Secretos de Rebeca parte 7: Un gran dia en la piscina

Mi nenita y Melina pasan un gran dia en la piscina.

Los días fríos eran pan de cada día, sin embargo, esta última semana había traído algunos visos de tranquilidad.

Después de la derrota de Aquilino, Rebeca pudo volver a sus días maravillosos en la escuela. Lejos del ajetreo y el desinterés de Veronika, mi niña se sentía más a gusto con sus compañer@s de clases, o juntándose con Melina para los entrenos de vóley.

Sus clases volvían a la normalidad de siempre, sin ningún maestro que la acosara, es más, el curso que tantos problemas le daba ahora era el que mejor le iba. Ya que ahora la encargada tras el permiso médico del profesor de ciencias era la Miss Soledad. La joven maestra normalmente enseñaba a pocos salones, sin embargo, con la ausencia del rechoncho profesor, le tocó cubrir muchas más horas de lo habitual.

Sin embargo, mi Rebeca estaba la mar de contenta y se esforzaba en clases. Ya no era la segunda de la clase (notas falseadas por Aquilino), pero ahora podía decir que estaba a la par con Melina, al menos en ciencias. No le importaba ser la mejor en los estudios, siempre y cuando aprobara.

Mi Rebeca, aprovechaba cada momento para disfrutar de sus prácticas de vóley. Ya sin la ansiedad por deshacerse del regordete Aquilino, cometía menos errores en sus prácticas por lo cual se hizo más regular en los equipos de la Miss Mirtha… ¡Incluso era posible que en el próximo encuentro oficial fuera ella la titular!

En el recreo, mi nena andaba con Melina y otras niñas de su edad. Jugando y tratando de entretenerse como si fuera una niña de 10 años, sin embargo, tras las prácticas de vóley, volvía a juntarse con Melina y las niñas mayores como Carla y Julia.

De día correteaba jugando con las demás, al encantado, a la pega y otros infantiles, pero en la tarde aprovechaba para juntarse con Melina, Carla, Julia y otras más para los entrenos, o para sacarse fotos que subían a Inst***, hablar de cantantes y actores guapos, y otras cosas de adolescentes más que mi nena intentaba seguirles para no quedarse atrás.

Esta dicotomía en sus actos la hacían sentir que podía disfrutar de cada lado de la vida, seguir siendo una niña de 10 añitos, además de poder tratar con las mayores de su club de voley.

Dicha dicotomía también se daba en lo sexual, ya que nadie esperaría que Rebeca al verse simplemente como una nenita de 10 añitos, tuviera más experiencia que todas sus amiguitas en las artes carnales (aunque quizás con Melina estuvieran a la par). Todo ello en gran parte debido a que mi pequeña era poseedora de unas caderas de mujer que claramente resaltaban en su cuerpito infantil, las cuales le regalaron deliciosas experiencias con adultos que caímos rendidos ante tan exuberante niña… ¡Dichosos aquellos que pertenecemos a tan selecto grupo!

Sin embargo, no quiero expandirme mucho con esta introducción. Ya me corresponderá en otro momento ahondar más sobre la vida escolar de mi Rebeca. Más en concreto, en otro relato. Solamente quería daros el contexto suficiente para la aventura que os relataré hoy:

Rebeca se encontraba yendo solita de compras, porque Verónika le había dicho que ella no tenía tiempo. Verónica le encargó que fuera temprano para que “no estuviera de ociosa”, según ella. Lo que sucede es que se había enterado de que Rebeca iba a salir temprano de clases porque en el colegio celebrarían el Día del Niñ@.

Por la mañana, tuvieron un show artístico en el patio solamente para l@s alumn@s de primaria, con animadoras, personajes de Disney en botarga y juegos. Y para comodidad de l@s alumn@s, les dejaron ir a la escuela sin uniforme y vistiendo casualmente… ¡Qué más podían pedir!

Fue una mañana muy movida, donde mi nena se entretuvo con Melina y otras de sus compañeritas de clase. Al finalizar, adelantaron la hora de salida (3 horas de anticipación) para darles el resto del día libre. Sin embargo, mi nenita no iría directamente a casa. Ella tenía otros planes…

Primero se dirigió a la tienda donde su tía le ordenaba comprar, porque según ella cobraban más barato que el resto. En el camino, arrancó más de una mirada, sobre todo de adultos que se relamían al ver pasar a tan nalgona criatura.

Mi nena llevaba un conjunto: top sin magas y faldita color rosa, que en una nena común y corriente se vería algo simplón, pero como mi Rebeca poseía una cola despampanante, claramente resaltaba a la vista.

Mientras caminaba hacia la tienda que estaba en una zona más comercial, mi nena notaba claramente las miradas lujuriosas sobre ella. Incluso cuando pasó cerca de dos cargadores de mercadería, ambos la siguieron con la mirada mientras uno le soltó frases por lo bajo que mi nena claramente pudo distinguir como referencias a su culote.

“Cállate cabrón! ¡Está muy pequeña!” le reprochaba su amigo, pero bien que igual se le quedaba mirando la cola a mi niña. Mi nena optó por no voltear a verlos, ya que estaba acostumbrada a que le soltaran tales cosas sobre su cola de mujer.

Pese a sus 10 añitos, Rebeca había llegado a una madurez que tales halagos no la atemorizaban, incluso, internamente le encantaba saberse deseada por su derriere de mujer, más ahora que ya no estaba sometida por el malvado Aquilino. Aquellas miradas lascivas de adultos y jóvenes relamiéndose por sus caderotas, le daban un gustito que le encantaba.

Tranquilamente siguió su trayecto hasta que llegó a la calle de su destino. Dobló la esquina que daba a la tienda “Lucha” e ingresó a la misma.

-¡Rebeca! ¿Tan temprano te mandó tu tía de compras?- pregunta la dueña mientras termina de despachar un cliente. La señora era gorda y con arrugas, pero muy cordial con mi nena.

-Siii, doña Lucha… ¡Tengo una lista! – contesta mi niña dando saltitos sacándose una nota del bolsillo de la faldita.

-Muy bien! – contesta la señora Lucha mientras le lanza una mirada severa al cliente que salía de la tienda mirándole la cola a mi niña.- ¡A ver tráeme la lista y la acabamos en un triz! ¡Ah! ¡Y puedes buscar un regalo sorpresa que hay en la tienda!

-¿Sii? ¿Dónde lo tiene? ¡Dígame! – pide Rebeca dando saltitos frente al mostrador.

-¿Dónde lo escondiste, Paco?- pregunta la señora Lucha volteando hacia el otro lado de la tienda tras unos estantes de comestibles.

El esposo de la doña emergió un instante, parándose tras el estante más lejano donde aparentemente cambiaba algunas conservas. Canoso y algo pelón, de estatura y contextura promedio, con un poblado bigote, don Paco deja lo que está haciendo para acercarse a ambas.

-¡Hola Rebeca! ¡No te esperábamos hasta más tarde! – saluda el tipo llegando hasta la caja.

-¡Hola, señor Paco! Mi tía me mandó más temprano.

-¡Ah, vale! ¡Pues escondí el regalo donde te demorara encontrarlo, pero es un chocolate enorme! – le dice don Paco haciendo gesto de importancia. Mi nena empieza a dar saltitos emocionada.

-¡Pues ya le has quitado la sorpresa, so tonto! – le regaña la doña a su marido.

Mi niña comenzó a recorrer los pasillos de la tienda, buscando por todos lados…

Aquel pequeño juego la entretenía de sus compras diarias. La pareja de tenderos, al parecer conmovidos porque mi nena tuviera que hacer las compras solita, solía portarse muy amable con ella. La dejaban buscar cosas mientras se encargaban de seleccionar los productos que normalmente compraba su tía.

Ambos conocían a Veronika porque mi prima gustaba de “prestarse” de la tienda prometiendo pagar a fin de mes. Y de seguro también se habían dado cuenta que mi Rebeca no era tan bien tratada por su tía, por la actitud de mi nena cuando estaba con Veronika.

Estas son algunas de las conjeturas que esbocé la primera vez que supe de esta historia, y tampoco mi nena en ese momento tuvo razones para sospechar algo más. La pareja de tenderos era muy buena con mi niña y Rebeca no podía más que sentirse agradecida al tener tales figuras, cuando en casa su tía era muy fría con ella. Aquella amabilidad y generosidad con la pobre Rebeca hacía que mi nena por momentos retrocediera 1 año cuando era muy consentida y se le compraba casi todo.

Buscar por la sorpresa era un jueguito que le permitía estirar su lado infantil cotidiano y volver a ser una nena de 10 añitos que disfrutaba de su infancia.

Se pasó como 15 minutos, buscando en todos lados hasta que de pronto miró el reloj de la tienda y recordó que no tenía tanto tiempo como creía.

Volteó a mirar a la caja que estaba al otro lado de la tienda: doña Lucha seguía atendiendo a otra señora que venía de compras. Miró a su costado: don Paco seguía cambiando unas latas de SODA muy cerca de ella. Se le acercó aprisa para preguntarle.

-Señor, Paco. Ya me tengo que ir… ¿no me puede dar una pista? – pregunta mi niña que ya había agarrado confianza con el tendero y su esposa.

-No, preciosa… ¡Es un chocolate enorme!

-¿Y si le respondo una pregunta, como la otra vez?

Este truquito le servía con don Paco, cuando no lograba encontrar el regalo sorpresa que le hacían los esposos. El don le preguntaba sobre temas de su escuela, según el para probar si era una nena estudiosa.

-Ah bueno, ¿pero puede ser cualquier pregunta?

-Siii… ¡Pero de ciencias!

-Ah, pero si es tu clase favorita entonces tienes que responder al instante…

-Vale!

-¿Si? A ver… ¿Cuántos planetas hay en el sistema solar?

-¡Nueve! – suelta de pronto mi nena apresurada como siempre. Al instante se dio cuanta de su error, pero antes de que pudiera corregirlo…

-¡Error! ¡Son ocho planetas! – le contestó el don.

-Pero….¡pero en mi clase me dijeron que eran NUEVE! – replica la niña tratando de mostrarse muy segura. Intentó poner cara de incrédula ante la afirmación, aunque por dentro sabía que lo había arruinado por las prisas.

Dijo sin querer un número que mencionó su maestra en clase para que supuestamente no se equivocaran. Y la muy tontita se acordó primero del que no era, y no del que en realidad sí era.

-¿Segura?- pregunta don Paco mirando a mi nena con una sonrisa.

Mi nenita seguía siendo muy mala para mentir. La mentira se reflejaba en su rostro y esto era fácilmente percibido por cualquier adulto que la examinara detenidamente.

-Sii, mi maestra me dijo… que eran NUEVE!

El don se le quedó mirando un momento muy fijamente, como examinando cualquier detalle que pudiera revelarle una mentira.

-¿Segura? – repite el don sonriendo. – ¡A ver! ¡Muéstrame tu cuaderno!

Mi nena se quedó de piedra… ¿Cómo el don había adivinado que antes del recreo le había tocado ciencias y justo traía su cuaderno con la respuesta?

-¡Ay! Es que me equivoqué, don Paco… ¡Lo siento! – se lamenta mi niña admitiendo su mentira. Miró la hora de su reloj de mano, ya casi eran las 12 p.m. y lo mejor sería dejar aquel juego y acudir al punto de encuentro donde la estarían esperando.

El don la miró de reojo y pareció comprender lo que pensaba la nena que andaba con las prisas.

-No pasa nada, preciosa… ¡Creo que lo dejé en aquel estante! ¡Muy abajo! – responde el tipo señalando al fondo donde estaban las bebidas energéticas.

Rebeca corrió casi deprisa y comenzó a buscar el chocolate en la parte más baja del estante. Como no alcanzaba, mi nena se puso de rodillas y a gatas para buscarlo, dándole la espalda al expectante don Paco que captaba con detalle los intentos de la nena por alcanzarlo.

Cuando Rebeca estaba en su modo infantil, a menudo se le olvidaba que, puesta en 4 con una faldita podría dejar ver más de lo habitual, sobre todo por su cola respingona de mujer que levantaba aquella tela color rosa que no podía cubrir semejante derriere… ¡Exquisita imagen!

Si algún cliente libidinoso estuviera cerca, claramente se ganaría con semejante paisaje… ¡Por suerte, atrás suyo solo estaba don Paco, un adulto de confianza!, pensaba mi nena.

Don Paco había puesto muy al fondo el chocolate, así que mi nena demoró un rato en lograr alcanzarlo, sin embargo, el tipo se mantuvo de pie detrás de ella vigilando a Rebeca hasta que…

-¡Por fin!…. ¡Wow! ¡Es enorme! – señala mi nena levantándose, y arreglando su faldita. En sus manos estaba una tableta enorme de chocolate.

-¡Jeje! ¡Muy bien! Cuando llegues a casa compártelo también con Danna… – le felicita sonriente don Paco con su habitual expresión amable. La llevó a la caja donde los esperaba la mujer de éste.

-¿Y? ¿Ya lo encontraste? – pregunta la doña cuando llegaron.

-Demoró, pero al fin lo encontró- contesta su esposo mientras mi nena le muestra el chocolate a la doña.

-Muy bien, Rebeca… dámelo para colocarlo en la bolsa con el resto…- le anima alegremente la doña. -Paco, trae las bolsas. El repartidor ya las dejo en el almacén de mi comadre…- le dice la doña a su esposo mientras termina de acomodar la bolsa y hacer la cuenta de mi niña.

-¡Voy! -responde don Paco saliendo del lugar.

Doña Lucha pasó la cuenta por todos los productos que llevaba mi nena, pero, como se lo había prometido, no le cobró por el chocolate tamaño extragrande que le obsequio con una cálida sonrisa.

-¡Muchas gracias, doña Lucha!

-¡No hay de qué preciosa! Dile a tu tía: que como siempre le estoy descontando 1000 **** que prometió pagar a fin de mes…

-Siii… yo le digo a mi tía, doña…. ¡Muchas gracias! – repite Rebeca tomando la bolsa con todos sus enseres y saliendo de la tienda. Caminó alegremente entre las calles, aun llevando su mochila y la bolsa de las compras.

Comenzó a tararear una canción mientras daba vuelta hasta la otra calle que al final devenía en un paradero estrecho.

En aquella calle había un almacén donde al frente se encontraba un camión estacionado. Algunos trabajadores bajaban artículos de abarrotes, pero estos eran diferentes a los anteriores.

A mi nena no le hubiera importado pasar por dicha calle, pero, pocos metros después, logró atisbar una camioneta 4×4 estacionada justo en la esquina, muy cerca del resalto en la pista.

Contenta, Rebeca se apresuró, cargando su mochila y la bolsa de almacén que llevaba en el brazo, hasta llegar al vehículo que la aguardaba.

Abrió la puerta del copiloto e ingresó presurosa, quedando justo al costado del papá de Luka que la saludaba con una sonrisa de oreja a oreja. Iba con su típica facha de motociclista llevando un chaleco encima de una rema negra y unas bermudas estilo vaqueros, lentes de sol y sus usuales tatuajes por todo su cuerpo.

-¡Hola, señor Jason! ¿Dónde dejo mis cosas? – pregunta mi nena.

-¡Hola, preciosa! Déjalas en la parte de atrás… – responde el tatuado al mismo tiempo que mi nena se estira para lanzar su mochila y dejar la bolsa en los asientos traseros.

Acto seguido, Rebeca se le colgó del cuello al calvo tatuado que la abrazó soltando su cinturón de seguridad para corresponder al cariñoso saludo de la nalgona nena.

-¿Cómo está, preciosa? Se nota que me extrañó… – pregunta el sujeto dándole un beso en la mejilla que mi nena correspondió. Al mismo tiempo la mano del sujeto descendió de su espaldita hasta acariciar aquel derriere exuberante de la nalgona Rebeca.

¡Flashback instantáneos! Mi nena volvió a revivir lo sucedido hace unas semanas cuando juntos se dieron un festín carnal que duró toda la noche hasta el amanecer cuando recién abandonaron aquel motel frente a la terminal. El vigoroso calvo tatuado con su experiencia recorrió hábilmente por todos los rincones de la pequeña Rebeca, prestándole gran atención sobre todo a su exuberante culote de mujer en el cuerpo de una niña.

Aquella mano experta que acariciaba sus nalgotas, lo hacía con sobrada sapiencia que a Rebeca le encantaban caricias sobre su mayor tesoro. No era coincidencia que se le colgara del hombro y no dijera nada ante semejante manoseo a su derriere.

-Siii! ¡Pero usted también! – le dice mi niña más suelta de palabras, parando coquetamente su culote. – ¡Melina no dejaba de pedirme que la acompañara! – miente descaradamente Rebeca, sabiendo que ella misma le insistió a Melina para que propusiera la idea.

Mi nena se mostraba más atrevida con el afortunado sujeto, ya que para ella aquel ser tatuado no solo era alguien de confianza, sino era aquel que hace apenas una semana la había llevado nuevamente al éxtasis de sus mejores épocas carnales.

Recordó por un instante el otro lado de aquella dicotomía que les contaba al comienzo del relato: La de sentirse una nena consentida que disfrutaba de los placeres carnales que le brindaba su exuberante cola de mujer.

El evento de hoy mismo era un claro ejemplo de ello: tras dos semanas de abstinencia mi nenita tenía unas ganas enormes por encontrarse con aquel calvo tatuado.

Masturbarse o usar su “plumón cómplice” mientras veía los videos que le compartía el papá de Luka no eran nada comparado con volver a sentir aquel cuerpo enorme encimarse sobre ella, sentir su lengua devorando sus orificios, su verga triunfante invadirla por dentro llenándola de aquel delicioso esperma que ansiaba degustar a la brevedad… ¡Definitivamente necesitaba que alguien le bajara toda esa calentura!

-Porque usted, mi niña, me dijo que requería mi ayuda nuevamente… y usted sabe que estoy dispuesto a ayudarla en cuanto lo pida…-

-Jummm… Pero de seguro quiere algo a cambio…- le molesta mi nena juguetona, fingiendo una mirada de desconfianza.

-Pues sí, princesa… Y apuesto que a ti también te gustará…- le suelta el tipejo comenzando a meterle mano a Rebeca por debajo de su faldita. Mi niña volvió a sentir aquellos dedos tocar directamente su culote de mujer, mientras se internaban por debajo de sus braguitas.

-No sé…- responde Rebeca aun fingiendo inocencia.

-¿No sabe? ¿Acaso le dio amnesia, preciosa? ¿Ya no se acuerda que gemía como loquita cuando jugábamos en ese motel para novios?

-No me acuerdo…-responde Rebeca con su sonrisa infantil y coqueta.

-Pues yo sí que me acuerdo, princesa… También recuerdo que me empezaste a succionar como si fueras a absorberme el alma… ¡Uyy!… Pero, sobre todo, recuerdo cuando me abriste tu boquita para que te dejara mi “regalo” … y terminé esparciéndotelo por toda tu carita… ¡Jojo!!

¡Excitantes revelaciones! Mi pequeña se empezaba a calentar con todo el palabrerío del calvo tatuado que le recordaba algunas de las situaciones vividas hace apenas dos semanas, cuando la rellenaron por todos sus agujeritos…

Sin embargo, le encantaba ese papel de ser la que mandaba sobre el papá de Luka que la adoraba cual si fuera una Diosa, al punto de estar siempre dispuesto a complacerla a cambio de poder degustar de su exuberante figura de mujer en el cuerpito de una niña.

-Pues hoy solo vengo porque necesito su ayuda otra vez, señor Jason…- le dice mi niña queriendo dejar las cosas claras antes de que la situación fuera a mayores…

-Claro, princesa. Como tú quieras…- responde el calvo tatuado que a mi parecer ya se sabía que mi nena buscaba excusas para justificar aquel encuentro- ¿y me dirá en que la voy a ayudar?

-Sí, pero después… ¡Es un gran favor! – exclama mi nena estirando sus manitas.

-Vaya! ¡Con razón me quiere pagar por adelantando!… Jojo!… ¿o quizás desea pagarme también al final? – le suelta el tipejo volviendo a meter mano a mi nena, levantando sus braguitas y queriendo internar sus dedos por aquella rajota entre tremendas nalgotas.

-No sé… quizás…- responde mi nena aun fingiendo ignorancia. El manoseo la calentaba poco a poco, pero deseaba aún simular aquel encuentro como un intercambio de favores, en el cual ponía su precioso culote de mujer como parte de pago.

¡Rebeca ya lo tenía planeado! Pese a sus 10 añitos, para estas cositas no era tan tontita. Quería simular ante el tatuado que el favor era muy grande y así mi nena se aseguraba un futuro encuentro con el susodicho… ¡dos encuentros por el precio de uno! ¡y mi pequeña era la más contenta!

Exagero. Quizás el tatuado era el más afortunado. No puedo cuantificar el placer que se siente gozar de las formas de mi preciosa Rebeca: a sus 10 añitos, con una cinturita de avispa y unas piernitas bien formadas, pero sobre todo… el premio mayor: aquellas caderotas talladas por la madre naturaleza y perfeccionadas por mi nena en tantos entrenos de vóley… ¡Sin duda, algo cuyo valor es incalculable!

De seguro el calvo tatuado leyó a mi nena y optó por seguirle el juego, porque lo siguiente que pregunto fue:

-De todas formas, apuesto que se moría de ganas por nadar en la piscina, ¿a que sí?

Mi nena sonrió ante la actitud del calvo por seguir con aquel teatro de un día de piscina.

-Siii! ¿Pero qué hago? no tengo traje de baño…- se lamenta mi nena soltándose del abrazo.

-No te preocupes, princesa… Para eso nos citamos media hora antes…- le contesta el tipo volviendo a colocarse el cinturón- Iremos a comprarte uno muy bonito para que puedas lucirlo en la piscina.

Mi nena sonrió ante la propuesta y también se puso el cinturón. El calvo tatuado pisó el acelerador para enrumbar la camioneta hacia la avenida principal y tomar rumbo al centro comercial más cercano… ¡Una nueva aventura la aguardaba!

Por un momento, a Rebeca le pareció ver a alguien por el retrovisor, pero apenas doblaron con el auto por la calle contigua no logró distinguir a nadie en particular.

Al fin y al cabo, a los ojos de cualquiera, aquel encuentro podría parecer como el de una pequeña niña que es llevada a casa por algún familiar… ¡No había nada de sospechoso!, pensó mi nena calmándose.

En el camino, recordó como hace unas semanas regresaba a casa en esa misma camioneta, luego de una desenfrenada noche donde volvió a experimentar el frenesí sexual de los mejores encuentros con su papi.

Se mantuvo algo nostálgica, mirando por la ventana y charlando sobre la escuela con el papá de Luka, hasta que felizmente llegaron al centro comercial.

Luego de estacionar el auto en el aparcamiento, ambos se dirigieron a las tiendas del primer piso. Mi nena sabía que si iban a los pisos superiores quizás se encontrarían con Victorino que debería andar en su tienda, y ella deseaba evitarlo a toda costa. Aún no era tiempo… ¡Hoy le tocaba divertirse!

Con su tatuado acompañante, mi nena ingresó a la tienda de ropa y se apresuró hasta la sección de trajes de baño. Pasó inmediatamente de los bañadores clásicos de una pieza o los clásicos que tenían adornos muy infantiles…. ¡Deseaba uno que la ayudara a resaltar sus atributos y volviera loco al calvo tatuado!

A sus 10 añitos no era muy alta para su edad, sus pechitos no mostraban desarrollo, sin embargo, su despampanante cola de mujer era su orgullo y la que más resaltaba, se pusiera lo que se pusiera. Es por ello, que pensó que debía conseguirse un traje de baño que le quedara perfecto resaltando su despampanante cola de mujer.

-Señor Jason! – le susurra Rebeca al tipo, al mismo tiempo que llama a una de las vendedoras. Le hizo un gesto como queriendo pedirle que se mantuviera apartado. Algo similar a lo que hacíamos juntos cuando hace un año la acompañaba a comprar ropa y debía probarse en los camerinos.

El perspicaz sujeto entendió rápidamente la treta de mi nena y se alejó a los asientos frente a la zona de vestidores, intercambiando unas breves palabras con la vendedora que se acercó a mi niña.

Mi Rebeca escogió algunos modelos que le simpatizaron bastante y con la ayuda de la vendedora se fue probando uno a uno. Se miraba al espejo y le parecían muy lindos todos, sobre todo porque su espectacular figura la hacía ver muy sexy con cualquier traje de baño que se pusiese. Mi nena se probó varios de ellos hasta que…

¡Bingo! Finalmente encontró aquel que le parecía muy lindo y de seguro despertaría altas pasiones en el calvo tatuado. Se lo dio a la vendedora que se llevó el resto de los modelos mientras mi nena se cambiaba nuevamente.

El papá de Luka que miraba de lejos toda la escena se acercó rápidamente cuando se fue la vendedora, llamando a mi nena que estaba por ocultar su rostro tras la cortina.

-A ver, preciosa, muéstreme cómo le queda- pide el sujeto queriendo asomar su rostro dentro del vestidor.

-¡Noooo!! ¡Es una sorpresa! ¡Jijiji! – ríe Rebeca cubriéndose con la cortina e impidiéndole la vista.

-Uy!! ¡Perfecto, preciosa!… ¡Buenísima idea! … – le sonríe el calvo mientras mi nena vuelve a internarse en el vestidor para volver a ponerse su conjunto rosa.

Luego de que el calvo pagara por el traje de baño de mi niña, volvieron al estacionamiento y enrumbaron con destino a la casa de Melina. Rebeca se pasó a los asientos traseros para que su amiguita aún no sospechara algo raro de su relación el calvo tatuado.

Recogieron a Melina en la misma calle donde vivía, muy cerca a otra parada de autobuses.

-¡Gracias señor Jason por recoger a mi amiga!- saluda Melina entrando a los asientos traseros.

-No hay problema, pequeña. Me quedaba de camino por aquí…- responde el calvo tatuado cerrando con seguro las puertas del vehículo antes de volver a acelerar y tomar rumbo a la avenida principal.

-Loooca! – saluda la niña a mi Rebeca – ¿Y esa bolsa? – pregunta al ver donde tenía guardado su traje de baño nuevo.

-¡Mira! ¡******! – le presume mi nena la marca a Melina, quien también hacía lo mismo con mi nena a veces. Ambas sabían que aquel conjunto no era muy barato.

-¿Tu tía te dio dinero para comprarte uno? – pregunta su amiguita incrédula.

-Sii… es que últimamente se porta mejor conmigo…-miente mi nena.

-¡Que suerte! Vamos a ver a cuál de las dos nos queda mejor…

Rebeca aún no deseaba revelarle nada a su amiguita sobre el calvo tatuado. Aquel secreto de alguna forma le daba algún toque de gustito a sus revolcones con el papá del novio de su amiga. Además, que no deseaba revelarle que Luka solo estaba con ella porque el señor Jason lo obligó, para poder acercarse a mi exuberante niña.

Sin embargo, siento que mi nena posponía el hecho también porque no sabía como lidiar con ello. Era madura en lo sexual, pero en lo afectivo aún seguía siendo una niña.

-¡Melina, Rebeca! – interrumpe el calvo tatuado- Traje la cámara que les prometí, la nueva Canon ****** ****, ya verán que así les salen muchas buenas fotitos para su Inst****.

-¡Guayyy! ¡Gracias, señor Jason! – agradece Melina mientras da saltitos emocionada.

Las nenitas cotorrearon sobre lo de hoy, mientras el papá de Luka seguía manejando hacia su destino. Melina le enseñó su mochila donde llevaba su traje de baño que le habían comprado.

No tardaron en llegar a su destino ubicado apenas a 30 minutos de donde recogieron a Melina. Aquella zona era residencial, pero al parecer algo exclusiva. Solamente se podía acceder a las casas a través de vehículos y así lo hicieron recorriendo las calles con la camioneta.

El señor Jason acercó el auto hasta un garage que abrió remotamente.

-¿Esta es la casa del tío de Luka? – pregunta Melina emocionada.

-Así es, pequeñas. Esta es la casa de mi hermano que está de vacaciones con su familia. – responde el calvo tatuado confirmando lo que ya sabían ambas nenas.

Luka le había contado esto a Melina (y esta a su vez a Rebeca), que el tío de Luka se iba de vacaciones por estas fechas y le pedía a su hermano que cuidaran su casa mientras no estuvieran.

Hablando del susodicho, el novio de Melina estaba en la puerta y guio a su padre.

Melina se fue a los brazos de Luka, mientras mi nena y el señor Jason sacaron las cosas del portaequipaje trasero para llevarlas a la casa.

Aquella residencia era de dos pisos, con una terraza grande frente a la piscina que se encontraba del otro lado de la casa.

Mi nena que por un instante le pareció que la casa de Luka era muy bonita, esta le parecía aún mejor. Cuando entraron a la sala se sorprendió por la enorme TV adosada en una pared y los muebles muy finos.

Había decoraciones y una pecera muy enorme en la sala.

-Qué bonita! – exclama Rebeca al encontrarse con aquella imagen de los peces nadando.

-Yo tengo una en mi casa, pero esta esta mucho muy grande…- comenta Melina.

A mi nena le encantaban las criaturas marinas. Deseaba ir a un acuario, pero no conocía ninguno cerca donde ir sola o al menos que la pudieren llevar.

-Niñas, pueden usar el cuarto de mi sobrina para cambiarse…- les dice el papá de Luka, acercándose, llevando un grupo de bolsas que mi nena reconoció como las que estaban en el portaequipaje. Parece que el calvo tatuado había hecho unas compras antes de ir a recogerla. – Es el que está al fondo yendo por este pasillo.- les señala a ambas en la zona de habitaciones del primer piso.

Ambas nenas fueron hasta la habitación para cambiarse. Cuando llegaron se encontraron un cuarto enteramente rosa y con varios detalles de princesas…

-¡Wow! ¡Es una fresa! – se burla Melina de la dueña de la habitación mientras dejaba su mochila sobre la cama.

Mi nenita no compartía la burla porque como recordaran, a ella le gustaban todos esos detalles con temas de princesas y ponys. Más bien le pareció muy guay, pero no deseaba decírselo a su amiguita.

Ambas nenitas se desvistieron y comenzaron a ayudarse para colocarse sus trajes de baño. Melina se vistió primera con un conjunto negro delgadito que se ajustaba al poco desarrollo de la niña.

Cuando le tocó el turno a Rebeca, mi nena con una absoluta confianza se dejó ayudar mientras terminaba de ataviarse con aquel bikini que le quedaba divino a la vista.

Se paseó por la habitación hasta llegar al espejo, exhibiendo aquel conjunto sexy que resaltaba sus preciosas nalgotas… ¡Divina criatura!

-¿Me queda bien?- pregunta mi nena a su amiguita, poniéndose de espaldas para mirarse su culote en el espejo.

-Siiiii claaaaaroo… ¡Ya casi se te ve toda la cola! – se burla Melina, quizás con un poco de envidia porque la escuincla era muy linda y delicada pero plana por arriba y por abajo. Y como saben, si bien es cierto que mi pequeña es planita con inexistentes pechitos a sus 10 años, era poseedora de una exuberante cola de mujer, envidia de muchas.

-El tuyo también es pequeño…- le contesta Rebeca señalando el conjunto de Melina. Era parecido el modelo, pero como Melina no tenía el tremendo tesoro de mi nena, la truza no se veía tan escandalosa.

-Siii… Me lo tuvo que comprar mi prima, porque si por mi papá fuera me hubiera comprado uno horrible de una sola pieza… ¡ya quiero mostrárselo a Luka! – comenta Melina siempre muy avispada en estos asuntos.

Rebeca siguió mirándose su tremendo tesoro en el espejo, hasta que concluyó que si este despertaba la envidia de su amiguita, ¡de seguro le quedaba espectacular! ¡Y no se equivocaba!

-¡Vale, vamos! – le dice Rebeca a su amiguita que aún seguía buscando algo de su mochila. Melina se trajo su móvil consigo y salió con su amiguita.

-¡Ven, loca! – le llama Melina internándose de pronto en lo que parecía uno de los baños de la casa. Rebeca la siguió y entraron. Un enorme espejo cristalino reflejaba a ambas nenitas que por las mañanas eran dos inocentes alumnas de primaria y por la tarde se comportaban totalmente distinto.

-¡Está perfecto para unas fotos! ¡Ven! – le dice su amiguita a mi nena, juntándola para posar en el selfie. Como ráfaga comenzaron a llegar las capturas del móvil de Melina que retrataba a ambas niñas.

Rebeca sonreía antes los flashes mientras su amiguita más avispada sacaba la lengua o hacía otros gestos atrevidos. En otras fotos se ponía sexy mientras mi niña trataba de imitarla. Ambas nenitas fingían ser modelos en una sesión fotográfica.

Rebeca se fue soltando hasta que en las últimas fotos ya se preocupaba por posar resaltando su culote, recordando cuando posaba para su papi para las “transmisiones en vivo”.

De pronto llegó Luka que las encontró tomándose fotos en el baño. Llevaba una camiseta negra con bermudas del mismo color y se pasó directo hasta llegar con Melina.

-¡Cari, nos asustaste! Ay… Jijiji…- ríe Melina cuando su novio la comienza a abrazar y juguetear con ella, toqueteándola.

Al parecer, Luka al ingresar al baño por fin vio a mi niña y por un segundo pareció que había hecho un gesto de asombro, pero inmediatamente giró su vista a Melina.

La amiguita de Rebeca que era mucho más avispada, al parecer se dio cuenta de ello porque jaló a su novio girándolo para que solo le mirara a ella.

-Mi papá quiere saber si alguien le puede ayudar con el asado…

-Yo voy…- inmediatamente se ofrece Rebeca ante la mirada de Melina que claramente deseaba quedarse con su noviecillo… ¡Mejor momento no había para hacer de cortina!

Dejó a la parejita en el baño y recorrió el pasillo saliendo hacia la sala, cuando…

¡MÚSICA ESTRUENDOSA! El volumen se subió muy deprisa sorprendiendo a mi nena, pero felizmente bajo hasta un nivel aún alto pero tolerable…

Al entrar a la sala pudo ver al calvo tatuado ajustar el equipo de sonido. Iba con una remera sin mangas blanca y unas bermudas color verde oscuro.

Mi nena se acercó sigilosamente hasta donde el calvo se encontraba ajustando la música…

-¡Señor Jason!

-¡Diga! – responde el tipo volteando- ¡UUUUUYY JODER! ¡Que preciosa niña! – exclama el sujeto asombrado al verla con su bikini, mientras Rebeca se movía juguetonamente, encantada de recibir los halagos por su deliciosa figura.

-¡Jijiji!

-¡A ver! Déjeme darle una vueltecita, princesa…

Mi nenita se dejó girar por el calvo tatuado que se relamió al tenerla de espaldas…

-Uyy! Mire como le queda su tesoro con ese bikini… Ufff… ¡Que belleza!

-Gracias, señor Jason… Jijij…

-No tengo que ver el traje de baño de Melina para saber que el de usted es el mejor, preciosa…

A Rebeca le encantaba toda la atención, sin embargo, aún no deseaba que su amiguita se enterara de todo y de seguro con el alboroto podría aparecer en la sala en cualquier momento. Muy pronto más adelante tendría un tiempo a solas con el calvo tatuado.

-Señor Jason, Luka me dijo que quería que lo ayudara con el asado…- le dice mi nena soltándose.

-Sí, mi niña… Vamos a llevar algunas cosas…- le dice el tipo calmándose, pero aun echándole ojitos a mi nena que disfrutaba de toda la atención.

-¡Yo llevo los platos y los utensilios! – se apresura mi nena yendo hasta la mesa de la cocina y cargándolos. Rebeca estaba segura de que el don no le perdía un segundo de vista su preciosa cola, y por dentro se enorgullecía de ello. De tenerlo a sus pies.

Mi nena llevó los platos y utensilios saliendo de la cocina mientras el papá de Luka la seguía detrás llevando el resto de las cosas. Mientras caminaba lentamente llevando los servicios, recordó como otras actrices que admiraba solían desfilar en traje de baño moviendo sensualmente su derriere y enloqueciendo a los espectadores… ¡Mi niña hacía lo mismo con el sujeto!

Volteo de reojo y confirmo para su deleite que el calvo no le perdía de vista sus sensuales movimientos. Como una procesión lenta pero segura, ambos salieron de la casa hasta el patio trasero donde se veía una enorme piscina, que casi parecía un lago pequeño por la extensión.

-¡Waooo! – exclama Rebeca impresionada ante la hermosa piscina. Deja los platos y cubiertos sobre la mesa del patio y corrió hasta el borde para contemplar aquella alberca en forma de lago- ¡Que hermosa!

Mi nenita incluso hizo amague de inspiración, pese a que no estaba frente al mar, pero todo ello le recordaba la sensación de sentirse libre frente a aquel océano y eso le gustaba muchísimo…

-¡Más hermosa es esta cola juguetona, Ufff….! – le suelta el calvo tatuado pellizcándole sus nalgotas ya sin poder resistirse ante aquel exuberante culote… ¡La había seguido hasta allí!

-Jijiji…- ríe mi nenita ante los manoseos.

Imagino que verla en bikini desde atrás, con aquella truza tan ceñida en su culote, debió ser una locura para un sujeto que ya venía siendo provocado por Rebeca. El tipo la abrazó por detrás aferrándola hacia él y de esa forma poder manosearle su culote mientras le habla al oído.

-Mi niña, ¡cómo me movió su tesoro mientras caminábamos!… Ufff!!- le suelta el calvo aun sobando sus nalgotas de Rebeca queriendo meterle mano por debajo de la truza.

-Jiji… Pero señor Jason, aún no podemos o Melina nos puede ver… – le dice mi nena apartándose un poco juguetonamente.

-No me diga eso, mi niña… Mire como estoy…- le dice el sujeto punteándole su verga detrás de ella.

¡Contumaz punzador! Rebeca volvía a sentir aquella verga ya conocida por sus orificios, y que se le antojaba en medio de toda la parafernalia que había armado el calvo tatuado… ¡Sin embargo, aún no era el momento!

-¡Se olvidó de los vasos! – se acuerda mi nena soltándose y corriendo a la casa, nuevamente. Ingresó por la sala que daba a la piscina, dejando al sujeto con tremenda calentura.

También Rebeca estaba cachonda, sin embargo, por ahora no deseaba que Melina se enterara de sus arrumacos con el papá de su novio… ¡Y su amiguita podía aparecer de pronto!

En la sala no había nadie, solamente la música que sonaba con mucho estruendo y que no le dejaba escuchar nada del lado del pasillo. Le pareció raro que su amiguita y Luka no estuvieran allí.

Caminó con dirección al baño donde dejó a Melina, y donde aún se escuchaba el sonido estruendoso de la música…. pero estaba vacío. Fue entonces a la habitación donde se vistieron ambas. A pesar de que se alejaba de la sala, igual no pudo escuchar nada de la habitación hasta que se acercó a la puerta, aguzando el oído…

-Ummm!! ummm!!

-Ufff!!

-Mmmm!! ummm!! mmm!

¡Podía escuchar claramente los bufidos y murmullos dentro de la habitación! Imaginándose de que se trataba, mi nena echó un ojo por uno de los angostos bordes de la puerta, hasta distinguir la escena que se montaba dentro.

De pie y con sus bermudas abajo, Luka se apoyaba contra la pared, mientras Melina estaba arrodillada frente a él, chupándole la polla como si esta fuera una paleta…

-Carii… que duro estas… Ummm… ummm..

-Joo… Ufff

-Mmmm…mmmm..ummmm…

¡Joder con Melina! Mi nena tomándose todas las precauciones porque no las descubrieran ni a ella ni a su amiguita, y la muy caliente ya estaba con una verga en su boca.

Rebeca veía como el miembro del joven Luka se internaba en los labios de su amiga a un ritmo cada vez mayor. No había duda de que la experiencia de Melina satisfacía al adolescente.

¡Suficiente! Mi nena regresó hasta la sala, donde para su sorpresa la esperaba el señor Jason que pretendía reducir el volumen de la música…

Cuando mi nena estuvo muy cerca el sujeto la vio…

-Preciosa, ¿dónde estaba? – pregunta el calvo acercándose a Rebeca. Sin embargo, ella fue más rápida y lo tomó del brazo, jalándolo lo más que pudo hacia fuera de la sala.

Como si intuyera de que se trataba, el calvo tatuado se dejó guiar por la nalgona nena que aún en bikini se llevó al afortunado sujeto con dirección al baño donde se había tomado fotos con Melina.

Rebeca casi como si ya hubiera hecho esto antes, ingresó y cerró la puerta cuando entraron mientras el papá de Luka, consciente de lo que se venía comenzó a aflojarse sus bermudas.

-Uy, mi niña… parece que vio algo que le gustó… Jojo….

-¿Qué sabe usted? – pregunta mi Rebeca colocándose frente a él tomando los bordes del short del calvo papá de Luka. Mi nena se arrodilló al mismo tiempo que le bajaba las bermudas a su tatuado amante, revelando ante ella aquel mástil de carne listo para la batalla…

No quería que Melina se enterara de todo y había planeado aprovechar la ocasión cuando ella y su novio se escabulleran. Sin embargo, nunca pensó que se la pondrían tan fácil.

-Uy!… Pues así se portó la otra vez cuando apenas entramos al motel de novios … ¿Se acuerda?

¡Y era cierto! Mi nena aquella vez se quedó muy caliente luego de escuchar todos esos gemidos mientras circulaban por el estrecho pasillo de aquel motel donde garcharon hace apenas 2 semanas.

Mi Rebeca recordaba particularmente a una pareja muy ruidosa que prácticamente gemían en su oreja, mientras apoyadita a la puerta mi nena aguardaba que el calvo abriera la habitación que compartirían aquella lujuriosa noche. Incluso, adentro en su propia alcoba, los gemidos de las habitaciones contiguas llegaban por medio del desfogue del motel y se escuchaban como un eco pecaminoso, quemándola en llamas desde adentro…

-No me acuerdo… – responde mi nenita sonriente mientras toma aquel pitote en sus manitas y comienza a masturbarlo- Su “amiguito” ya estaba botando la pre-lechita, señor Jason…

-¿Como no podría, mi nena?… Si me sales con ese traje de baño tan sexy…

Mi nenita sonrió contenta de haber despertado a aquel miembro adulto que la llevaría nuevamente a sus mejores épocas carnales. Lo manipula con sabida sapiencia que uno no esperaría de una pequeña de 10 añitos, al punto de pelarlo mientras acerca su boquita a la punta de aquel miembro.

-Pues no debería…. Ahh…- mi Rebeca comienza a lamerlo jugueteando con su lengüita sobre el glande, recordando toda su experticia en estos deberes maritales.

-Ufff…Jojo… Mírela nomas… ¿acaso una nenita debería saber chupar vergas como si fueran dulces?

Mi Rebeca le devolvió la mirada, mientras aún permanecía arrodillada a él, al mismo tiempo que coloca sus manos tomándose del calvo tatuado. Lamió bailando su lengüita hermosa sobre la punta de aquel veterano miembro, justo antes de comenzar su vaivén lento pero seguro…

-Umm…… ummmm…Ummm…- Rebeca comenzó a chupar aquella polla erecta que desaparecía en los labios de tan dulce niña que usaba su boquita como orificio de placer.

-Jooooo… Uff…. Muy bien, preciosa… parece que se quedó sin palabras… Uff..Ufff!!

-Ummm… Haaa…. Ummm…- Rebeca chupaba y chupaba, intercalando juguetear con su lengüita sobre la punta de aquel indomable glande. Su dilatada experiencia le permitía otorgarle un placer divino a aquel que usara aquellos tiernos labios de niña para su propio deleite.

Mi nenita seguía mamando aquel pitote, despertando por momentos a la “nalgona Becky”, por tantos recuerdos que le llegaban a la mente de encuentros pasados chupando miembros adultos.

-Mmm!! Mmm! ¡Ah…! Mmmm!! – lame Rebeca de costado al mismo tiempo que pajea aquel miembro ya húmedo por la saliva de mi nenita y los líquidos pre-seminales del calvo.

Subía y bajaba su lengua por aquella verga erecta. Rebeca sabía su juego y no desaprovechaba la oportunidad para demostrárselo al tatuado, que observaba la escena, apoyado contra la pared imitando a su hijo con su novia… ¡Pero era él quien se llevaba el premio mayor!

-¡Abajo también, Navarro… Bufff!! – delira bufante el papá de Luka ordenando que la nena sea más atrevida. Ambos amantes se entendían a la perfección.

Rebeca bajó el trayecto de su lengua, pasando por todo el tronco hasta llegar a los huevos velludos del calvo. Mi nena antiguamente hacía un enorme esfuerzo cuando recorría su lengüita por tales lares, sin embargo, ¡esto era pan comido para la nalgona “Becky”!

Como una veterana, mi niña lame cada centímetro de aquel miembro preocupándose especialmente por la punta del glande. Lo toma en sus manitas de princesa, y comienza a lamer desde debajo hasta la punta como si fuera un helado… ¡Delirante imagen para el tatuado!

Mi nena levanta la vista aun arrodillada, observando a su calvo amante que llevaba lentes de sol pero que en sus bufidos le demostraba cuanto placer le arrancaba la nena… ¡Éxito total para mi niña!

Más animada por tener a ese sujeto bajo su control, Rebeca se pone mucho más atrevida e intenta meter su lengua por la punta del miembro, otorgándole un placer divino al calvo tatuado que no cabe en asombro ante tal atrevimiento.

-Joooooder…. Ufff…. ¿Me había guardado este movimiento, mi niña? ….. Ufffff!!

-Aja… ¡Mmmmmmmm!! – murmura mi nena bailoteando su lengüita queriendo ingresar por el orificio de la punta…. ¡Como una experta!

-Hooooo… Joder! … Que buena es chupando, preciosa… ¡HOOOOO!! – delira el tipo, acariciando el cabello de mi pequeña en agradecimiento por todo el mar de sensaciones que le daba aquella niña de 10 añitos.

-Aaaah… No me mueva AÚN, yo puedo solita… ¡Mmmmm!!

-Dele, mi niña… No la molesto, usted es la que sabe…- le contesta el calvo. Mi nena resaltó el “AÚN” porque definitivamente deseaba que aquel sujeto la tomara del cabello muy pronto… ¡Qué atrevida!

Rebeca, ya en éxtasis por lamer aquel pitote, abre sus labios y comienza a engullir aquel pitote erecto dentro de su boquita.

-Bufff… Joder! Muy bien, mi niña… Use esos tiernos labios…

La nalgona de 10 añitos comienza a darle una soberbia mamada usando solo su boquita, apoyando sus manitas sobre las piernas de su tatuado amante. Su lengua comienza una soberbia danza baboseando la verga del sujeto, bañándolo de sensaciones carnales de otro nivel, propias de las mamadas de mi Rebeca.

-Mmm!! Ummm!! Mmmm!!- murmura mi nena con la verga en sus labios. -Ah…. ¿Se siente rico, señor Jason? – pregunta la pequeña cuando comienza a bailar su lengua en la zona del glande.

-Buufff…!!! Riquísimo, princesa… ¡Bufff!! – bufa el papá de Luka mientras mi niña con ambas manitas pelaba su miembro hasta llegar a lamerlo justo en la punta. – Muy bien, preciosa…. Mfff!! Así me lo hizo en aquel motel… ¡Mffff!! ¡Como toda una experta!

-Mmm!! ¡Gracias, señor Jason! – agradece Rebeca sacudiendo el falo del calvo contra su lengüita. Aquel afortunado pitote se daba el gusto de gozar los tiernos labios de mi niña recibiendo su glorioso tratamiento de lengua… ¡Increíble!

Rebeca volvió a levantar la vista hacia su tatuado amante. Desde aquel ángulo, arrodillada frente a él, mi niña podía notar claramente la expresión del susodicho dando bufidos de deleite al gozar del tratamiento de la nalgona nena que le arrancaba espasmos de placer solo con su boquita. ¡Como si fuera una veterana!

-Mfff!! Ahora hasta el fondo, mi niña… Como la otra vez – ordena el papá de Luka tanteando para tomar el cabello de Rebeca.

-Mmmm!! Ahh…- suelta mi nenita, asintiendo ante las caricias… ¡Era el momento para que la tomara del cabello cual si fuera una mujerzuela!

-Mfff!!! Joooo… mi niñaaaaaa- delira el tatuado, jalando a mi nenita nalgona que obedeciéndolo abrió su boquita de princesa para recibir aquel falo cómplice, dentro de ella… ¡Se lo metió hasta el fondo!

-Ummm!!! Puahh!! MMM!!- murmura Rebeca chupando suavemente y a ritmo pausado aquel miembro de su tatuado que respiraba entrecortadamente cada vez que su nalgona se introducía su verga hasta el fondo de su paladar… ¡Garganta profunda!

¡GLUP! ¡GLUP! ¡GLUP!

-Hooo… Hooo!! – exhala el papá de Luka acariciando y tomando del cabello a Rebeca, quien también se mueve para evitar que el susodicho la ahogue, sin quitarse el falo de su boquita – Muy bien preciosa… HOOOOOO!! – de pronto el tipo, usando sus dos manos como garras comienza a moverla jalándola del cabello, controlando la velocidad de la mamada.

Aquel dichoso falo ingresaba y salía raudamente de los labios de Rebeca mientras la nena miraba hacia su amante que la tomaba de su cabecita para literalmente follarse su boquita de nena… ¡Éxtasis para ambos amantes!

¡GLUP! ¡GLUP! ¡GLUP!

-Ummm!! Mmm!! Mmm!!- la boquita de Rebeca continuaba siendo usada como un orificio de placer, mientras el afortunado calvo no le daba descanso… Y digo éxtasis para ambos, porque a mi nenita le encanta que sus papis la usen para darles placer ¡Ya puesta en modo “Becky” era incontrolable!

-¡Divino, preciosa… Bufff… JODEEEER! – exclama el tatuado ya sin poder contenerse el follar salvajemente aquella boquita de princesa.

-Mmmm!! Mmmm!!

-Hooo!! Hooo!!

-Mmm!! Mmmm!!

-Buffff!! Hooo!! HOOOOO!!

Finalmente, el papá de Luka no logra aguantar más y termina llenando la garganta de mi niña de harto esperma que mi niña aceptó como lo experta que era de estos haberes lujuriosos. La carga que le dejó fue tal que Rebeca trago una parte, pero se guardó el resto.

Con los cachetes erguidos, mi niña acumulaba el esperma restante dentro de su boquita. Miró a su tatuado amante con esos ojitos que mezclaban candidez para luego cambiar a una mirada de lujuria extrema por guardar el material genético del calvo dentro de su boquita.

Y es que a mi nenita le encantaba tragarse la lechita… Pero ese gustillo era aún mayor si sucedía lo que pasó después…

-Ufff… Uuuy!! Otra vez se guardó la lechita… A ver muéstreme, preciosa…- pide el calvo luego de ver a mi Rebeca a los ojos y entenderle a la perfección.

Mi niña por fin abre su boquita enseñándole a su tatuado el premio que ella solita se ganó. Aquel esperma sabroso que ansiaba por engullir a la brevedad y del cual también quedaban rastros alrededor de su boquita.

-Bufff!! Que divino… Ahora trágueselo, preciosa… tráguese su lechita…

Rebeca, obedece e ingiere sedienta de aquel esperma cuyo sabor (estando en modo “Becky”) es uno de los manjares divinos que obtiene luego de satisfacer a sus adultos amantes… ¡Y mucho más después de mostrarles el contenido de su boquita!

¡Cuánta dicha para ese afortunado sujeto! Mi nena traga gustosa su lechita, para inmediatamente después sonreírle coqueta mientras se relame la que le quedaba en sus labios de princesa.

-Hooo… Muy bien, mi niña… Se nota que le gustó la lechita…

-Ahh… Siii… Su lechita estuvo riquísima… – suelta Rebeca pasándose un dedo por sus labios, recogiendo lo que le había quedado en la comisura de su boca y relamiéndose nuevamente.

-UFFF!! Qué preciosa mamoncita… ¡Jojo! Ufff!- bufa el sonriente tatuado.

Tal escena los tenía a punto a ambos, pero sobre todo a mi nenita que después de aquel inicio, estaba dispuesta a continuar hasta el final… ¡Era su turno!

El calvo parecía entender a la perfección todo el asunto, e incluso no estaba dispuesto a darle descanso: ¡Su verga volvía a estar erecta por toda la situación y provocación de mi nenita!

-Esta grandota otra vez! – comenta mi nenita volviendo a masturbarlo.

-¡Ufff! Preciosa, todo es por ti…

Rebeca contenta se levanta e intenta apoyarse contra el lavadero, justo cuando el tatuado la toma de sus caderas, amasándolas para sentir tal turgencia divina…

-Uyyy… mi niña… Ahora me toca hacer que se sienta bien…

PLAP!! PLAPP!!

-Ay! Jijiji…-ríe Rebeca luego de dar ese gritito dulce y angelical cuando el calvo tatuado nalguea su culazo de mujer. Mi nena sabe que esas palmadas son previas a una devorada de culo espectacular…

¡PLAP! PLAP!!

-Mmmmmffff!!!

-Jijiji…Ah!….. Jijiji…

Mi nenita podía sentir la nariz del calvo clavarse justo en su culote por encima de la tela del bikini, inhalando con ansias y dejándole saber a mi niña todas las ganas que le tenía a su enorme tesoro.

Todo lo que venía era placer, intenso y del bueno. Rebeca lo sabía y lo aguardaba con unas ansias enormes. Luego de haber satisfecho a aquel sujeto como solo ella y su boquita pueden hacerlo, mi nenita esperaba por que el papá de Luka cumpliera con darle una devorada de culo suprema…

Sentía aquellos dedos rugosos y varoniles amasar sus carnes, queriendo escoger el momento preciso para desprender aquella tela de la truza y por fin tener acceso a su precioso culote…

-¡REBECA! ¿DONDE TE METISTE, LOCAAAA?- se escucha los gritos de Melina a las afueras.

Mi nena se quedó de piedra por escucharla tan de pronto. Con la música que aún sonaba al medio de la sala, y los ecos que se sentían por toda la casa, jamás espero que pudiera escuchar los gritos de su amiguita.

Inmediatamente se apartó del calvo tatuado que parecía sentir que se le iba la oportunidad de devorar aquel tesoro, pero que ante la mirada de aprehensión de mi niña, supo que debía apoyar a mi nenita salir de tal situación…

Con algo de nervios, Rebeca grita al costado de la puerta, contestándole a su amiguita:

-¡Estoy ocupada!

-Shhhh… no grites eso…- le contesta rápido Melina y acercándose a la puerta para hablarle le pregunta a mi nenita: – ¿Has visto al papá de Luka?

Rebeca no supo que decir, pero para su suerte el calvo a su costado, inmediatamente le habló al oído comunicándole su idea para salir de tal predicamento…

-Dijo que buscaría algunas cosas en el desván del tercer piso…- contesta mi nena.

-Ah, vale… ¡Te esperamos en la piscina! – le dice Melina aparentemente sonando convencida.

La intromisión de su amiguita, por un momento les distrajo y se dieron cuenta que sería muy riesgoso que se quedarán allí. Aguardaron a que Melina se fuera y tras unos minutos, ambos salieron del baño caminando sigilosamente por el pasillo.

-Preciosa, vaya con Melina y mi hijo… Ya los alcanzo…- le dice el calvo un momento.

Rebeca obedeció y salió hacia la piscina, donde Melina ya estaba nadando junto a Luka. Se unió a ambos y también saltó a la enorme piscina donde comenzó a nadar con una notable facilidad.

¡A Rebeca le encantaba nadar! Y junto a Luka y Melina comenzaron a divertirse cual si fuera día de libre con dos amigos.

Poco después, el papá de Luka se unió a los tres, cuando finalmente llegó con algunos juguetes de piscina que supuestamente su hermano tenía guardados en el almacén. Decidieron jugar vóley entre los cuatro, tomando una enorme pelota que trajo el calvo tatuado.

Hicieron dos equipos: Melina y su novio en uno, mientras que Rebeca y el papá estaban en el contrario. De aquel singular juego, salieron muchas risas y complicidades en ambas parejas donde solamente una persona (Melina) no sabía lo que estaba ocurriendo entre el calvo y Rebeca.

Mi Rebeca y el papá de Luka terminaron ganándole a su amiguita y a Luka. Al final, decidieron que ya era hora de preparar el asado, por lo que Rebeca y el calvo tatuado se retiraron a un costado de la zona de piscina, mientras veían a Luka y a Melina nadar.

-Ya está listo el asado, ve a llamar a esos dos…- pide el papa de Luka tomando unos platos para servir, cuando finalmente acabaron de preparar las cosas.

Rebeca fue por ambos y los 4 se reunieron bajo cubierta. La música sonaba a pleno volumen, mientras empezaron a degustar del asado que prepararon el papá de Luka y Rebeca. La escena parecía de dos parejas que disfrutaban de una tarde tranquila y veraniega, solo que no era la época del año y en dichas parejas había 2 niñas de 10 años.

Luego de eso, tuvieron que esperar un rato más antes de volver a nadar, sin embargo, Luka y el papá de este comenzaron a nadar en la piscina. En una de esas, mientras sacaban algunos instrumentos de piscina que trajo el papá de Luka, encontraron unos rociadores de espuma de colores.

Comenzaron a jugar entre los 4 para rociarse por turnos, contestando preguntas, simulando el resto de la piscina, para al final lanzarse cuando perdieran todos sus puntos. Al final Melina y Rebeca perdieron y las rociaron bastante.

Las nenas se retiraron al tocador para asearse y cuando regresaron nadaron un rato más hasta que Rebeca decidió ir por una soda a la cocina.

-Shhh… preciosa…- le llama el calvo a mi niña que aparentemente la había seguido. El tipo señalaba su minibar que estaba en la sala. Rebeca va hasta él para recibir tres refrescos en aquellas botellitas que medianamente recordaba haber recibido en otras ocasiones-… Déselo a su amiguita y a mi hijo. También hay uno para ti… ¿Vale?

-Siii…- asiente mi nena contenta.

Llevó las botellitas y se las entregó a ambos novios, conservando una para sí misma. Melina al comienzo le rechazó la bebida.

-No sé, no tengo mucha sed…

-Anda loca, tómala…

-Vale…- asiente su amiguita cediendo al fin.

Rebeca observó como Melina bebía de aquel elixir mientras ella se apresuró a hacer lo mismo. Sentía que muchas cosas pasaban cuando ambas bebían de aquel líquido y para ella.

¡Y sucedió! Aquel líquido mágico tuvo el efecto esperado por el tatuado y en breves momentos Melina y Luka se pusieron más cariñosos que de costumbre. El calvo tatuado mientras tanto, se había echado en una silla cercana a la piscina y fingía dormir.

-Jijiji…

-Venga…

Rebeca aún continuaba nadando, pero de ratos miraba hacia los novios, queriendo que estos se dejaran de protocolos y fueran al grano. Mi nenita esperaba porque su amiguita la llamara cuanto antes para cubrirlos del papá de Luka.

Melina y su novio seguían en los toqueteos (incluso se notaba que Luka le metía mano por debajo del agua) mientras mi niña se impacientaba de solo mirarlos, sintiéndose arder en llamas gracias a esa “bebida especial”. Miraba de reojo al calvo tatuado que parecía bien dormido sobre una de las sillas frente a la piscina.

¡No era justo que solo ella estuviera igual de caliente! Así que Rebeca decidió salir por un instante del agua, echándose en uno de los bordes de la piscina justo al frente de donde estaba el papá de Luka, cual sirena ofreciendo el detalle de su curvilínea figura en el cuerpo de una niña de 10 añitos.

¡Exquisita imagen! Mi nenita mostraba el detalle de su sensual figura mojadita mientras tarareaba infantilmente mirando a los novios que la calentaban más y más… ¡Si el sujeto estuviera despierto, se estaba ganando con aquel espectáculo de lujo!

Finalmente, para beneplácito de mi nenita y su tatuado amante, los novios finalmente parecían dispuestos a escabullirse de ambos. Se acercaron hasta donde estaba Rebeca.

-¡Loca! – le susurra Melina y mi niña se acerca.

-¿Quieres que de nuevo haga de cortina con su papá?- pregunta mi niña siendo directa por la calentura que llevaba.

-Siii… No nos demoramos…

-Vale, aunque su papá está bien dormido… así que pueden tomarse mucho tiempo, si quieren… – le dice Rebeca cómplice a su amiguita.

-Jijii…- ríe Melina justo antes de ser jalada por Luka que volvió a llevarse a la pequeña consigo.

Mi niña se les quedó mirando, imaginándose a donde se iban ambos noviecillos, entre ansiosa por verlos y como loca porque alguien le baje la calentura que recorría todo su cuerpito. Y ese alguien estaba justo al lado suyo.

-¡Señor Jason, ya se fueron!

El calvo se quitó las gafas y por fin dejó de fingir que dormía, cuando en realidad se había ganado con toda la escena.

-¡Sí que han tardado! ¿Vamos a verlos?

-¡Siii!- contesta Rebeca dando saltitos.

Ardiendo en deseos voyeristas, mi nena salió junto a su calvo tatuado, persiguiendo hacia donde habían ido su amiguita y Luka.

Cruzaron al medio de tanta bulla, andando hasta donde estaba la zona de habitaciones, llegando hasta una habitación contigua a donde mi nenita y Melina se cambiaron su ropa por los trajes de baño.

Luka!! Luka!!! Ahhhh!!! Ahhh!!

-Ohhh!! Ufff!!

-Siii!! Siii!! Damee!!!”

-UY! Parece que Melina y Luka ya están “jugando”, jojo!- le dice el calvo tatuado.

-¿Tan pronto? – pregunta Rebeca

-De seguro mi hijo ya la venía preparando desde la piscina ¿A qué se lo pasan bien, eh?

-Siii… Melina hace mucha bulla…

-Si??? Pero de seguro te gusta escuchar a tu amiguita…

-Un poco… Jijiji… – ríe mi nena cómplice con el tipo detrás de ella acariciándole sus hombros.

-Pero te gustaría ver lo que hacen? Lástima, que aquí no tengamos ese cuarto con el vidrio para verlos…

Rebeca volteó a mirar al tatuado, sorprendida.

-¿No hay?- pregunta mi nenita decepcionada pero el calvo sonríe.

-Pero con toda la bulla que hace Melina ya puedes imaginártelo que bien se lo pasan, preciosa…- le dice el sujeto al oído a Rebeca- Venga, te ayudo…

Luka!!! Lukaaaaa!! Siiiiiii!!”

-Ohhh!! Ufff!!

-Siii!! Cariiii!! Siii!!”

-Brrrrrrrrrrr!!

-Ayy….Ummm…- soltó Rebeca al verse sorprendida con el calvo a su espalda que le comía la cola.

¡El papá de Luka al ataque! Sin mediar más palabras, el sujeto se había arrodillado detrás de mi niña, bajándole el traje de baño para devorar con gusto todo su culote.

-Ummm!! Ahhh.. siii, que rico… Ummm…- gime Rebeca despacito, amparada por la bulla musical de fondo que de seguro silenciarían sus gemidos. Adentro Melina seguía gimiendo y de seguro tampoco se darían cuenta de nada…

El papa de Luka lamió extasiado todo el canal de mi niña deslizando la lengua desde su ano hasta su rajita, sin necesidad de lubricante o algo parecido.

-BRRRR!! Fuuffff!! BRRR!! Muy bien, preciosa… ¡Brrrr!

-Ummm!!! Uhuhuhu…Ummm!!!- murmura mi nena al ver como el susodicho seguía comiéndole la cola,. El calorcito que invadía el cuerpo de Rebeca iba en aumento por lo cual mi niña aprovechó para quitarse la parte superior de su bikini.

-Fuuuff!!! ¡Tu rajita esta una delicia, pequeña…!!- dice el tipo nalgueándola doblemente.

-Umm!! Gracias, señor Jason… Siga comiendo mi colita, que me gusta mucho…

-¡Claro que sí, preciosa…!- contesta el calvo reanudando la comida de culo que le daba a mi niña.

-Ummm!!! Ummm!!! Siii!!

Mientras el calvo y mi niña seguían en lo suyo, los amantes dentro de la habitación también llevaban su idilio sexual al punto que solo hacían que Rebeca se excitara cada vez más, si eso era posible:

Luka!!! Dameeee!! Siiiiiii!! Dameeee!”

-Ohhh!! Ufff!!Ohhhh!!!

-Siii!! Cariiii!! Siii!! Damee!!!”

-Ummm!! Siiisisisi… Que rico se siente mi colita, señor Jason… ¡Ahh!! Ummmm!!

¡Vaya comida de culo le daban a mi Rebeca! Apoyadita contra la puerta tras la cual su amiguita garchaba con su novio, ella misma recibía una comida de culo monumental… ¡Apoteósica!

El señor Jason parecía haber planeado todos los detalles hasta el más mínimo, y eso a mi niña la ponía muy cachonda, pero conforme pasaron los minutos y la comida de cola que le daban era más intensa, Rebeca podía sentirse arder en llamas al rojo vivo… ¡Nuevamente sentía una calentura enorme que ahora sí no se apagaba con nada!

– Siii…Siii…Ahiii… Ummm!! … AHHH!, que bien lo hace, señor Jason… ¡Ahh!! Siiii!!

-BRRMMM!! BRMMM! – el calvo se pone más intenso baboseándola toda a la vez que volvía a darle una nalgada doble al culazo de mi niña.

-Ummm!! Ayyy!! Siii!! Que rico…. Ayyy!! Siii! -gime cachondísima Rebeca, cuando aquel tipo la nalguea nuevamente.

Rebeca cada vez más soltaba su lado oculto que despierta una vez se invoca a la pequeña “Becky” … ¡Una fiera sexual de 10 añitos!

-Ummm… Ahhh!!… Siiisisis… Señor Jason, no deje de comerme la colita…- le pide mi niña cuando el sujeto se detuvo, apartando el rostro de su culote de mujer.

-Uff… Shhh, preciosa… creo que no podemos hacer más bulla… – le dice el sujeto levantándose de pronto y señalando la puerta.

Rebeca volvió a la realidad de golpe, aguzando el oído dentro de la habitación. Solo silencio.

-Uyy.. parece que mi hijo no duró mucho… ¡Idiota!

-¿Ya acabaron? – pregunta Rebeca aun ardiendo en pasión.

-Parece que sí, pero de seguro en un rato reanudan, preciosa…-le dice el calvo levantándose un instante hablándole al oído-…. pero nosotros podemos continuar ahora mismo…

-¿Dónde?- pregunta Rebeca demasiado tontita y caliente.

-En el segundo piso, preciosa. Vamos, aún tengo un par de sorpresas para vos…- le dice el calvo, quemándole la oreja a mi nenita con su propuesta indecente.

Rebeca y el tatuado subieron hacia el segundo piso, por la escalera que daba hacia la salida de la habitación contigua. La alcoba matrimonial de la familia daba hacia un balcón con dirección hacia la piscina donde nadaron hace algún rato.

Sin embargo, aunque Rebeca se sumergiera en ella, nada podría apagar el fuego que se había encendido en mi niña. Mucho más luego de escuchar a Luka y Melina, de haber bebido de aquella botellita tan sospechosa, y por supuesto de la tremenda comida de cola que le habían dado.

La alcoba matrimonial estaba muy bien adornada de blanco y con varios muebles lujosos. En la pared principal había una enorme TV que casi parecía un cine, al frente de la gran cama con sábanas blancas como la seda. Un digno lecho de amor para la criatura de exuberante cola que se adentraba con su tatuado amante.

Rebeca sin aguantar su cachondez, se lanza sobre el lecho matrimonial abierta de piernas, mientras aguarda al calvo que luego de cerrar la puerta procede a desvestirse.

-Muy bien mi niña… Uyyy!….Se ve que no te gustó que Luka y Melina te dejaran a la mitad…- le dice el sujeto subiéndose a la cama y acomodándola sobre ella. Su verga estaba bien erecta y con evidente líquido pre-seminal sobre ella.

-Umm….Siii, señor Jason- murmura mi niña abierta de piernas sobre la cama, con su tatuado consorte haciéndose espacio mientras examina la rajita de Rebeca.- Nosotros duramos “jugando” más tiempo que ellos… Jijiji…

-No se preocupe, princesa… Yo me encargo de cumplirte como te mereces… Ufff…

-Jijiji-ríe Rebeca cuando el don comenzó a pasar sus dedos por su lugar especial.

-¡Uy, mi niña! … Tu rajita ya quieres que juguemos…

-Jijiji…un poco…

-No te preocupes, preciosa… Sus deseos son órdenes para mí…

Y tomando su verga erecta, el calvo tatuado comenzó a acercarla hasta la rajita rosadita de mi nena que vio como ambos sexos se besaban a portas de concretar el acto lujurioso.

-Umm…Ummm…

El susodicho balanceaba la punta de aquel pollón por la superficie de la grutita de Rebeca, quien solo veía con ansias como la punta bailaba por los pliegues de su entradita.

-Tranquila mi niña… Uff… No la voy a dejar esperando… Prepárese para recibirme…

-Ummm… Okiiii

-Uff… Ahí le va, mi niña… ¡Ohhhhhh!!- exhalando como poseso, el calvo tatuado comenzó la invasión del lugar especial de mi preciosa nena…

-AAAHHH!!

-Joder!! ¡Mi niña, Ufff!! ¡Siempre está muy estrecha por su rajita… Ufff!!

Rebeca se sentía nuevamente en las nubes…. ¡Placer inaudito! …. Sintiendo como aquel pollón de adulto se adentraba en su vaginita de princesa, invadiendo cada cm2 de su lugar especial y que le había confiado a ese calvo tatuado…

-Ummmm…. Ummm…. Aaaaahh…Mi rajitaaa… que ricooo…- gime mi nenita, recordando su papel de “Becky” y las cositas que soltaba cuando la invadían por su grutita.

-Ufff… mi niña… ¡vea!… vea como “jugamos”… ¿Lo ve?- señala el calvo con la mirada hacia abajo.

Mi Rebeca pudo ver su rosácea vaginita abrirse groseramente ante el avance del tenaz invasor fálico que reclamaba aquella grutita como su territorio…. ¡Descollante escena!

-Siii…Ummm….. sí, señor Jason… Su polla está dentro de mi rajita…

-Si, princesa…. Ufff…!! Que delicioso se siente dentro tuyo… ¡Ufff…!!

-Siii!! Yo también siento rico en mi rajita, señor Jason… ¡Ummm!!- murmura mi niña cerrando sus ojitos un instante y sintiendo el placer de aquel miembro palpitante.

El papá de Luka se asentaba bien en sus orificios de mi nena, y por supuesto que su vaginita no sería la excepción. Mi nenita lo sentía palpitar dentro de ella haciendo que su interior se adapte cada vez más a su rajita.

Rebeca lo tomó de sus piernas velludas, ansiosa por sentir también a aquel ser que le proporcionaba tanto placer. Se agarró de ellas mientras el don parecía ya estar bien dentro de su rajita.

-Ufff…!! Ohhh!! Mi niña, voy a comenzar a moverme…-le advierte el calvo tatuado.

-Uuuummm!! Ahhh!! Ayyy!!- gime Rebeca en respuesta cuando el sujeto empezó a entrar y salir de su vaginita, haciendo que torrentes de placer fluyan por el cuerpecito de mi princesa.

-¡UFFF! ¡Ufff! Wooo!!

-Ummm!! Siii!! ¡Mi rajita! Ummm!!

-Uff!! Ufff!! Jooo!! Ufff!

-Ahhhh!! Siii!! Ahhh!!

¡Qué delicia! pensaba Rebeca. El don se la cogía suavecito, siendo muy delicado con ella al comienzo para que su grutita infantil se fuera acostumbrando al miembro adulto que reclamaba su interior cual poseso de placer.

-¡Ahhhhh! Ahhhhh!!

-Ufff!!! Joooooo!!

Mi nenita se sacudía suave tomada de las piernas del tatuado, abiertita de piernas ante el ingreso del tenaz invasor que la llenaba de tantas sensaciones vívidas y muy pronto la llenarían de aquella lechita que ansiaba devorar por su vaginita.

-Ummm!! Ahhh!! Mi rajitaa!! Siii!

-Ohhhh!! Hooo!!!

La verga del tatuado es aprisionada por el estrecho canal de mi Rebeca que se amolda perfectamente alrededor de la verga dándole un gustazo al sujeto que se refleja en su rostro extasiado. Se la dejó un ratito metida, mientras mi niña se muerde un dedo de gusto por volver a tener aquella polla bien dentro.

Luego el tatuado se la saca muy suave hasta que su glande aparece en la entrada de su coñito, para luego avanzar muy lento haciéndole una penetración muy suave que no llegó hasta el fondo.

-Señor Jason… siga “jugando” con mi rajita, que se siente muy rico…

-No te preocupes, preciosa… A eso voy… ¡Jojo!

Luego de aquella risa, el sujeto se le fue con todo a mi nena haciendo que pegue un gemido impresionante… ¡Avance peligroso!

-Ahhhhhhh!!! -suelta Rebeca al verse como su rajita era abierta por completo y sin reticencias- Siiii!! Que rico, señor Jason… ¡Ummmm!!

El papá de Luka cayó sobre su pecho continuando con la follada suavecita, mientras a la vez comienza a morderle sus pezoncitos, algo que a mi nenita también le encanta.

Rebeca le sigue el ritmo al tatuado que la invadía con su polla dentro de su coño, estrujando con sus paredes vaginales para darle el máximo placer.

-Ufff!! Preciosa, ¿te gusta sentirme completamente adentro de tu “lugar especial”?

Mi nenita suspira tragando saliva contestándole con su vocecita infantil:

-Siii, me encanta que me lo haga así de suavecito, se siente distinto que por mi colita pero me gusta, seguro que sentir esto por los dos lados tiene que ser riquísimo… Ummmm!!

Ya cachonda como estaba, Rebeca no controlaba sus palabras y solo repetía diálogos de las porno, incluso si decía algo nuevo, todo era basado en las palabras que sus mentoras actrices decían a sus amantes en el lecho de amor.

Sin embargo, el calvo tatuado parecía dispuesto a tomarle la palabra:

-No te preocupes, princesa… Muy pronto experimentarás algo parecido…

Rebeca se deja echar por completo mientras el calvo tatuado termina de devorar sus pezoncitos, dejándoselos bien rojitos. El calvo siempre tenía interés porque mi nena sintiera el máximo placer, a diferencia de los otros vejetes que solo se aprovechaban de su exuberante figura.

El tatuado se retira de su cuerpito para concentrarse en cogérsela en misionero adentrando su pollón y volviendo al ritmo normal que tenía con ella: lento, suave pero tan relajante que le encantaba a mi niña…

-Ahhh… Siiii…. Que rico…

-Ufff… Ufff.. Ohhh…

Pasaron varios minutos follando así que mi Rebeca estaba segura de haberle ganado en tiempo a Luka y Melina, pero por mucho. Era tan exquisito y excitante sentirse echada, relajadita mientras era abierta por aquel pollón que le desbordaba de sensaciones impropias para una nenita de su edad.

-Ahhh!!! Ummm!! Ummm!!

-Ohhhh!! Ohhhh!! JOOOO!!

Se sentía como en una película, donde ambos amantes lujuriosos pero muy románticos se entregaban placer sobre su lecho de amor, dispuestos a satisfacerse mutuamente en aquella danza erótica hecha coito…. Todo iba lento… lento pero seguro… hasta que….

-¡AHHHHH! AHHHHH!!

-JOOOOOO!!! JOOOOOO!!

-AHHHH!! SIIIII!! AHHH!!

-OHHHHH!! BUFFFF!!!

¡De pronto todo cambió! La velocidad ya no fue la misma…. Los embates tampoco…. De pronto mi niña sentía como la cama se sacudía más y más por los denodados embistes del calvo tatuado… ¡La faena se descontrolaba!

-¡AHHHHH! AHHHHH!! SIIII!! AHHHH!!

-JOOOO!!! JOOOO!!

-AHHHH!! SIIIII!! ¡QUE RICOOO!!

-OHHHHH!!OHHH!! ¡LE GUSTA ASÍ, MI NIÑA? JOOO!!

-SIIII!! AHHH!! SIII, SEÑOR JASON!! ¡DEME!! AHHH!!

Rebeca estiró sus brazos a los costados, buscando agarrarse de las diáfanas sábanas a su alrededor ante el súbito cambio de velocidad que le inyectaba el tatuado al coito… y por supuesto a mi nenita que estaba en las nubes…

Cual si fuera una bestia lujuriosa, el señor Jason ahora se la cogía a velocidades poco seguras para cualquier niña de 10 añitos, pero que mi nena y su rajita ya habían experimentado hasta el hartazgo, haciéndole recordar aquellos cálidos momentos con su papi hace varios meses….

-AHHHH!! ¡QUE RICOOO!! ¡AUUU!

-FUUUUUFFF! ¡TOME, MI NIÑA, ¡¡TOMEEEE!! OHHH!!

-SIIII!! ¡DEME, DEME!! SIII, SEÑOR JASON!! ¡AUUU! ¡SIII!!

¡Qué locura! ¡Su vaginita rosadita no iba a aguantar tanto castigo! Sin embargo, el calvo seguía bombeando a Rebeca, utilizando toda su fuerza varonil para someter aquella rajita que ahora se abría groseramente con cada avance desbocado del tatuado.

La continuó taladrando como bestia entregada al placer (sacudiendo el lecho de amor con Rebeca y todo) por un rato más hasta que…

-OHHHH!! OOOOOHHHH!!

-SIIIII!! AAAAAAAAAHHH!!

Mi nenita sentía como la llenaban de esperma fresco, muy dentro de su rajita… ¡Que delicia! Agarradita como estaba de las sábanas, aguantó los últimos embates del tatuado que dejaban ver que le quedaba más lechita que la que le dio en sus labios…

-¡UFF! Preciosa… ha estado espectacular…Ufff…

-Umm… que rico me abrió mi rajita, señor Jason…

-Mire nomás, preciosa… Vea cuando te le dejé…

Rebeca desciende su vista y observa que, cuando el tatuado sacó su verga comenzó a salir lechita que mi nenita tomó de su vaginita y comenzó a pasársela por sus labios como si fuera una gourmet de aquel fluido seminal… ¡Acojonante!

Ambos amantes algo exhaustos, se echaron sobre la cama un par de minutos, solo suspirando. Mi niña muy hábil y aún algo cachonda, demoró menos en reponerse y comenzó a pajearle su miembro al tatuado, ansiosa por que aquel pollón volviera a deleitarla como hace unas semanas lo hizo tan continuamente.

-Ufff… Muy bien, preciosa… Siga así, Ohhh… De paso, vaya contándome en qué quisiera que le ayude esta vez…

Rebeca en su lujuria se había olvidado de tal detalle. Sin embargo, pensó que no era mala idea irle contando algunas cosas mientras lo tenía a su merced, pajeando su miembro.

Mientras conversaban sobre ello mi niña seguía cachondísima lamiendo la verga del tatuado de arriba hacia abajo, deseando que su amante se repusiera cuanto antes y reanudaran la cogida…

-OHH…. Ya veo, preciosa… No creo que sea mala idea…- le dice el sujeto irguiéndose para manosear aquellas nalgotas turgentes de mi nena.

-Siii?? Ummmmm!! Si usted me ayuda funcionará…

-Uff…Ok, preciosa… Pero, dejando eso de lado… ¿Quiere ver algo más sorprendente?

-¿Umm, como qué? – pregunta Rebeca aún echadita chupando la verga del calvo tatuado mientras este acariciaba su precioso culote de mujer.

El señor Jason se estiró ahora para tomar un mando que estaba sobre el velador al lado de la cama y apuntó hacia la TV que hasta ese momento permanecía como un adorno.

-Le voy a mostrar algo que le va a gustar, preciosa…- sonríe el calvo apuntando el mando a la TV mientras mi nenita seguía con su pija en la boca ahora mirando hacia donde le señalaba el tipo.

El sensor reaccionó y encendió aquella enorme TV…

“Ahhhh!! ¡Ahhh!! Lukaaaa!! Lukaaaa!!”

¡Salute! Mi niña se sorprendió al ver la proyección de su mejor amiga, garchándose al adolescente de 15 años, hijo del señor Jason… ¡Esa imagen era de la alcoba del primer piso!

-¡Son Melina y Luka! – exclama Rebeca sorprendida volteando a ver al calvo de reojo.

-Jojo… Así es, preciosa… Instalé algunas cámaras en la habitación de huéspedes…- le dice el tipo complacido ante la sorpresa de la nalgona nena que seguía pajeandolo mientras observaba a su amiguita coger con el novio adolescente.

-¡Y no pueden vernos?? – pregunta Rebeca.

-¡Claro que no, preciosa! – responde el papá de Luka, medio divertido por la ocurrencia de la nena- Solo nosotros podemos ver lo que hacen…

Rebeca sin poder creer, no apartaba la vista de la pantalla mientras daba tratamiento al miembro del señor Jason que subía el volumen de la escena cuando ambos actores decidieron cambiar de pose y Melina echaba a Luka contra la cama para subírsele encima en pose de vaquera reserva.

¡Encomiable escena! Mientras mi nena chupaba aquel falo adulto, Melina daba brincos sobre aquella polla adolescente que entraba y salía de ella al ritmo que ella imponía.

-¡Uy! Mírela nada más…- exclama el calvo haciendo escándalo- ¡Mire a su amiga, preciosa!… ¡Jojo! Se cree mejor que tú dando brincos…

-¡Noooo! – responde mi niña molesta por el comentario. Era muy orgullosa con sus “brincos” como para dejar que alguien dijera que su amiguita le ganaba cuando ella a sus 10 añitos era poseedora de un culote de ensueño, obsesión de todo adulto que la miraba con lujuria.

-¡Pero mira nada más como está brincándole a mi hijo! ¡Ufff! ¡debe sentirse espectacular! – le dice el tipo, fingiendo que veía más a Melina que a Rebeca, obviamente queriendo provocar a esta última.

El tipo sabía lo que hacía y obviamente había leído a Rebeca desde hace mucho. Sabiendo que mi pequeña no podía enorgullecerse de muchas cosas por su delicada situación, pero que si algo podía ofrecer eran aquellas nalgotas de infarto que curvaban su esbelta y bien trabajada figura durante sus entrenos del vóley.

-¡Nooo! Porque ella no sabe dar saltitos como yo…- contesta mi nena cayendo en la provocación.

-Uy!! ¿Y cómo das esos saltitos? – pregunta el sujeto echándose sobre la cama- ¡A ver! ¡Muéstreme!

Mi nena sonríe ante la pregunta y el reto juguetón que le propone el tatuado. Cual experta en estas artes carnales, mi niña bañó ensalivando aquel falo de mediana edad justo antes de colocarse de espaldas hacia él, quedando de frente al TV que exhibía aquella escena lujuriosa de Luka y Melina.

Rebeca se puso de rodillas (casi en cuclillas) sobre aquella cama, al mismo tiempo que pajeaba aquel pitote, orientándolo hacia su rajota. Volteó a mirar al tipo que la había provocado para lanzarle una coqueta mirada que contrastaba con su rostro de niña tierna que siempre nos enloquece.

-¡Uuummmm!! Señor Jason… le voy a mostrar que soy mejor que Melina…- le dice mi niña a su tatuado amante que desparramado sobre la cama puede apreciar aquella pequeña posicionarse sobre él, cual fiera sexual de 10 añitos…

¡Desquiciante imagen! Observar echado mientras Rebeca se te sube encima en posición de vaquera reversa, tomando tu verga con sus manitas y apuntándolo hacia su culazo de mujer…Ufff… ¡De verás, alucinante!

-Uy… A ver mi niña… Muéstreme…

Sonriendo, Rebeca apunta la polla del calvo hacia su culote de ensueño, dispuesta a demostrar que como ella no había otra… que como sus nalgotas no habían igual… ¡Que solo ella era capaz de llevar a su amante al éxtasis absoluto!

Mientras guiaba aquel mástil de carne hacia su culazo, Rebeca siente su rajita con restos de corrida… Por ese lugar ya había recibido su ración de lechita… ¡Ahora era turno de recibirlo por detrás!

Colocó la punta de aquel pollón besando la entrada de su esfínter bendito que casi se dilataba por instinto al sentir la llegada de aquel usual penetrador…

¡Que cachondez tenía mi niña! Sentir aquella verga justo en su entrada queriendo invadir nuevamente su interior era una sensación exquisita, delirante ¡en extremo extasiante!

Obedeciendo al instinto mucho más que la razón, Rebeca comenzó a dejar caer su culazo de infarto, encomendando que la gravedad hiciera lo suyo y contribuyera al ingreso del pitote por aquel canal bendito que cualquier hombre desea recorrer.

-Ahhhhh!! Ummm….- Rebeca no podía evitar soltar un gemido de desahogo cuando la punta de aquel pollón comenzó a abrirse paso por su esfínter.

-Uffff!! ¡Mi niña… que exquisito… Ohhhhhh!!

-¡SIII!! No se mueva… Uuuumm… Yo puedo solita…

Rebeca sentía bailarle aquella pija conocida que invadía su interior mientras ella solita cargaba su culote para guiarlo justo antes de dejarlo caer por completo sobre la entrepierna del sujeto afortunado que la invadía por dentro.

-WOOO!! Joder, mi niña… ¡Que apretadita esta por aquí también… Bufff!!

-Ummm!! Siii!! No se muevaaaaa!! Ayyy!! Ahhhhh!!- soltó mi Rebeca un gemido liberador.

¡Que desahogo! ¡Que dicha! Mi nena podía sentir nuevamente como su esfínter se llenaba dilatándose y ofreciendo al penetrador total amplitud… ¡Nuevamente volvía a tener una pija dentro de su cola de ensueño!

Rebeca aguantaba los pálpitos del opresor fálico, regalándole al calvo tatuado aquel apriete desquiciante que solo un culote como el de mi niña nos puede entregar.

-Wooooo!! Mi niñaaaa… Que rico me aprietas aquí…. ¡Joder!! …. Uffff!!

-Ummmm!! Ayy… No se mueva aún, señor Jason… Ummm…- murmura mi niña cerrando sus ojitos por el esfuerzo. No pasaría mucho rato para que su culote se acostumbrara al vergón del señor Jason… ¡Y cuando eso sucediera!… ¡Joder! ¡Lo que se venía!

-Ufff!! ¡Cómo moverme, mi niña! ¡Si aquí dentro suyo es el cielo! Hooo!!!

Ya en ese punto el dolor de la penetración iba siendo consumido por el desquiciante placer de tener aquel vergón palpitando dentro de ella, reclamando el rabo de mi niña como su propiedad.

Rebeca le pegó un culatazo tremendo al tatuado que se tragó toda la polla de un tirón, y pegando a la vez un chillido aterrador:

-AHHHHHHHH!!!

-HOOOOOO!!

Por un segundo se sintió morir, pero luego todo era placer. Tal culatazo fue necesario para que, a partir de ese momento mi nena se sintiera completamente capaz de aguantar los desquiciantes “brincos” de los que se enorgullecía.

Rebeca giró la vista hacia atrás para mirar aquel punto de contacto donde sus perfectas nalgotas de mujer hacían contacto con la pelvis del sujeto que, aún alucinando de lujuria, se llevaba las manos a la cabeza resoplando de éxtasis al tener la fortuna de gozar de tan caderona niña.

¡Pero mi Rebeca no había terminado! ¡Claro que no! ¡Apenas comenzaba la función! A mi pequeña ya no le dolía su culote, en cambio su libido ahora le pedía más… ¡Mucho más!

Y es que una vez asentado aquel vergón dentro de ella, mi nena ya estaba lista para dar el siguiente paso que saciaría las llamas que la consumían por dentro…

Plap!!……Plap!!… Plap!…. Plap!!…. Plap!

-Ahhh…!! … Ummm!!… Ahhh!!

-Ohhh!! ¡Así, mi niña… muy bien… Ohh!

-Ummm!!…. Ahhh… Ummm!!… ¡No se mueva… Ahhh!!

-Ufff!! …. Si, preciosa… ¡Con calma…Ohhh!!

¡Mi nena ya cabalgaba! Suavecito, con calma… Como probando que tal le entraba y salía aquel falo tan conocido, y que había osado pasearse por tan infantil esfínter como si fuera de su propiedad…

Plap!!……Plap!!… Plap!…. Se escuchaba tenuemente en la habitación…

¡Lujuria al rojo vivo! Mi Rebeca brincaba suavemente a su penetrador, sintiendo que con cada sentón que daba, su libido iba escalando en intensidad… queriendo finalmente, comenzar con la gran locura que ambos aguardaban…

-Ahh!!…. Ahhh!!…

-Ohh….Bufff!!… Muy bien mi niña…. ¡Joder!!… ¡Que ricos saltitos me das…!! Uff!!!

Rebeca podía sentirlo… Su esfínter se acostumbraba cada vez más al invasor, y el roce era cada vez más rápido con cada brinco que daba sobre el calvo tatuado…

Plap!!……Plap!!… Plap!!… ¡Que belleza escuchar esas palmaditas!

Saltaba y saltaba, pero aún eran sus antiguos sentones lentos y pausados, lejos de aquellos frenéticos saltos que había aprendido hasta hace menos de 1 mes, cuando los probó con este mismo susodicho que ahora se la cogía tomando ventaja de su figura de mujer en el cuerpo de una niña.…

¿Iba a hacerlos nuevamente con él? ¿Con él calvo tatuado, papá del novio de su mejor amiga?… ¡POR SUPUESTO! Sin embargo, si lo quería hacer aún quedaba un paso más por realizar…

Rebeca, sabiéndose que lo inevitable iba a suceder y sin ganas de ocultar más sus deseos de regalarle nuevamente el paraíso terrenal a este sujeto, procede a finiquitar los preparativos para el inicio del frenesí lujurioso.

-¿Qué le parece? UMMMM!! ¿Soy mejor que Melina? – pregunta mi niña deteniendo sus brincos y comenzando a moverse en círculos queriendo asentarse bien el pollón… ¡Que exquisito!

Rebeca giraba aquel derriere de ensueño como si fuera una licuadora, asentándose bien la pija que palpitaba sin descanso dentro de ella.

-¡Uyy!! Siii, preciosa… Por supuesto que sí… Uffff…. ¡Mira como mueves este culote hermoso, mi vida… Joder!! WOOO!! – delira el calvo tatuado contemplando como mi nena se mueve en círculos. El tipo no se aguanta y comienza a manosear aquel derriere divino de Rebeca.

Mi nena vuelve a sentir aquellas manos callosas toquetear todo su turgente culazo de mujer en el cuerpo de una niña. Tan suave y sedoso como ninguno, el culote de Rebeca se movía a placer haciendo círculos mientras el calor de aquellas manos del señor Jason acompañaban su danza sensual sobre aquella pija erecta que palpitaba dentro de ella.

-Ummm.!! Ummm!! ¿Le gusta tocar mi colita?

-Claro, mi nena… Tocarla y darle palmaditas…

-Ummm!! A ver… hágalo…

TAZZ!! TAZZ!! Sin pensárselo dos veces, el papá de Luka comienza a palmear a la nalgona niña que siente como su mente termina por convertirse por completo en la pequeña “Becky”.

-Ay…!! Ayyy!!…. Jijiji…- ríe mi nena ante la doble nalgada que la pone más cachonda. Aquellas manazas de adulto de seguro le dejarían bien rojas sus despampanantes caderotas… ¡Pero eso a la nalgona “Becky” le encantaba!

-Ufff… mi niña…Hooo…. ¡Que hermoso suena esta colita!… Ohh!! ¡A ver, otra vez!

TAZZZ!! TAZZZ!! El tatuado vuelve a sacarle buen sonido a la nalgona niña frente a él.

-¡Ayyy! Jijiji… Las de Melina no sonarían así… Solo mi colita…

-¡Hoooo!!… Uy… Que atrevida, mi niña… Ya solo con esto le ganó a Melina… Por supuesto que sí…

-Jijiji…Ummm…-ríe mi niña a la vez que se estremece al sentir que aquel pollón parece haberle ajustado por completo en su esfínter… ¡Todas las piezas del puzzle lujurioso, puestas en su lugar!

Mi nena voltea nuevamente lanzándole una mirada coqueta al tatuado que la lee como si fuera un libro y entiende que era momento de iniciar con la locura.

-Uff…Joder…Pero yo sé…. ¡Yo sé, mi niña, que puedes ganarle por mucho más!

-Jijiji… ¿Cómo? – pregunta Rebeca sabiendo de antemano la respuesta, mientras seguía puesta de espaldas a su penetrador girando sobre su eje aquel rabo de mujer en el cuerpo de una niña.

-Usted lo sabe, mi princesa… ¡Así!…. ¡HOOOO!- exhala fuerte el calvo tatuado al mismo tiempo que realiza un fuerte movimiento pélvico, levantando a mi niña por los aires.

-AHHHH!! ….Ummm…. Jijiji…-gime primero mi niña para luego soltar una risita cuando el calvo la devolvió a tierra después de ese levante violento que claramente le recordó faenas pasadas…

¡PLACER INAUDITO! Mi niña lo sintió por un instante como una descarga que la bañaba de éxtasis bendito por todo su cuerpito… ¡Aquel calvo tatuado terminó por encender el botón de la lujuria en mi Rebeca!

-Jijiji… Ummm… señor Jason…

-Dele, mi niña… Ufff… Póngase loquita y muévame este tesoro como solo usted sabe…. Uff…. ¡Joder!!- delira el calvo dándole una doble nalgada fortísima a mi Rebeca… ¡Como invocando de una buena vez a la nalgona “Becky”!

TAZ! TAZ! TAZ!

-¡AYY!! Jijiji…. Oki, señor Jason… esto le va a gustar… ¡Ummm!! – murmura fuerte mi niña ante un último levante del tatuado.

¡Y fue suficiente! Aquel último embate y manoseo del calvo tatuado fueron la chispa final que detonó cualquier reticencia que tuviera mi niña…

Cual veterana en estas lides coitales, Rebeca flexionó sus gloriosas caderotas justo antes de comenzar aquella cabalgata desquiciante que solo ella podía hacer a sus 10 añitos.

A puertas del cielo, el calvo de mediana edad pudo ver a la nalgona Rebeca erguirse de cuclillas y a espaldas de él, antesala del frenesí sexual que se le venía en ciernes.

PLAFF!! PLAFF!! PLAFF!! PLAFF!!

-AHHHH!! SIII!! AHHHH!!

-Ohhh!! HOOOOO!! DIOS SANTOOO!!

La danza copuladora entre una niña y un adulto volvía a reanudarse. Sus cuerpos sudorosos se sacudían frenéticos en busca de aquel paraíso terrenal que habían visitado en anteriores ocasiones.

-SIII!! SEÑOR JASOOON!! SII!! AHHHH!!

-BUUUUFFF!! ¡Que locura, mi niña!! OHHHHH!!

-AHHHH!! AHHH!!!

¡Y VAYA QUE LOCURA! La nenita dejaba entrar y salir de su culote aquel pitote a una velocidad inaudita y que sumamente insegura para cualquier niña que no gozara del tremendo y majestuoso culote de mi Rebeca.

¡PLACER ILEGAL! Por un lado, estaba un cuarentón de mediana edad que degustaba de la fruta prohibida en forma de una niña nalgona a quien había engatuzado para tomar ventaja de su exuberante figura de mujer. Mientras que del otro, una nenita de 10 añitos tan chiquita como las de su edad pero con un culote monumental y bien formado por practicar vóley todos los días. Ambos seres conspiraban a fin de adquirir aquel placer divino.

PLAFFF!!! PLAF! PLAF! Ahora los sentones de mi niña resonaban en la habitación… ¡Increíble!

-AHHH!!! AHHH!!! SIII!! AAHHH!!!- gime fuerte Rebeca saltando como si se le fuera la vida en ello.

-JOOOO!!! HOOOOO!!!!

-AHHH!!!! SIII!!! ¡QUE RICO ME COGE!!! AHHH!!!- chilla mi niña rebotando su culote sobre aquel afortunado calvo tatuado. La onda expansiva del rebote se podía apreciar claramente en las nalgotas de Rebeca que saltaba desquiciada sobre el papá de Luka.

-HOOOO!!! DIOS BENDITOOO!! HOO!!!- exhala el susodicho, desparramado y mirando al techo, gozando cataratas de éxtasis que recorrían cada célula de su ser. No le quedaba palabras para describir lo que debía estar viviendo en carne propia, por tercera vez en su vida.

PLAFFF!!! PLAF! PLAF!¡Rebeca ya ni se apoyaba con las manos! ¡Solo saltaba libremente sobre ese pitote, como poseída! La gravedad hacía lo suyo cada vez que mi nenita daba un majestuoso brinco.

-AHHH!!! AHHH!!! SIII!! AAHHH!!!!

-WOOO!!! WOOOO!!!! FFUUUUUUFFF!!

¡Mi niña estaba loca! Sudando del esfuerzo, brincaba sobre la pelvis del sujeto, rebotando sus gloriosas nalgotas y llevando su placer a otro nivel.

¡TAZZZ! ¡TAZZ! De pronto el tatuado le dio dos nalgadas fortísimas, mientras mi nena brincaba.

-AHHH!!!! SIII!! MÁS FUERTE!! AAHHH!!! QUE RICOO!!! SIII!!!

-WOOOO!! TOME MI NIÑA!! TOME!!

TAZZ!! TAZZ!!

-AHHHH!!! SIIII!! ¡DEME DURO!! SIII!! – gime mi nena emulando a sus mentoras protagonistas de películas para adultos.

-WOOO!!! FUUUUU!!!! WOOOO!!

Aquellos sentones de mi niña la movían tanto que el cabello lo tenía desordenado y por momentos se le ponía en la cara, por lo que mi nena se lo acomodaba hacia atrás sin bajar la velocidad de sus “brincos”… ¡Casuales ocurrencias de una faena descontrolada!

-AHHH!!! UMMM!! ¡QUE RICA SU VERGAAA!! SIII!! ¡DEME VERGA!! AHHH!!- grita Rebeca extasiada experimentando el mayor placer carnal. En su mente ella infantil se entremezclaban diálogos, gritos, gemidos y tantas cosas que recordaba soltar en sus momentos de profundo éxtasis.

-WOOOO!!! NIÑAAAA!!! ¡QUE RICO SALTAS!!!FUUUUFFF!!””- bufa el tipo calvo mientras gozaba de aquel culazo rebotándole en su entrepierna. El descollante placer que experimentaba era inconmensurable… ¡Incomparable!

-AHHH!!! UMMMM!!! ¡QUE RICO ME COGEEE!! AHHH!!! SIII!!! AHHH!!- Rebeca gritaba al mismo tiempo que siente las manos del calvo intentan guiar sus descomunales sentones.

Rebeca, completamente desatada, le aparta las manos y ella solita toma sus nalgotas. ¡Era la única capaz de saber cual era el verdadero potencial de sus “brincos”!… ¡Y así se lo demostró!

-AHHH!!! SIII!! ¡QUE RICOO!! AHHH!!

-WOOOO!!!!! ¡TE MUEVES ESPECTACULAR, MI NIÑA!! WOOO!!

-AHHH!! SIII!! AHHH!!

-WOOO!! WOOO!!

Las nalgotas de Rebeca rebotaban sobre el calvo tatuado, haciendo como una ola en sus caderotas con cada culatada que le daba al susodicho. Mi niña se erguía hacia atrás mientras saltaba sobre la entrepierna del tatuado, para de esa forma con cada sentón pudiera incrementar la fuerza del impacto de su precioso culote sobre el susodicho.

-¡QUE RICOOOO!!! ¡DEME VERGAAAA!!!…..- pide Rebeca fuera de sí y entregada a sus instintos primitivos.

El calvo tatuado la tomó de los brazos y la jaló hacia atrás… Mi nena seguía saltando, pero ahora era inclinada hacia el papá de Luka.

-¡AAAAHHH!!! SIII!!! AHHH!!! – gritó Rebeca enloquecida ya que ahora el recorrido del pistón era mucho menor y por tanto los asombrosos sentones eran más continuos y con menor esfuerzo de mi nena… ¡Pero la intensidad era la misma! ¡ALUCINANTE!

PLAP!!PLAP!!! PLAP!!! PLAP!!!PLAP!! ¡Qué sonido le sacaba el tatuado al culazo de mi niña!

-WOOOO!!! JODERR!!! WOOOO!!!- exhala enloquecido el tipo pareciendo desfallecer y mostrando en sus ojos que la verdad no podría resistir más.

-AHHH!!! SIII!! ¡DEME!! ¡DEME!!! AHHH!!

-WOO!! ¡TOMA PRECIOSA!!! ¡TOMA!! WOOO!!!

-AHHHH!!! ¡DEME!! ¡DEME!!! Siii!!! ¡DEME DURO!!! – grita Rebeca desatada sintiendo que pronto llegaría al límite donde deseaba que el susodicho la llenara de una vez para invocar un orgasmo brutal que hace tiempo le hacía falta.

-WOOO!!! FUUFFF!! WOOOO!!

-SIII!! AHHH!!! ¡QUE RICOOO!! AUUU!!- chilla Rebeca aguantando el castigo en su culote que amortiguaba glorioso los embates de su penetrador.

¡PLAFFF!!! ¡PLAF! ¡PLAF!!! Aquellos impactos gloriosos y amortiguados sobre sus caderotas de mujer tenían loca a mi niña. ¡El momento límite se acercaba! ¡Estaba a nada de concretarse!

-¡AHHH!!! SIIII!!! ¡DEME VERGA!!! SIIII!! ¡DEME!! ¡DEME!!

-JODEEERR!! WOOOO!!

-AHHH!!! AUUU!!! ¡QUE RICAAA VERGAA!! SIIII!!! AHHH!!!

-FUUUU!!! ¡MI NIÑA!! ¡WOOO!!!!

-AHHHH!!! ¡QUE RICOOO!!! SIII!! ¡LLÉNEME CON SU LECHE!! LLÉNEMEEEEEEE!!

-BUUUUFFF!!! OHHHH!!! JODEEEEERRR!!!- exhaló violentamente el sujeto delatando el fin de la contienda. Había aguantado lo suficiente para que la nalgona Rebeca estuviera al filo del éxtasis máximo y solo quedaba el último, el verdadero último requisito.

Casi desfalleciendo por tanto éxtasis, permite que su aparato reproductor derramara el contenido de sus gónadas llenando de abundante esperma los intestinos de mi Rebeca.

-¡AHHHH!!! ¡SIIIIII!!! ¡LLÉNEME DE LECHITAAA!!! HAAAAAA!!! – grita mi niña sintiendo como su esfínter recibía sendos lechazos de material genético llenándola por dentro, al mismo tiempo que su orgasmo anal la catapultaba una vez más a la cima del placer hedónico…

……………………………………………

El centro comercial “La Cascada” tenía menor afluencia que el resto de sus competidores. Si bien se encontraba cerca de grandes emporios, aún conservaba a su clientela fiel por su ubicación cercana a las zonas residenciales.

Otras de sus características era su poco personal de vigilancia, ya que apenas constaba de una caseta de seguridad en el primer piso, aunque con cámaras para observar todos los demás. Claro que la mayoría de estas cámaras estaban en las tiendas, y solo había poquísimas en los estacionamientos.

Eran las 7:00 pm, los pisos inferiores no tenían mucha gente haciendo compras, ya que cerraban máximo a las 8:00 pm. Normalmente a esta hora, los autos se estacionaban máximo en el 4to piso dejando libre el último.

Y era allí donde estaba mi niña. Precisamente, en el balcón de este último piso. Inclinada sobre el barandal y mirando a la calle, Rebeca llevaba un topcito negro y un mini-jean color blanco que a duras penas lograba ocultar aquellas majestuosas caderas de mujer en el cuerpo de una niña… ¡Ufff!

Pese al frío que hacía en el último piso, mi nenita aguantaba sabiéndose que necesitaba venir en esas fachas impropias para una niña de su edad. Había poderosas razones para mostrarse muy deliciosa para cualquier adulto que se la comiese con la mirada.

¡Aunque nunca faltaran los mirones! Cuando iba llegando el papá de una familia, que subió con ella en el ascensor hasta el último piso del centro comercial, se le fue pegando tanto que mi nenita estuvo segura de que el sujeto le dio unas buenas caricias a su exuberante culote de mujer.

¡Joder! Incluso teniendo al lado a su hija de la edad de mi niña. Rebeca por un momento se sintió culpable, pero luego entendió que algunos adultos no pueden resistirse a sus encantos. No necesariamente tenían que ser malvados como aquel acosador del bus.

Mientras vagabundeaba en ese balcón del último piso del estacionamiento, mi nenita seguía recordando algunas cositas: como cuando la otra vez salió con Melina al centro comercial. Se la pasaron hasta tarde por encontrarse con Carla que las llevó a las tiendas de ropa y a sacarse varias fotitos para luego subirlas al Inst****.

Al final se les hizo algo tarde y Melina dijo que mejor era que llamaran para que las recogieran. Carla como era mayor y no tan cercana a ellas, terminó largándose sola.

Ese día conoció al papá de Melina que la llevó de regreso a su casa junto a su amiguita. Parecía un hombre serio, cabello ordenado a la antigua con gafas y algo cuarentón. Mi niña recordó que otras veces Melina le contó que su papá trabajaba de oficinista y era estricto con ella.

Se le notaba un poco de mal carácter por como regañó a Melina por pasarse la hora, pero en cuanto vio a mi nenita, repentinamente cambió de actitud. Se ofreció a llevarla hasta su casa, y no acercarla solo un par de calles como inicialmente le propuso Melina, ya que la casa de ambos estaba algo apartada de allí.

El papá de Melina la dejó justo frente a su casa, e incluso, previamente les compró unos helados en un autoservicio muy cercano. Melina y Rebeca charlaron muy a gusto en el auto, mientras comían su helado y el papá de ellas les preguntaba por su día… ¡Entró en confianza con mi niña!

Incluso mi nenita estaba segura de que el papá de su amiguita la miraba atentamente desde su auto, cuando ella bajó y caminaba hasta el edificio donde vivía. Melina seguía jugando con el móvil, mientras el papá miraba atentamente aquellas caderotas de mi Rebeca que se movían turgentes en aquel vestido apretadito en su cintura.

¡Tantas otras experiencias cortitas de continuo acoso a mi Rebeca! Ya mi nenita recordaba muchas y su mente volvía a esos hechos, distrayéndola de su aburrimiento. Era normal que, estando perdida en las nubes no se diera cuenta si alguien se le acercara por detrás.

¡PLAP!… suena de pronto aquel delicioso amortiguamiento que dan las magníficas caderas de mujer de mi Rebeca.

-¡Pero que hermosa culoncita me acabo de encontrar aquí….Jojo!- se escucha una voz gruesa y delirante justo al lado suyo, al mismo tiempo que una presencia sexagenaria se coloca a su lado y comienza a manosear su exuberante culote.

¡Don Victorino! El vejete degenerado se le pegaba a mi nenita que estaba de pie frente al balcón del estacionamiento… Aquel repentino empellón la desorientó por un instante.

-¿Qué sucede, nalgona? ¿Acaso no le enseñaron que debe saludar a sus mayores? – pregunta el tipejo hablándole al oído. Llevaba una camisa ploma y un pantalón de vestir color negro, típico conjunto que se le veía usar cuando trabajaba en su tienda.

-Buenas noches, don Victorino… No sea tan evidente, o los de las cámaras nos pueden ver…- le susurra Rebeca, aguantando aquel viejo carcamal pegársele mientras le manoseaba sus nalgotas.

-No pasa nada, pequeña… Al venir aquí me di cuenta de que las cámaras están en el estacionamiento, pero no hay ninguna en esta zona del balcón… ¿A que sí?

Y era cierto. Mi nenita lo sabía y por eso lo había citado aquí. Eran pocos los lugares donde podría encontrarse a salvo con semejante depravado y el hecho de tener unas cámaras de vigilancia a apenas unos pasos, la llenaba de mayor seguridad.

Poco a poco empezaba a sentir aquel olor a viejo que desprendía el vejete, por lo cual Rebeca decidió ir al grano.

-Don Victorino, ya pasó dos semanas desde que me dio el último aviso… Dijo que iba a encontrar a mi papi…

-Si, pequeña… Y soy hombre de palabra…- le suelta el tipo aún abrazado a ella mientras la manoseaba. Victorino hacían círculos sobre las nalgotas de mi nenita, ansioso por meter su mano como garra por debajo del minijean blanquito de mi niña.

-Pero aún no viene mi papi…

-Tu papi esta muy bien escondido, pequeña… Ya te lo dije… Esa bendita Orden lo está protegiendo y no deja que mis detectives se le acerquen…

-Pero entonces…

-Pues como te dije por teléfono, pequeña… Si quiero entrar en contacto con él, debo sobornar a algunos miembros para que me den su ubicación. Luego de eso, ya podré hablar con él para que vuelva…

-Pero…

-No se me ponga así, pequeña…No vaya directo al grano… Mire, le traje un regalito por el día del Niñ@…- le dice entregándole una bolsa que llevaba el sujeto consigo

Mi nena recibe una bolsa con el símbolo de la manzana… ¿Era lo que pensaba? ¿Sería posible?

Por un momento dejó que la emoción la inundara, por lo tontita que se ponía a veces, pero luego recordó que aquel regalo venía de alguien que gustaba de abusar de ella y que ansiaba “el placer máximo” que ella podía otorgar con sus caderas de mujer.

-Lo siento, don Victorino… No lo aceptaré… El trato era por mi papi…

-Tranquila, preciosa… No tiene nada que ver… Es un regalo para que vea mis buenas intenciones contigo… Y por cómo se me portó la otra vez…. ¡UFFF!… ¡No dejo de hacerme tremendas pajas pensando en ese día, Joder! – repite Victorino manoseándose el paquete descaradamente, al amparo del punto ciego de las cámaras.

Mi nena también recordaba aquel episodio donde el sujeto medio que la enculó con preservativo. Aquel pago por lograr que Victorino buscara a su papi… ¡Maldito vejete!

-Pero lo de mi papi…

-Ok, pequeña… En vista que quiere seguir hablando de “negocios”- el sujeto volvió a pegársele y a pasar un mano por su derriere de mujer en el cuerpo de una niña-…vamos a ser claros y directos para que usted lo entienda, ¿vale?

-Vale…

-¡Voy a arriesgar mi cabeza en el Club y a intentar sobornar al otro bando! ¡A la Orden! Si me descubren, puede que pierda muchos contactos y me gane un lío terrible…

-Pero…

-¡Así que el riesgo…!- exclama callando a mi nena.- ¡… debe ser acorde con la recompensa! – le suelta el tipejo, esta vez metiendo su mano por debajo de la falda, manoseando directamente aquellas carnes soñadas por tantos adultos que conocen a mi exuberante niña.

-Pero eso era al final…

-Y si bien la recompensa final es otra, creo que sería aceptable un verdadero “adelanto” de este culote– el vejete interna sus dedos por entre las nalgotas de mi niña-.. ¡Ah! Pero sin preservativo, mi culona…. Ufff!… Esa porquería no deja disfrutar esta cola como se debe…

Rebeca se quedó callada un instante. El vejete sonreía, sabiendo que la nenita por más tontita que fuere ya había captado el mensaje. El pago por seguir con su ayuda era nada más y menos que disfrutar verdaderamente y sin intermediarios, de aquel culote de ensueño en el cuerpo de una niña de 10 añitos… ¡Un placer descomunal comparado con el que ya le habían ofrecido!

-Pero eso…

-O simplemente, si usted no quiere negociar puedo ir con el mensaje a su escuela sobre los líos en sus documentos, pequeña… Apuesto que estarán muy interesados en saber porque Arturo es su tutor… ¡JOJO!

Mi nenita volvió a quedarse callada. Aquel tipo la estaba chantajeando e incluso parecía que la estuviera estafando en sus mismos chantajes, pero mi niña no parecía tener más salida.

-Pero sabe que, preciosa… Yo sé que usted sabía que esto iba a pasar… y sé que usted va a aceptar.

-¿Por qué?

-Por varias razones, pequeña… La primera, usted no es como las otras niñas miedosas y asustadizas… Usted es un zorrón que disfruta usar ese culote para dar placer a su papi… y apuesto que no le importara usarlo para pagar sus deudas ¡Jojo!

-No, Don Victorino yo…

-Segundo, porque usted no quiere volver a ese mugroso orfanato donde termine siendo castigada… ¡Allí ansían porque regrese para desaparecerla! ¡Jojo!

El vejete hasta se valía de mis iniciales amenazas a Rebeca para contrariarla… ¡Maldito bribón!

-Y por último… no me habrías llamado aquí a este estacionamiento vistiéndote de esta forma si no hubieras pensado que te podría proponer algo así, culona…

¡PLAP! El vejete de Victorino la nalguea fuerte, demostrando su dominio sobre la escultural niña que parece no tener objeciones sustentables y solo dejarse llevar por la cruel lógica del susodicho.

En medio de la tarde-noche, con casi todas las calles a oscuras y la luz débil del estacionamiento que llegaba hasta ese balcón del quinto piso, casi todo parecía indicar que un nuevo trato lujurioso era inminente… ¡Un sensual, profano y desquiciante trato entre un adulto y una niña de 10 años!

-Don Victorino…

-Jojo! No hace falta que me lo diga, culona… ¿Dónde será? – pregunta el sujeto relamiéndose y casi babeando al pensar que pronto degustara de las preciosas carnes de mi niña.

-En el baño de allá- señala mi nena al otro lado del estacionamiento del quinto piso- Solo una vez…

-UUFFFF!! Una vez… Por mí le daría diez veces, preciosa…. ¡JODER!! – balbucea el vejete nalgueándola fuerte.

-Solo una vez…

-Pero sin preservativo, preciosa… Quiero sentirla yo mismo… ¡JOOO!! ¿Entendió?

Rebeca asiente para deleite del degenerado que emocionado se frota las manos ante semejante dicha. Bien sabía que sentirse dentro de mi Rebeca sin ningún elástico que te oprima era el mayor placer lujurioso que un hombre puede experimentar… ¡Maldito vejete!

Mi niña comienza a dirigirse por el pasillo saliendo del balcón seguida por Victorino que en procesión vigilante de tremendo derriere de mujer, la sigue embobado por sus carnes que se mueven sensuales con el caminar de la niña… ¡En poco tiempo aprendió como caminar para que estas resalten!

-¡Uy! Joder mi niña… como me mueve ese culote…

Salieron del balcón y recorrieron pegados al borde de la pared del estacionamiento hasta llegar al final del camino, justo en una salida del estacionamiento que servía para el descenso de los vehículos.

-Por aquí – mi nenita le señala el paso para peatones que cruzaba el estacionamiento hasta el otro rincón abandonado, aquel baño unisex que durante la noche no era usado más que ocasionalmente y por supuesto que ahora estaba completamente vacío…

-Se ve que conoce muy bien el lugar, culona… ¡Jojo!… Pero si cumple su palabra no tiene nada que temer….

El lugar parecía muy bien planeado para un “encuentro”. Si alguna persona llegaba hasta allí, simplemente podían fingir que el baño estaba ocupado, pero como dije era muy complicado que alguien subiera hasta ese lugar cuando en los primeros pisos había varios baños.

Ingresaron al solitario baño, vejete y niña que ponía en bandeja su sensual figura para silenciar al sujeto que la chantajeaba y a la vez requería un “pago” por favores adicionales.

-Don Victorino… siéntese allí…- le dice Rebeca señalando el inodoro. El vejete puso la tapa hacia abajo y rápidamente se sentó aguardando por las indicaciones de mi niña.

-¿Qué hará, preciosa? ¿Qué sorpresa me tiene? – pregunta el sujeto mirando como la nenita se da la vuelta poniéndole todo su culote en la cara.

¡WOW! Mi Rebeca con una experticia increíble se sienta sobre la entrepierna del vejete Victorino, presionando sus majestuosas nalgotas en la misma zona donde estaría la verga del susodicho.

-Umm… Tenemos que preparar a su “amiguito”, don Victorino- contesta mi niña poniendo su vocecita inocente, en un claro intento por provocarle. – No puede poner música en su móvil?

El vejete Victorino intuyendo lo que piensa mi nenita, saca su móvil y se lo entrega. Rebeca ingresa al Youtube y busca entre los videos uno que se conocía muy bien de sus épocas que bailaba con sus amiguitas Melina y Miriam. Sube el volumen antes de darle a reproducir y coloca el móvil sobre el lavabo.

¡Increíble! Con gran presteza, mi Rebeca comienza a sacudir su culazo sobre la verga del susodicho, dejando que sus carnes golpeen raudamente al aturdido miembro del vejete Victorino, mientras se mueve al ritmo de aquel sensual reggaeton.

-Jooo!! Culona, que bien mueve este rabooo…. Ufff…- celebra el susodicho queriendo tocar aquellas nalgotas benditas que aplastaban su miembro y lo llevaban a las nubes.

-Yo puedo solita… – le dice mi niña apartándole sus manos decrépitas, mientras continuaba moviéndose como una licuadora, exaltando a aquel pollón debajo del pantalón.

Rebeca movía su traserote desde atrás para adelante, se sacudía por instantes como dándole saltitos para luego presionarle o juguetear con la polla de Victorino simulando que se le metía entre sus carnes… ¡Toda una tortura para el susodicho!

Ya debía encontrarse en el acabose… Ni parecía importarle que se escuchara que subía un auto por el parqueadero, hasta pasar muy cerca del baño para luego alejarse hacia el otro lado del estacionamiento… ¡Quien le prestaría atención a algo más que aquel sensual baile!

-¡Dele, preciosa! No se detenga… Ya casi estoy… Ufff…- le suelta el vejete cuando Rebeca se detuvo al escuchar el auto.

-Oki, señor Victorino…-asiente mi niña volviendo a montarlo, pero ahora simulando que saltaba sobre su polla, volviéndolo loco…

-Wooooo… que bien salta, nalgona… Jooo- delira el vejete ante aquella sensual tortura, de ver aquel culote sacudirse sobre su verga…

Sólo somos tú y yo….Bailando así pidiendo más y más calor,…”

La música no se detenía mientras mi nenita seguía sacudiéndose, notando que el vejete ya estaba durísimo como una barra de hierro. Muy pronto no aguantaría solo puntearla, e iría por el premio mayor de todos… ¡El cielo a sus pies!

-Joooo!! Nalgona…. Ahora sí, póngase a apoyadita allí que voy a preparar este culazo…- le dice el vejete nalgueándola y señalando el lavabo del baño.

Rebeca obedece y se dirige hasta el lavabo, inclinándose sobre él parando su espectacular derriere de mujer en el cuerpo de una niña. Se desabrocha el minijean y lo deja suelto para deleite de Victorino que se le abalanza como bestia en celo.

-Joder… que tal rabo tienes, niña… Ufff…- le suelta el susodicho tomando los pliegues del minijean a la vez de los de sus braguitas, y bajándoselos al instante de hacer contacto con aquella tersa piel.

¡Majestuosa figura! El culote de mi Rebeca se exhibe ante el vejete que lo observa cual misionero extasiado contempla Tierra Santa.

Perdiéndose por completo, el bribón toma con sus manos las nalgotas majestuosas de mi nena de 10 añitos, las amasa, preparándose para internarse justo al medio de ellas…

-Ummm….Ay… Cuidado, don Victorino… Ay…- se queja Rebeca cuando el susodicho comienza a morderle luego de clavar su rostro entre aquellas caderotas de mujer.

Mi nenita siente su lengua moverse entre sus nalgotas, lamiendo su culazo entero haciendo énfasis en su esfínter tan deseado.

Perdido en el mundo de Eros, Victorino parece estar a punto de venirse con solo imaginarse degustando de aquel derriere de ensueño…

Cual hábil catador de niñas, se dispone a dar rienda suelta a la locura hedonista al mismo tiempo que se baja los pantalones liberando a aquel acosador punzante que hasta hace unos segundos era oprimido por tremendo culote…

¡RUUUUMMM!

De pronto alguien irrumpió dentro del baño, haciendo sonar fuerte la puerta del baño cuando esta golpeó con la pared del costado.

Mi nenita, que hasta hace unos segundos estaba puesta en pompa, porfin logra voltearse para contemplar la escena a espaldas de ella:

El vejete Victorino era acogotado por el cuello, mientras aún permanecía con los pantalones en el suelo, por un sujeto con remera sin mangas y pinta de motociclista… ¡El señor Jason!

Rebeca se levantó observando como por poco se ahogaba Victorino por la fuerza de la llave del tatuado. Su expresión de cerdo ahogándose le hizo recordar a su maestro de ciencias, Aquilino, quien hasta hace algunas semanas gustaba de abusar de mi nena.

-Espéreme afuera, preciosa…- le dice el tatuado cuando mi nena terminó de levantarse su minijean.

Rebeca salió presurosa de aquel baño, cerrando la puerta y caminó tratando de fingir calma por si los de las cámaras estaban atentos a aquel piso. Volvió hasta el balcón, ya más aliviada porque el tatuado estuviera a cargo de la situación.

¿Qué conversación se daría en aquel baño? Quizás se preguntarán ustedes, pero no puedo responderos con exactitud de ello porque como sabrán, todos mis relatos son del punto de vista de mi nena. Sin embargo, lo que si les puedo contar es que Rebeca y el papá de Luka habían urdido otro plan mediante el cual lograron acorralar esta vez al malvado Victorino.

No era casualidad que eligieran el centro comercial que usaron para practicar patinaje en otro relato… ¿se dieron cuenta? ¡Bien! Pues eso, al final lograron atraer al malvado Victorino hasta aquí, con el fin de que el tatuado pudiera arreglar el asunto de mi niña.

¿De qué forma? Pues, parte de eso tiene que ver la escena del balcón: lograron que el vejete se preocupara por las cámaras, pero nunca se dio cuenta que algo crucial:

Mi Rebeca apoyadita sobre el balcón nuevamente, tanteo por debajo de la baranda del balcón. Aún notaba algo del celo con que pegaron la grabadora debajo del barandal para de esa forma ocultarla de la vista del vejete Victorino. Ahora esta grabadora estaba en posesión del tatuado que la usaría en las negociaciones con el malvado acosador.

¡Al fin! Gracias a esa trampa, con ayuda del papá de Luka, ahora mi niña tenía una grabación y fotos (las que le había tomado el tatuado a ambos desde la ventanita del baño, antes de interrumpirlos) con los cuales podría amenazar al tatuado… ¡Pero eso no era suficiente!

Como bien saben, esa estrategia la podría haber usado mi niña por sí misma, pero para amenazar a un sujeto como Victorino se necesita de alguien intimidante que no le importara que mi nena hubiera llegado de un orfanato ni lo que hubiera hecho con su papi… ¡Vaya suerte del sujeto!

Tras varios minutos esperando, Victorino emergió junto al tatuado saliendo de aquel baño del quinto piso y mi nenita volteo para verlos. Al parecer el malvado aún se tocaba el cuello con dolor, pero no pareció tener la menor intención de llegar hasta el balcón donde Rebeca se encontraba.

En su lugar, Victorino llegó hasta la salida del estacionamiento descendiendo hacia los pisos inferiores, perdiéndose de vista. Mi nenita asombrada, volteo a mirar hacia el sonriente tatuado que traía una bolsa consigo mientras se acercaba al balcón donde ella estaba.

-Señor Jason…

-Shhh… Tranquila preciosa, mire…- la calma el papá de Luka señalando al primer piso.

Desde el balcón se quedaron mirando hacia la salida del primer piso, esperando el momento cuando Victorino saliera del centro comercial. El vejete por un segundo volteó a mirarlos mostrando enojo y resentimiento, pero continuó su trayecto hasta donde estaba su auto estacionado en la otra calle. Abrió la portezuela y tras un par de minutos se retiró del lugar.

-Al final logré convencerlo y me parece que no volverá a molestarla- le dice el papá de Luka.

Rebeca respiró más tranquila… ¡Al fin! Deshacerse de aquel vejete también era prioridad… ¡Y desde hace rato!

¡Cómo no se dio cuenta antes! Aquel vejete la estaba chantajeando y lo peor era que todos sus avances eran en vano. En tantas semanas, no había conseguido traerle a su papi, y si seguía así pagándole pequeños favores, el abusador se daría a gusto con mi niña sin hacer nada por ella.

¡Su vida estaba mejor! De pronto se convenció de ello: No era necesario que le trajeran de vuelta a su papi, si el precio era seguir siendo esclavizada por Victorino. Ella solita saldría adelante con el vóley mientras no tuviera que ser acosada por esos vejetes malvados.

Además, su papi en tantos meses no había vuelto a ponerse en contacto con ella… ¡Ni con una sola carta ni nada!… Quizás lo mejor sería olvidarse del asunto y tratar de encarar su nueva vida… ¡Al menos tenía futuro mientras practicara vóley!

-Muy bien, mi niña… Este trabajo salió más complejo que el anterior…- la interrumpe de sus pensamientos el calvo tatuado.

-Le dije que eran un graaaaan trabajo…- dice mi nenita haciendo gesto infantil para expresarse, al mismo tiempo que soltaba una risita.

-Bueno, bueno… ¿Y ahora en que más la tengo que ayudar, preciosa?

-Hoy no… Mañana le contaré quien falta…- le dice mi nenita evaluando como enfrentarse al último escoyo abusador del que planeaba deshacerse.

-De acuerdo, mi niña…. ¡Oh, por cierto! – le dice el sujeto mostrándole la bolsita que Victorino había dejado en el suelo, previa a su huida. Rebeca abrió la bolsa y encontró la cajita con el símbolo de la manzana en uno de los costados.

-El Iphone…- exclama mi niña tomándolo entre sus manitas.

-Pienso que debes quedártelo, mi niña…- le dice el papá de Luka, sonriente.

Rebeca no estaba del todo segura…

-No sé.

Mi nenita se lo pensó un instante. Por un lado, era algo que le compró el vejete Victorino, por lo que la sola idea de aceptar un regalo de él no le gustaba en absoluto, sin embargo, ¿cuándo volvería a tener la oportunidad de conseguirse un móvil?

Su tía jamás se lo compraría, mucho menos ahora que no dependía económicamente de su papi Arturo… ¡Si hasta había vendido el que le regalaron!

-¿No querrá que lo tire a la basura, no preciosa?… No se lo piense mucho.

La codicia y vanidad pudieron más que la razón y mi Rebeca cada segundo encontraba menos razones para oponerse a tal propuesta…

-Esta bien- responde mi niña quedándoselo algo contenta por imaginarse que por fin volvería a tener un móvil al igual que otras de sus amiguitas del vóley.

¡Que contenta estaba! A veces mi niña, tontita como es, sin querer saca sus gestos infantiles y en esta ocasión sucedió lo mismo: Comenzó a dar saltitos muy animada al tener un móvil nuevo, sin darse cuenta de que con ese minijean, el calvo tatuado muy cerca de ella vería semejante espectáculo… ¡Las carnes de mi nenita se sacudían apretadas en aquella prenda!

Llegando por detrás, el papá de Luka la abraza pegándose con ella hacia el balcón para presionarle su miembro en su culote de mujer, cubierto por el minijean que llevaba mi niña.

-Uyy! Mi niña, viéndola moverse así me dan ganas de que me pague por adelantado…

-Jijiji…- ríe mi Rebeca siendo abrazada por el sujeto y contenta por despertar sus bajos instintos.

-¿Que dice, mi niña? ¿Me pagará hoy mismo?

-Jijiji… No sé…

-Quizás podamos volver a ese motel… Ahí lo pasamos divino, preciosa…- le suelta el tatuado hablándole al oído.

-Ummm… No puedo, mi tía sabe que llegaré temprano…-suelta Rebeca queriendo no meterse en problemas con Veronika, luego de que esta le avisara que la ayudaría a preparar bocaditos para la reunión de los misioneros por la mañana.

-Uy, preciosa… Qué lástima… Justo hoy…

Sin embargo, con todo el previo anterior y la propuesta del calvo tatuado, mi nenita tenía la cabeza caliente y deseaba que alguien le bajara toda la calentura.

-Pero podemos jugar una vez… – enuncia Rebeca aquella sensual propuesta mientras se inclina parándole su culazo al calvo que ve como aquellas nalgotas presionan su entrepierna.

¡Imposible resistirse!… Mi pequeña seducía a su tatuado amante, presionando su majestuoso culote al mismo tiempo que señalaba aquel baño abandonado del estacionamiento

-Uy, mi niña… Ufff…. Vamos, entonces…- contesta el sujeto tomándola de la cintura para bajar hasta las nalgotas de Rebeca, delineando aquella sensual figura en el cuerpo de una niña.

Ambos amantes emprenden rumbo desde el balcón hasta aquel baño abandonado que sería testigo de otra faena entre mi niña y el papá de Luka.

Mientras aquel tatuado la volvía a colocar inclinadita contra el lavabo, con su minijean por el suelo al igual que el short del tatuado, Rebeca recordaba que con éste ya eran 3 los favores que le debía al calvo tatuado. Aquellos favores que mi niña estaba contenta de pagar con su precioso culote de mujer.

¡Y aún faltaba otro más! Otro adulto más del que mi nena debía encargarse… Quizás el que menos la había fastidiado… pero del que encargarse le daría otro motivo para dejarse gozar por el calvo tatuado… ¡Que audacia de Rebeca!

Este último sujeto tenía menos oportunidades para molestar a mi nena, pero aun así Rebeca lo usaría como chivoexpiatorio para deberle un favor más al tatuado… Un favor que mi nenita agradecería con otra noche lujuriosa en algún motel alejado de la ciudad.

Mi Rebeca seguía con toda esta parafernalia a fin de deshacerse de aquellos abusivos que la acosaban, olvidándose que quizás habrían otros adultos que ya estaban al pendiente de su sensual figura y harían todo lo posible por gozar de aquellas desquiciantes nalgotas de mujer en el cuerpo de una nena de 10 añitos. Pero eso… eso será motivo de otro relato. Hasta entonces.

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