenas la niña se le subió.

-Woojojo… Cuidado, mi niña… – contesta el papá de Luka abrazando a mi nenita. El tipo iba con su atuendo diario, remera sin mangas negra con una calavera estampada y shorts largos y holgados del mismo color.

-Señor Jason. – saluda Rebeca con una sonrisa mientras abraza al tipo que correspondió a aquel amarre en medio del pasillo semivacío. El calvo tatuado que mi nenita había pensado hace un momento ahora estaba frente a ella… ¡Casi como si fuera un milagro!

-¿Cómo está, preciosa? Se nota que me extrañó… – pregunta el sujeto dándole un beso en la mejilla que mi nena correspondió. Al mismo tiempo la mano del sujeto descendió de su espaldita hasta acariciar aquel derriere exuberante de la nalgona Rebeca.

-¿Cuándo llegó? – pregunta mi nenita dando saltitos y aun tomada de las manos del tipo, cuando se bajó del mismo.

-Ayer, preciosa… No me respondías los mensajes así que le dije a mi hijo que le avisara a Melina ¿no te dijo nada tu amiguita?

-Noooo…- respondió Rebeca entre molesta y aún sorprendida por aquel hallazgo repentino.

Estaban en medio del mini-centro comercial y de seguro muy pronto aparecería alguien que notara algo raro en su encuentro en medio del pasillo, por lo cual el sujeto abrió su tienda y dejo pasar a mi niña para que pudieran conversar con mayor privacidad.

Mi nenita, que aún seguía en “modo Becky”, de pronto se lanzó sobre el tipo colgándosele del cuello. Este la abrazó correspondiendo al cariñoso saludo de la nalgona nena.

-Uyy se nota que me extraño preciosa ¿pero porque no me respondía los mensajes?

-Y es que usted nunca me llamaba para jugar, así que borré su aplicación…- contesta mi nenita haciendo su vocecita inocente, pero con algo de resentimiento.

-Nooo, porque hizo eso, preciosa…- le contesta el tipo aun abrazándola.

-Pero ya que vine aquí… podríamos volver a jugar como antes, señor Jason- suelta Rebeca con una sonrisa que no era propia de ella….

¡Dios bendito! ¡Lo que ocasionaba su alter “Becky”! ¡Demasiado atrevimiento para sus 10 añitos! Al tipejo le brillaron los ojos, como a cualquier adulto que tiene la dicha de contar con la venia de mi niña.

-¡Claro que sí, preciosa…- le suelta el tipo descendiendo sus manos por la espaldita de mi niña hasta acariciar aquel derriere exuberante de la nalgona Rebeca-… yo también extrañé que volviéramos a jugar como la última vez…

Mi nenita se excitó más al sentir aquellas rugosas manos recorrer por todo su tesoro, volviendo a calentarse pese al desplante del malvado Victorino… ¡Y es que con el papá de Luka tenían una buena química!

-…Usted espéreme a que termine de acomodar mi tienda y le prometo que nos vamos a aquel lugarcito de la otra vez para que lo pasemos muy bien… Ufff…

¡El motel de la otra vez! El sujeto ya tenía puesto el destino en mente, sin embargo, la expresión de mi nenita parecía no concordar con la idea del tipo.

-¿Cuánto tiempo? – pregunta mi nena de pronto sacada de contexto, al ver que el sujeto ponía más dilaciones al ansiado “encuentro”… ¡Rebeca no quería esperar más!

-No mucho, pequeña… Espéreme una horita sentada allí y le prometo que nos vamos juntos…- le dice el tipo señalando una silla alta que normalmente usaban l@s niñ@s para las fotografías altas.

¡Punto de quiebre! Rebeca venía con la sangre a mil por haberse calentando para seducir a Victorino y la habían dejado a medio camino. De ninguna manera aceptaría que la volvieran a rechazar sin más o dilatar algo que era tan esperado por cualquier adulto.

A sus 10 añitos se iba volviendo muy orgullosa de sus curvas de mujer en su cuerpito de 10 añitos, y mucho más en “modo Becky”. La nalgona criatura no iba a permitir que la pospusieran por otros asuntos triviales cuando era tan reclamada por cientos de sujetos en su Instagram que bajarían el cielo y la tierra para disfrutar de los placeres que ofrecía.

¡Era ella o nada! ¡Tenían que elegirla por encima de todo!

De pronto, recordó un relato que le había compartido Sally, donde una nenita y su papito jugaban igual que ella con los adultos y un día el papá quería irse al trabajo antes que pasarlo con ella y la hija decidió ponerlo en jaque…

Sin pensárselo dos veces, mi niña optó por soltar aquella frase que cambiaría rápidamente la expresión del calvo tatuado.

-Si no tiene tiempo para jugar conmigo, quizás deba ir a jugar con alguien más…

¡Vaya atrevimiento de mi niña! Prácticamente ponía en jaque al susodicho. El mismo que volteó a verla con otra mirada nerviosa que denotaba el deseo de no perder a la nalgona criatura.

-No se preocupe, preciosa… Sí podemos jugar los dos…- responde el tipo queriendo solucionar la situación.

-Pero usted no tiene tiempo para mí…- se queja Rebeca haciendo puchero mientras se toma las manitos inocentemente.

-No… no es así, princesa… pero…

El tipo miró a todos lados con evidentemente nerviosismo… las ventanas aún eran transparentes y no escondían nada… sin embargo, fue hasta la puerta asegurándola con llave y corrió la cortina cubriendo el ventanal enorme que permitía ver desde afuera todo el interior.

Rebeca sonrió cuando el sujeto se le acercó, cual macho que parece dispuesto a cumplir con los pedidos de su pequeña hembra que lo puso en jaque pero que ahora ella debe pagar lo estipulado en el lujurioso acuerdo.

-Venga, mi niña…

Con suma habilidad, el sujeto levantó a mi Rebeca sobre el escaparate de su tienda que estaba muy cerca al ventanal del pasillo. Prácticamente solo estaban separados por la delicada cortina de la tienda…

-Señor Jason…- dice mi nena algo nerviosa al verlo colocarse entre sus deliciosas piernas.

-Venga mi niña, parece que anda con la cuquita muy traviesa…- suelta el tipo levantando la faldita de mi nena para revelar su truzita apretadita a su rajita que se marcaba por lo delgada de la tela.

-¿Aquí? – pregunta mi nenita llevándose las manitas a la boca y mirando hacia atrás donde solían pasar de cuando en cuando otros clientes del mini-centro comercial. Aquella peligrosidad sin querer comenzó a hacer estragos en mi nenita, calentándola en modo “Becky”.

-Así es mi amor…- contesta el tipo sonriendo y jalando el calzón de mi niña dejando su panochita libre al aire, mientras la abre de piernas sobre el escaparate, tal cual el tendero Paco la puso en su tienda la otra vez-… Usted no quiso esperarme así que lo haremos aquí… ¡MMMM!!

De pronto el tipo comienza a pasar su lengua por la humedecida rajita de Rebeca…

-¡Ummm!! Ahh.…

-Mmmmm!!! Se nota que ya le hacía falta…. Jeje…

Y es que en modo “Becky”, Rebeca se excitaba a montones sea la situación que fuere y sus machos adultos la sometiesen para gozar procazmente de su despampanante figura. Mucho más ahora que toda la situación de peligrosidad volvía a invadir su cuerpito, ante la posibilidad de ser descubiertos a través de esa cortina que cubría la visión completa de toda la escena pecaminosa.

-Ummm…. Está bien, por favor limpie bien mi rajita, señor Jason…

-¡UY!… Se nota que extrañó todo esto… ¡Jojo! – ríe el sujeto al mismo tiempo que volvió a sumergirse en aquella rajita divina que se antojaría sabrosa a todo adulto que la contemplara.

-Umm…Ummm…

-Uyyy!! Que cuquita sabrosa… ¡MMM!!!

-Umm…Ahhhhhhh…- suelta mi niña al por fin tener aquella lengua viril explorando sus tiernos labios rosaditos y hurgando profundo, casi besando su clítoris.

¡Delirio total! Rebeca observaba cachondísima, mientras aquel calvo tatuado se le metía entre sus piernas, lamiendo su chuchita como si se le fuera la vida en ello… ¡Descargas de placer por todo su cuerpito! ¡Lo que tanta falta le hacía!

-Mmmm!! Que rico gemiste, mi amor…

-Ahhh… Siii…

-Tranquila, princesa… yo le trato bien para que disfrute… Mmmmmm!!! – vuelve el sujeto a lamerle su chuchita de Rebeca, internado su lengua sapiente entre sus labios vaginales.

-Siii!! Ahhhhhhhh!!!

-Uy!! Como temblaste, ¿te gustó?

-Siii… que rico, señor Jason… Ahhhhhh…- gimió mi niña liberándose al fin de tanta tensión que le dejó Victorino y sus desplantes… ¡La nalgona “Becky” en éxtasis!

Los dedos raposos del papá de Luka acariciaban su tersa piel de nena, procurando relajarla. Aquellas manos que mi nena reconoció como las del adulto que solía llevarla a la luna en noches lujuriosas de pasión.

-Slrrppppp!! Mmmm!! Slurrpppppp!!

-Ahhh!!… mi rajitaaa…. Ummmmmm!!

El sujeto iba por más y lamía con increíble destreza los pliegues de su cuquita. Rebeca casi parecía a punto de correrse, pero aguantó estoicamente las varias lamidas a su coño, que, si bien no eran como las delirantes sorbidas del contratista, la cachondez de la nalgona “Becky” las multiplicaban en intensidad.

-Slrrppppp!! Slurrpppppp!!

-Siii!!… Ummmmmm!! …. Ahhhh!!

-Ahhhh!!…. Siiii!! Que rico…. Ahhhh!! Mi rajitaaa!! Ahhhh!!

-Mmmm!! Brrrr!! MMMM!!

-Siiii!! Ahhhh!! Ummmm!!! ¡Mi rajita, señor Jason!! Ahhh!

-MMM!!! BRRR!! MMMMMM!!!

-Ahhhhhhhh!!! Siiiii!!! ¡Qué ricoooo!! – chilla mi niña a pleno pulmón, olvidándose el lugar donde estaban y entregándose al tremendo orgasmo que experimentaba.

¡Colosal venida! Mi nena se sentía en las nubes por la comida de coño que le había dado el susodicho… las piernas le temblaban, mientras dejaba que sus fluidos bajaran por su canal vaginal.

El papá de Luka bajó la cabeza hasta la apertura de los labios de Rebeca, bebiendo sediento todos los jugos que salían de ella, limpiando hábilmente a mi nenita… El sujetó se tragó toda su corrida de Rebeca, mientras ella se recuperaba de los espasmos.

Rebeca se echó por completo sobre el escaparate mientras el calvo tatuado termina de devorar sus jugos y también da unas lamidas a sus pezoncitos, dejándoselos bien rojitos. El calvo siempre tenía interés porque mi nena sintiera el máximo placer, a diferencia de los otros vejetes que solo se aprovechaban de su exuberante figura.

Rebeca sonreía, sintiendo que ella también deseaba continuar disfrutando de aquel “encuentro”, pero, sobre todo, deseando que su grutita no solo fuera estimulada por fuera, sino también por dentro… ¡Y sus deseos se cumplirían al instante!

No divisó cuando, porque aún seguía mareada por el orgasmo, pero al abrir sus ojitos pudo distinguir como el calvo tatuado tenía las bermudas en el suelo, mientras exhibía aquel pollón conocido, al tope de erección… ¡El devorador de nenitas estaba listo!

El susodicho comenzó a balancear aquel pollón por la superficie de la grutita de Rebeca, quien solo veía con ansias como la punta bailaba tentándola con cada roce.

-Uff… Ahí le va, mi niña… ¡Ohhhhhh!!- suelta el tipo exhalando como poseso, antes de comenzar la invasión del lugar especial de mi preciosa nena…

-AAAHHH!!

-Joder!! ¡Mi niña, Ufff!! ¡Siempre está muy estrecha por su rajita… Ufff!!

Rebeca se sentía nuevamente en las nubes…. ¡Placer inaudito! …. Sintiendo como aquel pollón de adulto se adentraba en su vaginita de princesa, invadiendo cada cm2 de su lugar especial…

-Ummmm…. Ummm…. Aaaaahh…Mi rajitaaa… que ricooo…- gime mi nenita, recordando su papel de “Becky” y las cositas que soltaba cuando la invadían por su grutita.

-Ufff… mi niña… ¡le hacía mucha falta!… Hooo!! – exhala el calvo sujetándola abierta de piernas.

La rosácea vaginita de Rebeca se abría groseramente ante el avance del tenaz invasor fálico que reclamaba aquella grutita como su territorio…. ¡Excitante escena!

-Siii… Ummm… sí, señor Jason… Que gustito…- suelta mi niña dejándose echar por completo sobre aquel escaparate, mientras el sujeto la tenía piernas al hombro y con la verga dentro de su cuquita.

-Sí, princesa…. Ufff…!! Que delicioso se siente dentro tuyo… ¡Ufff…!!

-Que rico, señor Jason… ¡Ummm!!- murmura mi niña cerrando sus ojitos un instante y sintiendo el placer de aquel miembro invasor.

El papá de Luka se asentaba bien en su vaginita, expandiéndola y dejándola sentir aquel palpitar dentro de ella que tanto extrañaba.

-Ufff…!! Ohhh!! Mi niña, voy a comenzar a moverme…-le advierte el calvo tatuado sujetándola bien de sus piernas y tomando impulso para comenzar la faena.

¡Inaudito suceso! De pronto el sujeto comenzó a sacudirse tomando impulso y empujándose dentro de mi niña con velocidad.

-Uuuummm!! Ahhh!! Ayyy!!- gime Rebeca en respuesta cuando el sujeto empezó a entrar y salir de su vaginita, haciendo que torrentes de placer fluyan por el cuerpecito de mi princesa. Sin duda, venía deseando sentir aquella pija a plenitud y por fin se cumplía su deseo

-¡UFFF! ¡Ufff! Wooo!!

-Ummm!! Siii!! ¡Ahhh! Ummm!!

-Uff!! Ufff!! Rebeca!! Ufff!

-Ahhhh!! Siii!! Ahhh!!

¡Qué delicia! pensaba mi niña. El don se la cogía suavecito, siendo muy delicado con ella al comienzo para que su grutita se acostumbrara y cogiera juego de los fluidos de ambos amantes que se entregaban a las mieles de aquel sexo ilegal entre un adulto y una niña de 10 añitos.

La verga del tatuado es aprisionada por el estrecho canal de mi Rebeca que al sentir las cortinas tan cerca, vuelve a recordar la situación peligrosa en la que se encontraban. Mi niña se muerde un dedo de gusto por volver a tener aquella polla bien dentro, mientras muy cerca en aquel pasillo circulaban personas que no tenían ni idea de lo que sucedía dentro del puesto de fotografías.

-Ummm!! Ahhh!! Mi rajitaa!! Siii!

-Ohhhh!! Hooo!!!

-¡Ahhhhh! Ahhhhh!! Ahhhh!!

-Ufff!!! Joooooo!!

Mi nenita sentía riquísimo por los embates del tatuado, sin embargo, ya su cuquita estaba acostumbrada a velocidades mayores. El roce delicioso en su interior fue exigiéndole mayor rudeza de su amante, por lo cual mi nenita no dudo en aupar al mismo:

-Ahhh! Siii!! ¡Más adentro, señor Jason!! Ummm!!

-JOO!! ¡Ok, mi niña! Wooo!!

Luego de aquello, el sujeto se le fue con todo a mi nena haciendo que pegue un gemido impresionante… ¡Avance peligroso!

-Ahhhhhhh!!! -suelta Rebeca al verse como su rajita era abierta por completo y sin reticencias- Siiii!! Que rico, señor Jason… ¡Ummmm!!

El tipo se le fue encima e ingresó totalmente dejándole saber toda su hombría, palpitándole sin reticencias y moldeando su delicada rajita a todo su grosor varonil.

El tatuado tardó unos segundos más en retirarse de su cuerpito para concentrarse en cogérsela en misionero adentrando su pollón y volviendo al ritmo anterior…

-Ahhh… Siiii…. Que rico…

-Ufff… Ufff.. Ohhh…

-Ahhh!!! Ummm!! Ummm!!

-Ohhhh!! Ohhhh!! JOOOO!!

Era tan exquisito y excitante quedarse echadita mientras era abierta por aquel pollón que le desbordaba de sensaciones impropias para una nenita de su edad. Al fin volvía a recibir a su visitante ilustre que no tardaría en llenarla de aquel líquido sagrado que mi nenita ansiaba más que a nada.

-¡AHHHHH! AHHHHH!!

-JOOOOOO!!! JOOOOOO!!

-AHHHH!! SIIIII!! AHHH!!

-OHHHHH!! BUFFFF!!!

¡Y es que ella sabía lo que iba por suceder! Ambos amantes sabían que aquel empuje monstruoso de hace unos momentos era un preludio de la locura que se avecinaba…

-¡AHHHHH! AHHHHH!! SIIII!! AHHHH!!

-JOOOO!!! JOOOO!!

-AHHHH!! SIIIII!! ¡QUE RICOOO!!

-OHHHHH!!OHHH!! ¡LE GUSTA ASÍ, MI NIÑA? JOOO!!

-SIIII!! AHHH!! SIII, SEÑOR JASON!! ¡DEME!! AHHH!!

¡JODER CON ESTA NIÑA! Rebeca lo sabía y fue por eso que le pidió al papá de Luka que fuera rudo… La velocidad ya no era la misma…. Los embates tampoco…. mi niña era sacudida más y más por los denodados embistes del calvo tatuado… ¡La faena se descontrolaba!

Cual, si fuera una bestia lujuriosa, el señor Jason ahora se la cogía a velocidades poco seguras para cualquier niña de 10 añitos, pero que mi nena y su rajita ya habían experimentado hasta el hartazgo, proporcionándole experiencias que ella había sabido aprovechar para volverse más ducha en las artes maritales….

-AHHHH!! ¡QUE RICOOO!! ¡AUUU!

-FUUUUUFFF! ¡TOME, MI NIÑA, ¡¡TOMEEEE!! OHHH!!

-SIIII!! ¡DEME, DEME!! SIII, SEÑOR JASON!! ¡AUUU! ¡SIII!!

¡Qué locura! ¡Su vaginita rosadita no iba a aguantar tanto castigo! Sin embargo, el calvo seguía bombeando a Rebeca, utilizando toda su fuerza varonil para someter aquella rajita que ahora se abría groseramente con cada avance desbocado del tatuado.

Rebeca ya no contaba los orgasmos… todo lo que veía eran luces… sin embargo, lo que más ansiaba estaba a nada de suceder, cuando aquel macho copulador terminara llenando aquella rajita lampiña con la recompensa que más deseaba mi niña.

-SIIII!! ¡QUE RICOOO!! ¡AHHH!

-FUUUUUFFF! ¡AHÍ LE VA LA LECHE, MI NIÑA, ¡¡JOOO!! OHHH!!

-SIII!! ¡DEME SU LECHITA!! ¡AHHH!!

-JOOO!! WOOO!! ¡AHÍ LE VA SU LECHE, MI NIÑA!! JOOO!

-SIII!! AHHH!! LECHITAAAA!! AHHH!!

-OHHHH!! OOOOOHHHH!!

Al unísono del graznido del señor Jason, Rebeca sintió como la llenaban de esperma fresco que iba acaparando toda la profundidad de su rajita, desbordándola por completo… ¡Qué delicia! Echadita sobre el escaparate, aguantó los últimos embates del tatuado que se dejaba la vida en aquella corrida que ambos ansiaban…

Mientras sus respiraciones entrecortadas volvían a prevalecer en aquella tienda fotográfica vacía, volvieron a encontrar sus miradas que delataban que una sola ronda no bastaría para saciarlos a ambos… ¡Claro que no!… Sin duda aún quedaba mucha tela por cortar en aquel “encuentro” lujurioso entre un adulto y una niña.

…………………….

Cinco de la madrugada…

Mi nenita se despertó de repente. No había dormido ni 10 minutos, por lo cual dedujo que lo que sintió fue un mini-desmayo producto de algún espasmo fortísimo que la mantuvo en somnolencia por buen rato.

Se encontraba completamente desnuda sobre una cama circular enorme para su tamaño e iluminada tenuemente con luces de neón fucsias en aquellos lugares donde no hubiera espejos.

Recuperando la conciencia, se palpó con una manita su rajita que sentía que le ardía levemente… ¡salute! … pudo distinguir que estaba muy dilatada y aun bajándole un líquido lechoso…

Decidió aguzar la vista y pudo contemplar mejor el panorama que la rodeaba sin tener que levantar la cabeza de la almohada. Aún no se acostumbraba a poder mirarse en el espejo del techo que siempre había en los moteles y que ahora reflejaba a los dos ocupantes de aquella cama circular… ¿dos? se preguntaran ustedes… Sí… claro que sí…

A su costado, reposaba el tipo que la había mantenido despierta toda la noche, en otra agitada jornada de sexo ilegal, tan añorada por mi nenita de 10 añitos, una jornada que le debió recordar a como nos desbandábamos en noches de lujuria pasadas. Hoy le había tocado compartir aquella noche con el calvo tatuado y fornido que reposaba a su lado sin roncar.

A sus 10 añitos, lo normal sería que Rebeca no hubiera podido durar toda la noche cogiendo, pero a su lado había una bebida muy rara que el papá de Luka le había dado y convirtió a mi nenita en una fiera sexual por la noche entera.

Se puso de lado un momento porque sentía que su colita estaba húmeda y pudo sentir como también por su esfínter bajaba aquel líquido lechoso y recorría por sus despampanantes caderotas.

¡Joder! Mi nenita tenía ambos agujeritos rellenos de lefa y si se cercioraba del sabor de sus labios, podía distinguir aquel manjar seminal del cual ella era muy hábil catadora.

Sobándose su tremendo culazo, Rebeca pudo recordar el porque de tanta corrida de la cual estaba impregnada. Sus nalgotas rojísimas de los azotes relataban por sí mismas una nueva sesión de sus magistrales sentones siempre tan desquiciantes para cualquier adulto que pueda tener la dicha de recibirlos.

Él hábil calvo tatuado había conseguido que mi nenita lo deslechara por completo, en una larga noche que finalizó con los brutales brincos de mi Rebeca, antes de caer ambos amantes rendidos y exhaustos sobre su lecho de amor.

Como no tenía sueño, mi nenita rodó más hasta la mesita velador al costado y tomó su móvil. Revisando entre sus notificaciones notó que Sally estaba como conectada.

“ HIIIIII!! ¿Por qué no te conectaste más temprano, corazón??” preguntó esta cuando Rebeca la saludó.

“Estaba ocupada, Sally…”

“¿Con quién?”

“Con el señor Jason, el papá de Luka”

“:OOO Anda…. Cuéntame… ¿Qué hicieron?”

Mi nenita estaba medio divertida por tener algo nuevo que contarle a Sally sobre su encuentro. Ya que casi nunca puede presumir sus faenas. Solo tenía a su “amiguita” para desfogar sus chismes.

En un arrebato de inspiración, mi Rebeca encendió la cámara, cambió al modo frontal y levantó el móvil apuntando el foco hacia la cama donde ambos amantes reposaban.

¡CLICK! Incluso mi Rebeca se dio el gusto de sonreír en aquel ‘selfie’ que presumía a su amiga Sally. De seguro esta haría un escandalo pidiendo los detalles de aquella foto donde se mostraba a ambos amantes desnudos y exhaustos.

Como desperezándose por el sonido del obturador, de pronto el calvo tatuado comenzó a moverse y abrir los ojos, volviendo en sí.

-¿Está despierta, preciosa? – pregunta moviéndose hasta donde mi nenita y acariciando su rostro.

-Sí, estoy viendo mi móvil… ¿Cuál era su número de usuario? – pregunta Rebeca quien hábilmente cambio de aplicación a la que usaba normalmente para agregar el contacto del tatuado.

-¡Híjole! Casi lo olvido, mi niña… Se lo digo…- contesta el tipo indicándole para que mi niña lo escribiera en su móvil y revisando si lo anotó bien.

-Listo…

-A que lo pasamos muy bien, preciosa… Se nota que extrañó mucho nuestros juegos ¿a que sí?

-Es que usted se fue mucho tiempo, señor Jason…- hace puchero mi nenita.

-Lo siento, preciosa… Le prometo que no vuelvo a ausentarme…- contesta el tatuado acariciando a mi niña.

Rebeca sonrió más tranquila.

-Por cierto, ¿no dijiste que tenías que contarme de algo importante?

¡Salute! Al instante mi nenita lo recordó: iba a contarle todo el asunto de Victorino, la posibilidad de pedir nuevamente su ayuda para deshacerse definitivamente del susodicho.

Quizás no había necesidad de utilizar su modo “Becky” después de todo. Quizás aún contaba con el apoyo del papá de Luka…

-¡Hijole! Espérame un momento…- se interrumpió el tipo cuando su propio móvil vibró en la mesita de noche. Lo tomó y comenzó a escribir una respuesta al aparentemente nuevo mensaje que había recibido.

Permanecieron en silencio unos momentos mientras ambos veían sus móviles, cuando de pronto Rebeca se animó a preguntarle al tipo, cuando vio que este fruncía el ceño ante una respuesta.

-¿Quién es? – pregunta mi nenita curiosa.

-Nada importante preciosa, solo que algunos amigos del trabajo parece que desean que haga otro viaje pronto…

-Ah…. Entiendo…

-Pero no te preocupes, preciosa…- se corrige rápidamente el tipo con una sonrisa-… este será mucho más corto, de seguro estaré de vuelta el viernes.

Mi nenita sonrió por cortesía, pero aquella respuesta nuevamente le volvió a recordar todo lo que había sucedido hasta ahora.

Como si fuera arte de magia, rápidamente desaparecieron los deseos de mi nenita por comprometer al calvo tatuado en una estrategia contra Victorino.

¡No había pasado ni 5 minutos y ya había otra promesa incumplida! ¿Por qué los adultos eran así? Ella siempre hacía lo que le pedían y nuevamente los tipos salían con excusas y/o incumplían lo que le prometían.

A pesar de las ayudas, finalmente Jason era otro adulto más como su papi o como Pablo que prometían y al final no siempre cumplían. Alguien que la ayudaba, pero un adulto, al fin y al cabo, con algunas promesas que no podía cumplir.

A partir de ahora, solo podría verlo como un cómplice para sus denodadas faenas sexuales. Después de todo, era algo en lo que coincidían. Ambos gustaban del contacto y pasión que emanaban sus cuerpos en cada “encuentro” y eso no deseaba perderlo.

¡No podía confiar del todo en los adultos! Ellos buscaban los placeres que sus despampanantes curvas en el cuerpo de una niña les ofrecían, y ella estaba gustosa de gozar y saberse deseada por los mismos.

A partir de ahora sabría usar mejor sus armas que la vida le había dado a sus 10 añitos. A partir de ahora ella solita sería la que decidiera el rumbo de sus planes.

-¿Y qué ibas a contarme, preciosa? – retoma el sujeto luego de dejar su móvil en la mesita.

-Hmmm… nada, señor Jason… solo era un asunto de mi tía…

-Pues dígame con confianza, mi niña, que yo la escucho…

-Pero le puedo decir después… aún me pica un poco mi colita…- suelta Rebeca poniéndose de lado y sobándose inocentemente aquel culazo de mujer, lo cual volvería loco a cualquier adulto que la contemplase.

-UFFF!! Vamos pues, muñeca… Démosles otra ronda a nuestros jueguitos…- le insinúa Jason acariciando también sus nalgotas de mi niña.

-Pero usted arriba, porque yo estoy cansadita…- suelta mi Rebeca dándose la vuelta y quedando echadita boca abajo agarrándose de la almohada.

-Dale, mi amor… Voy a darle a tu tesoro tal como te encanta…- suelta el calvo tatuado colocándose encima de mi nenita mientras abría aquella rajota celestial para introducir su afortunada verga.

Estaba por iniciar un asalto más en aquella maratón nocturna que no parecía tener fin. Una maratón de la cual Rebeca aprovecharía para satisfacerse como único propósito y no el involucrar a un tercero en el problema que ella estaba dispuesta a resolver.

¡Ella solita se encargaría del asunto de Victorino! No necesitaba de ayudas. Ella solita acudiría a aquella finca, armada en su modo “Becky”, dispuesta a zanjar este asunto de una vez por todas. Cueste lo que cueste…

Nos aguarda un desenlace muy esperado a este arco de Victorino y sus chantajes, que involucraron al tendero Paco, al papá de Luka y hasta al contratista Manolo. Un asunto que alcanzó su punto álgido con aquella jugada maestra del tipo que ansiaba por degustar de las curvas de mi niña, con la grabación de todos los involucrado en videos.

Y por supuesto que nos aguarda muchos más sucesos lujuriosos junto a nuestra amada Rebeca, pero eso… eso será motivo de otro relato. Hasta entonces.