Secretos de Rebeca parte 12: La finca de Victorino

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Finalmente, el relato mas largo de toda la historia del blog.

Era un día soleado, apenas marcaban las 3 de la tarde cuando Rebeca terminaba de cambiarse la ropa del cole. El departamento de Verónica estaba vacío ya que su tía se encontraba trabajando. La mochila escolar de Rebeca permanecía colgada en un perchero junto a su uniforme mientras mi nenita terminaba de arreglarse en el espejo:

Llevaba un conjunto plomo de top sin mangas y leggins que le quedaban apretaditos y marcaban bien la forma de su tremendo culote. Aparte llevaba unos adornos rodeando su leggin, lo cual le daba un toque más casual al conjunto.

Su ropa la escogió Sally, que después que mi nena le mandara fotitos, coincidieron en que sería la mejor opción para no parecer muy atrevida, pero al mismo tiempo seducir con la vista al vejete Victorino. En un tris quedó lista para su expedición a la finca. Ante de salir, se tomó una última fotito frente al espejo para mandársela a Sally quien le confirmó que estaba lista para aquella aventura.

Inhalando valor y tratando de meterse en el papel que debía representar por las siguientes 2 semanas, mi nenita salió de la casa y transitó por la acera recorriendo la silenciosa calle contigua.

Cuando cruzó la avenida y apenas estaba a 5 casas de su calle, rápidamente se le acercó una camioneta 4×4 ploma para embarcarla. Rebeca dio un último suspiro cerrando sus ojitos, antes de abrir la puerta del vehículo e interactuar con el conductor de la camioneta.

Dentro del vehículo la esperaba una figura canosa, que esbozó una sonrisa de oreja a oreja apenas la vio presentarse frente a él.

-¡Suba, pequeña! – la apuró Victorino a lo cual mi niña hace lo propio, ingresando con su mochila en el hombro que dejó en los asientos posteriores antes de cerrar la puerta del copiloto. Una vez cerrada esa puerta el tipo se le fue encima a Rebeca.

-¡Ufff! Vengase para acá y salude, nalgona…Jojo…- suelta el tipo abrazando a mi nenita, al mismo tiempo que con sus manos como garras empieza a acariciar las exuberantes carnes de Rebeca.

-¡Hola, papito! – saluda Rebeca correspondiendo al abrazo del sujeto.

-¿Cómo ha estado, culona? ¿Cómo se ha portado? ¿Bien? – le suelta el degenerado hablándole en el rostro a mi niña. Rebeca soporta aquel olor a vejete, parando más su culazo y de esa forma el depravado se le haga más cómodo acariciarle su prominente derriere.

– Sí, papito! ¡Muy bien! – contesta mi niña mientras soporta que el tipo suba y baje sus callosos dedos por todo su culazo. Sentir nuevamente ese manoseo desesperado, le trajo flashbacks de anteriores encuentros donde otros adultos se daban a gusto con sus carnes de mujer…

Ya en modo “Becky”, lo anterior despertaba su libido sobre todo por la inmensa cantidad de relatos que Sally le hizo leer impidiéndole que mi nenita se masturbe y de esa forma estuviera cachondísima para el día de hoy. Todo ello fue idea ello idea de su amiguita de la internet.

¡Estaba hecha un hervidero! Haberse privado de encuentros durante la semana, e incluso de visitar al tendero o acercarse al contratista fueron una estrategia de Sally y Rebeca para que mi niña llegara con hartas ganas y en modo “Becky” al día elegido. Aquel día donde comenzaría a saldar sus deudas y arreglar aquel asunto que le dejó su papi.

Y es que pareciera complejo, pero mi nenita no sabía si aguantaría con aquella careta por dos semanas enteras, así que se convenció a sí misma que el plan de Sally era lo correcto, absteniéndose ella solita de todos los estímulos naturales y oportunidades que se le presentaban con sus maduros amantes. Todo con tal de llegar a la fecha prometida… ¡Y hoy finalmente era el día!

-¿Si? Entonces no perdamos el tiempo, pequeña- le dice el tipejo, dejando de manosearla no sin antes darle unas palmadas para concentrarse de lleno en el volante.

Y así, emprendieron la marcha antes de que alguna mirada indiscreta se asomara por aquella desierta calle y contemplara aquel encuentro de un adulto y una niña. Victorino destrabó el embrague y aceleró con dirección hacia la carretera principal.

Rebeca se quedó en el asiento del copiloto expectante mirando el recorrido por la ventana hasta que el tipo optó por preguntarle:

-¿Tu tía no preguntó dónde ibas?

-No, papito… Pero sí me dio permiso – responde Rebeca con su vocecita inocentona.

-Jeje… muy bien, pequeña… muy bien..

-Pero tu hablaste con ella, papito…- le dice mi nena.

-Así es, preciosa. Y quedamos en buenos términos para traerte conmigo.

Así había quedado convenido. El vejete Victorino llamó a Vero el día anterior y arregló todo para que Rebeca pasara aquellas dos semanas sin inconvenientes. No duró ni 10 minutos aquella conversación entre ambos, tras la cual su tía le comunicó a Rebeca que saldría de “campamento” por dos semanas.

Mi nena al comienzo tenía mucha curiosidad al saber por qué su tía cedió tan rápido. De alguna forma, según lo que pudo entender, Verónica recibió un código y por alguna razón debía ir al banco. Rebeca algo tontita no asoció muy rápido el motivo, sin embargo, parecía que Victorino hizo pasar esto como que enviaba yo le enviaba un dinero a Vero para su manutención de Rebeca, además de pagar la cuota del campamento de mi niña.

¡Vaya bribón! Aprovechó a mi descuidada prima y su necesidad financiera para llevarse en bandeja de plata a Rebeca por dos semanas enteras… ¡Ni le preguntó a donde iría! Le bastó ver mis números de bancarios (producto de que como miembro del Club manejaba algunas de mis cuentas) para terminar cediendo a los pedidos de aquel extraño que la llamaba.

-Porsiacaso, “Becky”… ¿Qué más cosas traes en tu mochila? – pregunta Victorino de repente.

Mi nena había traído ropa en su mochila, pero dudaba que le alcanzara para las dos semanas. Sin embargo, el don le dijo que no había problemas, que a lo mucho llevara una mochila con algunas cosas.

-Solo un poco de ropa, papito…- responde mi niña.

-¿Y tu móvil nuevo?

-Sí, también… – asiente Rebeca, aunque sin caer en la cuenta que era el móvil que recibió del susodicho. Sin embargo, no parecía molesto por ello. Solo siguió manejando sin preguntar nada más.

Aunque la ruta fuera desconocida para Rebeca, sabía que se dirigían a la aclamada finca de Victorino. Aquella finca donde se concretaría el mayor trato que había hecho mi pequeña a sus 10 añitos.

Tras 30 minutos manejando, Victorino enrumbó su camioneta hacia la zona residencial pudiente de la ciudad, saliendo de la carretera principal para internarse a toda velocidad por la vía alterna. ¡Iban muy rápido!

Ingresaron por un pasaje descampado sin aceras peatonales, donde solamente había propiedades de monstruosa extensión. Todas ellas cercadas y acordonadas con avisos de propiedad privada.

Rebeca aguzó la vista porque le impresiono el cerco de la casa que rodeaban en su trayecto, donde el tipo disminuyó la velocidad llegando finalmente al portón principal que tenía la forma de un arco enorme y ostentoso.

Era un enorme portón que tenía un enrejado lujoso que separaba el ingreso a una extensa propiedad. De seguro, de las más extensas de aquella residencial acaudalada.

-¿Qué le parece el lugar, pequeña? – pregunta el tipo sacando un mando muy raro de la cajuela, presionando varios números para luego apuntarlo hacia el portón.

-Muy bonito, papito…-responde Rebeca curiosa por ver cómo funcionaba el coso.

-Pues adentro te va a gustar más…- responde Victorino sonriente.

Ingresaron con la camioneta por el portón que se cerró automáticamente tras su ingreso, para luego continuar por la vía que iba en dirección a lo que parecía casi un bosque inmenso, tal que mi nenita se quedó con la boca abierta al imaginarse que todo eso estaba dentro de los dominios del Victorino.

Nunca había visto tanto lujo en su corta vida. A sus 10 añitos era fácilmente impresionable y si bien la camioneta era lujosa, aquella propiedad inmensa con árboles rodeándola por doquier cual, si fuera un bosque perfectamente cuidado lo era mucho más. Había caminos de piedra finamente decorados y en los cuales podía ver a algunos trabajadores que se encargaban de la limpieza y el mantenimiento de la zona.

Tras cinco minutos manejando por aquella vía asfaltada entre los árboles, se estacionaron en lo que parecía una pequeña plaza pero que en realidad era el ingreso a la mansión que se erigía frente a ella. Había una pileta justo al medio de aquella entrada, pero además a su alrededor parecía montada lo que era una gran feria… ¡Increíble!

Varios puestos de atracciones con animadores en ellos, payasos repartiendo globos, animales con botargas saludando, y sobre todo una enorme cantidad de niñ@s de maso menos su edad que esperaban frente a ellos. Mi niña aguzó la vista y pudo distinguir a varias caras conocidas entre ellos.

-¡Rebeca! – escucha de pronto una voz a un costado suyo. Mi nena giró aturdida hasta de donde provenía esa voz que la llamaba.

-¡Silvia! – exclama mi niña totalmente sorprendida al poder ver a su amiguita del orfanato.

¡Y allí estaba ella! ¡y no era la única! Una vez cayó en la cuenta, Rebeca recordó los rostros de varios de sus compañeritos del orfanato que ahora la rodeaban sonrientes cual si mi nena se tratara de alguna atracción.

Hasta hace un momento, mientras se bajaba del auto, había distinguido a algunas mujeres adultas que pasaron por su lado llevando a más niños, pero ahora cayó en la cuenta de quienes era… ¡Las hermanas del orfanato!

Allí estaban, aún ataviadas formalmente, pero sin su velo, algunas llamando la atención a los más revoltosos y otras mirando a mi niña que estaba tomada aún de una mano por Victorino que la conducía mientras ella era un mar de confusión.

-¡Muy bien, niñ@s! ¡Ya Rebeca ha llegado así que podemos comenzar con la fiesta! – exclama Victorino de pronto cambiando su vulgar hablar con mi nena por el del típico adulto que sabe ocultar sus depravaciones bajo una máscara pública.

¡Vítores infantiles! Cual, si fuera una manada, todos los niños fueron directo hacia los juegos y atracciones, algunos regañados con ímpetu por las hermanas para no generar tanto desorden. Parecía que el vejete lo había planeado bien y era necesaria la llegada de mi nenita para comenzar todo el festín.

-¿Por qué no aprovechas para pasártelo bien, eh Rebeca?- le susurra Victorino al oído, justo antes de ponerse a conversar con una de las hermanas.

Mi nenita se quedó extrañada un momento por todo lo que sucedía, sin embargo, recordó que ella estaba aquí para seguirle el juego a Victorino… ¡Costara lo que costara!

Rebeca se paseó junto a Silvia y una pareja de hermanitos de su edad por todos los juegos y atracciones, y con el pasar de las horas se fue adaptando sin querer a toda la situación. Aquellos juegos, risas y atracciones le hicieron recordar los pocos buenos momentos que pasó en el orfanato, cuando las monjas no eran malas con ella o sus días con su amiguita Silvia.

Sin embargo, por momentos le parecía medio sospechoso todo ello. Por alguna razón Victorino los había traído y había organizado toda una fiesta para ella. ¿Porqué? ¿Estaba buscando congraciarse con ella? ¿Con que motivo? Si finalmente ella había accedido a sus lujuriosos pedidos…

Fue hasta entrada la tarde, que Rebeca no volvió a tener más pistas de lo sucedido cuando el vejete volvió a tomar contacto con ella.

-¡Vaya sorpresa! ¿Por qué pones esa cara Rebeca? ¡Pensé que te lo estabas pasando bien! – susurra Victorino cuando se acercó un instante a mi niña, aprovechando que Silvia fue al baño.

Rebeca volteó con algo de recelo, pero luego recordó que estaba interpretando a “Becky”. Debía mostrarse muy atenta con su interlocutor.

-¡Me lo estoy pasando bien, papito! – sonríe mi nena esbozando una sonrisa medio falsa, intentando volver al modo “Becky”.

-Jeje… Perfecto, pequeña…- contesta el tipo mirando alrededor y a como las hermanas y los otros niños estaban entretenidos en las atracciones antes de volver a susurrarle a Rebeca-… ya en serio, pequeña “Becky”, por hoy día relájese y páseselo bien con sus amiguitos que esta fiesta no es nada barata, ¡eh! Jejeje…

-¿Cómo trajiste a Silvia y a los demás, papito? – pregunta mi nena.

-Pues fácil, por si no lo sabías pequeña “Becky” yo arreglé todos los papeles de Arturo para que te adoptara…- revela del vejete con una sonrisa.

¡Información importantísima! Si bien yo había pedido ayuda a Oscar, él solo era el contacto con el Club y don Augusto quienes recurrían a otros abogados como Victorino para realizar sus triquiñuelas. Y en este caso, el tipo este había contribuido en todo ello, ya conociendo que mi nena era la “beneficiada”.

Esta revelación puso los pelos de punta a mi nena quien sintió como le recorría un escalofrío al recordar lo de su adopción y el orfanato.

-¡Usted… ¿no me va a devolver al orfanato?! – pregunta de pronto mi nena asustada saliéndose del papel de “Becky” ante el temor de que el tipejo hiciera algo.

Victorino la miró un instante antes de soltar una sonora carcajada…

-¡Claro que no, pequeña “Becky”!- le contesta por lo bajo. – Ya sé que piensas que en el orfanato te va a pasar algo muy malo, pero no temas. Por más que volvieras al orfanato, no te van a desaparecer o algo parecido…- revela el tipo para sorpresa de mi nenita y la mía que no creía como el tipo se deshacía de semejante carta de amenaza para con Rebeca.

¿Era mentira? ¿Su papito le había mentido con lo de volver al orfanato? ¿Por qué haría algo así? Se preguntaba mi nena algo tontita. ¿No la desaparecerían en el orfanato? Sin embargo, regresar no era algo que le agradara, aunque no hubiera tal amenaza, pero aun así…

Las palabras de Victorino seguían revoloteando en la cabecita confundida de Rebeca. No sabía si creerle o no al sujeto. Y más aún, lo que le revelaba contradecía todo lo que había creído hasta entonces…

¡El plan de su papito para irse del país! ¡El plan contra Victorino! ¡Su propio plan para destacar en el vóley y olvidarse de seguir con tía Vero! Todo comenzaba a ser materia de duda en su mente.

-No lo pienses tanto, pequeña “Becky”- le dice el vejete acariciándole el cabello a mi nena que sentía hervirle la cabeza por tanta confusión-…al final hablé con las monjas y no te van a enviar a ningún lado. De hecho, quise traerlas aquí para que veas que no te va a pasar nada y te relajes… Puedes pasártelo bien con tus amiguit@s…

Mi nena seguía desconfiada, sin embargo, aún más lo pensaba más le dolía la cabeza de contradicciones. No entendía la fiesta, pero había venido aquí como la “Becky” que quería Victorino para pasar dos semanas obedeciendo sus órdenes. Y si el tipo quería que se divirtiera… ¡eso haría!

¡Basta de seguir pensando! Al final si lograba pasar estas dos semanas, por fin sería libre.

-Por cierto, para las monjas y tus amiguitos les he dicho que soy el esposo de tu “abuelita”, así que sería algo así como tu abuelito, no te olvides por si te lo preguntan ¿de acuerdo? – le termina susurrando el vejete justo antes de irse cuando Silvia volvía de la mansión hacia el patio donde la esperaba mi nena.

Rebeca recordaba todo el asunto con su abuelita que ya no estaba y la dejó con Arturo así que pudo asociar rápidamente. Así que era así como el tipo se había presentado y había invitado a toda esa prole del orfanato…

Dicho y hecho, mi nena dejó de pensar en lo sucedido y se dedicó a pasárselo bien con sus amiguitos. Fue más aún su sorpresa cuando llegada la noche, aún no se habían ido y más aún, Victorino los dejó ingresar a la mansión hasta el Gran Salón, decorado perfectamente con candelabros en el techo de cristal y cuadros muy curiosos en las paredes.

-¡No olviden escoger sus bolsas para dormir! ¡Será un bonito campamento! – les anuncia Victorino repartiéndolas junto a las monjas para que los niños las pusieran sobre toda la sala enorme que ahora estaba sin amoblar para que cupieran todos. El piso era completamente alfombrado así que técnicamente parecía una pijamada más con todos los pequeños.

Fue así que dormitó en aquel campamento improvisado, mirando las estrellas al lado de Silvia cual si fuera un paseo de verano como muy rara vez las llevaban en el orfanato. Incluso se olvidó del temor inicial que tenía que Victorino intentara algo por la noche, al albergo de la oscuridad. Tan relajada estaba que no recordó estar alerta.

Más sorpresas le llegaron cuando al día siguiente desayunaron todos en su lujoso comedor donde se amontonaron con mi nena y Silvia a la cabeza disfrutando los manjares que prepararon los sirvientes de Victorino. Las enjundias no pararon y varios se atiborraban de pastelillos y dulces.

Victorino dijo que debían esperar en la sala mientras sus empleados preparaban todo en el patio principal, conteniendo la sorpresa que se llevarían todos. Cuando finalmente salieron, se encontraron con una nueva feria, sin embargo, esta era una de toboganes inflables, colchonetas y todo tipo de juegos distintos al día anterior.

¡La espera valió la pena! Mi nena no cabía de asombro porque Victorino estuviera haciendo todo esto por hacerle pasar un buen rato. Tan tontita e impresionable como era, mi nena iba olvidando poco a poco lo malvado que era, incluso justificando algunas cosas en su mente.

Sus dudas iniciales sobre el orfanato parecían desaparecer, más aún viendo cómo se comportaban las monjas y sus compañeros, adulándola y tratándola como si fuera la reina de la fiesta. El tipo jugaba muy bien con la mente de Rebeca, sabiéndola impresionable y vulnerable parecía querer ganarse su favor de cualquier forma.

El tercer día fue algo parecido, una nueva feria de pelotas hizo su llegada al patio. Cada día parecía de verbena y ya mi Rebeca a pesar de sus reticencias, gustaba de todo el asunto y celebración por ser la reina en aquel feudo del Victorino. El vejete no se apartaba de ella, incluso iba cada vez más separando a mi nena de Silvia, quien más pequeña que mi nena no podía subirse a todas las atracciones, en algunas Rebeca debía subir junto a algún adulto que terminaba siendo Victorino que con la venia de todos gustaba de cargar a mi nena en las atracciones.

Ya en el quinto día, Rebeca solo pasaba todo el rato con Victorino, cual si de verdad fuera su nieta y olvidándose de Silvia con quien solo se veía en la cena en el Gran Salón o a la hora de dormir todos en el campamento. A menudo hablaba con las monjas siempre al lado de Victorino quien las hizo parecer poco temibles de lo que recordaba mi nena, lo cual la hizo entrar en confianza y asentir a todo lo que contaba el vejete (quien se inventaba historias mientras acariciaba el cabello de mi nena en gesto cariñoso para demostrarles que realmente tenían una relación cercana).

Fue así que pasó una semana. Ya mi nena apenas salía a la nueva feria iba a todos lados con Victorino y se comportaba de verdad como lo hacía conmigo, con juegos y gestos cariñosos, sobre todo cuando este la complacía o la cargaba de un lado a otro. Como os conté antes, en su estado natural actuando de manera infantil mezclado con su lado “Becky”, era traviesa y divertida, aun cuando unos minutos después la provoques para despertar su lado más lujurioso, mi nenita te respondía con confianza sin molestarse. Sin embargo, Victorino no se aprovechar de ello… ¡Por ahora!

A Rebeca hubiera gustado tomar varias fotos con sus amiguitos del orfanato, sin embargo, el vejete le pidió su móvil justo antes de bajar de su camioneta el primer día. Rebeca muy sumisa no se opuso, sabiendo que el tipo era quien mandaba y ella solo debía seguirle el juego.

En uno de los últimos juegos del día, llegó un momento en el cual se mancharon con lasaña en una guerra de comida que organizaron en la merienda. Rebeca se manchó mucho igual y debía asearse.

Una de las criadas de Victorino ya muy mayor, le dijo amablemente que habían preparado un baño especial en el segundo piso. Que los del primer piso estaban llenos para asear a sus amiguitos.

Fue una sorpresa para Rebeca, ya que siempre se había bañado con las otras niñas en el primer piso y ayudadas por las monjas que apoyaban para no incordiar a Victorino y sus empleados. Corrió contenta subiendo hasta llegar a aquella puerta lujosa de caoba con picaporte metálico, tras la cual se encontraba su baño privado para ella solita.

¡Impresionante! Parecía una pequeña piscina, aunque fuera poco profunda como una bañera normal se notaba varios lujos, adornos por doquier y cuadros en las paredes con mayólicas finísimas. En cada extremo parecían haber regaderas, además de los afluentes que renovaban el agua constantemente dejándola muy tibia y agradable.

Rápidamente mi nenita se desvistió y una vez lo hizo, ella solita puso a encender las burbujas, ya que tenía experiencia con las bañeras… ¡Increíble que fuera un baño enorme para ella solita!

Dejando su ropa sucia en una cesta, mi nenita se sumergió en aquella piscina con jacuzzi que le hacía ilusión desde el momento en que se paró frente a ella. Nadó tranquilamente y en paz por varios minutos en silencio solo interrumpido por el afluente de agua que caía cual catarata.

La paz no fue eterna, porque cuando mi Rebeca completaba su décima carrera solitaria de un extremo al otro del jacuzzi, de pronto escuchó unos chapuzones de agua que provenían de un lado ciego que no había visto.

-¿Cómo está, mi culona? ¿Se divierte? – se escucha detrás de ella una voz gruesa y burlona.

Rebeca volteó inmediatamente hacia aquel extremo… Ante ella se erigía una figura más alta que ella, de piel arrugada y colorada, con el cabello muy canoso incluso en los vellos sobre su abdomen flácido. Victorino ingresa igualmente desnudo a aquel jacuzzi privado de mi niña.

Rebeca no tenía ni idea de donde había salido, porque por la puerta de donde ingresó no era. Sin embargo, recordó que al otro lado del jacuzzi había otra puerta que mi nenita no sabía a donde daba. De seguro había sido por allí.

Victorino ahora bajaba por los escalones del jacuzzi hasta sumergirse igual que mi nenita. Su piel arrugada exhibía algunas manchas sobre su abdomen muy velludo y grisáceo. A sus 60 años el tipo se notaba medianamente conservado para su edad.

-Te has divertido mucho esta semana, ¿eh, culona? – repite el tipo burlonamente acercándose hasta Rebeca. Era la primera vez en toda la semana que el tipo volvía a mostrarse tal cual era como un vejete acosador de las curvas de mi niña.

Rebeca se sorprendió al verlo repentinamente, incluso su expresión cambio a una de susto, pero fue por la sorpresa inicial. Luego, cuando comprendió de quien se trataba sus gestos cambiaron totalmente.

-¡Papiii!- saluda mi nena, metiéndose de lleno en su papel de “Becky”.

Rebeca nadó hasta donde se encontraba el vejete y se le abrazó cual si de verdad fuera su pequeña que ha esperado por reencontrarse con su papito. Y es que hoy el tipo se ausentó desde el almuerzo hasta muy entrada la noche.

-Jojo! dime, preciosa… ¿me extrañaste? – pregunta el tipo acariciando a mi nena disfrutando del contacto entre ambos cuerpos desnudos y sobre todo de la sedosa piel desnuda de Rebeca. Sus manos rápidamente descendían por aquel camino tan deseado entre la espaldita de mi niña hasta llegar a aquel rabo de mujer brilloso por la humedad.

-Siii… ¿Dónde estabas, papito? – pregunta mi nenita sonriendo dejando que el susodicho la manosee mientras ella siente como al pegarse con aquel arrugado ser, empieza a erguirse ante ella aquel miembro venoso y añejo que se interpone entre ambos seres.

-Tenía que encargarme de algunos asuntos, pero estaba esperando porque vinieras hasta aquí…- suelta el tipejo sin dejar de acariciar aquel culote de mujer en el cuerpo de una niña, apretando aquellas caderotas para sentir su turgencia.

¡TAZZZ!! ¡TAZZ!!! El tipejo de pronto nalgueó fuerte a Rebeca.

-Ayyy!! Jijij ¿En serio, papito? – pregunta Rebeca sintiendo las ínfulas del susodicho.

-¡Por supuesto, mi culona! ven, vamos a lavarnos…- le dice al mismo tiempo que vuelve a darle una fuerte nalgada a mi nenita.

Sin pensárselo, Rebeca se lanzó al agua del jacuzzi y cual sirena comenzó a deslizarse hasta donde llegaba el límite.

-Que rico jacuzzi, papi… ¡Mira, se puede nadar!- celebra mi niña estirándose y pataleando cierto tramo de espaldas a Victorino quien se ganó con todo el espectáculo de su culote navegando en la superficie mientras ella nadaba.

-Jojo! claro que sí, mi nalgona… Los mejores lujos para ti…- repite el tipejo admirando a aquel tierno ángel desnudo de 10 añitos.

Rebeca nadó un poco más, pataleando con la cola hacia arriba, revelando a la superficie su perfecto derriere de mujer que emergía sobre la espuma que generaba el jacuzzi…

¡Aquel delicioso culote! Empinado y perfectamente formado del tamaño de una adulta, pero insertado en el cuerpo de una niña, brillante por la humedad y antojable para el vejete que lo admiraba muy atento. Rebeca al volver nadando se echó ahora de espaldas para nadar hacia atrás…

¡Línea bendita! Ahora hizo su aparición aquella sensual, lampiña y rosadita rajita que provoca en todo hombre un instinto primitivo de gastar toda la saliva en lengüetazos e internar tu lengua entre sus labios de princesa.

Los movimientos de mi nena no eran casualidad. Rebeca nadaba divertida, pero sabía que el vejete se la comía con la mirada. De hecho, mi nenita ya en confianza gustaba de provocarte sabiéndose una despampanante modelo tan deseada por machos adultos.

Recordemos que mi niña llevaba ya varios días en abstinencia, sumados a la semana desde que llegó a la finca de Victorino y no había tenido privacidad para satisfacerse a solas. No pudo ni tocarse por lo concentrada que estaba con Silvia y sus amiguitas. Ahora vuelta a la realidad, andaba cachondísima por una nueva oportunidad de un “encuentro” con un maduro que la deseaba carnalmente… ¡Aun cuando este fuera Victorino!

La táctica del tipejo parecía funcionar. No solo por traer a mi niña a su finca y hacerla disfrutar de las ferias con sus amiguitas y todo lo otro, sino también por mantenerla ansiosa y en modo “Becky”, actuando ambos como abuelo y nieta todo el tiempo, o como el deseaba: como “papa” e “hija” de mis videos con ella.

Ahora Rebeca cachonda lo estaba engatusando nadando desnuda, contorneándose a más no poder ensalzando sus formas de mujer, sabiendo que la bestia devoradora de niñas andaba hambriento de ella, y por su parte no deseaba amainar los bríos del sujeto… ¡Por fin sus intereses coincidían!

-A ver, subámosla aquí, pequeña “Becky”- suelta Victorino levantándose al fin de su lado, yendo hasta donde Rebeca y cargándola para colocarla sentada sobre uno de los bordes del jacuzzi.

Rebeca se abrió de piernas, intuyendo lo que intentaba el susodicho. Inmediatamente Victorino internó su rostro en aquella panochita tan deseada por innumerables adultos.

-Mmmm!! Mmmmm!!

-Ahhh…Ummmmmm!!…- murmura fuerte mi niña al tener aquella lengua viperina explorando sus tiernos labios rosaditos, sintiendo que casi llegaba hasta su clítoris.

¡Delirio total! Rebeca observaba cachondísima, mientras el vejete que tanto rechazó y del cual había buscado escaparse ahora se le metía entre sus piernas, lamiendo su chuchita como si se le fuera la vida en ello.

¡Y esto solo era el comienzo! Antes ya habían llegado hasta ese punto cuando le comió la chuchita en la tienda, pero hoy… ¡hoy esto solo era el preludio de la mayor locura que estaba por suceder!

-Mmmm!! Como extrañé este sabor, mi culona… ¡Joder!

-Ummm… aaaa…ummm…- resoplaba Rebeca viendo como el don jugueteaba con su lengua.

-Ufff… ¿extrañaste mi lengua, nalgona?

-Siii… siii don…, digo, siii papito… Ahhhhhh…- gimió mi niña casi como liberándose de tanta tensión sexual acumulada por la abstinencia ¡Volvían a comerle la cuquita!

-Mmmm!! ¡Joder!! ¡Que sabrosa rajita tienes!!

-Ahhh… ummmm… Sí, papito, sigue lamiendo mi cuquita… ¡Ummm!!

-Por supuesto, mi culona… Mmmm!!

-Ahhhhhh… Ummmmmm!!

Sin poder evitarlo, Rebeca volvió a cerrar las piernas aprisionando la cabeza del sujeto, fijando la posición donde le estaba dando harto placer a su cuquita. El don lejos de detenerse, acarició fuertemente las enormes caderas de mi niña mientras seguía devorando su coñito lampiño.

-¡Mmmm! ¡Mmmmmm!

-Ahh… Siii… Papitoooo. Ummmm!! – gemía mi nena estirando sus manitas buscando de donde sujetarse ante los bríos del vejete que seguía empujándola hacia atrás mientras le comía la concha.

Victorino no paraba de darle chupetones a su rajita, poco a poco con cada absorbida que le daba la llevaba a la locura, haciéndole fallar las piernas y casi haciendo que se cayera hacia el piso del borde del jacuzzi.

-Cuidado, mi culona… Ahora… vamos a lamer bien esta pepita… ¡Mmmmmm!!

-Ahhh… sí, papito… Ahhhhhhhhhhhhhhhh!!

¡Ahora se la devoró enterita! Pasando su lengua por todo su clítoris, deteniéndose en su pepita y chupándola muy suavecito y lento.

-Ahhhhhh… Ummm!!! – gime mi nena volviendo a abrazarlo con sus piernitas mientras Victorino estaba vez la obligó a que se echara sobre el suelo del borde superior mientras el seguía dentro del jacuzzi con las enormes piernas de mi niña al hombro.

Rebeca jadeaba sin esperar que el vejete que tanto odiaba ahora le esté dando una comida de coño tremenda. Ya sabía que cada adulto tenía su técnica distinta de como jugueteaban con sus labios vaginales, pero al parecer esto se potenciaba cuando mi niña se dejaba llevar sin preocuparse por chantajes u otras tonterías… ¡Nuevamente el sexo consentido atacaba a mi nenita!

Por su lado, Victorino iba a por más y lamía con increíble desesperación toda la rajita de Rebeca, aprovechándose de por fin verla a su merced tanto física como mentalmente. La tenía temblando súper extasiada y medio doblada, sin darle tregua al tratamiento de lengua comiéndole ahora el coño con movimientos mucho más intensos y constantes, aunque dándole a su pepita unas suaves lamidas.

Rebeca logró aguantar estoicamente hasta que de pronto llegaron aquellas absorbidas de su coño súper fuertes, que la ponían loquita de placer.

-Slrrppppp!! Slurrpppppp!!

-Ahhhhhhhhhh!!… mi rajitaaaaaaaa!!

-Slrrppppp!! Mmmm!! Slurrpppppp!!

-Ahhhhhhhhhh!!… Siiii!!! Ummmmmm!!

¡Increíble! Se notaba que el vejete había visto los videos de Rebeca y sus amantes, de otra forma no se hubiera esperado que el tipo copiase los movimientos que le daban más placer.

Rebeca seguía echadita buscando sujetarse de donde no podía para soportar aquel ataque a su clítoris, mientras seguía amarrando con sus piernas a Victorino que no cesaba el avance de sus sorbidas

-Ahhhh!!…. Siiii!! Que rico… Ahhhh!! Mi rajitaaa!! Ahhhh!!

-Slrrppppp!! Brrrr!! Slurrpppppp!!

-Siiii!! Ahhhh!! Ummmm!!! UMMMM!!

-Brrrrrr!!! Slurpppp!! SLURPPPPP!!!

Tras varias bocanadas en su botoncito, Rebeca ya estaba desfalleciendo en gemidos y moviendo su pelvis aplastándole la cara a Victorino contra su coñito, intentando disfrutar al máximo del inusitado placer que le daba aquel maduro que la reclamaba…

-Ahhhhhhhh!!! Siiiii!!! ¡Que ricoooo!! – grita mi niña a pleno pulmón, dejándose llevar por Afrodita quien dio venia para que mi niña se corriera copiosamente.

Al parecer el sujeto lo notó, porque acto seguido bajó la cabeza hasta la apertura de sus labios, y tragó todo lo que le salía, dándole un gustazo a mi niña a quien le encanta que sus amantes devoren sus juguitos… ¡Tremenda recompensa para el afortunado de turno!

Mi pobre niña no puede más y moviéndose endiabladamente de arriba abajo sobre la cara del sujeto, da unas sacudidas con cada convulsión hasta quedarse satisfecha…

¡Sin embargo el don aún no estaba satisfecho! La tomó nuevamente de sus piernas a mi nenita jalándola más hacia el jacuzzi donde se encontraba y volteándola hacia él.

-Póngase de lado “Becky”, ya quiero limpiarte aquí también… ¡Ufff!- bufa Victorino al mismo tiempo que maniata a Rebeca para que se pusiera de espaldas y apoyada sobre el borde del jacuzzi.

Estaba con medio cuerpo dentro del agua y del abdomen para arriba fuera, quedando totalmente en pompa hacia el vejete que permanecía dentro y la sujetaba de sus tremendas caderotas de mujer.

Mi niña miró hacia atrás solo para contemplar como el sujeto le abría de par en par sus nalgotas revelando su hoyito a la vista. Aquel hoyito o mejor dicho ojete que el tipejo ansiaba por profanar y unirse a la exclusiva lista de adultos que tuvieron tal dicha.

Acto seguido, Victorino no dudó en meter su cara muy adentro de aquellas exuberantes carnes de mujer, ahogándose entre ellas con tremendo deleite ¡Iba a por todas!

-Mmmmmmm!!!- soltó extasiado el susodicho pasando su lengua por aquel deseado canal.

-Ahhhhhhh… Ummm… UMMMMMM!!- Rebeca gimió al sentir aquella lengua rasposa.

-Mmmm!! Mmm!!! Wooo!!!- bufo el tipo presionando en el hoyito de mi nenita.

-Ahh… Uhhhh… Ummmm!!

-Ufff..! Muy bien, culona… ¡Mmmm!! ¡Qué bien te va a entrar!

-Siii, papito… que rico…. Ummm… ¡UMMMMM!!- gime mi niña sin contenerse ya. Era tremendamente liberador sentir como bailaba aquella lengua en su agujerito, queriendo darle una comida de cola espectacular.

El vejete lamía copiosamente todo el canal de mi niña, deslizando su lengua desde su ano hasta su rajita, sin necesidad de lubricante o algo parecido… ¡Tremendas lamidas que desatabas pasiones en una tierna niña de 10 añitos!

-Ummm!!! Uhuhuhu…Ummm!!!- murmura mi nena al ver como el susodicho seguía comiéndole la cola, completamente fuera de sí.

-Fuuuff!!! ¿Tanto lo deseabas, culona?? Ohhh!! – exhala el tipo tomándola de sus nalgotas al mismo tiempo que le da unas fuertes nalgadas – ¡No puedes estar una semana sin garchar, eh! Ufff!!

¡TAZZZ! ¡TAZZ!!!

-Ayy! Siii!! Si, papito… Ummm…

-Uff..!! ¡Joder! ¡Fue buena idea tenerte esperando… Ufff!! – suelta el tipejo sobando el culazo de mi nena mientras hace presión con su lengua viperina buscando internarse directamente en su esfínter.

-Ahhhh!! Ummm… ¡Tu lengua, papitoooo! Ummmm… ¡SIIII!! – chilla Rebeca cachondísima.

-¡Que sabrosa estás, culona! ¡Cuánto espere por este día! – grita entusiasmado el tipejo hundiendo su lengua en aquel orificio bendito sin dejar de sobar con espuma todo el culazo de mi niña.

Aquella jabonada completa a Rebeca que seguía apoyadita casi echada contra el borde del jacuzzi duraba lo que le diera en gana al vejete. Arrinconada como estaba a mi niña solo le quedaba dejarse llevar por el mar de sensaciones que la embargaban y la hacían gemir cada vez más fuerte.

¡TAZZZ! ¡TAZZZ!

-Ummm!!! Ummm!!! Siii!!! ¡AYY!- gime mi pequeña al sentir que aquella lengua invadía de su hoyito, arrancándole gemidos y temblores, pero que también le quedaban rojas sus nalgotas por las continuas nalgadas.

Fue entonces el pervertido hombre sin dejar de darle lengua por el culo, comenzó ahora a introducir uno de sus dedos.

-UMMM!! Ahhh!! Ahhh!!

-BLIUGRHHHH!! ¿Por aquí te gusta, nalgona? Bffffmmm!!

-Ahhh!! Sii… Ummm!!! ¡Sí, Papito!! Ummmm!! Ummm…

-¡Ok, pequeña “Becky”… Brrrmmmm!!

-AHHHH!!! Ummm!! Sí… ahiii… Ummm!!

Mi niña murmuraba fortísimo ante cada lamida y ahora ante cada dedo que se introducía dentro de ella. Era delicioso sentir que la abrían como preparación a lo que iba a guardar dentro de su deseado esfínter.

Sin pensárselo dos veces, el tipo ahora la giró de lado haciendo que mi nena se pusiera de costado levantando una pierna y Victorino la jaló para sí. De esa forma, comenzó a darle lamidas continuas a su chuchita mientras seguía introduciendo dedos en su culote de mujer… ¡Doble ataque!

-BRRRRMMM!! Joder!! – gritó el susodicho sacudiendo sus dedos antes de la siguiente bocanada.

-Ahhh… UUMMMMM!! ¡Siiiii, papitoooo!! Ahhh!! – chilla Rebeca ante el tratamiento doble que recibía en ambos orificios que eran dilatados hábilmente por el tipejo que se graduaba de experto catador de carajitas.

Y es que poder disfrutar de los placeres carnales junto a mi Rebeca debe ser la mayor experiencia posible para todo amante de las más pequeñas y más nalgonas que existen. Ella tan hermosa y pequeñita con un culote de ensueño, entregándose a un maduro y canoso que le sextuplica la edad… ¡Vaya escena desgarradora!

-BRRRRMMMMMMMMMMM!!

-Ahhhh!! Que ricooo… Umm….

-BRRRRMM!! Disfrute, mi culona “Becky”… Uff… porque luego le toca portarse muy bien… ¡BRRMMM!!…

-Ahhhhh!! Siii,, siii papitooo… yo me porto bien… Ahhhh!!

Rebeca no cabía en éxtasis impresionada por la hábil técnica del vejete que, pese a sus dedos arrugados por la vejez y la humedad, aun así lograban su cometido de ponerla a gemir como loquita.

Mi niña era gritoncita en la cama y eso lo estaba comprobando el afortunado vejete.

-BRRMMM!! Joder!! ¡Como aguantas, culona hija de puta! Joder!! BRRMMM!!

-Ahhhh!! Siii… que rico, papito!!

-Joder!! ¡Si así te ibas a poner hubieras sido más fácil, culona!! BRRMMM!!

-Ahhh!! Ummm!! Siii!!

-UFFF!! Mírese nomás, culona “Becky”… gimiendo y gritando como toda una puta ¡Joder!

-Ahhhh!! Si papitoo!! Siii!!

¡Impresionante! En modo Becky, mi niña no le importaba ser insultada como lo eran sus actrices idolas en las pornos. Al contrario, eso le encantaba porque la hacía sentirse al mismo nivel que ellas.

-¡Pues bien, culona! BRRMMMM!! ¡Yo la trataré como la puta zorra de 10 años que quiere ser!!

-UMMM!! Siiii!! ¡Si, papito!!! ¡Que ricoooo!!

Sus gemidos iban en aumento en aquel baño jacuzzi donde ambos amantes con sus cuerpos húmedos recreaban la danza previa a la mayor locura que se podía producir en aquellas cuatro paredes. El vejete no cesaba y mi niña ya casi estaba en su límite…

-UFFF!! BRMMMMM!!

-Ahhh… UUMMMMM!! AHHHHHHHHH!!!!

¡No pudo más! La catarata orgásmica esta vez fue colosal e imposible de contener por mi delicada nenita de 10 añitos. Sus orificios estimulados hasta la cúspide hedónica finalmente propagaron el último disparo de placer que reventó la burbuja acumulada de éxtasis que terminó derramando el “rocío de Afrodita” y del cual Victorino supo volver a sorber cual macho copulador limpia a su pequeña hembra.

Rebeca aún temblaba por tan brutal desahogo… ¡Tremenda comida de culo y soplada de almeja le había dado el vejete! ¡Incluso al punto de arrancarle un orgasmo diferente al de otros adultos!

-Muy bien, culona… Ufff… ¿Le gustó? – pregunta el susodicho luego de que mi nena se calmara y volviera a parecer más cuerda.

-Si, papito… Que rico me lavaste mi colita…- contesta mi nena sonriendo, ya con menos revoluciones aunque jadeando por momentos. Aquel vejete la había dado un tratamiento completo, muy distinto a la de sus otros amantes. No sabría decir si mejor, pero las sensaciones fueron completamente distintas.

-Por supuesto, culona… ya vi los videos y sabía que te iba a gustar como la puta que sos…- contesta el vejete recostándose contra un murete del jacuzzi, con medio cuerpo bajo el agua y seguramente sentado en uno de los escalones que se usaban para salir.

Nuevamente la llamaba puta. Y si bien la connotación de la palabra podía molestarla en otras situaciones, justo en ese momento luego de haber recibido tremendas dosis de éxtasis, la misma tenía el efecto completamente opuesto.

La nalgona “Becky” se sabía una niña en celo, que si bien había venido a saldar las deudas de su papi y a garantizar su tranquilidad, eso no le impediría disfrutar de aquellos placeres vedados para su edad. Justo ahora, tenía la oportunidad de seguir explorando su sexualidad como le venía en gana, gozando de nuevas sensaciones y por supuesto de nuevos amantes adultos.

Con la mente puesta en esta nueva oportunidad y hasta arriba en cachondez, Rebeca ingresó al jacuzzi nuevamente sumergiéndose completamente hasta emerger justo delante del vejete Victorino que reposaba en uno de los bordes. Sin previo aviso, mi niña comenzó a palpar por debajo del agua aquel vergudo que se mostraba completamente erecto y listo para la batalla.

Victorino sonrío ante la osadía de mi nenita que comenzó a masturbarlo sonriente, observando como la pija ya pelada palpitaba al contacto con la nenita de 10 añitos.

-Muy bien, culona… ¡Ufff!… ¡JJODER! … Usted ya sabe lo que le toca… ¡JUAJUA! -suelta su típica carcajada burlona Victorino, cual gesto triunfante del bendecido villano que está a punto de conquistar sus planes.

-Sí, papito… Tu palo ya está bien grande…- le dice Rebeca sin dejar de masturbarlo.

-Ya he esperado mucho porque entregues ese rabo, culona “Becky”… ¡Venga de una vez! – grita el vejete desesperado queriendo tomarla del brazo para encularla.

-¡Espera, papito! Yo puedo solita…- lo calma mi niña haciendo que se quede sentado en su lugar.

-¡Que dice, culona…!- exclama ya fuera de sí el vejete quien debió creer que ya habiéndola dilatado y todo, había hecho el trabajo suficiente para gozarla de una buena vez.

-¡Déjame a mí solita, papito! Yo me muevo muy rico para ti, papito… ¡Te lo prometo! – le dice mi nena con su vocecita de ángel que nos vuelve locos a todos los hombres que la hemos escuchado previos a experimentar semejante placer.

El vejete resoplaba moviendo su bigote y ensanchando su barriga con cada respiración, eran tantas las ínfulas que tenía por cogerse a mi niña. De seguro estaba como loco por las ganas de follarse brutalmente aquel culote, pero por otro lado también debían estar sus ganas de gozar de aquella nalgona “Becky” moviéndose solita para él… ¡Difícil encrucijada!

-¡JODER! Pero culona, yo quiero joderte ese rabo bien grande que tienes… ¡Ufff!!- bufa colérico el sujeto estirando una mano como garra para amasar el tremendo culazo de Rebeca.

-Puedes tocar mi colita y darle palmadas, papito…- lo calma Rebeca sonriente en modo “Becky”, al escuchar al sujeto casi al borde de la locura por gozarla.

Mi nenita hacía esto en parte porque los tipos siempre le iban fuerte ansiosos por encularla, aun cuando esto significara un inicio brusco para ella.

Victorino seguía resoplando entre la duda y la locura por continuar inmediatamente la faena que había esperado por tantos y tantos meses.

¡TAZZZZ! ¡TAZZZ! De pronto el vejete nalgueó fortísimo a mi nenita.

-¡Ayyy!! Papitooo…- gimió cachondísima Rebeca a quien cualquier contacto pecaminoso ya la tenía a tope por continuar con aquella locura inminente.

-Pues dele, culona “Becky”, pórtese muy bien como usted sabe…- resopla Victorino recostándose hacia el murete del jacuzzi, otorgándole a Rebeca la iniciativa en esta nueva refriega sexual.

¡Joder! Mi nenita lo tenía dominado solo con su magistral culote y la posibilidad de recibir las mejores atenciones que la nalgona “Becky” tenía en su repertorio.

-Oki, papito… Quédate tranquilo y disfruta…- suelta Rebeca con su vocecita, cual experimentada en estas artes carnales a sus apenas 10 añitos.

Rebeca había aprendido a cómo manejar este inicio brusco del que les hablé, para que de esa forma se le hiciera más llevable y poder llegar más rápido a su éxtasis… ¡La nalgona “Becky” sabía sus trucos!

Hábilmente se colocó de espaldas al vejete que reanudó sus resoplidos (de seguro enajenado por tener aquel culote tan cerca de él) al mismo tiempo que comenzó a guiar con una manita su despampanante culote, mientras con la otra tomaba la verga del vejete debajo del agua.

Mi niña resopló también muy caliente cuando sintió que la punta de aquel vergudo hizo contacto con la entrada de su ojete bien dilatado… ¡Las puertas del paraíso terrenal recibían la llegada de un nuevo visitante!

-Ahhhhh!! Ummm…- Rebeca no pudo evitar soltar un gemido de desahogo cuando aquel pollón comenzó a abrirse paso por su esfínter.

-Uffff!! ¡AL FIN, MI NALGONA… JODER… HOOO!!- exhala el tipejo claramente en desvaríos al sentir como la punta de su añejo falo por fin ingresaba a los campos elíseos del placer máximo.

Ya Victorino había sentido el interior de mi niña cuando se la cogió en una tienda, pero había sido con el condón todo cubierto y aquella sensación para nada se comparaba con lo que estaba a punto de experimentar… ¡Cogerse a pelo el culote de mi nena era otro nivel!

Mientras tanto, Rebeca manejaba muy bien la inminente penetración a su culote, graduando la posición y esperando que el ajuste se diera preciso antes de dejarse llevar por la gravedad y caerle con todo el peso de sus nalgotas sobre el vejete.

-¡SIII!! No te muevas, papito… Uuuumm… Ya te dije que puedo solita… Ummm…

Rebeca sentía bailarle aquella pija conocida que invadía con la punta su interior mientras ella solita cargaba su culote para guiarlo. Le palpitaba descontrolada al igual que su dueño, buscando dilatar más aún a la nalgona niña que tan chiquita ella contaba con más experiencia que varias adultas.

-WOOO!! Por fin, mi culona “Becky”… ¡Joder! Bufff!!- desvariaba el sujeto mirando al techo evidentemente experimentando el mayor placer de toda su vida.

-Ummm!! Siii!! ¡No te muevas, papitooo!! AYYY!! AHHHHH!!- soltó mi Rebeca un gemido liberador justo cuando dejo caer su tremendo culazo sobre la entrepierna del afortunado vejete que finalmente la invadía por completo.

-¡WOOOO!! ¡PORFIN! ¡PORFIN, CULONA HIJA DE PUTA! BUUUUFF!!

¡EL ACABOSE! Finalmente se cumplía la profecía prometida, finalmente el vejete Victorino cumplía su cometido soñado, finalmente mi Rebeca sentía aquella pija dentro de ella reclamando el interior de todo su esfínter bendito que otorga indescriptibles placeres a todos los adultos que han tenido la dicha de experimentar.

-AYYYY!! UUHHHH!! ¡Cuidado papitooooo!! Ummmm!!

-Wooooo!!! ¡JODER, CULONAAA!! FUUUUFF!! – bufa triunfante el vejete con los ojos casi desorbitados por el placer prohibido que inundaba todo su cuerpo.

-Ummm… AHHHHHHH!!! – chilla Rebeca cuando siente como aquel viejo pero voraz miembro palpitaba dentro de sus dominios, ansioso por sentir la calidez y resguardo de tan deseado esfínter.

Tanto había pasado para tan esperado suceso, tanto se había resistido Rebeca para evadir aquel ineludible acto, tantas tretas desplegó el lujurioso Victorino, y tantas veces mi nenita había eludido cada una de ellas… ¡hasta hoy!

¡Hoy! ¡Finalmente hoy! Después de innumerables páginas, tras innumerables preparativos, al fin, al fin se daba el tan deseado momento que mi nenita jamás se pensó que la tendría también al límite de cachondez por desear aquella verga del vejete dentro de ella.

Finalmente, la “nalgona Becky” les daba a ambos amantes lo que querían. Finalmente, ambos podían gozar de las mieles de tan sublime acto carnal, envidia de tanto otros adultos que miran pasar a mi Rebeca sin saber quién será el afortunado que goce de aquellas formas de mujer en tan pequeño cuerpecito de niña.

-Wooooo!! Ufff!!! Hooo!!!

-AYYY!! Ayyy!! Ahhhhhhh!!

-CULONAAAA!! UFFFF!! Joooo!!

-Ahhhhh!! Papitoooo!! Ayyyy!! Ummm!!

La verga del susodicho no parecía querer darle tregua a mi nenita y siguió expandiendo su interior al igual que cuando solo tenía metida la punta. Cada pálpito era otra corriente de espasmos por todo el cuerpo de mi niña que aguantaba estoicamente a que se le asentara bien aquel miembro.

-¡JODER, culona!!! ¡Todo valió la pena! ¡Este culote ha valido toda la maldita pena del mundo! ¡JODER! ¡FUUFFF!! – bufa Victorino fuera de sí, completamente desparramado contra la pared del jacuzzi con los brazos extendidos por el enorme placer que experimenta en estos precisos instantes.

Permanecieron así pegados mientras Rebeca seguía asentándose bien aquel pitote, sin moverse mucho, pero amainando cada vez más aquellos temblores que la descolocaban. Tras un rato, medio que pareció controlarlos por lo que aprovechó para mover un poco su culote.

-AHHHH!! Uhhhh!!- resopla mi nenita volviendo a levantar su culote con sus manitas.

-BUUUFFFF!!! Hooooooo… Joder!!!- reacciona Victorino también amasando aquellas carnes.

¡TAZZZZ! ¡TAZZZZ! De pronto el susodicho volvió a darle una nalgada doble fortísima a mi nena que la hizo chillar:

-AYYYYY!!! ¡Todavía no te muevas, papito!! AHH!!! – gime mi niña guiando su propio culazo de forma que le encajara mejor el vergudo que parecía volver a palpitar descontrolado dentro de ella.

-FUUUFFF!! ¡Es que estas bien buena, hija de putaa… AAAAA!! ¡Que apretada estás, JODER!! – delira el vejete enloquecido observando como Rebeca desaparece su falo dentro de aquel par de nalgotas divinas que hacían contacto con su pelvis… ¡Acojonante!

-Ummmm!! Ayy… No te muevas aún, papito… Ummm!!!- murmura mi niña cerrando sus ojitos por el esfuerzo de volver a acomodarse aquel falo.

-Ufff!! ¡Pero cómo me pides eso, mi culona “Becky”! Joooder!! Ohhhh!!

-Ahhhh!! Yo también siento rico, papitooo…. Ahhh…

-Wooooo!! Culonaaa… Que rico me aprietas… ¡Joder!! Uffff!!

-UMMM!! Ayy… Papitoo… con calma papitoo… no te muevas y yo luego me muevo ricooo….

-UFFF!!! Ok, mi culona… hazlo como tú sabes… ¡JODER! Hooo!!!

Dicho esto, Rebeca comenzó a levantar su tremendo culazo, casi sacándolo del agua y sacándose también un poco de aquella pija que parecía ya también parte de su interior.

¡Que cachondez tenía mi niña! Sentir aquella verga justo en la entrada de su esfínter queriendo invadir nuevamente su interior era una sensación exquisita, delirante ¡en extremo extasiante!

Ya en ese punto el dolor de la penetración iba siendo consumido por el desquiciante placer de tener nuevamente aquel miembro palpitando dentro de ella, reclamando el rabo de mi niña como su propiedad.

Obedeciendo al instinto mucho más que la razón, Rebeca dejó caer su culazo de infarto, encomendando que la gravedad hiciera lo suyo y contribuyera al reingreso de aquella pija por su canal bendito que cualquier hombre desea recorrer.

-AAAAAAAHHHHHHHH!!!

-HOOOOOOOOOOO!! CULONAAAA!!!

Rebeca le pegó un tremendo culatazo al vejete que se tragó toda la polla de un tirón, haciendo salpicar agua del jacuzzi cuando sus nalgotas impactaron con la entrepierna de Victorino.

¡Que desahogo! ¡Que dicha! Mi nena podía sentir nuevamente como su esfínter se llenaba dilatándose y ofreciendo al penetrador total amplitud… ¡Nuevamente una pija conquistaba a placer y con facilidad el interior de su cola de ensueño!

-Uhhhhhhhhhhhhh…. Uhhh…

-JOOOO!! Uffffff!!! Que buena estas, hija de putaaa… Jodeeeer….

Rebeca aguantaba ahora sí los pálpitos del opresor fálico, regalándole al vejete Victorino aquel apriete desquiciante que solo un culote de ensueño como el de mi niña nos puede entregar.

Tal culatazo era necesario para que, a partir de ese momento mi nena se sintiera completamente capaz de aguantar sin problemas cualquier movimiento de aquella pija en su interior.

Rebeca giró la vista hacia atrás para mirar aquel punto de contacto donde sus perfectas nalgotas de mujer hacían contacto con la pelvis del sujeto que, aún alucinando de lujuria, se llevaba las manos a la cabeza resoplando de éxtasis al tener la fortuna de gozar de tan caderona niña.

De pronto, Rebeca aún empalada completamente por el susodicho, comenzó a mover su culote haciendo círculos bailando sobre aquella pija cual si fuera una licuadora para que así la verga del sujeto se adentrara en las profundidades de su culote.

-Woooo!! Fuuffffff!!! ¡Muy bien, culona!!! ¡Mueve ese rabo!!! Fuuuufff!! – bufa el tipo mirando al techo y luego hacia el culote de Rebeca que desaparece su verga entre aquellas nalgotas fabulosas que se balancean sobre su pelvis… ¡La imagen soñada!

-Ummm!!! Ahhh!!! ¿Te gusta que me mueva así, papito? Ummm!!- pregunta mi niña gimiendo cachondísima mientras giraba en círculos su despampanante culazo de mujer.

-Fuuu!!! ¡Por supuesto, culona!! Tienes un rabo espectacular, hija de puta!- le dice el tipo sobando las nalgotas de Rebeca que presiente que el tipejo volverá a nalguearla a la brevedad.

¡TAZZZZ! ¡TAZZZZ!

-AYYY!! ¡Que rico, papito!!

-¡JODER! ¡Como suenan estas nalgotas! UFFFF!!!

¡TAZZZZ! ¡TAZZZZ! Nuevamente dejaron más marcas rojas de manos como garras sobre las caderotas de mi nenita.

-AYYY!! Siii, papitooo…

-UFFF, muévete más culona… ¡JODER! Mueve ese tremendo rabo que te cargas… ¡UFFFF!!

Rebeca aumentó la frecuencia de sus giros en círculos, asentándose bien aquel pollón dentro de su esfínter y a mayor velocidad tal cual le pedía el tipejo que parecía al borde del frenesí.

¡Asombroso!, pensaba mi niña. La verga le entraba perfectamente y no le dolía para nada… ¡Todo era placer! ¡Todo era éxtasis! Finalmente, su estrategia de asentarse había funcionado y mi nenita disfrutaba de las artes carnales sin casi ningún dolor inicial producto de la penetración.

Ya fuera de todo recato, Rebeca optó por dejarse llevar y disfrutar de aquella refriega sexual entre un adulto y una niña… ¡La nalgona “Becky” estaba en su elemento!

-Ummm!!! Ahhh!! ¿Así quieres que mueva mi cola, papito? Ummm!!

-Fuuuufff!! ¡Sí, culona! ¡Wooo!!! ¡Te mueves perfecto! ¡JOODER! ¡Igualita a tus videos!! ¡FUUFFF! – resopla el tipo nuevamente desparramándose hacia atrás de tanto éxtasis.

-Ummm!! ¡Dime más cositas, papito!! Ummm!! – le suelta mi niña, a quien todo aquel palabrerío también le encantaba por recordarle a como follaban hablando y gimiendo sus idolas actrices porno con sus amantes… ¡La nalgona “Becky” adoraba que la halagaran por su culote!

-Fufffff!!! ¡No sabes cuantas pajas me hice viendo tus videos, culona! ¡Fufff!! ¡Cuando me cogía a tu amiguita del campamento solamente pensaba que fueras tú! – soltó Victorino con un resoplido.

¡Tremendas revelaciones! Aunque mi niña ya se imaginaba que su antigua amiguita Stella de seguro era un reemplazo ante los deseos incontrolables que le tenía a Rebeca.

-Ummmmm!! ¡Gracias, papitoo!! Ummm!! – moviéndose su derriere como una batidora, asentando perfectamente el pollón dentro de ella. Aquel último dato la llenó de gustito y un subidón a su ego como nalgona definitiva.

-Fuuufff!! ¡Y que bien te mueves, hija de puta… Fufff!!… Debe ser porque andas de putilla follándote a todos esos tipos con los que te atrapé… ¡Bellaca! ¡Fuuff!!

¡TAZZ! ¡TAAZZZZ!

-¡AYYYY!! Siiii, he practicado mucho, papitoo… Ummm!!

-Joder!! ¡Fuuuuff!! Se nota, culona… ¡Fuufff!!… Te metiste muy bien mi pija… ¡Fufff!!… y ahora también te mueves divino… ¡JODER!!!

Ya en su cachondez, mi nena recordaba lo sucedido hasta ese momento con el vejete Victorino. Todos los planes que había tramado el tipejo para gozarla, y ya en modo “Becky” deseaba alimentar su libido conociendo todos los detalles…

-Ummm!!! ¿Desde cuándo me grabaste, papito? ¡Ummm!!- pregunta Rebeca mientras seguía culeando en círculos a su penetrador. La danza coital era lenta pero exquisita, tal cual mi nena la mueve para que sintamos todo su interior sin restricciones… ¡Apoteósico!

-Fuuuff!! Desde que ese imbécil motociclista me amenazó, ¡culona!! Wooo!! ¡Qué bien te mueves, JODER!!

¡Desde ese momento!, pensó mi niña… Claro, le parecía demasiado bueno que el poderoso Victorino se echara para atrás con una simple amenaza tal cual había pasado con su profe Aquilino ¡Con razón!

En ese momento, se encendió una bombilla en la mente de Rebeca… ¡Una idea que podía añadir más gasolina a las llamas de la pasión!

-Ummm!!! Entonces papito ¿usaste tus contactos para espiarme?

-Fuuuufff!! Claro que sí, mi culona.. Gasté harto dinero en pagar a mis contactos y encontrar tus videos… Además de las cámaras y sobornar a uno de los dueños de tu edificio… ¡Wooo!!!

Tales palabras provocaron un enorme espasmo de placer en mi niña.

-AHHH!!! UMMM!!!! -murmuró Rebeca, totalmente salida, al imaginarse lo que decía el vejete. ¡Todo tenía sentido! Victorino siempre estuvo en cada paso, en cada rincón acechándola… ¡Fue demasiado ingenua al pensar que su culote se libraría tan fácil del tipo!

Mi pequeña se volvió loca de lujuria al imaginarse que aquel hombre había movido cielo y tierra, sin importarle hasta cometer delitos… ¡Todo para cogérsela!

-FUUUU!! JODERRR!! Culonaaaa… Fufff!!- resopla el tipo en el instante que mi nenita detiene sus movimientos en círculos sobre su pija.

-Ummmmm… ¿Papito, quieres que te salte como en mi video en la bañera? – pregunta Rebeca lanzándole una mirada provocadora, en clara señal de cachondez… ¡Atrevida, la nalgona “Becky”!

Al vejete le brillaron los ojos de lujuria extrema. Por supuesto que sabía a qué se refería mi niña.

-Sí, culona… Ufff!! ¡Salta bonito como en tu video!…

-Ummm.. Oki, papito… Ummmm….

Plap!!……Plap!!… Plap!…. Plap!!…. Plap!

De pronto mi nena comenzó a brincarle, dándole unos deliciosos sentones sobre su entrepierna, mientras se introducía aquel vergudo dentro de su esfínter tan deseado. El agua del jacuzzi salpicaba casi al ritmo de aquellos morbosos brincos sobre la pelvis del vejete.

-Ahhh…!! … ¿Así papito?!!… Ahhh!!

-OHHH!! ¡Así, culona… muy bien! FUUUUFF!

¡Pero Rebeca apenas empezaba! ¡Aún podía saltar más! A mi pequeña ya no le dolía su culote, y el interior de su esfínter era vía libre para el trayecto de la verga de Victorino que se deslizaba casi sin rugosidad gracias al agua jabonosa… ¡Vaya locura!

Acomodándose el cabello con la desfachatez propia de una adulta en plena faena sexual, Rebeca giró la vista hacia atrás para mirar aquel punto de contacto donde sus perfectas nalgotas de mujer hacían contacto con la pelvis del sujeto que resoplaba de éxtasis mientras hacía un esfuerzo por aguantar su corrida.

Plap!!……Plap!!… Plap!…. Plap!!…. Plap!

-Ummm!!…. Ahhh… Ummm!!… ¡No te muevas papito… Ahhh!!

-UFFFF!! … Sí, culona… ¡Con calma…Ohhh!!

¡Mi nena cabalgaba a paso firme! Suavecito, con calma… Metiendo y sacando aquel falo de su esfínter, que había osado pasearse por tan infantil canal como si fuera de su propiedad…

Plap!!……Plap!!… Plap!…. Se seguían escuchando los aplausos junto al ¡SPLASH! ¡SPLASH! ¡SPLASH! del chapoteo del agua del jacuzzi que presenciaba como único testigo de tan profana faena…

Mi Rebeca brincaba suavemente a su penetrador, sintiendo que con cada brinco que daba se acercaba a aquel bendito orgasmo anal del cual era adicta, queriendo también, deslechar al indómito ser que se granjeaba dentro de ella…

-Ahh!!…Ummm… Ahhh!!… Papitoooo… Ahhhh!!

-¡OHH… BUFFF!!… CULONAAAAA…. ¡Joder!!… ¡Que ricos saltitos das…!! Uff!!!

Rebeca podía sentirlo… Su esfínter no se resistía más al invasor, y el roce con su interior era cada vez más rápido con cada brinco que daba sobre el vejete…

Plap!!……Plap!!… Plap!!… ¡Que belleza escuchar esas palmaditas!

Mi niña saltaba y saltaba, lenta y pausadamente, pero no eran sus frenéticos saltos, fantasía máxima de todo adulto que se deleita con las majestuosas curvas de mi Rebeca, y logra tomar ventaja de su figura de mujer en el cuerpo de una niña… Aún se guardaba esa última arma…

Sin embargo, pese a no ser sus desquiciantes brincos, ¡todo parecía indicar que aquellos saltos serían suficientes para deslechar al depravado que no cabía en éxtasis!

Aquel sexagenario parecía a punto de unirse a esa otra selecta lista de afortunados que lograron depositar su descendencia dentro de los confines anales de mi caderona niña.

-¿Qué te parece, papito? UMMMM!! ¿Me muevo bien, papito? – repite mi niña sin dejar de brincar, sabiendo que con esas palabras lo volvía loco… ¡Que exquisito escuchar que la nenita nalgona te susurra cachondísima mientras implora tu aprobación!

-UFFFF!!! Ohhh… Sii… que rico te mueves, hija de puta… ¡JODER!… ¡UFFF!- suspira extasiado Victorino y casi con gallos en su voz por la falta de oxígeno. A pesar de no ser sus sentones brutales de mi niña, aquellos brincos bastaban para dejarlo sin aliento en su primer recorrido por aquel paraíso terrenal que era mi Rebeca.

-Ahhhh!! ¡Qué bien que lo disfrutes, papitoooo… UMMM!!!

-¡Ohh!! Siii, culona… Por supuesto que sí… Uffff… ¡Salta con tu culote hermoso, “Becky”… ¡Joder! WOOO!! – delira Victorino contemplando como mi nena no deja de brincar sobre su pelvis.

TAZZ!! TAZZ!! Sin pensárselo dos veces, el vejete volvió a palmear a la nalgona nena que siente aquellas manotas azotar su turgente culazo de mujer en el cuerpo de una niña.

-Ay!! Ayyy!!…. Jijiji…- ríe mi nena ante la doble nalgada que la pone más cachonda.

TAZZZ!! TAZZZ!! Victorino vuelve a sacarle buen sonido a la nalgona niña.

-Ayy!! Jijiji… Ummm!!-ríe nuevamente Rebeca contenta de ver a Victorino tan sometido a sus sentones.

-Uffff!!! Joooo!!!

-Ahhh!! Ummm!!! Ayyy!!! Mi colitaaa!! Ahhh!!!- gime mi Rebeca al mismo tiempo que comienza a sacudir un poco más su culote.

-WUUUFFFF! Culonaaa!! Culonaaa!!- repitió el tipo acercándose al rostro de mi niña cuando esta sin dejar de brincarlo hizo amanes de llamarlo.

– Ahhh!!! Papitooo… mi colitaaaa!! .- gime Rebeca al oído de Victorino con su vocecita de ángel, haciendo casi como un ASMR directo al oído, para excitarlo más aun…

¿Cómo resistir tan repentino ataque de la nalgona “Becky”? ¿Cómo no correrse a gusto dentro de ese exuberante culote?… ¡No faltaba mucho para que el depravado cayera!

-Hooo!!! Hooo!!! HOOOOOO!! -exhala de pronto Victorino casi sin poder aguantar más, presintiendo que su fin y el de mi niña estaba cerca.

-Ahhhh!! UMMM!! AHHHHH!! Ahhhhhh!!…- gime Rebeca aguantando su orgasmo casi obtenido justo para coincidir con el de su penetrador que se veía venir a una velocidad colosal.

-Hoooo!! UFFFF!! CULONAAAAAAAA!!

¡Hasta que por fin sucedió!

-¡AHHHHHH! PAPITOOOOOOO!! SIIIIII!!!

Tras una dura refriega entre ambos amantes, finalmente los campos elíseos del placer hedónico otorgaron las frutas prohibidas a ambos pecadores, esclavos de la carne y del placer coital que acaban de gozar en aquella incansable faena.

-HOOOOOOOO!!! BECKYYYYYYY!!! HOOOOOO!!!

¡Oh dicha tan negada y tan esquiva… hasta ahora! Victorino al fin experimentó en carne propia aquella enorme locura cuando sus gónadas liberaron sus viriles fluidos que recorrieron por los canales seminales hasta emerger triunfantes en chorros de copioso esperma que invadieron los intestinos de la escultural nalgona de 10 añitos.

-Ahhh…. Uuhhh….uhhh…

-JOOOODER!!! UFFFF!!!

El tipejo seguía en plena descarga. Con cada eyaculación, el sujeto era premiado con dosis de desbordante éxtasis por su osadía de acorralar a tan caderona niña, hasta el punto de finalmente plantar su bandera en ella. O mejor dicho, su pija dentro de ella.

Aletargado por los espasmos y la dicha, el sujeto no deja de seguir llenando los intestinos de su nalgona obsesión que finalmente descansa apoyada sobre él, con la pija de Victorino clavada mientras ambos se recuperan tras tan desbocada batalla….

Fueron algunos instantes de silencio entre ambos mientras Rebeca reposaba sobre él, aprovechando jalar algunas burbujas de jabón para lavarse a sí misma. Victorino acariciaba a mi nena cual si de verdad fuera su nietecita, gozando de la complicidad que ganaron en aquella semana.

Su vergudo cual bestia indómita comienza a recuperar fuerzas producto del contacto permanente con mi nenita, al punto de nuevamente ir a por todas con mi Rebeca.

Y es que tenerla para tu goce exclusivo a ni niña nalgona puede levantarte rápidamente del letargo… ¡Otro round se avecinaba cuando apenas había terminado el primero!

Sin dudarlo y como si fuera de su propiedad, la levanta y la coloca de lado, para acercar su pija a su entradita. Rebeca tiene que pararse sobre el fondo del jacuzzi apoyándose contra uno de los bordes.

-Ummm…- Rebeca permaneció en silencio mientras solo lo miraba como el susodicho balanceaba la punta de aquel pollón por la superficie de la grutita de mi nena, abriendo los pliegues de su entradita.

-Así estás bien, culona…- le dice el tipejo mientras se coloca una pierna de mi nenita sobre el hombro. La tenía pierna al hombro solo para penetrarla. – Ahora te toca recibir por aquí… ¡Juajua!

Rebeca aun recuperando fuerzas, le dejó al vejete que tomara la iniciativa. Simplemente se apoyó contra uno de los bordes del jacuzzi para no caerse, mientras sentía como aquel pollón ahora reanimado intentaba colarse por su cuquita celestial.

-..….. Umm…umm….- murmura mi nena procurando disfrutar el calorcito que vuelve a crecer en su cuerpito, abrió y cerró los ojos para sentir nuevamente las ganas por continuar con aquella esperada faena … ¡La diosa “Becky” estaba de vuelta!

Sabía que esto no terminaba ni hoy ni ahora, el vejete de seguro igual que su papito estaba dispuesto a darle con todo hasta desahogarse por completo…

¡Y eso le encantaba!… Ser la diosa, la diva que todos los adultos cometen locuras para disfrutarla… ¡no se cansaba de experimentar aquella sensación!

-Ufff… Joder, “Becky”… que buena cuquita tienes aquí…

-Ummm… Despacio, papito…- pide mi niña con su vocecita sintiendo como la punta de aquel miembro cabezudo se posicionaba en su entradita, reclamando el ingreso prohibido.

-Tranquila, culona… Uff… ábrase bien y prepárate…

-Ummm… Ahhhh…..- gime Rebeca al sentir bailarle la punta de aquella pija en su entradita. Se movía provocadora hacia mi nena, buscando el mejor ángulo para clavarse en su interior.

Así la tuvo unos instantes más Victorino, con los alientos de ambos volviéndose cada vez más ruidosos y agitados por las ganas de aquella inminente penetración.

-Ufffff… Ahí le va, culona… ¡Ohhhhhh!!- y exhalando como poseso, el tipejo comenzó la invasión de la preciosa grutita de mi niña que comenzó a abrirse groseramente.

-AAAAAAAAHHH!! –chilló fortísimo mi nena cerrando sus ojitos, sintiendo aquella pija incrustarse dentro de ella. Estaba apoyada al borde del jacuzzi con una manita, pero con la otra estaba sujeta al brazo de Victorino que la tenía con una pierna al hombro. Rebeca apretó el agarre, en un claro esfuerzo por soportar aquella intrusión a su lugar especial.

-Joder!! ¡Culona, Ufff!! ¡Que estrecha esta tu cuquita!… Joder… ¡Ufff!!

-UUHHH!! AHHHH!!- gimotea mi nena con los ojos llorosos. Y es que, si bien la verga del vejete era normal, aquella pose pierna al hombro hacía que mi nena tuviera que apretar bien al invasor que intentara penetrarla, pero a cambio, ¡el rango de penetración era superior!

Empezaba a pasar el dolor inicial y Rebeca nuevamente parecía en las nubes…. ¡Placer inaudito! …. Sentía como aquel pollón de adulto se adentraba bien en su vaginita de princesa, invadiendo cada cm2 de su lugar especial que era reclamado por aquel vejete sexagenario…

-Ahhhhhhh…. Umm… ummm…

-UFFFFF!!… que rica cuquitaaaa… Joder!! Ufff…- bufa Victorino dejándosela bien clavada para que asiente perfecto mientras Rebeca no dejaba de sentir como palpitaba aquel pollón.

¡Vaya que se la había dejado bien adentro de su grutita! Los ojitos de mi nena aún estaban llorosos por el esfuerzo y la mezcla de sensaciones que estaba experimentando.

-Ummm…. Aaaaahh…Papitoo… Mi rajitaaaa…- repetía Rebeca cachondísima soportando el dolor que ya casi se iba y cada vez más era reemplazado por placer.

-Ohhhh!! Que estrecha estás, “Becky” … ¡Ufff!! Y cómo me aprietas… ¡Joderrr!!- delira el tipejo teniéndola en pose de misionero enterrando su cabezudo que abría groseramente la vaginita de mi nena.

-Ummmm… que ricooo…- gime mi nenita, sonriendo de pronto aún con sus ojos llorosos pero abiertos para contemplar a Victorino encimándola. Podía sentir aquel falo palpitarle dentro de su vaginita, ensanchándola e imponiendo su grosor con total autoridad, y ahora veía a su amante sexagenario que compartía con ella en aquel jacuzzi sexual.

-Ufff… Joder, culona… ¿Te gusta que te coja por tu rajita? – pregunta Victorino acercando su rostro al de mi nenita que hizo un esfuerzo para no resbalarse mientras se apoyaba contra la pared.

-Ummm!! Siii papitooo!! Ahhh!! – gime Rebeca sonriendo sin importarle el aliento del vejete

-Ufff!! Hooo!! Mire bien, culona…. ¡Jojo! ¡Mire como me la cojo como si fuera una puta!… OHHH!!

Mi Rebeca descendió la vista solo para ver su rosácea vaginita abrirse groseramente ante el avance del tenaz invasor que reclamaba aquella grutita como su territorio…. ¡Acojonante escena!

-A que le gusta que le metan palo, ¿eh nalgona? – señala el tipejo mirándola fijamente mientras sonreía burlonamente.

-Siii…Ummm….. sí, papitoo… Me gusta tu palo en mi rajita… – suelta mi nena ya totalmente entregada a los placeres carnales que degustaba con su vejete acosador.

-Uffff!! Joder… Muy bien, pequeña “Becky”… ¡JODER!

-Ummm… aaaa… ¿se siente bien dentro de mi rajita? Ummm…

-Sí, culona…. Ufff…!! Estar dentro tuyo se siente riquísimo… ¡Ufff…!!

-Ummm!! Yo también siento rico en mi rajita, papito… ¡Ummm!!- murmura mi niña dejándose llevar por el placer que le infundía aquel miembro palpitante.

-Ufff…!! Ohhh!! Nalgona, ya le voy a dar como se merece a esta conchita tan sabrosa… ¡JODER!-le advierte el vejete de pronto tomando impulso para comenzar a moverse.

¡Ya era inevitable! Los preparativos estaban completamente listos para que ambos amantes volvieran a sumergir por aquel torbellino ardiente de pasiones que desembocaba en una desquiciante danza lujuriosa y repetitiva.

-¡UFFF! ¡Ufff! Wooo!!

¡Plof! ¡Plof! ¡Plof! Finalmente, Victorino comenzó a sacudirse teniendo a mi Rebeca con una pierna al hombro, impactando con su pelvis en toda la panochita mi dulce nenita.

-Uuuummm!! Ahhh!! Ayyy!!- gime Rebeca en respuesta cuando el sujeto empezó a entrar y salir de su vaginita, haciendo que torrentes de placer fluyan por el cuerpecito de mi princesa.

-Ummm!! Siii!! ¡Mi rajita! Ummm!!

-Uff!! Ufff!! Jooo!! Ufff!

-Ahhhh!! Siii!! Ahhh!!

El tipo se sacudía cada vez más rápido, sin ninguna contemplación por la grutita infantil de mi Rebeca que aguantó estoicamente el ímpetu de aquel miembro adulto que reclamaba su vaginita como si fuera de propiedad del tipejo.

-¡Ahhhhh! AYYYYY!! AHHH!!!

-Ufff!!! Joooooo!! Culonaaa!! Joooo!!

Victorino parecía fuera de sí, con los ojos nuevamente casi desorbitados de placer mientras embestía a rabiar a Rebeca que soportaba apoyada contra el borde del jacuzzi, casi cayéndose, pero igual aprovechándose para disfrutar del continuo roce por todo su canal vaginal… ¡El acabose!

¡SPLASHH! ¡SPLASHHH! ¡SPLASHHH! El agua del jacuzzi se salpicaba al ritmo de las embestidas del vejete y del impacto en la panochita de mi nena, que parecían dos bestias en pleno apareamiento pese a la enorme diferencia de tamaño con mi niña. Aquel acto pecaminoso parecía prolongarse pese a la enorme inmoralidad y los continuos gemidos de ambos seres.

-Papitooo!! Ahhh!! ¡Que ricoo!! Ummm!

-Ohhhh!! Culonaaaa!! Hooo!!!

Rebeca se agarraba fuerte del brazo de Victorino, mientras abierta de piernas permitía el ingreso del tenaz invasor sabiendo aguantar los embates y cada vez yendo más al ritmo que le imponía el susodicho que muy pronto la llenaría de aquella lechita que tanto requería por su cuquita.

-Papitooo!! Ahhh!! Mi rajitaa!! Siii!

-Ohhhh!! ¡Qué buena cuca tienes, hija de putaa! Hooo!!!

La verga del tipo del vejete era aprisionada por el estrecho canal de mi Rebeca que se amolda perfectamente alrededor de la verga dándole un gustazo al sujeto que se refleja en su rostro extasiado. En su estado de macho copulador no podía evitar soltarle guarrerías a mi nenita.

Por su lado, mi niña se muerde los labios de gusto al tener aquella polla cada vez más adentro con cada embiste del vulgar acosador. Todo iba bien hasta que mi nenita se resbaló del borde…

¡Salvada a tiempo! El vejete Victorino la sujetó del torso justo antes de que se cayera completamente al agua, aún sin sacarle la polla de su coñito de nena. Cual macho copulador que no desea ser interrumpido, el tipejo cargo a mi nena hasta llevarla al otro borde del jacuzzi donde era la orilla por la que bajaron al mismo, de esa forma tenía espacio para echarla completamente.

-¡Ayyy! ¡Ummm! Papitoo… ¡Asii!! , que rico me coges… Ahhh!!- gime mi niña cuando el vejete la deja echada piernas abiertas ahora sobre la orilla del jacuzzi.

-¡JODER!, Uff… tú también aprietas rico, culona hija de puta…Ohhh… Se nota que aprendiste muy bien… ¡UFFFF!- contesta Victorino permaneciendo dentro de ella mientras sigue en el jacuzzi.

Luego de aquello, el sujeto le dio un fuerte embate a mi nena haciendo que pegue un gemido impresionante… ¡Su rajita casi se parte!

-Ahhhhhhh!!! -suelta Rebeca al verse como su rajita era abierta por completo y sin reticencias- Siiii!! Que rico… ¡Ummmm!!

-Uffff!! ¡Muy bien, culonaa!… ¡JOOO!!!

El vejete ahora se la follaba de misionero. Fue tan sorpresiva la anterior estocada que de mi nenita se quedó cual hembra sumisa entregada a su macho copulador, quedándose quietecita a expensas de lo que el sujeto quisiera hacerle.

Rebeca solo le seguía el ritmo, estrujando con sus paredes vaginales para darle el máximo placer al sujeto que nuevamente parecía en el paraíso terrenal por sus gestos de deleite al verla.

Mi nena amarró sus pies a él para acomodarse bien y de esa forma el vejete también aprovechaba para manosear sus inexistentes pechitos, manoseando sus pezoncitos rosaditos.

-Papitooo!!¡Que ricoo!! Ummm! Siii!!

-Ohhhh!! ¡Qué buena estas, culonaaa!! Ufff!!!

Pese a los improperios y la verborragia coital, la cogida iba a un ritmo calmado, tal cual mi nenita se esperaba pensando que el tipo ya tenía su edad y no sabía si le duraría mucho en la faena… sin embaego…

¡Plof! ¡Plof! … iban lento, pero… ¡Plof! ¡Plof! ¡Plof! ¡Plof! … ya no tan lento… ¡PLOF! ¡PLOF! ¡PLOF! ¡PLOF! ¡PLOF! ¡PLOF! ¡¿…………?!

-¡AHHHHH! AHHHHH!!

-JOOOOOO!!! JOOOOOO!!

-AHHHH!! SIIIII!! PAPITOO!!

-OHHHHH!! BUFFFF!!!

¡Dios bendito! De pronto el vejete se sacudía tremendamente, como nunca se lo hubiera esperado mi Rebeca…. Los ojos de Victorino parecían irse para el techo y las pupilas desaparecían del radar…. Mi niña sentía como ya no solo ella se sacudía sino que todo a su alrededor… ¡La faena se descontrolaba!

-¡AHHHHH! PAPITOO!! SIIII!! AHHHH!!

-JOOOO!!! ¡BECKY!!! ¡JOOOO!!

-AHHHH!! SIIIII!! ¡QUE RICOOO!! ¡QUE RICO PAPITOOO!

-OHHHH!!! CULONAAA!! OHHHHH!!

Rebeca estiró sus brazos a los costados, buscando agarrarse de algo a su alrededor, pero fue imposible… su cuerpito estaba envuelto en un torbellino de placer y no podía sujetarse de nada, aunque quisiera… ¡Mi nenita estaba en las nubes!…

Y es que el vejete Victorino, cual bestia lujuriosa, ahora se la cogía como si fuera una adulta, olvidándose por completo que estaba ante una niña de 10 añitos… Sacando fuerzas de donde no se imaginaba mi nena, sacudía a ambos a una velocidad impresionante.

-OHHHHH!! OHHH!! ¡LE GUSTA ASÍ, BECKYY? JOOO!!

-SIIII!! AHHH!! SIII!! ¡DAME, PAPITO!! ¡DAME!! AHHH!!

-OHHH!! UFFF!! JODEERRR!!

-AHHHH!! ¡QUE RICOOO!! ¡AUUU!

-FUUUUUFFF! ¡TOME, CULONA, ¡¡TOMEEEE!! OHHH!!

-SIIII!! ¡DEME, DEME!! SIII!! ¡AUUU! ¡SIII!!

¡Qué locura! ¡Su vaginita rosadita no iba a aguantar tanto castigo! Sin embargo, el vejete seguía bombeando a mi nena, casi desfalleciendo solo para someter aquella rajita que ahora se abría groseramente ante sus ojos.

Rebeca estaba en las nubes del placer hedónico donde su rajita era la responsable de bañarla con tremendas cataratas de placer que la embargaban de sobremanera con cada embestida del vejete que nos mostraba ninguna contemplación.

Victorino continuó taladrándola por algunos minutos más hasta que…

-OHHHH!! OOOOOHHHH!! BECKYYYYY!!

-SIIIII!! AAAAAAAAAHHH!! PAPITOOOOOO!!!

Mi nenita sintió de pronto como el esperma de Victorino que caía por su colita ahora era desparramado muy adentro de su rajita… ¡Que delicia! Aquel orgasmo inicial ahora se complementaba con la tremenda corrida que experimentaba en esos precisos instantes donde el vejete se corría abundantemente dentro de su cuquita, clavando otra nueva bandera de triunfo sobre mi escultural nenita de 10 añitos…

Su grutita era la nueva víctima de Victorino, quien cumplía un nuevo sueño al inseminar aquella dulce línea infantil que lo tenía loco hasta ahora. Parecía que se hubiera guardado tanto esperma que ahora le alcanzaba para darle su ración por este nuevo orificio que ahora chorreaba la descendencia del sexagenario.

¡Vaya festín! Mi nena fue dejada sobre la orilla del jacuzzi, tirada y desparramada respirando agitadamente mientras permanecía aún abierta de piernas y con harto semen emergiendo por sus orificios de princesa.

Dentro del jacuzzi, apoyado contra un borde, Victorino reposaba por la tremenda cogida que acaba de dar a la pequeña.

-Ah…….ah….- solo suelta Rebeca gozando de aquel nuevo orgasmo.

-Ufff… ufff… ¡Joder!. Como estuvo eso… ¡Espectacular! ¡Sí, señor! – repite el tipo resoplando muy satisfecho por una nueva anotación en su cuenta. Sin duda toda la planificación rendía sus frutos.

Ambos amantes siguieron descansando un poco más que la primera ronda, mientras ahora el vejete aprovechaba para también lavarse y mirando de reojo a mi niña que ya se giraba para mirar atentamente como había quedado tras aquella faena.

Rebeca comenzó a palparse su rajita donde había evidente signo de fuerte penetración. Estaba abiertita y aun chorreaba fluidos de ambos. Se le vino a la mente como otros adultos como Manolo y Jason la llenaron muy bien por allí, echándole harta descendencia por su rajita, así como aquellos momentos en los que luego ella contemplaba como le emergían sus fluidos… ¡Vaya fetiche tenía mi nenita con esa escena!

Sin duda la sesión había estado a la altura de aquellas experiencias, pero solo recordar ello y palparse su rajita hizo que mi nenita volviera a ponerse caliente mientras se sobaba su rajita.

Sin quererlo, Rebeca volvió a sentir que al girarse de lado (aun echada sobre el borde del jacuzzi) comenzó a descender más esperma de su culote. Aún quedaba su rabo con retacos del esperma que le dejó Victorino y su esfínter continuaba abierto en O.

Mi nena volvió a sobarse su culazo de mujer mientras se palpaba su rajita. El estar desnuda y echada en aquel borde del jacuzzi propulsaron sus ganas de más jaleo y olvidándose de Victorino, comenzó a darse estímulos ella solita.

Así estuvo buen rato, jadeando y satisfaciéndose hasta que volteó hacia donde estaba el vejete dentro del jacuzzi: todo para contemplarlo ganándose con su espectáculo mientras se masturbaba.

-¡Papito! ¿Aún estas con ganas?

-¡Claro que sí, culona! Y veo que tú también… Ufff…- bufa el tipo acercándose hasta mi nena. Entonces comienza a manosear aquel culazo de Rebeca que seguía echada sobre el borde del jacuzzi cual sirena provoca al navegante. Victorino no puso reticencias a estimular su culote mientras mi nena hacía lo mismo con su rajita.

Mi nena gustaba de ser manoseada durante el coito, lo cual la llevó a ser ella la que proponga continuar con la faena:

-¡Umm!… Papito… ¿quieres que sigamos?

-Ufff… Claro que sí, culona… Pero mejor seguimos en la cama, que puedes pegar un resfriado por pasar mucho tiempo en la bañera…- suelta el vejete esbozando una sonrisa que movió su prominente bigote gris.

¡TAZZ! ¡TAZZ! El vejete nalguea a mi nena sin contenerse.

-Ay! Oki, papito… – sonríe también mi nena que ya andaba muy caliente con toda la estimulación.

Ambos amantes se levantaron y cruzaron la puerta secundaria que mi nenita se había preguntado a donde conduciría. Justo de allí había salido Victorino para sorprender a mi nena.

Ingresaron y la habitación estaba a oscuras, tenuemente iluminada de rojo, con lámparas que venían de las 4 esquinas de donde mi nenita podía notar que apuntaban hacia la cama que estaba justo al centro contra una de las paredes principales.

¡En ninguno de los moteles que la llevaron encontró una cama más lujosa! Las sabanas de seda y el aroma del incienso se le pegaban a la respiración cual si fuera un afrodisiaco que hacía efecto en mi nenita que ya había sentido dicho aroma en otras ocasiones que había visitado moteles con sus amantes.

-Uff… nalgona… Deme un momento…- suelta Victorino echándose en la cama

-¿Ya te cansaste, papito? – pregunta Rebeca subiéndose a la cama.

-Para nada, nalgona…Juajua!- ríe el tipo estirando una mano y acariciando el culazo de mi nenita que arrodillada a su lado, resaltar enormemente aquel tremendo par de caderas.

¡TAZZZ! ¡TAZZZZ!

-Ay! Jijiji…- ríe mi nenita ante los azotes a su culote, que siempre la ponían cachonda por la locura que despertaba en sus amantes adultos que adoraban nalguearla.

-Ufff… Pero mientras agarro fuerzas, ¿por qué no me mueves ese culote tan bueno que tienes?

¡TAZZZ! ¡TAZZZZ!

Nuevamente nalgueó a mi nena, como provocándola a que ella le demostrara todas sus habilidades.

-Ay!! Jijiji… Oki, papito… ¿Quieres que me mueva solita?

-Sí, nalgona… Salta muy rico mientras recargo fuerzas…- dice el tipo echándose completamente boca arriba sobre la cama.

Mi nenita sonríe también imaginándose ya lo que estaba por hacer. Prácticamente la habían retado. El vejete Victorino pensaba tomarla a la ligera, diciendo que brincara como parte del repertorio inicial… ¡Vaya provocación del tipejo!

-Oki, papito… Ponte aquí y déjame a mi solita que te doy unos brincos…- suelta mi nenita señalándole el filo de la cama.

Victorino se acercó al filo y se dejó los pies casi llegando al suelo mientras aún seguía con el resto del cuerpo echado sobre la cama.

Rebeca gateó bajándose de la cama y se le acercó por delante tomando aquel pollón para comenzar a pajearlo devotamente como hacía con cualquier otro miembro adulto que estuviera a puertas de ingresar al verdadero paraíso terrenal… ¡El vejete no tenía ni idea de lo que estaba por experimentar!

-Muy bien, pequeña “Becky”, ahora te toca a ti solita…- suelta el tipejo.

Mi nena ensalivó varias veces aquel añejo miembro con una mata de vello púbico entrecano, lo dejó completamente pulido y salivoso, listo para la mayor locura que estaba por ocurrir…

Se volteó y lentamente de espaldas se acercó hasta aquel morcillón, lo agarró con sus manitas y lo apunto hacia su culote de mujer….

-Ummm… .AHHHH!!! – gime Rebeca cuando siente como aquel grueso pitote comienza a invadir sus dominios, ansioso por sentir la calidez y resguardo de tan deseado esfínter…

-WOOO!! ¡JODER, nalgona!!! FUUFFF!! – exclama bufante Victorino al volver a sentir el interior de la nalgona niña que ahora se le montaba cual vaquera reversa introduciéndose ella solita su polla.

-Ummm!!! ¡No te muevas, papito!! AHH!!! – gime Rebeca pidiendo mesura al tipo, aún cuando en realidad le está entrando sin ninguna dificultad por la penetración reciente. Su vía anal era un camino libre para el miembro que la invade reclamando nuevamente los confines de la nalgona niña.

-FUUUFFF!! ¡Beckyyy… JODER!! ¡Que apretada sigues estando, hija de puta!! – resopla el vejete rendido sobre la cama y observando como Rebeca desaparece su falo dentro de aquel par de nalgotas divinas que estaban a nada de hacer contacto con su pelvis… ¡Acojonante!

La imagen era tremenda, aquella pareja de adulto y niña estaban a punto de plena cópula en aquella cama matrimonial cual pareja casada, pero ellos se llevaban hasta casi 7 veces de diferencia de edad entre ambos, y ella tan chiquita lo montaba cual veterana de 1000 batallas.

Ambos amantes entregados a los deseos de Afrodita rompían toda moralidad y se encaminaban por una ruta de la cual no había retorno… Una experiencia que a partir de ese día cambiaría a ambos para siempre…

A mi pequeña no le dolía su culote, ni siquiera fue necesario que le diera un culatazo para asentarse bien aquella verga debido a todo el trabajo que había realizado hace poco. En cambio, su libido ahora le pedía más… ¡Mucho más!

Y es que una vez asentado aquel vergón dentro de ella, mi nena ya estaba lista para dar el siguiente paso que demostraría a aquel vejete que no debía tomar a la ligera …

Plap!!……Plap!!… Plap!…. Plap!!…. Plap!

-Ahhh…!! … Ummm!!… Ahhh!!

-Ohhh!! ¡Así, culona… mueva ese culote… OHH!

-Ummm!!…. Ahhh… Ummm!!… ¡Sí, papitoo… Ahhh!!

-Ufff!! …. Muy bien, culona… ¡Muy bien, JODER!… ¡Ohhh!!

¡Mi nena comenzó la cabalgata! Suavecito, con calma… Como probando que tal le entraba y salía aquel falo de Victorino, y que había osado pasearse por tan infantil esfínter como si fuera de su propiedad y se había atrevido a subestimarla por ello… ¡Muy pronto pagaría por ello! ¡Y de que forma!

Plap!!……Plap!!… Plap!…. Se escuchaba tenuemente en la habitación con aroma de incienso que ponía más cachonda a mi nenita. Los sonidos de sus nalgotas impactando con la pelvis del tipo y la música de alcoba le recordaba a los videos de sus mentoras actrices porno lo cual la excitó aún más…

¡Lujuria al rojo vivo! Mi Rebeca brincaba suavemente a su penetrador, sintiendo que con cada sentón que daba, su libido iba escalando en intensidad… queriendo finalmente, comenzar con la gran locura que tenía preparada para el afortunado sexagenario debajo de ella…

-Ahh!!…. Ahhh!!…

-Ohh….Bufff!!… Muy bien mi niña…. ¡Joder!!… ¡Que ricos saltitos me das…!! Uff!!!

Rebeca podía sentirlo… Su esfínter era vía libre para el invasor, y el roce era cada vez más rápido con cada brinco que daba sobre el calvo tatuado… Si ella deseaba podía pulsar el acelerador y dinamitar todo esto… ¡el detonador lujurioso estaba en su poder!

Plap!!……Plap!!… Plap!!… ¡Que belleza escuchar esas palmaditas!

Mi nena saltaba y saltaba, pero aún con sus antiguos sentones lentos y pausados, casi a nada de comenzar aquellos frenéticos saltos que eran su orgullo. Aquellos saltos que solo una nenita de su edad y con unas caderotas de ensueño podía realizar. Algo por lo que cualquier adulto mataría por experimentar al menos una vez en la vida.

-Ummm!! Papito, ponte cómodo… lo que haré te va a gustar mucho… ¡Ummm!!- murmura mi niña su típica frase, canto celestial que anuncia la llegada del paraíso terrenal para el dichoso feligrés adorador de aquella nenita de 10 añitos con una caderotas de mujer.

Cual veterana en estas lides coitales, Rebeca flexionó sus gloriosas caderotas tomando un terrible impulso antes de comenzar aquella cabalgata desquiciante que solo ella podía ofrecer.

PLAFF!! PLAFF!! PLAFF!! PLAFF!! Comienza a resonar fortísimo aquel impacto de las carnes de mi niña sobre la pelvis del tipejo debajo de ella.

-AHHHH!! SIII!! AHHHH!!

-Ohhh!! UFFFF!! JODEEEER!!

-AAAHHH!! PAPITOOO!! UMMM!!

-WOOO!! FUUUFFF!! WOOO!!!

La danza copuladora entre una niña y un adulto volvía a reanudarse. Sus cuerpos sudorosos se sacudían frenéticos en busca de aquel paraíso terrenal que mi nena dejaba experimentar al sexagenario bribón.

-SIII!! ¡PAPITOOO!! SII!! AHHHH!!- chilla Rebeca brincándole con fuerza sobre su pitote, emulando todo su entrenamiento en el vóley y en la cama para satisfacer las perversiones del vejete sacudiendo aquellas carnes de mujer.

-BUUUUFFF!! ¡JODEERR, culona!! OHHHHH!!- resopla extasiado Victorino con los brazos extendidos y los ojos totalmente desenfocados de lujuria, mientras soporta aquellas caderotas de mujer aplastando su pelvis con cada sentón de la caderona niña.

¡VAYA LOCURA! La nenita dejaba entrar y salir de su culote aquel pitote a una velocidad inaudita y sumamente insegura para cualquier niña que no gozara del majestuoso culote de mi Rebeca.

Los sentones de mi niña eran tremendos y contaban con la complicidad del nulo roce entre su esfínter y el vergón de Victorino que entraba y salía cual si fuera un pistón perfectamente engrasado de un motor que parecía lejos de detenerse.

-AHHHH!! AHHH!!! PAPITOOO!! PAPITOO!! – gritaba mi Rebeca sin contenerse, loquita de lujuria por el continuo pistoneo a su culote de mujer. Con cada brinco se iba olvidando de no deslechar muy pronto a su sexagenario amante, concentrándose solo en disfrutar de los placeres prohibidos para su edad.

-¡BUFFFF! JODEEER!! ¡CÓMO TE MUEVES HIJA DE PUTA! ¡JODEEEER! – grita colérico Victorino por el esfuerzo de dar batalla a semejante vaquera que lo monta cual veterana impactando aquel par de turgentes nalgotas sobre su entrepierna.

¡PLACER ILEGAL! Por un lado, estaba aquel sexagenario que degustaba de la fruta prohibida en forma de una niña nalgona a quien trabajó por varios meses de anticipación y hoy por fin lograba conquistarla para su provecho. Mientras que, del otro una nenita de 10 añitos tan chiquita como las de su edad pero con un culote monumental y bien formado por practicar vóley todos los días, que pagando sus deudas con el vejete descubría un nuevo mundo en el placer del sexo por compensación. Ambos seres conspiraban a fin de adquirir aquel placer divino.

La cama era perfecta para sus menesteres, se acomodaba fácilmente al ritmo que imponían los amantes, no solo brindándoles comodidad sino el impulso requerido para facilitar los brincos desquiciados de la caderona niña que se movía armónicamente junto a su sexagenario amante.

PLAFFF!!! PLAF! PLAF! Cómo resonaban aquellos sentones de mi niña por toda la habitación… ¡Increíble! Nunca habían resonado tan fuerte y nunca logró tal armonía en el ritmo con su amante, todo ello facilitado por el tremendo impulso que recibía de los resortes internos que facilitaban la danza coital entre ambos seres.

-AHHH!!! AHHH!!! SIII!! AAHHH!!!- gime fuerte Rebeca saltando como si se le fuera la vida en ello con sus ojitos cerrados del esfuerzo y placer que recibía a raudales. Se sostenía por momentos e instintivamente de las piernas de Victorino para equilibrarse y dar más impulso a sus brutales sentones sobre el sexagenario.

-JOOOO!!! HOOOOO!!!! ¡CULONAAAA!!! JOOOO!!- exhala enloquecido Victorino queriendo recuperar la cordura y levantando la cabeza para mirar hacia el punto de contacto entre su pitote y las nalgotas de mi niña que lo desaparecían con cada brutal sentón que lo impactaba

-AHHH!!!! SIII!!! ¡QUE RICO ME COGES, PAPITOO!!! AHHH!!!- chilla mi niña rebotando más fuerte su culote sobre aquel afortunado sexagenario, justo en el momento que el tipo contemplaba aquella brutal escena.

La onda expansiva del rebote se podía apreciar claramente en las nalgotas de Rebeca que saltaba desquiciada sobre aquel pitote que resistía a duras penas sus magistrales sentones. Claramente era una imagen que podría volverte de por vida.

-HOOOO!!! ¡JODER, HIJA DE PUTA! ¡QUE BIEN SALTAS! HOOOO!!!- exhala el susodicho y sin poder soportar aquella visión celestial termina volviendo a desparramarse hacia atrás mirando al techo, gozando cataratas de éxtasis que recorrían cada célula de su ser. No le quedaba palabras en su vocabulario para describir lo que debía estar viviendo en carne propia, por primera vez en su vida.

PLAFFF!!! PLAF! PLAF!… ¡Rebeca ya ni se apoyaba con las manos! ¡Solo saltaba libremente sobre ese pitote, como poseída! La gravedad hacía lo suyo cada vez que mi nenita daba un majestuoso brinco, permitiéndole impactar la pelvis del sujeto cada vez más rápido como si estuviera pegada a él por un resorte imaginario que los unía en aquel frenético bamboleo sexual.

-AHHH!!! ¡PAPITOO!!! NALGUEAME, PAPITO!! AAHHH!!!! – grita desquiciada Rebeca de pronto, ya envuelta en otro mundo de lujuria extrema.

-WOOO!!! WOOOO!!!! FFUUUUUUFFF!!JOOODERR!! – suelta Victorino intentando erguirse pese a la brutalidad de los brincos de mi niña.

¡TAZZZ! ¡TAZZ! De pronto el tatuado le dio dos nalgadas fortísimas y dobles sobre sus caderotas de mujer, mientras mi nena brincaba. Fueron las nalgadas más sonoras que le habían dado en toda la noche, propulsadas por la velocidad en la que se encontraban como por el desquicio del sexagenario que no mostraba piedad con la pequeña de 10 añitos.

¡Vaya guarrilla que se ponía Rebeca! Sudando del esfuerzo, brincaba sobre la pelvis del sujeto, rebotando sus gloriosas nalgotas y ahora pedía que el perverso vejete la nalgueé para elevar su éxtasis a límites insospechados.

-AHHH!!!! SIII!! ¡QUE RICOO!!! AAHHH!!! – chilla mi niña sintiendo sus nalgotas arderle por los azotes y que de seguro le estaban dejando marca en su piel tan suave como la seda.

-JODER!! ¡¿TE GUSTÓ, CULONA HIJA DE PUTA?!- pregunta colérico el vejete con las manos también ardiendo por lo fuerte que nalgueó a la niña. Pese a ello la nenita no había amainado la velocidad con la que brincaba sobre Victorino.

-AHHH!!! ¡SII! ¡MÁS FUERTE, PAPITOOO!! – chilla mi niña implorante para sorpresa y gusto del vejete que no podía creer que aquellas palabras salieran de aquella boquita de ángel.

-WOOOO!! ¡TOME CULONA!! ¡TOME, HIJA DE PUTA!!- grita Victorino fuera de sí volviendo a nalguearla con brutalidad

TAZZ!! TAZZ!! TAZZ!! TAZZZ!! Aquellas palmadas se oyeron claramente en toda la habitación y si hubiera paredes delgadas se hubieran oído en 2 habitaciones más de radio… ¡Brutal!

-AYYY!!! SIIII!! ¡¡DURO, PAPITOOO!! SIII!! AHH!! – gime mi nena emulando a sus mentoras protagonistas de películas para adultos, que chillaban más fuerte con los azotes.

-WOOO!!! TOME CULONAAA!!!! UFFF!! – bufa el tipejo colérico volviendo a desquitarse con la nenita.

TAZZ!! TAZZ!! TAZZ!! TAZZZ!!

-AYYY!!!¡¡DURO, PAPITOOO!! AHH!!

-WOOO!!! CULONAA!!!! WOOOO!!

– SIIII!! ¡¡DURO, PAPITOOO!! SIII!! AHH!!

-WOOO!!! TOME, CULONA!!!! WOOOO!!

Aquellos sentones de mi niña y los azotes de Victorino la movían tanto que el cabello se le desordenó y por momentos le tapaba la cara, por lo que mi nena se lo acomodaba hacia atrás sin bajar la velocidad de sus “brincos”… ¡Casuales ocurrencias de una faena descontrolada!

-AHHH!!! UMMMM!!! ¡QUE RICO ME COGEEE!! AHHH!!! SIII!!! AHHH!!- Rebeca gritaba al mismo tiempo que siente las manos del vejete tomándola de sus brazos jalándola hacia atrás.

Al principio pensó que se caería sobre él, pero inmediatamente sintió como sus manitas fueron a dar sobre la cama, amortiguándola mientras aún seguía brincando sobre el vejete.

-WOOO!!! ¡SIGA MOVIENDO ESE RABO, CULONA!!!! WOOOO!! -grita Victorino tomándola de los brazos para que mi nenita siguiera sostenida sobre la cama, mientras lo único que se impulsaban sus sentones eran sus caderotas de mujer.

¡La carrera era menor, sin embargo, el impacto de los sentones se multiplicó al doble!

Rebeca, completamente desatada, accede a la idea del vejete y se dispone a doblegar sus esfuerzos. ¡Cueste lo que cueste vencería la resistencia de aquel sexagenario que la retaba!… ¡Ningún adulto debía resistirse a sus brutales sentones!

-AHHH!!! SIII!! ¡QUE RICOO!! AHHH!!

-WOOOO!!!!! ¡TE MUEVES ESPECTACULAR, CULONA!! WOOO!!

-AHHH!! SIII!! PAPITOOO!! PAPITOOO!! AHHH!!

-WOOO!! ¡QUE BUENA ESTÁS, HIJA DE PUTA!! ¡WOOO!!

Las nalgotas de Rebeca rebotaban sobre el vejete, haciendo más extensa la ola de carne en sus caderotas con cada culatada que le daba al susodicho. Mi niña seguía arqueada, sostenida hacia atrás por el vejete mientras saltaba sobre la entrepierna del vejete, para de esa forma con cada sentón pudiera incrementar la fuerza del impacto de su precioso culote sobre el susodicho.

-¡QUE RICOOOO!!! ¡DAME VERGAAAA, PAPITOO!! ¡DAMEEE!!…..- pide Rebeca fuera de sí y entregada a sus instintos primitivos, al sentir que con esa pose le entraba más profundo si es que eso será posible.

-WWOOOO!!! CULONAAAA!! WOO!!! – exhalaba enloquecido Victorino, ya desfalleciendo y cada vez más aflojando el agarre a mi niña.

Poco a poco Rebeca comenzaba a vencerlo, pese a aquel esfuerzo del tipejo por resistirse a ser derrotado con cada sentón, era cada vez más obvio que no podría aguantar por mucho tiempo.

-¡AAAAHHH!!! SIII!!! AHHH!!! – gritó Rebeca volviendo a cerrar sus ojitos por el desbordante placer. El recorrido del pistón era mucho menor y por tanto los asombrosos sentones eran más continuos y con menor esfuerzo de mi nena…¡ALUCINANTE!

PLAFFF!!! PLAF! PLAF! PLAFFF!!! PLAF! PLAF! ¡Tremendo sonido le sacaba al culazo de mi niña! Mucho más armónico y continuo que con la primera pose.

-WOOOO!!! JODERR!!! WOOOO!!!- exhala enloquecido el tipo pareciendo desfallecer finalmente. Ya había soltado el amarre a mi niña y ahora solo permanecía desparramado sobre la cama, al borde del desmayo.

-AHHH!!! SIII!! ¡DAME, PAPITOO!! ¡DAMEEE!!! AHHH!!

-WOO!! ¡CULONAAAA!!! ¡TOMA!! WOOO!!!

La danza copulatoria había durado más de lo que estaba prevista por ambos amantes. Aquel “descanso” para Victorino se estaba convirtiendo en su tumba, todo por haber subestimado de lo que era capaz la nalgona “Becky” pese a sus 10 añitos, pero con unas caderas incluso más espectaculares que las de varias adultas.

Rebeca también sentía que no podría aguantar más sin que la llenaran por dentro con el fruto de su trabajo bien ganado. Sentía que pronto llegarían ambos al límite donde deseaba que finalizaran aquella brutal faena con una venida de proporciones épicas.

-AHHHH!!! ¡DAME LA LECHITAA, PAPITOO!! ¡DAMEEE!!! ¡AHH!! – grita Rebeca desatada implorando que el susodicho la llenara de una buena vez con aquel líquido almacenado en las gónadas del sexagenario.

-WOOO!!! FUUFFF!! WOOOO!! – apenas suelta Victorino ya sin palabras que proferir. Ni el mismo se explicaba como aún resistía, pero él y su pitote permanecían en pie ante los continuos ataques de la nalgona criatura.

-SIII!! AHHH!!! ¡QUIERO TU LECHITA, PAPITOOO!! AUUU!!- chilla Rebeca aguantando el castigo en su culote que amortiguaba glorioso los embates de su penetrador, cuando este finalmente reaccionó a los pedidos de la nalgona niña.

¡PLAFFF!!! ¡PLAF! ¡PLAF!!! Aquellos impactos gloriosos y amortiguados sobre sus caderotas de mujer tenían loca a mi niña. ¡El momento límite se acercaba! ¡Estaba a nada de concretarse!

-¡AHHH!!! SIIII!!! ¡DAME VERGA!!! SIIII!! ¡DAME!! ¡AHHH!!

-JODEEERR!! WOOOO!!

-AHHH!!! AUUU!!! ¡DAME TU LECHITA, PAPITO!! SIIII!!! AHHH!!! – implora nuevamente Rebeca al tipo que ya no puede resistir más ante tal pedido y sabe que su final está a escasos instantes de decretarse.

-FUUUU!!! ¡CULONAAA!! ¡WOOO!!!!

-AHHHH!!! ¡QUE RICOOO!!! SIII!! – gime mi niña sintiendo que de pronto el miembro de Victorino empieza a expandirse por última vez.

-CULONAAA!! HOOO!! CULONA!!!

-¡LLÉNAME CON TU LECHITAAA, PAPITOO!! LLÉNAMEEEEEEE!!

-BUUUUFFF!!! OHHHH!!! JODEEEEERRR!!!- exhaló violentamente el sujeto delatando el fin de la contienda. Había aguantado lo suficiente para que la nalgona Rebeca estuviera al filo del éxtasis máximo y solo quedaba el último, el verdadero último requisito.

Casi desfalleciendo por tanto éxtasis, permite que su aparato reproductor derramara el contenido de sus gónadas llenando de abundante esperma los intestinos de mi Rebeca.

-¡AHHHH!!! ¡SIIIIII!!! ¡LLÉNAME DE LECHITAAA, PAPITOO!!! HAAAAAA!!! – grita mi niña sintiendo como su esfínter recibía sendos lechazos de material genético llenándola por dentro, al mismo tiempo que su orgasmo anal la catapultaba una vez más a la cima del placer hedónico…

…………………………..

Ya era viernes y había pasado una semana y media desde su arribo a la finca. Hoy Rebeca se despertó muy entrada la mañana, diríamos que casi eran las 12 del mediodía. No era la vez que más tarde se había despertado, pero ya podía sentir que los rayos de sol que llegaban del ventanal y la levantaban de su letargo.

Aguzó la vista y pudo distinguir con claridad la habitación donde se encontraba. Completamente amoblada y alfombrada lujosamente, con cortinas blancas no solo en ventanal sino también rodeando a la gran cama de dos plazas donde mi nena dormitaba.

Rebeca estaba completamente desnuda sobre aquella gran cama matrimonial de dos plazas. Era tan grande que mi nenita podía rodar varias veces antes de llegar al otro extremo.

Por un instante inhaló y pudo distinguir claramente aquel aroma de sexo marital que circundaba la habitación. Su boquita pegajosa delató que esta noche también había tragado unos buenos tacos de la leche de Victorino que se le entremezclaba en la saliva… ¡Cómo había tragado la mamoncita de 10 añitos!

Se levantó e inmediatamente sintió que quedaban restos de esperma seco por todo su cuerpo, sobre todo en sus nalgotas de mujer. Y es que la noche fue larga y la lujuria del vejete fue saciada a montones por aquellas curvas de mujer en el cuerpo de una niña.

Rebeca comenzó a pasearse desnuda por la lujosa habitación llegando hasta la ventana, desde la cual podía verse el terreno de la enorme finca, ahora más vacía que antes. El patio principal que era enorme como una plaza, nuevamente se exhibía desierto solamente con las estatuas de la entrada.

Quien diría que hasta hace unos días estaba repleta de sus amiguitos del orfanato y empleados de Victorino, algunos trabajando en la finca y otros contratados para dar entretenimiento a los niños. Incluso las atracciones habían sido desmontadas y solo quedaban aquella cancha de tenis del lado oeste y el patio enorme que ahora mismo contemplaba desde el ventanal.

Justo recordó como todos sus excompañerit@s se lo habían pasado bien, en los juegos y atracciones de la fiesta. Con Silvia y sus amiguitas del orfanato yendo de un lado para otro probando los dulces y premios que había por ganar en los retos, las monjas charlando con Victorino, y al final todos festejando a la pequeña Rebeca, que en sus tiempos no era tan querida pero ahora con todos los juegos había conseguido mucha popularidad.

Al recordar esto último mi nenita sonrío mientras se estiraba desperezándose. Estaba contenta de haberlo pasado muy bien con sus amiguitos del orfanato. Aun cuando todo ello fuera maniobra de Victorino para ganársela un poco más, de alguna forma debía darle algo de crédito ayudarla a cerrar ese ciclo del orfanato.

Un ciclo que se había arruinado en parte por mi culpa de haberla asustado tanto con el único fin de poder llevármela lejos, infundiéndole más miedo del que realmente sentía. Y siempre estaba en su mente el terror de ser devuelta a la fuerza, y ahora quedaba demostrado que no era tan terrorífico y esa amenaza que siempre estaba sobre ella con volver, el Victorino terminó por tirarla abajo.

Al fin mi niña ya estaba curada de todo eso. Con su mente lejos de ello y la nalgona “Becky” guiando sus instintos, podía abandonar aquella época de temores y disfrutar solita sin ningún tipo. Ya ahora pertenecía a otro mundo donde como nenita usaba aquellos atributos que le dio la vida a tan corta edad, para influenciar en otros adultos ansiosos por degustarla.

Aun cuando Victorino fuera uno de ellos, tenía que reconocer que estos días el sujeto se había portado muy bien con ella. Fuera de encontrar a su papi, había cumplido con todo. Y si se ponía violento y quería chantajearla, esto solo era porque igual que los otros adultos ansiaba por degustar de su sensual derrier de mujer.

De seguro era culpa de su papi no dejarse encontrar. Era su culpa que ella tuviera que pagar por todas las deudas que le dejó… ¡Y lo haría!… ¡Finalmente con aquellas 2 semanas, obtendría su ticket a la libertad total!

Y si al final en el trato con el vejete se lo pasaba bien, ¡perfecto! ¡era un premio doble!

De hecho, si se había despertado a medio día era porque la noche anterior junto a Victorino se la pasaron en plena faena marital hasta muy entrada la madrugada. El tipejo tenía la colección de videos de mi nena como “ Becky” y junto recrearon varias escenas para saciar las depravaciones del vejete. Incluso mi nenita no se incomodó por verme en los videos y siguió todo el guion del vejete durante la noche.

¡Horas hasta el rotundo desenlace! Al igual que la primera noche que os relaté, mi nenita finalmente terminó deslechando a Victorino con su faena de brutales sentones. El tipo se la había cogido con sobrada destreza por ambos orificios, pero aun así fue presa fácil ante los brincos de mi niña.

En la segunda noche, el vejete había logrado resistir y aguantar hasta la mañana, de seguro habiendo ingerido un Cialix o Viagra. Pero al parecer esta noche ya solo aguantó hasta la madrugada por querer batirse contra mi nenita sin ninguna pastilla que lo ayude… ¡Tremenda mi Rebeca que lo dejaba fuera de combate!

Ya luego de haberse estirado, Rebeca volvió a la cama donde divisó una bolsa de tienda de ropa sobre las sábanas. Dicha cama era enorme, por eso cuando se levantó no notó que en uno de los bordes estaba dicha bolsa con una nota encima de ella.

Mi nenita se acercó a revisar, leyó la nota que había encima, sacó la muda de ropa que había dentro de la bolsa y rápidamente comenzó a vestirse cual si ya estuviera acostumbrada a ello. Y es que esta era una costumbre desde el primer día que comenzó a pasar la noche junto a Victorino: por las mañanas el tipo se despertaba dejándola dormir un poco más mientras el salía según dice para atender algunos asuntos de sus empresas y llamadas de sus socios. Al parecer el tipo seguía de vacaciones, sin embargo, aún recibía llamadas para realizar ciertas coordinaciones con sus empleados.

Mi nenita siempre recibía ropa nueva de la tienda del vejete, sin embargo, no era una ropa cualquiera: por ejemplo hoy tuvo que vestirse solamente con una remera amarilla cortita y una tanguita que parecía un hilo dental negro… ¡Victorino aprovechaba para vestirla como quería!

Justamente había un espejo en el armario donde mi pequeña, al igual que los otros días, se paseó cual modelo para lucir su conjunto sexy con el que saldría de aquella habitación compartida con el vejete. Realmente era tremendo como aquella tanguita se le metía entre sus despampanantes nalgotas. Ella solita no tenía la oportunidad de conseguir algo parecido y ni hablar de lucirlo, pero se preguntaba en sus adentros que pasaría si se sacara una fotito y la subía a su Inst****… ¡La que se armaría! ¡Mínimo llegaría a 10k!

Mientras admiraba su imponente culote inútilmente cubierto por el hilo dental, recordó las palabras de la nota que le había dejado Victorino junto a la ropa:

Anoche también lo pasamos muy bien, mi pequeña Becky. Por favor vístete con la ropita que te dejé y baja para desayunar en el salón”

Rebeca terminó de arreglarse el cabello frente al espejo mientras seguía admirando de perfil su rabo de mujer que se imponía colosal en aquella captura. Inhaló y exhaló nuevamente tomándose la cara con sus manitas, cual si fuera a prepararse para alguna actuación en su escuela y procuró dejar que sus instintos de pequeña “Becky” la embargaran nuevamente:

Si el vejete quería verla vestida así y actuando como su “nieta” ¡pues bien!, al fin y al cabo, estaba bajo su cuidado por dos semanas y ya solo faltaban algunos días. Debía seguirle el juego de rol como su nieta “Becky” y procurar entretenerse ella también gozando de los placeres que le otorgaba su estadía en la finca del sexagenario.

Así pues, casi como si viviera en aquella casa por años, Rebeca salió de la habitación con total normalidad paseándose por los pasillos desiertos vestida tan sexy, hasta descender por las escaleras lujosas hasta el primer piso. En su trayecto por los pasillos pudo distinguir muchísimas pinturas que la deslumbraron la primera vez que bajó tras su primera noche con Victorino, incluso llegando a preguntarle por varias que se le hicieron muy chistosas.

Al llegar al Gran Salón, mi nenita terminó encontrándose con el vejete que, sentado en una de las sillas del comedor, leía un periódico ociosamente justo delante de la sala donde ella y sus amiguitos habían visto una peli del cascanueces en la TV pantalla gigante.

Al escucharla llegar el tipejo levantó la vista y movió su bigote al esbozar su conocida sonrisa.

-¿Qué tal despertaste, pequeña Becky? ¿Pudiste dormir? – pregunta Victorino haciendo espacio para que mi nenita sentara junto a él.

-Sí, papito…-responde mi nenita haciendo un bostezo y sentándose en la silla contigua. En el reloj de la sala podía verse que ya casi era el medio día-… ¿Qué vamos a desayunar?

-Pues, tú eliges preciosa…- contesta Victorino señalándole las bandejas al otro lado del comedor. Había toda una mesa buffet para seleccionar aperitivos de desayuno. Desde huevos revueltos, pan de molde, cereales, leche, mermelada y demás.

Desayunó solita mientras el don revisaba las noticias, cual si fuera un desayuno familiar de padre e hija o de abuelo y nieta. Rebeca se sirvió cereal y jugo de frutas, tras lo cual llevó sus servicios a la cocina, mientras el don la seguía con la mirada y asentía muy contento. Seguramente, se ganaba con mi nenita andando con esa tanguita que no ocultaba nada aquel culote descomunal.

Aquel culote de ensueño, que el vejete se relamía al verlo y que le pertenecía por algunos días más. Si bien por ahora de seguro estaba contento con el desahogo temporal que le otorgó esa nenita durante la noche, muy pronto volvería a requerir sus atenciones para calmar las ínfulas que poseía el muy viejo verde.

Y es que su descaro era tal que durante estos días, se la pasó requiriéndola sexualmente en cualquier momento de la mañana, tarde y noche para ello. Aun con intervalos entre faenas, apenas el tipejo se sintiera con ganas utilizaba a mi nalgona nenita para desquitarse carnalmente.

Todo ello con la permisividad que le otorgaba tener la mansión casi vacía. Y es que por alguna razón que Rebeca desconocía, los empleados que inicialmente veía mi nenita por doquier en la mansión, ahora parecían haber desaparecido. Nunca logró ubicar a alguien aparte de Victorino, ni siquiera las pocas veces que se paseó por los terrenos de la finca.

Cuando Rebeca dejó los servicios en la cocina se acercó a donde Victorino seguía leyendo.

-¿Qué vamos a hacer hoy, papito? – pregunta mi nena balanceándose juguetonamente.

Victorino levantó la vista …

-Hoy vamos a donde me preguntaste ayer…sígueme, preciosa…

Salieron de la sala y pasaron por la salida al patio, pero esta vez doblaron por un pasillo que mi nenita no recordaba al ser tan grande la casa. Este daba a una salida al lado este de la finca y luego giraron hasta la parte trasera de la mansión.

Finalmente llegaron a la zona abierta que mi nenita no había visto hasta hoy, aquel terreno a las espaldas del patio principal que había sido un misterio para ella hasta el día de hoy…

-¡Ooooo…..! – exclama mi nenita sorprendida cuando salieron hacia fuera de la mansión.

¡Vaya paisaje! Parecía que estuvieran frente a una laguna enorme, solamente había visto un paisaje similar en sus libros de Ciencias Naturales. Un verde impresionante rodeando a lo que parecía una piscina enorme que más era un lago por la extensión desmesurada… ¡Ni las olímpicas tenían tal extensión!

Esta parte de la finca estaba cercada totalmente de la entrada principal, tal que cualquier hubiera pensado que tras ese cerco ya habría otro terreno con un propietario distinto. Con toda razón, Victorino era un tipo acaudalado por sus negocios pero jamás nos imaginamos que tanto.

Rebeca caminó por el borde pedregoso, justo hasta llegar al otro lado donde el cerco floreado daba la bienvenida a lo que casi parecía un bosque que rodeaba al celeste del agua de la piscina… ¡Maravilloso!

Aquel paisaje parecía la mansión de Rogelio que visitamos con mis gimnastas y donde vivían Celia y su hermanito. Pero a diferencia de esta, la extensión de la “piscina” era el doble y llegaba hasta el borde de una valla donde había una cancha de tenis que podía verse desde allí.

Al escuchar esta descripción solamente se me ocurrió que “El Club” no debía ser el único lugar que su Eminencia usaba para que sus seguidores pedófilos pudieran disfrutar de l@s niñ@s a su cargo. Con Victorino en su negocio, seguramente este también era muy utilizado para sus reuniones.

Mi nenita estaba maravillada por la naturaleza. Árboles y arbustos rodeaban toda la laguna. La vegetación de la zona parecía perfectamente conservada y tenía sentido porque cuando pasaron la primera vez, mi niña vio muchos trabajadores arreglando los jardines. De seguro también se encargaron de esta zona privada.

-¿Qué te parece, pequeña Becky? – pregunta el tipo tomándola de los hombros y avanzando con ella por el césped y llegando hasta el borde de la laguna/piscina enorme.

Había al lado una zona con sillas reclinables para tomar el sol y duchas, además de percheros adicionales para colgar las toallas. Técnicamente esto era una zona de piscina similar a cuando fue a la casa del hermano del señor Jason, pero mucho más grande en comparación. Mínimo cabrían 10 familias y ahora solo estaban ellos dos.

Girando la vista, mi nena pudo distinguir una estructura que casi parecía un pequeño muelle con unas cosas enormes amarradas a un mástil.

-Papito… ¿Qué son esos botes? – pregunta mi nenita señalando las figuras enormes flotando en el agua. Había uno en forma de un unicornio, un cisne rosado, una lancha y una nube.

-Son flotadores móviles, preciosa… Sirven para que te subas y puedas recorrer tu misma por toda la piscina… -contesta el sujeto acercándose como mi nena hasta el muelle y jalando uno del asa. – ¿Qué te parecen?¿Quieres dar un paseo?

-Siii…Siii papito… Siii- chilla entusiasmada mi niña dando saltitos y dejándose llevar por los lujos que le ofrece el sexagenario. Nuevamente volvió a olvidarse de todo el contexto del día y se dejó llevar por imaginarse montada en uno de ellos… ¡Vaya que Rebeca era fácilmente impresionable!

Eligió el unicornio ya que le hacía recordar a sus pelis de princesas mientras que Victorino escogió la lancha, y de esa forma ambos condujeron los flotadores hasta la salida de la zona baja.

-Vamos a dar una vuelta por toda la laguna, “Becky”, ¿de acuerdo?

-Siii.. siiii…- asiente mi niña la mar de contenta subida en su unicornio flotante y girando el timón móvil para impulsarse de un lado a otro sobre la superficie.

-Vas a seguirme o te puedes perder ¿vale? – recalca Victorino avanzando con su bote flotante y guiando a mi nena.

-Oki, papito…- vuelve a asentir Rebeca siguiendo el trayecto del vejete.

¡Vértigo! Mi nenita estaba emocionadísima de ir encima de su unicornio tal cual recordaba en sus pelis de princesas, pero flotando ahora sobre la enorme piscina. Se había entretenido mucho en esta semana y cada nuevo estímulo la ponía más lúdica queriendo jugar a más no poder con cualquier cosa nueva que le presente.

-Debes usar los pedales y mover el manubrio. – le enseña Victorino a mi nenita que se entusiasmó por poder manejar aquel flotador y casi se fue a chocar contra uno de los bordes.

-Oki, papito… Que tonta fui.. Jijiji…- ríe mi nena divertida girando su unicornio para seguir a Victorino.

Recorrieron por todo el trayecto visible que mi nenita podía distinguir, hasta que llegaron a una salida que no había visto y que los llevaba hasta un pequeño canal que se internaba dentro del bosque que había visto desde lejos.

-¡Vamos a ir porque aquí, “Becky”! ¡Ten cuidado de manejar recta y no chocarte con los bordes! – grita Victorino guiando su bote.

-Sii papito…- responde mi nena intentando guiar su unicornio por aquel estrecho canal que a diferencia de la laguna era sinuoso cual si fuera un riachuelo, con varias curvas que bordeaban aquel paramo de árboles medianos.

Pasaron entre los jardines más hermosos que mi nena recordaba haber visto, incluso un arco enorme finamente decorado donde pudo ver algunos pajaritos pulular muy contentos.

A todo esto, mi nenita andaba moviéndose muy torpemente, con el timón que se le iba de un lado al otro, hasta que terminó pegada a un borde del canal sin poder girarse.

-¡Papito! ¡No quiere girar! – se queja Rebeca incómoda por no poder seguir moviéndose.

-¿Tienes problemas? Vale, espérame un momento, pequeña “Becky”…- le dice el tipo saltando al agua desde su flotador bote. Mi nenita lo vio como de pronto comenzó a nadar hasta el de ella. En un dos por tres ya estaba a su lado:- Hágame espacio, nalgona…

-¿Irás conmigo, papito? – pregunta mi niña viendo como el tipo se sube con ella. El flotador era pequeño pero apenas los aguantaba a ambos sobre él.

-Así es, pequeña Becky… Este camino tiene muchas curvas como para que lo manejes solita…- le dice el tipo empujándola hacia adelante del flotador para que pudieran quepar ambos en el flotador.

Mi nenita se aferró más al flotador, concretamente al cuello del cisne que guiaba por delante al mismo, dejando que el vejete Victorino se le encimara por detrás, al mismo tiempo que este tomaba el timón para conducirlo mientras se pegaba a ella.

La escena era mi nenita de rodillas abrazando el cuello del cisne flotador apoyándose hacia adelante y parando su perfecto culote hacia Victorino que, pasando sus manos por ambos lados para manejar el timón la tenía abrazada contra él, colocando su vergón cubierto por su bermuda justo entre las nalgotas de mi niña que se abrieron para hacerle espacio.

¡Vaya casualidad! ¡Tremenda fortuna! Rebeca no ignoraba esto y sospechaba las intenciones del tipo cuando ya se había subido con ella en el mismo flotador. Ya en modo “Becky”, no impidió los bríos del contumaz acosador y se dedicó a que le cupiera bien aquel tolete entre sus carnes de mujer.

Y así empezó el nuevo trayecto, con toda la vegetación alrededor que los cubría completamente en su nuevo viaje por la laguna.

-¡Mira eso, Becky! – señala el vejete hablándole al oído y señalando un arreglo de cisnes.

-¡Qué bonito! – exclama mi nena cuando pasaron justo por debajo del nuevo arco.

Parecía un paseo por el medio de la selva escuchando los insectos y pajaritos alrededor, mientras juntos se alejaban cada vez más de la zona baja, ocultándose lejos de alguna mirada indiscreta de la mansión de Victorino.

-¿Te gusta el paisaje, pequeña “Becky”?- pregunta el tipo.

-Siii papito, es todo tan hermoso… – contesta Rebeca mirando siempre a todos lados: las flores tan hermosas, los árboles con pajaritos pululando alrededor, los arcos con distintas formas y decorados sobre el trayecto de la laguna-… Mira, papito… que bonita flor… – dice mi nena estirándose para tomar una margarita que estaba en la superficie del agua.

-Ten cuidado, preciosa… o puedes caerte…- suelta el tipo abrazando más a Rebeca y de esa forma presionando su ya erecta verga al medio de su culote. Mi niña pudo sentir la dureza y pálpitos del susodicho justo en la entrada de su esfínter, presionándola a través de la tela.

La pequeña “Becky” experimentó un espasmo que comenzó a invadirla de aquel calorcito que la embargaba siempre que un adulto osaba con tentarla.

-Oki, papito… No me caigo…- contesta Rebeca abrazando el cuello del cisne flotador y empinándose hacia atrás, sabiendo muy bien que de esa forma aplastaba con sus nalgotas el cipote de Victorino.

¡Mi niña se puso caliente con todo el manoseo! Ya varios días con Victorino habían curado del asco inicial que le tenía al tipo, por la situación de chantaje y cosas pasadas, sumado a que en modo “Becky” ya no necesitaba contenerse para poder disfrutar de su sexualidad. Ahora ya podía disfrutar de las artes carnales, casi como en la época que vivíamos juntos.

Y es que todo lo vivido estos días viviendo como recién casados, aceleraba las cosas siempre que el tipo gustara de disfrutar de los placeres que regala la pequeña nalgona de 10 añitos. Bastaba que el don hiciera algunos movimientos y Rebeca estaba al tanto de a donde se dirigían.

Ambos seres sabían que lo inevitable estaba al caer. Aquel contacto de sus cuerpos despertaba las pasiones dormidas apenas hace unas horas cuando el vejete se sació con las carnes de la nalgona nenita… ¡Nuevamente volvía a requerirla!

Victorino había conducido un evento calculado a la perfección y que surgía con naturalidad, tal cual en sus fantasías con la famosa Becky. No era lo mismo someterla y violarla porque sí, el pervertido deseaba revivir aquellas fantasías de los videos de mi niña, haciendo su papel de abuelo de Rebeca que se aprovechaba de su nietecita.

Por otro lado, Rebeca reconocía haber caído en las garras en el momento que eligió seguir por aquel camino solitario de la laguna, y desde ya se calentaba pensando que el vejete estaba ansioso por quedarse a solas con ella para dar rienda suelta a su perversión.

-Muy bien, preciosa… y ahora damos la vuelta aquí… Uy…- suelta el tipo girando el flotador para llevarlo de vuelta al camino principal. En aquel giro brusco su verga, que estaba ya erecta y presionada a tremendo culote, terminó enganchándose con el hilo dental de Rebeca.

¡Vaya accidente! Aún con su pitote oculto bajo las bermudas, Victorino había conseguido mover la tanguita de lado e incrustarse directamente entre las carnes de mi niña.

-Papito, se te enganchó tu palo…

-Sí, preciosa… es que ya estaba muy grande cuando salimos de la casa… Jeje…- dice el tipo de pronto soltando el timón y comenzando a amasar las carnes de mi niña. Con su otra mano intentó aflojarse sus bermudas con claras intenciones de liberar al monstruo hambriento de niña que ocultaba.

-¿Quieres jugar a los novios, papito? – pregunta Rebeca con su vocecita de ángel, para mi sorpresa y la del vejete.

¡Joder con mi niña! El efecto de la nalgona Becky hacía estragos en ella. Ya se había calentado por los manoseos del vejete mientras viajaban pegaditos por la laguna, mientras este le hablaba al oído describiéndole el paisaje y preguntándole si le gustaba.

Ya al amparo de la privacidad de aquella laguna, el tipo retiró completamente el hilo dental negro de mi Rebeca, abrió de par en par sus nalgotas revelando su sonrosado anito que parecía abrirse por instinto ante lo inevitable.

-SLURRPPP!! – el tipo se ensalivó al verlo y dejó caer como una catarata de baba por toda la superficie de la rajota de mi niña, procurando dejarle húmedo todo su orificio y alrededores.

-Ummmm… – murmuró Rebeca sintiendo como el tipo recorría con sus dedos arrugados por todo el orificio de su magistral culote. Esparcía la saliva a discreción, preparando religiosamente a mi niña para la esperada penetración.

Mi nena volteó justo para ver como el sujeto comenzaba a meterle ya no uno, sino más de dos dentro de su culote.

-Ummmm!!! Ay!… ¡Cuidado papito! – se queja mi niña ante el forzado avance del tipejo.

-Ufff… Es que ya aguantas bien, pequeña “Becky”… yo sé que puedes… ¿Vale?… así nos divertimos más rápido…- le dice Victorino comenzando a hurgar con ambos dedos y dilatando a su nalgona obsesión.

-Oki, papito… Es que me asustaste…Ummm…- murmura mi nena cachondísima mientras el tipo sigue hurgando con sus falanges dentro del culote de Rebeca que casi en pompa se ve espectacular.

Así estaba mi niña, apoyadita contra el cisne del cisne flotador parando su culazo de mujer casi cayéndose al agua, mientras detrás el vejete Victorino no dejaba de abrirla con sus dedos y babeando a diestra y siniestra su agujero.

-Umm… umm….

-Joder… que bien te entran los dedos, nalgona… Uff..

-Amm… ummm…

-Ohhh… que bien se dilata este ojete… Joder!

-Ammm… Que rico mueves tus dedos, papito… Ummm…

-Uff…. Ya pequeña “Becky” … lista o no, ya no puedo esperar más… ¡JODER!

Victorino parece al borde de la locura mientras retira sus dedos y empuña su verga que esta como un mástil por la erección. A nada de reventar, el sujeto lo apunta hacia aquel culote de ensueño profanando con su curtido miembro los rincones ocultos de la nalgona Rebeca, avanzando hasta la mitad sin ningún problema.

-Ummm!! Ahhhhhhhhh… – gimió liberadoramente Rebeca, abrazándose muy fuerte al cuello del cisne flotador, cerrando sus ojitos para dejar atrás el dolor inicial y concentrarse en el placer que le otorga aquel miembro adulto… ¡Increíble!

Rebeca al sentir aquella tranca dentro de su esfínter, dobla más su espaldita hacia abajo, apoyando el abdomen sobre el flotador y su cabeza casi contra la superficie del agua que la refleja tal como es: una nenita calenturienta que a sus 10 añitos ha devorado más vergas adultas que tipas que le doblan la edad.

Ya una vez superado el dolor inicial, Rebeca mueve su culazo para guardar toda la polla dentro de ella llegando a recibirla entera hasta chocar sus nalgotas con el abdomen del tipo.

-Ahhhhh!! Papitooo…

-Ahora sí, nalgona….UFFF!!!… – bufó extasiado el maduro, volviendo a agarrar a mi nenita de su cinturita de avispa mientras mi Rebeca se prepara cerrando los ojitos para lo que sabe está por suceder.

Plaff!!…. Plafff!!…..Plaf!!… Plaf!! De pronto, el tipo comenzó a moverse, embistiendo raudamente a mi Rebeca como si fuera una adulta. Apoyándola completamente contra el cuello del cisne con una mano para empinar más el culote de Rebeca, mientras se sacudía descontroladamente a fin de degustar de las carnes de semejante monumento de niña.

-Ahhh!!! Siii! Sii!! ¡Papito!!

-Ohhh!!! Joder!!

-Siii!! ¡Que ricooo, papito!! Ummm!!

-Ufff!! ¡Toma preciosa…!! Ufff!! Tomaaa!!

Todos los recatos ya no existían. Rebeca sabía que quien se la garchaba era el vejete Victorino y parecían no importarle. Solo en su mente estaban los contundentes sacudones que recibía, dejando volar su mente y cayendo en los deseos de Afrodita, dejando que se le escapen gemidos descontrolados ante el placer que recibía su pequeño cuerpito.

-Ahhhh!! ¡Siiii!!! Que ricoooo… ¡Siii!!

-Joderrr!! Ufff!! UFFF!! HOOO!!

El agua bajo ellos se movía en círculos ante los empellones del vejete Victorino contra Rebeca. Aquel éxtasis que recorría el cuerpo de mi nenita al contemplarse en aquella superficie cristalina le recordó a como cuando se miraba en los espejos de los moteles que visitaba con sus otros amantes, lo cual acabó por dinamitar más aun su cachondez… ¡Vaya guarrilla!

PLAFF!!…. PLAFFF!!…..PLAF!!… PLAF!! De pronto toda el agua se sacudió más al igual que el flotador que parecía ser golpeado por olas inexistentes en una mar brava ocasionada simplemente por los sacudones de la pareja que garchaba en la cubierta ¡LA FAENA SE DESCONTROLABA!

-¡Ahhhhhh! ¡siii!! Ummm!! Ahhh!!

-Bufff!! Beckyy!! Bufff!!! Joder!!! Hooo!!

-Siii papitoo!! ¡Que ricoooo!! Ahhh!!!

-Joooo!! Ufff!! Jooo!!

Ambos estaban desatados, tanto mi nena como el tipo quien, tomándola de su cinturita de avispa, la embistió fuertísimo por varios minutos. Rebeca, totalmente concentrada, gime loca de placer al experimentar las mieles del sexo, se le nota que su mente está en otro mundo y aguanta bien los empellones parando su culote de mujer.

-Bufff!! Joderr!! Woo!! ¡Qué buena estaasss, Becky!! Hooo!!

-Ahhh!! ¡Siii! ¡Qué rico! Siii, papitoo!!Dame!!!

PLAFFF!! PLAFF!! PLAFFF!! Ahora los embistes al culazo de mi nena se escuchaban continuamente en toda esa zona de la laguna. El silencio de la naturaleza era interrumpido solo por los gemidos de ambos copuladores y los golpeteos amortiguados en las nalgotas de mi niña…

-Joder!! Hooo!! Ufff!!! Que rápido aprendes, becky… ¡ufff!!

-Ahhh!!! Siii!! Sii, papitoo!! ¡Dame!! Umm!! Siiii!!

-Ohhh!! ¡Claro que te doy, nalgona! Ufff!!

-Siii!! ¡Qué ricooo!! Ahhh!! ¡damee!!

La batalla libidinosa donde se cogían duro y en cuatro a una nenita de 10 añitos, pero con una enorme cola de mujer, parecía no tener fin. La pequeña seguía gimiendo y gozando en aquella finca junto al vejete Victorino quien cayó rendido ante su desquiciante culote en el cuerpo de una niña e hizo todo lo posible para lograr cogérsela como Dios manda… ¡Una niña de 10 añitos lo llevaba a la locura!

-Ayyyy!! Siii!! Ahhhh!!

-Uffff!! ¡Cómo lo estabas deseando, eh nalgona!! Ohhh!! Jodeer!…

-Ahhh!! Siii!! Asiii!! ¡Papitoo!!

-Wooo!! Uffff!!! Bufff!!! Wooo!!

Tantas sensaciones, tanto placer, tanto deleite libidinoso que debe recorrer por el cuerpo del afortunado vejete que logra gozar de aquella despampanante nena de 10 añitos. Uno más en la lista de adultos que degustamos de los placeres prohibidos, pero tan exquisitos que nos entrega su exuberante figura.

-Joo!! ¡Desde la mañana andas seduciéndome con ese bikini! Joderr!!

-Ahhh!! Siii!! Ahhhhh!! ¡papitoo!! Siii!!

-Joo!! ¿Lo admites? ¿Querías que te diera duro? ¡ufff!!

-Ahhh!! Siii papitooo!! ¡Sí quería!! Ahhh!!

-Jooo!! ¡Pues te voy a dar duro, culona!! Jooo!! ¡Duro a este culazo que te cargas! ¡Jooo!

-Ahhh!! Siii!! ¡que ricooo!! ¡Dame duro, papitooo!!

-Joderr!! Hooo!! ¡Becky! Hooo!! ¡Tomaa!! Bufff!

-Ahhh!! Sii!! ¡¡Dame… dame más fuerte papitooo!! Ahhh!!

Y sus pedidos fueron escuchados. De pronto el sujeto comenzó a embestirla con mayor velocidad sobre su culazo de mujer, encimándose casi por completo sobre ella… ¡Estaban lado a lado! ¡Al mirarse mutuamente podía ver claramente sus ojos que al igual que los de mi nena denotaban tremendo frenesí! ¡Su aliento viciado se mezclaba con el de mi Rebeca!

-JODER!! OHHH!! ¡BECKYY! ¡TOMAAA… JODER!! HOOO!!- le suelta el sujeto gritando desquiciado.

-AHHH!! SIII!! ¡QUE RICO, PAPITOO!! ¡SIGUE PAPITO, NO PARES… AAAHHHH!!- chilla mi nena loquita de lujuria al experimentar los ímpetus del vejete, mientras lo tenía al lado.

-OHHH!! OHHH!! ¡NALGONA… JODER!! HOOOO!! HOOO!!

-AHHHH!! AHHH!! SIII!! ¡QUE RICOO!! AHHH!! AHHH!!

-WOOOO!!! JODERR!!! WOOOO!!!- exhala enloquecido el tipo pareciendo desfallecer y mostrando en sus ojos que la verdad no podría resistir más.

-AHHH!!! SIII!! ¡DAME!! ¡DAME!!! AHHH!!

-WOO!! ¡TOME NALGONA!!! ¡TOMA!! WOOO!!!

-SIII!! AHHH!!! ¡QUE RICOOO!! AUUU!!- chilla Rebeca aguantando el castigo en su culote que amortiguaba glorioso los embates de su penetrador.

¡PLAFFF!!! ¡PLAF! ¡PLAF!!! Aquellos impactos gloriosos y amortiguados sobre sus caderotas de mujer tenían loca a mi niña. ¡El momento límite se acercaba! ¡Estaba a nada de concretarse!

-¡AHHH!!! SIIII!!! ¡DAME PAPITO!!! SIIII!! ¡AHH!! ¡SIII!!

-JODEEERR!! WOOOO!!

-AHHH!!! AUUU!!! ¡QUE RICAAA VERGAA!! SIIII!!! AHHH!!! – chilla Rebeca fuera de sí.

-FUUUU!!! ¡BECKYY!! ¡WOOO!!!!

-AHHHH!!! ¡QUE RICOOO!!! SIII!! ¡LLÉNAME CON TU LECHE, PAPITO!! LLÉNAMEEEEEEE!!

-BUUUUFFF!!! OHHHH!!! JODEEEEERRR!!!- exhaló violentamente el sujeto sin poder resistir a ese pedido desesperado de mi niña por ser rellenada con harta lefa.

Y al final no pudo más el tipejo. El esfuerzo por embestirla, los chillidos y la estrechez de mi nena finalmente vencieron la resistencia del sexagenario quien viéndose acabar se dejó llevar y permitió que sus gónadas se vaciaran por completo emergiendo a chorros que fueron a dar en las profundidades del esfínter de la nalgona niña.

El nirvana hizo presa a ambos amantes devolviendo a sus cuerpos todo el fruto de su faena lujuriosa sobre aquel flotador en medio de la laguna, desbordando cataratas de placer con cada eyaculación del vejete dentro del perfecto culote de Rebeca, temblando ambos, producto de los últimos espasmos que daban sus cuerpos….

…………….

Pasó un día más, ya era miércoles y casi llegábamos a cumplir las dos semanas desde la llegada de mi niña a la finca de Victorino. Si bien los primeros días como saben se dedicó a que Rebeca se fuera acostumbrando a la mansión y sin acosarle, ya los últimos días fueron un completo festín para las intenciones del vejete.

Rebeca llevaba 4 días enteros y una noche siendo el desahogo sexual del vejete Victorino. Prácticamente desde que despertaban, mi niña era asediada por el tipo y la acompañaba a todos lados, aprovechando su libido sexual para cogérsela en cuanto escenario pudiera.

En la cocina, en el baño, en los pasadizos, en la alcoba y hasta en los jardines… Parecía que aquella mansión estaba desierta, y el tipo no descansaba en su libido y aprovechaba para satisfacerse con mi niña a la menor oportunidad.

De seguro tenía sus empleados más fieles que hacían la vista gorda de los asquerosos fetiches de Victorino, a base de dinero. Siempre la casa estaba arreglada, la comida lista y otros preparativos para sus perversiones, pero Rebeca no recordaba encontrarse con alguien.

Ya en este quinto día juntos y cogiendo, por su edad, el tipo parecía ir bajando su libido y los intervalos dándole a mi nenita se hacían un poco más dilatados. Lo cual era bueno y malo al mismo tiempo, sobre todo ahora que Rebeca se había acostumbrado en modo “Becky” a ser “atendida” diariamente.

Si bien ayer lo pasaron montando a caballo en la granja de la finca, hoy ambos salieron a la zona de piscina pero se quedaron en la orilla, donde hasta hace una hora el vejete jugaba con la niña al vóley, hasta que el susodicho recibió una llamada y se echó en una silla mientras hablaba con su secretaria sobre algunos temas de sus empresas.

Rebeca lo esperó un rato jugando solita, hasta que se aburrió y decidió acercarse hasta donde estaba. En medio de su picardía por saberse ignorada, mi niña reaccionó como no se esperarían.

Ante la vista de cualquiera que pasara por la piscina se configuró una nueva escena pecaminosa: con Victorino echado sobre una de las sillas horizontales vistiendo su camisa hawaiana con las bermudas a la altura de los pies y su miembro al aire. Mientras tanto, Rebeca estaba encima de él, también echada, pero a la altura de aquel falo erecto que mi nenita chupaba cual si fuera una paleta.

-¿Qué? No me jodas, *****. Que el presidente solicite una reunión para otro momento…- suelta Victorino molesto hablando por teléfono.

-Ummm!! Amm… mmm…- Rebeca daba lamidas a la superficie del pitote del vejete, aguardando que el tipo colgara y dejara de ignorarla. Hoy llevaba un topcito negro y un hilo dental rosa con el cual había estado nadando sola en la piscina mientras Victorino hablaba con su secretaria.

Sabía que el tipo a menudo podía verse interrumpido por su buffet de abogados y las empresas, pero en modo “Becky” ella gustaba de masturbarlo… ¡Rebeca tomaba la iniciativa!

-Uff… Bueno, pero dile que me contacte apenas terminen mis vacaciones…- contesta Victorino colérico con su secretaria. Claramente se veía con ganas de mandar a la mierda todo para seguir con mi nenita.

-Aaaa… – suelta Rebeca sacudiendo el falo del vejete y rebotándolo en su lengüita de princesa. Chupaba con devoción su “paleta” proporcionándole un trato de pareja al sexagenario.

-Ohh… Pues… ufff… si sigue insistiendo dile que se olvide del trato. Ya le hacemos un favor… Y no vuelvas a llamar si no es algo verdaderamente urgente, ¿entendiste, Clorinda? – suelta amenazador Victorino justo antes de colgar.

Mi nenita lo miró mientras seguía ocupada en el tratamiento que le daba al pitote.

-Aaaa… papito, ¿estas molesto?- pregunta Rebeca sacudiendo el falo de Victorino justo antes de darle una lamida al glande.

-No es contigo, mi culona… Pero, estabas muy traviesa jugueteando cuando estaba al habla… Jeje…

Rebeca seguía masturbando el falo del tipo, escuchando por un oído mientras no dejaba el tratamiento a Victorino que la observó complacido. Mi niña también sonrío cuando el tipo la miró en pleno manoseo a su miembro.

-Uy… Se nota que tenías ganas que dejara de hablar y te prestara atención… Ufff….

-Ummm… Sí, papito… Ummm…- contesta mi nena dándole otra chupada a la punta de aquel falo con una mata de vello púbico grisáceo.

-Uffff… Hoo… Pues entonces…. Sigue lo tuyo pequeña… que quiero que lo hagas igual que el video donde te graban desde la cama…- suelta Victorino cambiando su móvil a modo cámara para comenzar a grabar la escena aun echado sobre la silla horizontal.

-Oki, papito…Umm…… ummmm…Ummm…- Rebeca reanudó chupando aquella polla erecta que desaparecía en los labios de tan dulce niña que usaba su boquita como orificio de placer.

-Jooooo… Uff…. Muy bien, pequeña Becky… Sigue así… Uff..Ufff!!

-Ummm… Haaa…. Ummm…- Rebeca chupaba y chupaba, intercalando juguetear con su lengüita sobre la punta de aquel indomable glande. Su dilatada experiencia le permitía otorgarle un placer divino a aquel que usara aquellos tiernos labios de niña para su propio deleite.

Mi nenita seguía mamando aquel pitote, evocando a la “nalgona Becky”, en otro capítulo donde la grabé en modo POV y ella le hablaba a su papito mientras este estaba al teléfono. ¡No solo Victorino se sabía el guion a seguir, sino también mi nenita!

-Mmm!! Mmm! ¡Ah…! Mmmm!! – lame Rebeca de costado al mismo tiempo que pajea aquel miembro ya húmedo por la saliva de mi nenita y los líquidos pre-seminales del tipo.

Subía y bajaba su lengua por aquella verga erecta. Rebeca sabía su juego y no desaprovechaba la oportunidad para demostrárselo al susodicho, que observaba todo, echado sobre aquella silla reclinable de piscina… ¡Otra escena más para su colección!

-¡A ver, preciosa… Bufff!! ¡Mire para aquí! – delira bufante Victorino, ordenando que la nena lo mire, mientras el tipo apunta la cámara de su móvil hacia Rebeca.

-Ammm…. Umm… ummm…- contesta sin detenerse mi niña, mirando directamente a la cámara con aquellos ojitos que mezclaban inocencia con cachondez de una forma inigualable… ¡Increíble!

En un arrebato de inspiración, propio de la nalgona “Becky”, bajó el trayecto de su lengua, pasando por todo el tronco hasta llegar a los huevos velludos de Victorino ¡un barrido de lengua completo!

Como si fuera una veterana, mi niña lame cada centímetro de aquel miembro preocupándose especialmente por la punta del glande. Lo toma en sus manitas de princesa, y comienza a repetir los barridos con su lengua desde debajo hasta la punta como si fuera un helado… ¡Delirante imagen para el vejete!

-Jooo… Muy bien, nalgona… Uffff…

-Ammm…. Umm… – murmura Rebeca levantando la vista, aun echada encima de su amante que con sus bufidos le demostraba cuanto placer le arrancaba la nena… ¡Éxito total para mi niña!

Más animada por tener a ese sujeto bajo su control, Rebeca se pone mucho más atrevida e intenta meter su lengua por la punta del miembro, otorgándole un placer divino vejete que no cabe en asombro ante tal atrevimiento.

-Joooooder…. Ufff…. ¿Sabía ese movimiento, mi niña? ….. Ufffff!!

-Aja… ¡Mmmmmmmm!! – murmura mi nena bailoteando su lengüita queriendo ingresar por el orificio de la punta…. ¡Como toda una profesional!

-Hooooo… Joder! … Que buena mamona me saliste… ¡HOOOOO!! – delira el tipo dejando de grabar y ahora acariciando el cabello de mi pequeña en agradecimiento por todo el mar de sensaciones que le daba aquella niña de 10 añitos.

-Aaaah… No te muevas AÚN, papito. Yo puedo solita… ¡Mmmmm!!

-Está bien, mi culona… No la molesto, hágalo solita…- le contesta Victorino soltándola. Mi nena había resaltado el “AÚN” porque definitivamente deseaba que aquel sujeto la tomara del cabello muy pronto… ¡Qué atrevida!

Rebeca, ya en éxtasis por lamer aquel pitote, abre sus labios y comienza a engullirlo completamente dentro de su boquita.

-Bufff… Joder! Muy bien, pequeña “Becky”… Usa esos labios… Joooder!!

La nalgona de 10 añitos comienza a darle una soberbia mamada usando solo su boquita, mientras está apoyada sus manitas sobre las piernas del sujeto

-Mmm!! Ummm!! Mmmm!!- murmura mi nena con la verga en sus labios. -Ah…. ¿Se siente rico, papito? – pregunta la pequeña cuando comienza a bailar su lengua en la zona del glande.

Su lengua realizaba una soberbia danza baboseando la verga del sujeto, bañándolo de sensaciones carnales de otro nivel, propias de las mamadas de mi Rebeca.

-Buufff…!!! Riquísimo, nalgona… ¡Bufff!! – bufa Victorino mientras mi niña con ambas manitas pelaba su miembro hasta llegar a lamerlo justo en la punta. – Muy bien, Joooo…. Mfff!! Igual que en “Paraíso con Becky parte 2”… ¡Mffff!! ¡JOOOO!

-Ummmmm!! ¡Gracias, papito! – contesta Rebeca sacudiendo el falo del calvo contra su lengüita. Aquel afortunado pitote se daba el gusto de gozar los tiernos labios de mi niña recibiendo su glorioso tratamiento de lengua… ¡Increíble!

Rebeca volvió a levantar la vista para mirar al vejete. Desde aquel ángulo, mi niña podía notar claramente la expresión del susodicho dando bufidos de deleite al gozar del tratamiento de la nalgona nena que le arrancaba espasmos de placer solo con su boquita. ¡Como si fuera una veterana!

-Mfff!! Ahora hasta el fondo, pequeña…– ordena el susodicho tanteando para tomar el cabello de Rebeca-… Voy a jugar con tu boquita… ¡Joder!

-Mmmm!! Ahh…- suelta mi nenita, asintiendo ante las caricias… ¡Era el momento para que la tomara del cabello cual si fuera una mujerzuela!

-Mfff!!! Joooo… mi niñaaaaaa- delira Victorino, jalando a mi nenita nalgona que obedeciéndolo dejó vía libre para que aquel falo cómplice circulara por toda su cavidad bucal … ¡Se lo empujo hasta el fondo!

-Ummm!!! Puahh!! MMM!!- murmura Rebeca chupando con su lengüita intentando no ahogarse con aquel miembro de su amante que respiraba entrecortadamente cada vez que su nalgona se introducía su verga hasta el fondo de su paladar… ¡Garganta profunda!

¡GLUP! ¡GLUP! ¡GLUP!

-JOOO… hooo!! – exhala el vejete acariciando y tomando del cabello a Rebeca, quien también se mueve para evitar que el susodicho la ahogue, sin quitarse el falo de su boquita – Muy bien nalgona… HOOOOOO!! – de pronto el tipo, usando sus dos manos como garras comienza a moverlas jalándola del cabello, controlando la velocidad de la mamada.

Aquel dichoso falo ingresaba y salía raudamente de los labios de Rebeca mientras la nena miraba hacia su amante que la tomaba de su cabecita para literalmente follarse su boquita de nena… ¡Éxtasis para ambos amantes!

¡GLUP! ¡GLUP! ¡GLUP!

-Ummm!! Mmm!! Mmm!!- la boquita de Rebeca continuaba siendo usada como un orificio de placer, mientras el afortunado sujeto no le daba descanso… Y digo éxtasis para ambos, porque a Rebeca le encanta que sus papis usen su boquita como otro agujero más para follar ¡Ya puesta en modo “Becky” era incontrolable!

-¡Como chupas, pequeña… Bufff… JODEEEER! – exclama Victorino ya sin poder contenerse el follar salvajemente aquella boquita de princesa.

-Ummmmm!! Ummmmm!!

-Hooo!! Hoooooo!!

-Umm!! Ummmmm!!

-Buffff!! Hooo!! HOOOOO!!

Finalmente, el tipejo no logra aguantar más y terminó llenando la garganta de mi niña de harto esperma que ella aceptó como la veterana mamadora que era. La carga que le dejó fue tal que Rebeca trago una parte, pero se guardó el resto.

Con los cachetes erguidos, mi niña acumulaba el esperma restante dentro de su boquita. Miró a su amante con esos ojitos que mezclaban candidez para luego cambiar a una mirada de lujuria extrema por guardar el material genético del susodicho dentro de su boquita.

¡En la vida se hubiera imaginado mostrándole aquella expresión de cachondez a semejante tipejo! Sin embargo, allí estaba ella tan chiquita guardando aquel líquido lechoso que ansiaba degustar.

Y es que a mi nenita le encantaba tragarse la lechita… Pero como bien saben ese gustillo era aún mayor si sucedía lo siguiente…

-Ufff… Uuuy!! Que buena mamoncita, pequeña “Becky”… ¡Mírela nomas, aguantando las ganas de tragarse mi lefa!… ¡Juajuajua!- ríe el calvo luego de ver a Rebeca aguantando todo con sus cachetes inflados de esperma.

Mi niña por fin abre su boquita enseñándole a Victorino toda la corrida que le dejaron en su boquita de princesa. Aquel esperma sabroso que ansiaba por engullir a la brevedad y del cual también quedaban rastros alrededor de su boquita.

-Bufff!! Que niña más atrevida… ¡No quiere que se le escape nada!… Juajua!!

-Aaaa… aaaa…- suelta mi Rebeca ansiosa por ya recibir la orden de su amante e ingerir aquel fluido seminal tan esperado y tan delicioso para ella.

-Jooo… Pues ya tráguese su leche, pequeña Becky…- contesta el tipejo con una sonrisa malévola. – Toditita y no deje ni una gota…Ufff!!

Rebeca, obedece e ingiere sedienta de aquel esperma cuyo sabor (estando en modo “Becky”) es uno de los manjares divinos que obtiene luego de satisfacer a sus adultos amantes… ¡Y mucho más después de mostrarles el contenido de su boquita!

¡Cuánta dicha para ese afortunado sujeto! Mi nena traga gustosa su lechita, para inmediatamente después sonreírle coqueta mientras se relame la que le quedaba en sus labios de princesa.

-Hooo… Muy bien, mi niña… Se nota que le gustó la lechita…

-Ahh… Siii… Estuvo riquísima, papito… – suelta Rebeca pasándose un dedo por sus labios, recogiendo lo que le había quedado en la comisura de su boca y relamiéndose nuevamente.

-UFFF!! Qué preciosa mamoncita… ¡Jojo! Ufff!- bufa el sonriente tatuado. Luego miró el reloj y le ordeno levantarse a mi Rebeca.

-¿A dónde vamos, papito? – pregunta mi niña, siendo llevada de la manita por el vejete. Salieron de la zona de piscina y volvieron a la mansión.

-Ya casi es la hora de que hagan la limpieza. Recuérdalo, pequeña.

-¡Ah sí! – contesta Rebeca recién cayendo en la cuenta que de seguro sus empleados estaban por volver. Como os conté, mi nena y Victorino no los veían porque el tipo hacía coincidir sus horarios para no cruzarse con la mayoría. De seguro a los que tenía comprados eran a los más cercanos.

-Pero nosotros podemos continuar arriba, preciosa… Jojo…- ríe Victorino nalgueando a mi nena.- De seguro ya nos dejaron todo listo en nuestra habitación privada.

¡TAZZZZ TAZZ! Nuevamente dejaron rojas las nalgotas de mi Rebeca que ya estaban acostumbradas a los azotes de sus machos adultos que gustaban de manosearla.

-Jijiji… Oki, papito, lo que tú quieras…- contesta mi nenita sonriente. Se había quedado con ganas de continuar después de haberse comido aquel falo.

-Tengo un trajecito nuevo que te va a traer muchos recuerdos ya verás…- suelta Victorino augurando una nueva grabación junto a la pequeña “Becky”.

Y así pasaron el resto de la tarde, recreando otro de los videos en un salón especial que Victorino había preparado para grabar sus propias películas con la pequeña “Becky”. El vejete tenía toda mi colección con Rebeca y deseaba grabar una igual de extensa pero de sí mismo.

No escatimó en gastos y cámaras por doquier para grabar muchos ángulos el mismo, tal cual yo lo hacía cuando vendía nuestros videos a Oscar. También tenía varios trajes apretados del tamaño de niña: policía, enfermera, lencería de alcoba, etc.

Rebeca se disfrazó de varios para poder interpretar cada una de las fantasías del tipo que se pasaba casi el 90% de su tiempo con mi nena. En modo “Becky” todo era más pasable para ella, y hasta el punto que muy pronto lograría explorar otras fantasías de las cuales aún no había registro fotográfico.

……………………….

Ya era el día sábado, había pasado ya una semana y 5 días desde la llegada de Rebeca a la mansión de Victorino. Progresivamente se había acostumbrado a sus rutinas diarias y tenía muy presente su papel de “Becky” con el que se exhibía frente al sexagenario, siempre que andaba a su lado.

Hoy era el antepenúltimo día de aquellas dos semanas prometidas. Rebeca se levantó esta vez a las 1 de la tarde. Encontró ropa menos reveladora que los otros días: un minishort azul y una remera amarilla sin mangas. Si bien es cierto que aún mostraba los atributos de mi nenita, comparado a los otros días por lo menos estaba más cubierta.

Aquel minishort le quedaba ajustadito, pero era suficiente para cubrir su descomunal culote de mujer. El topcito le daba fresco así que podía quedarse satisfecha con aquel conjunto muy decente. Eso sí, después de andar casi 6 días prácticamente semidesnuda de un lado al otro, le pareció curioso el repentino cambio.

Una vez terminó de vestirse, Rebeca bajó por las escaleras hasta llegar al Gran Salón. Para su sorpresa, el comedor estaba vacío y no divisaba a Victorino por ningún lado, ni en la cocina ni en la bandeja para buffet. Optó por desayunar solita, sirviéndose del usual buffet que estaba preparado siempre que ambos fueran al comedor.

Después de desayunar mi nenita fue hasta la sala. Planeaba quedarse esperando a Victorino mientras veía algún dibujo en la TV o si tenía suerte pillaba alguna repetición del programa de los Jonas. Seguramente el tipo estaba en algo de sus negocios y para más rato volvería con ansias de gozar de mi nena.

Para su sorpresa, al llegar a la sala se encontró que había una nenita rubia de maso menos su edad sentada en el gran sofá revisando su móvil.

-¡Rebeca! – exclamó la niña que corrió hasta ella. Pese a su aturdimiento inicial, mi nenita pudo reconocerla.

-¡Stela! – contestó mi nenita ante la llegada de aquella amiga de su antiguo campamento.

Ambas nenitas se juntaron y no salían de su asombro. Rebeca no podía creer que volviera a ver a su amiguita del campamento justo aquí. A su compañerita Stela, quien debía estar cumpliendo en unos meses los 12 años, pero tenía la misma altura que mi nenita. Iba con un conjunto parecido al de Rebeca, minishort blanco y remera sin mangas rosa.

Ambas eran bajitas por su edad, pero a diferencia de otras niñas, Stela compartía una característica particular con mi nenita: ambas gozaban de unas caderas prominentes para su edad. Si bien es cierto, el culote de Rebeca era descomunalmente perfecto, Stela tenía con que defenderse.

Aquel minishort de la rubia estaba muy estirado por aquella curvatura deliciosa que exhibía Stela. Sin embargo, a Rebeca ya se le notaba claramente la línea del calzón resaltando en aquel minishort azul… ¡A pesar de ser un año menor que su amiga, mi niña era más caderona!

-¿Qué pasó, porque no volviste al campamento? – pregunta la rubia increpándole a Rebeca.

Mi nenita comenzó a relatarle su situación y como no había podido seguir asistiendo porque su papi se había ido de viaje y todo el asunto de Verónica. Había mucho que contar, pero Rebeca le dio el mayor contexto posible mientras hablaban sentadas en el sofá.

-¿Y si viniste hoy? ¿Estas viviendo con el señor Victorino? – pregunta en voz baja Stela con evidente curiosidad.

Mi nenita se cortó un poco al asentir. Era cierto que en modo “Becky” andaba más desinhibida, sin embargo, aún no estaba lista como para andar difundiendo tan directamente sus amoríos con otros adultos y sobre todo a otras niñas (con Sally era otro asunto).

Pese a ello, la voz de Stela era de una profunda complicidad tal y cual la recordaba en el campamento. Justo cuando estaba por comenzar a explicarle el porqué de su visita, apareció una figura en el umbral de la sala.

-Bueno bueno… ya veo que os habéis estado poniendo al día…- comenta Victorino apareciendo de pronto y acercándose a ambas nalgonas. Iba con un conjunto de remera y short blanco, algo poco común ya que siempre usaba sus bermudas y camisa en todos lados. Llegó hasta el sofá donde estaban sentadas y tomándolas de los hombros las guio saliendo de la sala.

-¿Qué haremos hoy, daddy? – pregunta de pronto Stela para sorpresa de Rebeca. Incluso, la nenita sonreía y le seguía el juego al sexagenario que conducía a ambas nalgonas hasta fuera de la mansión.

-Hoy vamos a practicar la coordinación entre ambas…

-¿Coordinación? – pregunta Rebeca sin entender y solo dejándose llevar mientras salían de la mansión.

-Así es, quiero verlas trabajando en equipo…- suelta Victorino con su sonrisa burlona.

Salieron por el patio y cuando mi nenita pensó que irían hacia la piscina enorme, de pronto se desviaron saliendo por otro lado hasta llegar a aquella cancha de tenis que había visto antes.

-¡Siii! ¡Tenis!- exclama Stela dando saltitos y separándose de ambos hasta llegar a una caja que aguardaba justo al lado de la net que separaba ambos lados de la cancha.

Era una cancha grande, que pertenecía a Victorino y donde solía practicar con sus invitados aficionados a este deporte.

-¡Vamos a jugar a 4 de 7! Ustedes allí y yo aquí…-señala Victorino tomando una raqueta de la caja y una pelota, para desplazarse hacia uno de los lados rivales.

Mi nenita tomó una raqueta pero estaba más perdida que en una biblioteca, así que decidió seguir a Stela y colocarse muy cerca de ella. Igualmente le había seguido el juego a Victorino toda la semana por lo cual esto no cambiaba mucho su accionar.

-¿Sabes jugar, Rebeca? – pregunta Stela entusiasta lanzándole una pelota como practicando.

Rebeca negó con la cabeza algo cohibida por la presteza de su amiguita que parecía ahora la más animada. Stela con su entusiasmo comenzó a guiar a mi nena explicándole maso menos algunas reglas simples, mientras Victorino aguardaba en su lado.

-Y solo le das pero cuando te diga lo dejas pasar, ¿vale?

-Oki…

-¡Niñas! ¡Voy a lanzar! – exclama el vejete que parecía tener cierta técnica en la postura de lanzamiento.

Era básicamente un 2 vs 1 pero Victorino era muy hábil, debido seguro a tantos años jugando. Incluso con aquella cancha, parecía a buen nivel para su edad. Las nenitas hicieron esfuerzos por equipararlo entre ambas pero no pudieron seguirle su ritmo.

Rebeca por momentos se estiraba para llegar y terminaba cayendo por la torpeza. Era rápida por sus entrenos de vóley y para la recepción, sin embargo, le costaba darle dirección a la raqueta para impulsar la bola. Poco a poco fue superándolo pero eso no impidió que sacara algunas risas por la forma en la que se movía…

-¡Jo, Stela! ¡No te rías! – protesta mi nenita haciendo puchero cuando se levantó tras no llegar a una buena respuesta de Victorino que barría la cancha con ambas.

-¡Es que allí te caíste muy tonta! ¡Jijiji! -ríe Stela alcanzándole la pelota a Rebeca que se levantaba del suelo.

Pasaron buen rato en aquel juego mientras ambas niñas iban mejorando poco a poco, hasta que en algún momento ya podían defenderse decentemente. Fue allí que Victorino les dijo que volverían a la casa para tomar algo.

Ambas nenitas estaban sudorosas así que pasaron por el tocador antes de llegar a la sala donde Victorino las aguardaba con unas botellas de rehidratante.

-¡Beban, niñas! ¡Beban! – exclama Victorino alcanzándoles una de sus bebidas luego de haber estado 2 horas de juego ininterrumpido.

Rebeca y Stella bebieron ante la vista del tipejo que sonreía con su cerveza de lata en la mano.

-Las espero en 20 minutos, voy a preparar todo…- les avisa Victorino de pronto, levantándose de la mesa y dejándolas en la sala. Ambas se pusieron a ver videos en el móvil de Stela mientras charlaban.

Una vez pasó el tiempo, Stella se levantó y jaló a mi niña con dirección a los pasillos.

-¿A dónde vamos? – pregunta mi niña sabiendo a donde, pero aún le extrañaba que sea Stella quien la dirigiera hacia allí y no al revés.

-Al Estudio, pues claro…- contesta su amiguita con una sonrisa.

Rebeca avanzó entre los pasillos siguiendo a Stela con dirección a una habitación que ella conocía muy bien. No se esperaba que su amiguita también, pero debió habérselo imaginado desde hace mucho tiempo. Y con eso me refiero a la escena que Rebeca y yo presenciamos en el último campamento (cuando justo los atrapamos en plena “faena”).

Con ello en mente, Rebeca entendía la presencia de Stella aquí. Lo que le extrañaba es que se mostrara tan desinhibida cual si al igual que ella, Stella tuviera un alter que actuaba muy contenta pese a estar en la mansión del sexagenario.

Y así, después de un par de minutos recorriendo los pasillos del lado este, ambas nenitas terminaron llegando frente a aquella gran puerta con goznes de madera. Stella con sobrada destreza, destraba la cerradura e ingresa con Rebeca tomada de la mano.

-¡Vaya! Parece que daddy ya lo ha decorado todo…- se sorprende la nenita de 11 añitos al mirar el interior.

Rebeca giró la vista solo para encontrarse con todo el decorado de blanco en las paredes: Querubines y figuras celestiales de un lado al otro en aquella habitación conocida como “El Estudio”. Un candelabro colgaba del techo con figuras de ángeles revoloteando conforme giraban sobre lo que se ubicaba al centro de escena.

Y digo escena, porque literalmente, había luces altas en las 4 esquinas de aquella habitación grande, que más que una alcoba parecía un escenario, por tener un resalto del suelo justamente en el lugar donde estaba situado el lecho de amor: aquella gran cama de dos plazas con sábanas diáfanas.

El Estudio”, era llamado así porque diariamente Victorino se encargaba de renovar los escenarios con ayuda de quien saben que cómplices empleados para la decoración de aquella puesta en escena.

Había 3 cámaras que Rebeca recordaba porque se usaban para grabar desde varios ángulos y aparentemente con gran calidad por lo sofisticadas que eran. Recordó algunas cámaras similares que yo ponía en nuestra habitación para las transmisiones en vivo, cuando juntos grabamos para “El Club”… ¡El vejete Victorino evocaba nuevamente sus fantasías con mi nena!

-¡Perfecto, niñas! Ya están aquí y tenemos todo listo… ¡Vayan a cambiarse que no debemos malgastar el tiempo!- exclama apremiante el tipo.

-¡Venga! ¿Ya sabes donde es el vestuario? – pregunta Stella llevando a mi nenita del brazo.

Claro que Rebeca lo sabía. Llevaban casi 1 semana grabando con el vejete distintos videos, siempre por la tarde hasta entrada la noche donde luego cenaban y se iban a su alcoba matrimonial para continuar su faena ya en privado. Pero siempre estaba solita, era la primera tarde junto a otra niña.

Bajaron del resalto hasta un extremo de la habitación donde había un mini vestuario donde junto a un colgador aparecían 2 trajecitos de tamaño infantil.

-¡Vaya! ¿Lo has usado antes? ¡Daddy dijo que los compró justo para hoy! – suelta Stela sonriendo tomando aquel traje.

-No… ¿Cómo te lo pones? – pregunta mi nenita tomando un leotardo blanco pero semitransparente en el abdomen y abierto al medio, tal que parecía de dos piezas.

-Venga, yo te enseño…- suelta Stella ayudando a mi nenita.

Las nenitas comenzaron a vestirse, ganando cada vez más confianza al momento de empinarse y saberse ajustar aquel conjunto. Sus tremendos derrieres de mujer ajustaron bien en la parte baja del traje, haciendo que destaquen tremendamente, sobre todo en mi Rebeca que era un poco más bajita que Stella que era su mayor.

Ambas nenitas desfilaron frente al espejo improvisado al lado del vestuario. Sus esculturales figuras se veían deliciosas en los trajecitos de ángeles, sobre todo en mi Rebeca cuyo leotardo hacía todo el esfuerzo con aquellas caderotas.

-¡Yay! Casi nos olvidamos de las alas…- suelta Stella señalando el otro perchero donde colgaban 2 pares de accesorios.

Rebeca volteó y se fijó como Stella tomaba ambos y los acomodaba para dejarlos listo para colocárselos. Eran pequeñas alas de ángeles que no pesarían casi nada al traje pero de seguro daban la impresión angelical en quien los usara.

-¡Ven te las coloco y luego tú conmigo! – la llama Stella. Rebeca asintió y se dejó colocar el accesorio justo en su espaldita, quedando listo para su conjunto angelical.

Allí estaban dos nenitas muy nalgonas vistiendo un leotardo blanco cristalino con encaje y unas medias blancas muy altas hasta por encima de la rodilla.

-¡Qué bien te queda!

-¡A ti también, Stella!- contesta Rebeca sonriendo.

-Jijij… Gracias… Pero vuelve a acomodarme las alas que creo se van mucho a la derecha.- señala Stella un lado del accesorio que se caía.

Mi nenita hace lo propio y vuelve a acomodar las alas, justo en el momento que una figura emerge dentro del vestuario observando a las nenas mientras se relame.

-Vengan niñas, tenemos que ensayar…- las llama Victorino y ambas nalgonas se acercan con el vejete afortunado que ya llevaba una bata lujosa color vino.

Era común que el sexagenario le relatara a mi nenita la escena que iban a realizar justo antes de comenzar la grabación. Rebeca tenía sobrada experiencia pero no se imaginaba que su compañerita Stela ahora también participaría en la grabación… ¡Y parecía muy dispuesta!

Su amiguita sonreía al escuchar las indicaciones del tipo, mientras mi nenita se le dificultaba entrar en modo “Becky” al tener a otra niña al lado. Ya llevaba así buen rato, y es que le era más fácil actuar como nenita cachonda con otros adultos que la codiciaban, pero le empezaba a dar corte mostrarse así también junto a Stella.

-¡Venga! Ven a mi lado… – la llama su amiguita subiendo a gatas sobre la cama enorme con sábanas blancas de seda, tal cual estaba en el guion.

Mi nenita obedeció y también subió al lado de la otra niña, juntas tomándose de la mano mientras quedan de rodillas llevando sus trajes angelicales

¡CLICK! ¡CLICK! ¡CLICK! ¡CLICK! ¡CLICK!

De pronto una infinidad de flashes comienzan a llenar el silencio de aquella habitación. Las cámaras empiezan a hacer su trabajo y captan cada movimiento de las nenas que conforme al guión comienzan a contornearse sobre aquella cama.

Rebeca tomó una almohada de corazón y la abrazó, se empinó para atrás… ¡CLICK! ¡CLICK!…. Stella contorneándose hacia atrás, se dejaba llevar y aprovechaba para regalar un ángulo bajo para la cámara lateral… ¡CLICK! ¡CLICK!…. Ambas nenitas subidas una encima de la otra, mientras se enfocaban a sus tentadoras colas de mujer… ¡CLICK! ¡CLICK! ¡CLICK!

¡Vaya trabajo simultaneo! las cámaras eran inteligentes y sabían enfocar y detectar el momento exacto. Recuerdo que Oscar me decía que las usaría, pero le salían muy caras. En el caso de Victorino, podía costearse todo ellos con el único fin de sacarle provecho a las figuras de las nalgonas niñas, que tan hermosas ellas se dejaban fotografiar en todos los ángulos.

¿Hacer todo lo de las fotos y videos no era una contradicción con el objetivo de su llegada a la finca? Seguro alguno de ustedes se lo preguntará. Porque sí, mi niña quería evitar ello, sin embargo, tras las revelaciones de Victorino, le quedaba clarísimo que era complicado que la llevaran al orfanato puesto que sus papeles con el vejete estaban muy bien redactados. Arturo era su tutor y en caso hubiera algún problema, no la culparían a ella porque era una víctima al ser menor de edad.

Además, con las reuniones y sus amistades vueltas a recordar con aquella semana previa, lentamente se le fue quitando de una vez aquel temor porque pudiera sucederle algo en el irrisorio caso que le tocara volver.

Todos los miedos por ser devuelta así como el miedo al orfanato terminaron disipándose gracias a esta visita a la finca. Además, si mi niña estaba aquí estas semanas era para garantizar que Victorino no interviniera denunciándola a la escuela, ni afectara a sus amantes denunciándolos lo cual perjudicaría la nueva vida que estaba construyendo ella: una nueva vida donde Rebeca podría explorar los places negados para su edad con los adultos que solo ella dejaría que gozaran de sus formas de mujer en el cuerpo de una nena de 10 añitos.

-¡Cambio de escena! – exclama Victorino ansioso, luego de que las pequeñas terminaran de posar en todas las escenas que les habían pedido… ¡Tremendo set de fotos!… Unos deliciosos ángeles de 10 añitos, bellas de rostro, refinadas en sus movimientos y con unos derrieres que pueden llevar a cualquiera a la locura.

Rebeca y Stella vuelven gateando a uno de los bordes de aquella gran cama, justo donde estaba llegando Victorino quien se paró frente a ella llevando aún la bata. Llevaba un antifaz rojo que le cubría el rostro y a los lados unos cuernos puntiagudos.

-¡Ayúdame, Rebeca! – pide Stella desenredando el nudo de la bata de Victorino.

Mi nenita asiente y junto a la otra nalgona, desatan aquel nudo que era sencillo pero que para la filmación debió verse espectacular a ambas pequeñas desvistiendo al protagonista.

¡Todo preparado! Una vez desvestido el sexagenario quedó desnudo frente a las dos angelitos que frente al demonio encarnado en Victorino solo sonreían conforme al guion.

-¡Ahora, pequeñas! Pórtense muy bien como los angelitos que son… – suelta emocionado el tipo.

Sin más espera, ambas niñas se acercaron a aquel miembro adusto y peliblanco que se erguía erecto frente a ellas, y comenzaron a palparlo, coordinándose al igual que habían hecho apenas hacia unas horas en el tenis.

Stella fue al tronco deslizando sus manitas por toda la superficie desde la punta hacia la parte superior. Lo acariciaba con sobrada destreza propia de una veterana de mil batallas, con suavidad y tacto para con el venudo. Por su lado, Rebeca fue a los huevos que colgaban libres de aquel falo y eran bien masajeados como mi nenita está acostumbrada a tratar a sus amantes maduros.

-¡Bien!… Uff… muy bien, niñas… Ufff….

Era tremendo ver como ambas niñas daban sus mejores atenciones manuales al tipo que solo disfrutaba, siendo el mayor afortunado del mundo al poder tener a ambas nenas nalgonas a su disposición y actuando para él. Las cámaras captaban toda la escena desde distintos ángulos, mientras el incienso llenaba completamente la habitación despertando la libido de los amantes lujuriosos en el centro.

Aquella paja doble sobre el vejete era tremenda, al mismo tiempo que Stella dejaba caer saliva sobre la superficie, cual si fuera una experta, para comenzar a esparcir por toda la superficie junto a mi Rebeca que hacía lo propio ensalivando aquellos huevos añejos que llenos de pelos osaban ser acariciados por las suaves manitas de mi nenita.

-¿Podemos, daddy? – pregunta Stella de pronto cayendo en cuenta que había sonado la alarma de cambio de escena de uno de los obturadores de la cámara.

Victorino asintió con su sonrisa burlona de quien se sabe poderoso sobre aquellas nalgonas niñas.

Sin mayor aviso, Stella descendió hasta introducir aquel miembro dentro de su boquita rosadita, mientras inclinadita paraba bien su culote que desde la altura del vejete debía apreciarse tentador para darle una semejante nalgada.

¡TAZZ!! ¡TAZZZ! No se hicieron esperar los azotes a Stella que seguía religiosamente lamiendo la punta de aquel miembro bailando su lengua sobre ella.

-¡JODER!! ¡UFFFF! – bufa Victorino cerrando los ojos ante el tratamiento de la de 11 añitos.

Mientras tanto, Rebeca no se quedaba atrás, porque en lo que Stella devoraba la punta, ella hacía lo mismo con los huevos del tipejo. Ya con experticia ganada en otras faenas, Rebeca lamía aquellos pendejos colgantes que llenaban su boquita de princesa, haciendo que el placer al sexagenario se elevara si es que era posible.

¡TAZZ!! ¡TAZZZ! Esta vez el vejete azotó a la más nalgona de ambas. A mi tierna Rebeca que al bajar hasta los huevos también empinaba su culazo de mujer provocadoramente.

-¡Ummm! ¡Aaaa! ¡Ummm!- Stella salía a flote girando su lengua sobre el glande del susodicho. Para luego volver a devorarlo hasta la garganta y ensalivarlo bajando por la punta

-¡Ammm! Ah… ¡Ummm!- Rebeca masajeaba al mismo tiempo que se metía un huevo entero y lamía ansiosa cual si fuera un caramelo dulce de la tienda…. ¡Tremenda escena!

-¡Joder! UFFF!! Ohhh!! Que bien chupan, culonas…. Uffff…- suelta Victorino acariciando ahora del cabello a ambas niñas que se desviven en atenciones al protagonista de semejante película quien todos desearíamos ser en ese momento.

Las niñas saben utilizar sus cavidades bucales para otorgar un placer inimaginable y del cual el vejete seguía sin conocer todo su potencial. Se le notaba que aguantaba a duras penas para correrse, sin embargo, el destino aún tenía preparado más para el desarrollo de la película.

-Venga, culonas… ¡De lado! – exclama de pronto Victorino sacándole la punta de la boca a Stella y haciendo un giro con la mano, clara señal de que deseaba que mi nena se uniera también a la faena oral.

Rebeca no dudó y conforme a su papel de “Becky”, decidió no dejarse ganar por su amiguita Stella. Créanlo o no, en el rincón de las cuatro perillas, mi nenita era muy orgullosa de su técnica y una vez en confianza estaba dispuesta a demostrar que ella podía seguir el ritmo que se proponía.

-Umm…… ummmm…Ummm…- Rebeca comenzó a chupar aquella polla erecta que desaparecía en los labios de tan dulce niña que usaba su boquita como orificio de placer.

-Jooooo… Uff…. Muy bien, culona… Uff..Ufff!!- suelta el tipo acariciando del cabello a Rebeca.

-Ummm… Haaa…. Ummm…- Rebeca chupaba y chupaba, intercalando juguetear con su lengüita sobre la punta de aquel viejo glande. Su dilatada experiencia le permitía otorgarle un placer divino a aquel que usara aquellos tiernos labios de niña para su propio deleite.

-Ummmm!! Mmm! ¡Ah…! Ummmm!! – lame también Stella de costado al mismo tiempo que mi nenita aprovechaba para pajear aquel miembro ya húmedo por la saliva de ambas niñas y los líquidos pre-seminales del sexagenario.

Subían y bajaban sus lenguas por aquella verga erecta. Ambas nalgonas sabían su juego y no desaprovechaban la oportunidad para competir entre ambas, generándole un placer inimaginable al vejete que casi no se sostenía en pie… ¡Pero era él quien se llevaba el premio mayor!

-¡Espérense, culonas… Bufff!! – delira bufante Victorino ordenando que las niñas se aparten para que él también pueda subirse a la cama.

Rebeca gateo al igual que Rebeca hacia un lado, dejando que el sexagenario se acomode echado sobre la cama boca arriba. Ya una vez puesto en posición el tipo hace la señal para que ambas nenitas se le acerquen cual felinas hambrientas de aquel trozo de carne que devoraban hace apenas instantes, ¡esto estaba lejos de terminarse!

-¡Ammm! Ummm….- suelta mi Rebeca llegando primero al miembro erguido que es rápidamente devorado por su cavidad bucal de la nalgona.

Como una veterana, mi niña lame cada centímetro de aquel miembro preocupándose especialmente por la punta del glande. Lo toma en sus manitas de princesa, y comienza a lamer desde debajo hasta la punta como si fuera un helado… ¡Delirante imagen!

Por su lado, Stella también lame del otro costado, abarcando los vacíos que mi nenita dejaba al pasar con su lengua por toda la superficie de aquella verga. Parecía mucho más animada por tener a una amiga ayudándola con su tarea, incluso se pone mucho más atrevida y cuando Rebeca seguía lamiendo los huevos, esta intenta meter su lengua por la punta del miembro, otorgándole un placer divino al vejete que parecía dispuesto a morirse de éxtasis.

-Joooooder…. Ufff…. ¡Muy bien, culona! No te dejes ganar por la otra culona….. Ufffff!!- bufa casi sin saber hablar el vejete debido a tantos espasmos.

-Aja… ¡Mmmmmmmm!! – murmura Stella bailoteando su lengüita queriendo ingresar por el orificio de la punta…. ¡Tremenda guarra!

-Hooooo… Joder! … Cuidado, hija de puta… ¡HOOOOO!! – delira el tipo, acariciando el cabello de la pequeña queriendo soportar los espasmos.

-Aaaah… Me toca, me toca… ¡Ummmm!! – suelta Rebeca en el instante que Stella se aparta y aprovecha mi niña para hacerse con la prioridad sobre el miembro del vejete.

¡Vaya condenado con suerte! ¡Las nalgonas niñas se peleaban por demostrar quién era la mejor!

Rebeca, ya en éxtasis por lamer aquel pitote, abre sus labios y comienza a engullirlo erecto dentro de su boquita.

-Bufff… Joder! Muy bien, culona… Use bien sus labios…

La nalgona de 10 añitos comienza a darle una soberbia mamada continua, usando solo su boquita, apoyando sus manitas sobre las piernas de su tatuado amante. Stella solo le queda esperar expectante porque Rebeca salga a flote para pedir aire, ya que mi nenita abarcaba toda la polla para ella sola.

Sin embargo, Rebeca parecía aguantar mucho y la danza de su lengüita seguía baboseando la verga del sujeto a discreción, bañándolo de sensaciones carnales de otro nivel, propias de las mamadas continuas de mi Rebeca. Más que simples mamadas, Rebeca parecía una becerra chupando su mamila sin descanso y con una fuerza de absorción totalmente anormal.

-JOO!!! UFFF!! CULONA!! Uffff!! Ohhh!!- exhala Victorino ya desparramado sobre la cama mientras Rebeca lo devoraba sin compasión.

-Umm!! Ummm!! Ummm!!- murmura mi nena con la verga en sus labios. -Ah…. ¿Se siente rico, papito? – pregunta la pequeña cuando comienza a bailar su lengua en la zona del glande.

¡Joder! Primera vez que habló así frente a Stella que presencia a mi niña ya totalmente desinhibida frente a ella y con Victorino.

-Buufff…!!! Riquísimo, culona… ¡Bufff!! – bufa Victorino mientras mi niña con ambas manitas pelaba su miembro hasta llegar a lamerlo justo en la punta. – Muy bien, preciosa…. Mfff!! Sabía que no se iba a dejar ganar por la otra culona… ¡Mffff!! ¡Joder!

-Ummmm!! ¡Gracias, papito! – agradece Rebeca sacudiendo el falo del calvo contra su lengüita. Aquel afortunado pitote se daba el gusto de gozar los tiernos labios de ambas niñas recibiendo ahora un glorioso tratamiento de lengua… ¡Increíble!

Rebeca volvió a levantar la vista hacia su tatuado amante. Desde aquel ángulo, encima de él, mi niña podía notar claramente la expresión del susodicho dando bufidos de deleite al gozar del tratamiento de la nalgona nena que le arrancaba espasmos de placer solo con su boquita. ¡Como si fuera una veterana!

-Mfff!! Ahora hasta el fondo, culona… Dele – ordena Victorino tanteando para tomar el cabello de Rebeca.

-Mmmm!! Ahh…- suelta mi nenita, asintiendo ante las caricias.

-Mfff!!! Joooo… mi niñaaaaaa- delira el tatuado, jalando a mi nenita nalgona que obedeciéndolo abrió su boquita de princesa para recibir aquel falo cómplice, dentro de ella… ¡Se lo metió hasta el fondo!

-¡GLUP! ¡GLUP! ¡GLUP! – Rebeca recibió hasta la garganta dejándola ya sin aire.

-Hooooo!!! CULONAAAA!!

-Ummm!!! Puahh!! UMMM!!- murmura Rebeca chupando suavemente y a ritmo pausado aquel miembro del vejete que respiraba entrecortadamente cada vez que su nalgona se introducía su verga hasta el fondo de su paladar… ¡Garganta profunda!

Mi nenita andaba conteniendo el aire buen rato y aquella garganta profunda requería que se diera un respiro antes de volver a intentarlo, sin embargo, esto era una competencia de dos. A su lado había otra hábil mamadora que esperaba un respiro de mi niña para intervenir y así lo hizo.

-¡Mi turno, daddy!- exclama triunfante la otra nalgona tomando el miembro de Victorino e introduciéndoselo en su cavida bucal.

-Uff… Dele, culona… Usted también…. OHHH!! UFFFF!!

-¡GLURPP! ¡GLURPP! ¡GLURPP! – Stella de pronto comienza hacer garganta profunda con aquel falo que se le mete groseramente hasta su paladar, mientras mi nena se aparta un poco para darle espacio, pero volviendo a masajear de los huevos al vejete.

-¡FUUFFF! JODER!! ¡Hoy has venido ansiosa, Stella! – suelta Victorino cerrando los ojos por el esfuerzo mientras toma de ambas manos a la nenita.

-¡GLUP! ¡GLUP! ¡GLUP!- continúa la nenita con Rebeca al lado haciendo un esfuerzo para no chocar su rostro con el de su amiguita, queriendo no quedarse atrás y comiéndole un huevo al sexagenario.

-HOOO… HOOO!! – exhala Victorino acariciando y tomando del cabello a Stella, quien también se mueve para evitar que el susodicho la ahogue, sin quitarse el falo de su boquita – Muy bien, muy bien… HOOOOOO!! – de pronto el tipo, usando sus dos manos como garras comienza a moverla jalándola del cabello, controlando la velocidad de la mamada.

Aquel dichoso falo ingresaba y salía raudamente de los labios de Stella mientras Rebeca miraba a ambos amantes sacudirse cuando el vejete intentaba follarse la boquita de Stella… ¡Vaya locura!

-¡GLUP! ¡GLUP! ¡GLUP! – Stella seguía y mi nenita hacía un esfuerzo para no sacarse el huevo de la boca mientras lamía su caramelo y seguía el ritmo de las sacudidas. La escena se tornaba más pecaminosa con cada segundo que pasaba.

-¡JODER, culonas… OHHH… Que bien chupan, hijas de putaa JODEEEER! – exclama el vejete ya sin poder contenerse el follar salvajemente aquella boquita de princesa de Stella .

-UMMMM!! UMMMM!!

-HOOO!! HOOO!!

-UMMM!! UMMMM!!

-BUFFFF!! HOOO!! HOOOOO!!

Finalmente, Victorino no logra aguantar más y termina llenando la garganta de Stella de harto esperma que la niña aceptó como lo experta que era de estos haberes lujuriosos. La carga que le dejó fue tal que tragó a duras penas, dejándose algo en su boquita.

Mi niña observa con envidia como Stella acumulaba el esperma restante dentro de su boquita, lamiéndose los dedos y saboreando cual gourmet de lefa. Sus ojos mezclaban candidez y lujuria extrema por guardar el material genético del calvo dentro de su boquita.

-Bufff!! Tráguese todo, culona… tráguese su lechita…

Stella imitando a Rebeca, obedece e ingiere sedienta de aquel esperma cuyo sabor sabe mi niña es uno de los manjares divinos que obtiene luego de satisfacer a sus adultos amantes… ¡Rebeca corroía de envidia por no haber logrado deslecharlo ella!

-¡Se puso grande, otra vez! – exclama esta vez mi nenita al ver que Victorino volvía a estar duro.

-Pues claro, culona… Vamos a seguir un buen rato… – suelta Victorino sabiéndose dueño del mundo mientras pajea su miembro nuevamente.

-¿Esta vez por aquí, daddy?- pregunta Stella levantándose y siendo más rápida que Rebeca colocándose encima de Victorino para montarlo.

-Dele culona… Sigamos con la siguiente escena… Uff…

-Pero a ti ya te dio lechita…- suelta Rebeca protestando. Le gustaba ser la protagonista y notaba que Stella estaba acaparando la escena… ¡Vaya niña! Ya desinhibida Rebeca era tremenda.

Stella se ríe ante la rabieta de su amiga, sin embargo igual sigue posicionándose sobre aquel miembro erecto para montarlo como vaquera de frente a él.

-Yo lo preparo y tu vienes al último cuando ya se vaya a correr…- le dice Stella calmando a mi nena.

-Pero…

-Si lo montas ahora, seguro que le haces correrse rápido…- contesta la rubia y en el preciso momento que Rebeca iba a protestar, recibe unas palmadas del sexagenario.

¡TAZZ! ¡TAZZ!

-Culonas, sigan el guion… ¡Rápido! – exclama Victorino justo cuando vuelve a sonar el temporizador de la cámara para indicarles que cambiaban de escena.

Rebeca esta vez también se sube encima Victorino, pero colocando su rajota justo sobre el rostro del vejete, aplastando al tipo con su culazo de mujer que es recibido por las manos rugosas de Victorino que lo masajea para llevar los labios vaginales de Rebeca justo en los suyos profanos que se posicionan hábilmente.

-¡Ummm!… Aaa… – suelta Rebeca cuando el tipo dio un barrido de lengua completo por su canal deslizándose entre sus orificios para lamerlo con apremio.

-¡Daddy! ¡Ummm! – suelta también Stella justo cuando ella solita abierta de piernas y encima de Victorino empieza a dejarse introducir aquel falo hambriento de carne infantil.

¡Acojonante! Ambas nenitas culonas estaban montadas sobre el afortunado sexagenario, en medio del escenario preparado por él mismo queriendo vivir su mayor fantasía con aquellos bellos ángeles de 10 y 11 añitos. Tanta preparación al final le rendía sus frutos.

-¡Ummmmmmm! Dadyyyy…..- chilla Stella que parecía más gritoncita que Rebeca en la primera penetración.

¡Vaya espectáculo! Su conchita infantil muy estrecha parecía desgarrarse al recibir a Victorino. Si bien era un año mayor que Rebeca, la rubia parecía más estrecha vaginalmente que mi nenita. O al menos en esta postura, que si bien Rebeca te aprieta riquísimo con su cuquita por fuera se ve que la nena aguanta más polla que las otras niñas.

-¡Uhhhh! Papito, sigue lamiendo mi rajitaaaa…- suelta mi nena bajando la vista a como el tipejo por un instante se dsitrajo debido al enorme placer de ingresar dentro de Stella.

-Ohhhh!! Ufff!! Está bien, culona… Mmmm!!!!! – murmura el tipo girando su lengua alrededor de aquella pepita como si estuviera desquiciado.

-Uhhhhhhhh!!! Papitooo!!! – gime mi nena en respuesta cerrando sus ojitos al ser tan bien estimulada en su conchita.

Ahí estaba el viejo sexagenario, luchando por intercalarse bien y así satisfacer a ambas nalgonas que lo aplastan con sus colas sometiéndolo para recibir aquel placer ilegal del cual parecen ser adictas.

Ambas encima de él, recreando la fantasía soñada por cualquier tipo que las conozca y haya babeado al imaginar tenerlas solo para uno. El afortunado ahora era el vejete Victorino que disfrutaba de tremenda escena en primera persona.

-Joder… Culona… venga, muévase…Mmmm!! – exclama el tipo dirigiéndose a Stela.

-Ahhhh!! Sí, daddy… Aguántame un momento…- pide Stella pareciendo acomodarse bien la polla de Victorino dentro de ella.

-Uhhhh… Papitooo..- gime Rebeca ante los estímulos y al imaginarse que está por presenciar como otra nenita brinca sobre el vejete que la sometió por toda una semana.

Cual si fuera una técnica propia de ella, Stella flexiona las piernas como si estuviera en cuclillas, aprovechando la gravedad y sus magistrales caderas para coger impulso antes de caer armoniosamente sobre aquella afortunada entrepierna del vejete que la amortigua expectante de los brincos de la nenita.

-¡Umm! ¡Ahhh! Umm!! Daddy! – exclama la rubiecita brincando al sexagenario.

-Hooo… Uff…. Mmmmm!! – bufa Victorino al último comenzando a dar lengüetazos a mi nena que seguía sentada justo en su rostro.

-Uhh…. Ahhh…Ahhh.. Papitoo…- gime Rebeca sintiendo como la lengua de Victorino hace estragos por sus orificios.

Ambas nalgonas montaban al afortunado sexagenario que resistía con la animosidad de las nenitas que succionaban la vitalidad pedófila de Victorino.

¡Digna de una porno celestial! Stella brincaba libre sobre el vergudo añejo del vejete al mismo tiempo que comenzó a estirar sus manitos para tomar las de Rebeca.

-¡Ahhh!! ¡Ummm! ¡Ahhh! – gime salida la nena sosteniéndose en Rebeca mientras salta cual vaquera desbocada. Ambas culonas estaban tomadas de la manito mientras brincaban al sexagenario.

-¡Uhhhh! Ummm!! Ahhh!! – gime también Rebeca al lado de su amiguita, recordando aquellos tríos con Melina y su profesor Pablo, donde por primera vez junto a otra amiguita podía disfrutar de los placeres del sexo grupal.

Era una sensación distinta a las demás, una tercera persona hacía que mi nenita ganara complicidad no solo con su amante masculino sino con la otrora niña que compartía al macho adulto que las gozaba con osadía.

En la vida alguien podría imaginar compartir semejante trío ilegal con las dos nenitas más nalgonas. Más aún con Rebeca que era todo un diamante, imposible de igualar por muchas adultas.

Amas nalgonas siguieron brincando al tipo por varios minutos hasta el punto que decidió cambiar de posición antes de correrse demasiado pronto.

-Fuffff!! Venga, nalgonas… En 4, ándenle…- suelta de pronto Victorino levantándose y haciendo que Stella se echara hacia atrás cuidando de no incomodarse con las alas de su vestido de ángel. Rebeca gateó también luego de despegarse del rostro del vejete.

Cual si fuera una felina y recordando aquellos tríos escolares, mi nenita se desliza para colocarse encima de Stella que la recibe entendiendo la escena que están por replicar:

-Ummm… De prisa, papito…- suelta mi nena entendiendo que es la siguiente en recibir verga por parte de Victorino que se acerca de rodillas hasta ambas nenitas que exhiben sus culotes uno encima del otro.

-Joder… Claro que sí, culona… Es tu turno de portarte bien…. Ufff..- bufa Victorino acercando su miembro a la rajita de mi nena ya rojiza por el tratamiento del sexagenario.

-Ummm….Daddy….-murmura Stella quien recibe varios dedos salivosos ingresando por su rajita también mientras el susodicho desliza la punta de su verga en los dominios de mi Rebeca.

-Ahí les va, culonas…. OHHHH!!! -exhala triunfante Victorino finalmente introduciéndose dentro de mi Rebeca.

-¡Ahhhh!!! Papitoooo!! – gime Rebeca cachondísima, más que por la penetración que la llena en su cavidad vaginal, sobre todo por el morbo de ser penetrada encima de otra nenita como ella.

En la vida se imaginó entregándose al vejete Victorino por dos semanas enteras, y mucho menos recibir su verga encima de otra niña de su edad… ¡Más aún, que esto llegara a encantarle!

Sus ojitos eran estrellitas de gozo, aguantando bien la incómoda posición que era opacada por las sensaciones que llenaban su cuerpito infantil, al recordar relatos y videos donde nenitas como ella eran penetradas por maduros que las saboreaban.

-¡JODER! Ahora sí, culona… OHH!! Ufff!!! Ohh!! – exhala Victorino comenzando a darle en 4 a mi nenita, impactando su culazo de mujer con cada embestida que iba subiendo de velocidad.

-¡Ahhh! ¡Ahhh! Papitooo! Ahh!! – gime mi nena notando como se sacudían ambas niñas impulsadas por las ínfulas del sexagenario que se les iba encima con toda su fuerza que le fuera posible a su edad, con el fin de mover a ambas criaturas a su antojo.

-¡Ummm! ¡Daddyy! Ummm!! – murmura ronroneante Stella con cada embestida porque así también variaba la longitud con que los dedos aprehensivos de Victorino ingresaban en su interior.

La danza lujuriosa de los tres amantes se desbocaba por momentos por los tremendos embates del vejete que se movía queriendo internarse por completo en mi niña que recibía duro y parejo en su conchita.

¡TAZZ! ¡TAZZ! Sonó de pronto los azotes a las carnes de Rebeca.

-¡Ayyy! ¡Ahhh! Papitoo!! Siii!! Ayy!! – chilla Rebeca cuando sintió las nalgadas que la dejaban roja su piel de ensueño que con una mano manoseaba a Stella y con otra palmeaba a mi niña.

-¡Jooo! ¡Ufff!! Tome, culona!! Ufff!! – suelta Victorino con tremendas ínfulas por el culote de Rebeca que se sacudía frente a él.

¡TAZZZ! ¡TAZZ!

-¡Daddy! Ayy!! Ummm!! – gime Stella sacudiéndose de pronto. Ahora los azotes venían a sus carnes.

El tipo intercalaba muy bien los azotes, los dedos a Stella y los embates a Rebeca. Los tres amantes se sacudían a un mismo ritmo, bufando y gimiendo cada vez más fuerte, grabando una película que sin duda estaría en la lista de favoritos del afortunado vejete.

-¡Dadddy! ¡Ahhh! ¡Daddy!

-¡Ahhh! Papitooo! Ahhh!!

-Hoooo!! UFFF!!! Joooo!!

-¡Ayyy! ¡Daddy! Ummmm!!

-¡SIII! Papitooo! Ummm!! Ayyy!!!!

-HOOO!! Culonaaaass!! Uffff!

Los amantes corrompidos por las artes carnales siguen sacudiéndose por varios minutos hasta que mi nenita se siente llegar por fin al éxtasis al mismo tiempo que la verga de Victorino parece ensancharse dentro de ella, cual morcillón repleto de aquel líquido vital para las pequeñas guarrillas.

-¡HOOOO! ¡UFFFFFF! HOOOOOOOOOOO!!!

-¡AHHHHH!! PAPITOOO!!

-¡DADDYYYYY!

Bastó una sincronización entre los tres para que mi nenita sintiera como todos llegaban al límite de sus sentidos, mezclando sus psiques en aquel orgasmo compartido. Los chillidos de las nenas se mezclaron con los bufidos y alaridos del vejete que se sintieron tan liberadores aun a pesar de ser grabados por las cámaras que captaban cada instante de aquella locura hedónica.

Mi nenita sentía como su mente iba volviendo a moldear a la nalgona “Becky” en una nenita ansiosa por degustar de tríos, quien sabe con qué consecuencias en su futuro pero sin duda que ahora llevaría el sexo grupal dentro de su repertorio de nuevas artes… Mejores tiempos se avecinaban.

…………….

Ya era el día 14 por la tarde, y había finalizado el plazo durante el cual mi nenita debía quedarse con Victorino. Tras muchos días y noches finalmente había conseguido su objetivo.

Rebeca terminaba de alistar sus cosas en la alcoba. Apenas había poco que se llevaría porque igual llegó apenas con una mochila a la mansión del vejete.

Ya una vez transcurridas estas semanas, su mecanismo de defensa en forma de “Becky” bajó las persianas por un rato. Esto debido a que se enfrentaba a la última negociación con aquel que le había otorgado tanto placer por 2 semanas, y sin embargo, necesitaba dejarle las cosas claras.

Rebeca bajó por las escaleras hasta doblar en el salón pero esta vez con dirección al pasillo que largo como tal, llegaba hasta la oficina de Victorino.

Tocó dos veces y tras escuchar el PASE, ingresó raudamente a la habitación.

-Vea, “Becky”, ¿Cómo despertó? ¿Lista para otra grabación? – pregunta Victorino sin dejar de ordenar los papeles de su oficina apenas mi nenita ingresó a la oficina.

-Don Victorino, ya acabó la semana…- contesta mi niña calmadamente y haciendo su vocecita de ponerse seria. Sin pedir permiso jaló la silla frente a Victorino y se sentó frente a él-… solo vine para que pueda cumplir lo que prometió.

El tipejo no dejó de ordenar su oficina mientras sigue esbozando aquella sonrisa burlona.

-¡Vale! ¡Vale! No te preocupes, pequeña… Solo bromeaba.- responde Victorino dejando unos papeles apilados a un costado antes de volver a sentarse en el sillón.- Pues bien… Has cumplido el acuerdo como la nenita responsable que debes ser… ¡Sin trucos!… Muy bien… Jeje…

Victorino reía aunque no tan malévolamente como Rebeca lo recordaba. Más parecía una risotada de satisfacción, mientras parecía encender su portátil que estaba sobre la mesa.

-¿Qué hará con las fotos y videos?

-¿Cuales? Las que grabamos o las que tuviste con otros tipos?

-Usted ya sabe…- contesta mi niña haciendo puchero porque le tomaran el pelo.

-Jeje… Tranquila, pequeña “Becky”…-ríe Victorino volteando la pantalla para mostrarle carpeta donde guardaba todas las grabaciones de Rebeca con sus otros amantes. Varios archivos y fotos que mi nenita había deseado proteger.

-¡Bórrelos! – pidió Rebeca.

-Claro que sí, pequeña…- contesta el tipo sonriendo al mismo tiempo que da click en eliminar carpeta y luego a Papelera de Reciclaje para confirmar el borrado.

-¿No hizo algunas copias? – pregunta mi niña ya sabiéndose algún truco.

El vejete la miró con su sonrisa burlona, al mismo tiempo que giró la pantalla hacia sí mismo

-No lo sé, pequeña ¿porque lo haría? – pregunta el sujeto reclinándose contra su sillón ociosamente.

-Porque lo prometió…- recrimina mi niña sin alterarse, increíblemente manejando la compostura ante semejante situación.

-Pues deberías haberlo dicho antes, yo borré todo pero puede haber alguna foto o video guardados en otros lugares…- sonríe Victorino queriendo incordiar a mi niña.

A mi Rebeca de hace algunas semanas esto la hubiera incordiado mucho al punto de sentir que volvían a jugarle de manera sucia como otras veces. Los adultos maduros la codiciaban, y disfrutaban sintiéndose superiores a ella con el fin de manipularla…. ¡Pero eso no le volvería a pasar!

-¿Entonces que quiere para borrarlos definitivamente? – pregunta mi niña colocando sus manitos juguetonamente sobre la mesa.

-Jeje… usted lo sabe pequeña, tampoco es tan tontita.- susurra el tipo acercando también su rostro frente a ella.- esas fotos se quedarán como seguro en caso decida contar algo que haya sucedido aquí… además, también servirán para que usted decida hacerme una visita cada cierto tiempo… Jejej….

¡Vaya bribón! Mi niña de hace unos meses jamás se hubiera imaginado tal treta. Era claro que el vejete no quedaría conforme con una degustación de sus carnes de mujer en su cuerpito infantil. Sin duda iría a por más, buscando monopolizar a la nalgona “Becky” a su gusto.

¡Todos los adultos eran iguales! Siempre queriendo aprovecharse de ella para sacarle aquellos placeres que a ella le encanta, pero también buscando manipularla….

-Ehhhh… Pero usted casi no resistió una noche conmigo y Stella…- suelta mi niña recordando un personaje femenino de una película negociando con su jefe. Lejos de mostrarse molesta, parecía calmada como si todos los eventos que estaban sucediendo fueran esperados.

-Juajua! Véase, nalgona… ¡Queriendo provocarme! – ríe descaradamente Victorino.

Mi nenita lo miró con ojos calculadores, aun reposando sobre su escritorio del vejete observándolo con calma y expectante.

-Entonces… ¿Ya puedo irme por ahora, don Victorino?- pregunta mi Rebeca.

-Sí, culona… Por ahora puede irse…- contesta Victorino sonriendo ampliamente y enseñando sus curaciones doradas.

Rebeca y el susodicho se levantan y justo antes de que el tipo deje el sillón, Rebeca pregunta:

-¡Mi móvil!

-Eh? Ah si si si… espérese un momento…- replica el vejete abriendo uno de sus cajones y sacando el IPhone de mi niña.

-¿Ha visto mi galería de fotos?- pregunta mi nenita estirando su manita por el móvil.

-¿Cómo dice…?- pregunta extrañado el sujeto.

-¿Qué si vio mis fotos?

-Ahh.. sisisi.. por seguridad, pequeña… y también por curiosidad…- admite el vejete aun burlonamente.

-¿Cuándo?

-¿Cuándo? Pues el mismo día que viniste… Luego hemos estado muy ocupado, culona… Juajau…- ríe aun burlonamente pero mi nenita seguía inmutable frente a él.

Cual si estuviera actuando para otra película, Rebeca actuaba muy seria y acumulaba suficiente aplomo para enfrentar al sujeto. A su corta edad, las experiencias con maduros la estaban volviendo seria al momento de negociar con ellos pese a la diferencia de tamaño y edad con los susodichos.

-Debería revisar mi galería nuevamente, don Victorino…- responde Rebeca moviéndose juguetonamente de lado a lado mientras entrelaza sus manitas en su espalda.

Tantos gestos que recordaba de películas, que ella imitaba para verse genial frente al susodicho.

-¿Qué dice…? A ver…- expresa Victorino medio confuso desbloqueando el celular de mi nena e ingresando a su galería.

¡Vaya espectáculo! El rostro de Victorino de pronto cambió a una expresión de sorpresa incrédula. Rebeca recuerda haberlo visto como empezando a sudar cada vez que deslizaba el dedo entre foto y foto, y también entre video y video…

Hoooo!! Tome culona!!! Oh!!!

Ahh!! Papitooo!! Ahh!!

Daddy!! Ahhh!! Ummm!!

¡Joder! Que buenas están culonas!! Ohhh!!”

¡Joder! Eran fotos y videos de aquella semana de liberación junto a Victorino, e incluso había videos e imágenes junto a Stella. La cantidad de archivos era extensa y nadie podría imaginar como habían llegado al móvil de Rebeca.

-¡Culona! ¿Cómo lo ha hecho? – pregunta de pronto Victorino tomando a mi nenita y empujándola contra una de las paredes queriendo intimidarla.

-Ay!! No me sujete tan fuerte! – se queja mi niña ante el apretón del sujeto que la lastimaba

-¡Como lo ha hecho??!- repite la pregunta el sujeto colérico sin dejar de sujetarla. Su rostro parecía lívido de sorpresa y molestia.

¡Vaya osadía! Mi nenita empezaba a arrepentirse de haberle volteado la torta al tipo que no tenía ni idea de cómo ella se las había arreglado para grabarlo. Rebeca sabía que aquellas pruebas si las enviaba a un policía serían muy malas para el vejete. Obviamente no pensaba hacerlo, pero si el tipo la amenazaba con videos de ella con otros amantes, ella usaría lo mismo con el susodicho.

¡Juego volteado! Rebeca había aceptado estas dos semanas justo cuando fue a la tienda a negociar con él, pero después de aquella noche con Jason, mi niña empezó a maquinar lo que sería la resolución de aquel arco de chantajes. Con apoyo de Sally que enviaría los videos al móvil de Rebeca, mi niña esperaba contar con alguna oportunidad o descuido del sujeto para grabarlo ya sea con su móvil o alguna cámara que de seguro tendría el tipo.

Sin embargo, al perder su móvil cuando Victorino se lo decomisó, mi niña se vio en apuros tal que toda la semana decidió esperar alguna oportunidad para grabarlo de alguna forma. En modo “Becky”, si bien era una nenita cachonda, también mejoraba su astucia para ocultarle cosas a los adultos.

Y al final lo había conseguido, pues aún tenía un pendrive que se sacó de un llavero de su vestido, que el Victorino no le decomisó cuando llegó (recuerden que dije que mi nenita fue con algunos adornos en su leggin). Era tan pequeño que pasaba como un adorno más. Tenía varios tipos de entrada de dispositivos, por lo cual casi parecía una estrella en su ropa. Aquel pendrive sería su carta de triunfo si lo sabía usar.

¡Y fue así! Día a día, hora a hora, siempre que el tipo la grababa, Rebeca aprovechaba para insertar el USB en las cámaras del tipo cuando este volteaba o descansaba sobre la cama. Ella sabía por Sally que estas tenían unas funciones escondidas que permitían descargar las grabaciones directamente en el USB y no necesitaba acceder al portátil con clave del vejete que siempre cuidaba que estuviera cerca de mi niña… ¡Victorino no se esperó esta treta!

Rebeca fue paciente, disfrutando aquella semana hasta la inevitable llegada de Stella. Otra niña igual que ella, que tenía un móvil que Victorino no decomisó. Y de la cual, Victorino no había notado que se habían hecho muy amigas durante estos últimos días, e incluso al punto de cederle su móvil para enviar los videos a Sally.

Por supuesto que Stella estaba curiosa, pero mi niña demostrando más inteligencia que en cualquier otro momento, la convenció mostrándole unas fotos de Luka, el novio de Melina, contándole que ella lo conocía y que si la ayudaba ella la presentaría.

¡Vaya jugarreta! Rebeca no se esperaba usar esto para convencerla, ofrecer al novio de su mejor amiga, pero llegados casi al final de la semana ella estaba desesperada por sacar aquel video como sea. Si bien era cierto que podía llevárselo sin que se dé cuenta Victorino, pero mi nenita no estaba segura de llegar hasta ese día.

¡Dos veces el tipo la registró y casi le encontró el usb! Justo cuando hicieron otro escenario, el tipo preguntó por algo que llevaba en la mano. Y aparte, una vez rebuscó debajo de las sábanas que le incomodaba y era donde mi niña lo había escondido ya que al estar bajo el cuidado del tipo, podía ocultarle muy pocas cosas.

Tan tontita como era, Rebeca presentía que sería descubierta tarde o temprano y quizás no alcanzaría a la semana. Por ello, negoció con Stella y aprovechó su móvil para descargar las fotos y enviárselas a Sally por su Messenger. Aun cuando la otra rubiecita estuviera curiosa, mi niña le contó que se las enviaba a uno de sus amigos de Instagram, lo cual despertó preguntas en la otra nena, pero Rebeca le prometió que le contaría todo cuando le presentara a Luka.

¡No había tiempo para arrepentirse! Debía continuar con el plan tal cual lo había coordinado con Sally y Stella. Sin más dilaciones mi niña alzó la vista al tipo que la miraba con ojos iracundos mientras esperaba una respuesta.

-¡Los videos están en una nube! Igual que usted guarda mis videos… ¡No se los mostraré a nadie más si usted no hace lo mismo! – suelta mi niña intentando contener el miedo por el vejete colérico.

-¿Ahh qué dices? – suelta el tipo extrañado de pronto ante las palabras de mi nena.

Rebeca lo miró y vio como la expresión del tipo cambiaba a una de asombro pero ya sin el enojo. Se quedó mirándolo firme, sin apartar la mirada y haciendo todo el esfuerzo por no ponerse llorosa del miedo… ¡No era fácil para una nena de 10 enfrentarse a los adultos abusivos!

Casi sin esperarlo, Rebeca presenció como de pronto el amarre a sus hombros cedió y como de pronto el tipo pareció cambiar su expresión confusa por una enorme sonrisa no tan burlona.

¡Incredulidad! Aunque esperaba que funcionara, no había previsto la reacción de ahora mismo del vejete que luego de soltarla regresaba a su asiento. Mi nenita entendió que debía hacer lo mismo y volvió a sentarse frente a él, tratando de mostrar aplomo y no derrumbarse.

-¡Vaya bribona me resultó! ¡Juajua!- suelta el tipejo riendo no tan burlonamente. Más bien parecía divertido por la ocurrencia que acababa de soltar Rebeca.

-¿Eh?

-Verás, pequeña… Yo pensaba que te habrías vuelto dócil después de esta semana…- suelta Victorino.- Que serías nuevamente como con tu papito… pero al parecer no es tan fácil domarte como la culona hija de puta que sos… Juajua…

Rebeca aguantó los insultos y se mantuvo expectante ante el palabrerío del tipo.

-No se preocupe, pequeña… Solo la estaba probando…- dice de pronto Victorino sonriendo burlonamente.-… recuerde lo que le dije la primera vez que hablamos solos en la tienda… ¡soy un tipo de palabra!

-¿Entonces…?

-Entonces no debes verme como tu enemigo, pequeña…- contesta el tipo esbozando un aire más calmado.- Si bien hemos tenido diferencias, todo es por culpa de Arturo… Él te puso como pago y al final no cumplió. Era natural que tuviera que cobrármelas contigo. Después de todo soy alguien de palabra que no se deja engañar por otros… ¡Solamente fuiste una víctima del egoísmo de Arturo!

Rebeca nuevamente reflexionaba aquellas palabras. Seguía en guardia ante Victorino, pero no podía evitar estar de acuerdo con aquella frase. En su mente, al final yo tenía responsabilidad con el plan que elaboré con el sujeto y no había sido capaz de pagar con lo prometido.

-Para que vea mi disposición a ayudarla, pequeña, no solo me encargaré de tener a salvo los videos. Encargaré mis detectives que aquellos que se les compartió los videos y fotos se queden sin nada y estén avisados de no meterse nuevamente contigo… ¡No tendrán ni un solo pixel con que chantajearte!

-Siii… esos también bórrelos, don Victorino…- suelta mi nenita, cayendo en la cuenta de algo que se le había escapado. Era mejor que nadie tuviera pruebas para chantajearla. No solo Victorino.

-Claro que sí, pequeña. Lo prometo… Jeje…- ríe el vejete ante el repentino cambio de actitud de mi niña que ahora parecía contenta con la idea.

Mi nenita había evitado todo queriendo eludir al vejete, cuando al final la respuesta era simple. Los adultos la codiciaban e incluso llegaban a ser abusivos como Aquilino o Manolo en menor medida, pero al final era responsabilidad de ella saberlos esquivar.

Después, estaban tipos como Jason y Victorino que deseaban pasar por toda la parafernalia de ganarse a mi niña con favorcillos y tratos lujuriosos, ya sea de manera honesta como el papá de Luka o por la fuerza como Victorino… ¡Al final lo de Victorino era culpa de su expapito!

Rebeca iba cambiando poco a poco su opinión de Victorino, más aún después de estas dos semanas donde actúo muy bien como “Becky”, lo cual era imposible no afectara en su mirada sobre el sexagenario. Por más que fuera actuación, era evidente que terminaría influyendo.

-¿Pero, entonces… lo videos que usted tiene?- pregunta mi nenita sin querer desviarse en sus pensamientos. Victorino la mira sin dejar de sonreír pero levantando una ceja, extrañado.

-Eh? Pues quedaremos así, pequeña… Ninguno va a delatar al otro, ¿vale? – concreta el tipo.- Aun cuando yo podría conseguir darle la vuelta a esto y castigar su osadía, debo reconocer que para su edad no es otra niña tan tontita como pensaba… Me ha divertido su jugarreta… ¡JUAJUA!

-Los borraré si usted los borra…- insiste mi niña, a quien todo aquello la dejaba medio confusa.

-No pequeña, déjelo así. Ya le dije que será un bonito recuerdo para ambos… Juajua… No la voy a molestar por el momento. Después de todo, se lo ha ganado con estas dos semanas… Uff!! Jeje…- ríe el sujeto cambiando de carpeta y observando los videos que tenía junto a mi Rebeca.

-Pero…

-Solo tenga cuidado, los adultos nos ponemos muy locos cuando una nenita como usted se nos acerca… Jeje… Puede que le vaya mal si anda muy de zorrita… – suelta el tipo volviendo a su sonrisa burlona de siempre.

No era necesario que se lo diga, Rebeca se enfrentaba a un mundo donde la lujuria de los hombres gobernaba todo. Ella era solo una nenita de 10 años pero con sus espectaculares caderotas había conseguido manipular decisiones, volver locos a muchos y negociar privilegios con ellos.

Hoy mismo había logrado algo de mérito sobresaliente. Poner fin por completo a los chantajes, aun cuando para ello hubiera tenido que pasar 2 semanas enteras con Victorino. Sin embargo, era un pequeño precio comparado con la libertad que tendría a partir de ahora. Y más aún, que si se ponía a pensarlo, actuar como “Becky” le había traído enormes placeres aún si era al lado del vejete que al comienzo evitaba. Ya después de esas dos semanas, estaba lista para cualquier experiencia lujuriosa.

-¡Me voy!- suelta de pronto Rebeca bajándose de su silla. Con el soplo de libertad que había conseguido y del trato sellado con el vejete, mi nenita estaba embargada de adrenalina y necesitaba salir de aquella mansión y respirar libre… ¡Se lo había ganado muy bien!

-¡Pues vaya! ¡Vaya, culona! – le suelta el tipo echándose cómodo sobre su sillón.- Una de mis empleadas la conducirá hasta el centro comercial después de ahí ya podrá irse a su casa. Por mi parte, seguiré revisando estos videos tan buenos que me dejó… Juajua…

Mi niña emprendió la salida de la oficina justo cuando…

-¡Por cierto, niña! Como ya le dije, no me tome como enemigo… Puedo llegar a ser su aliado si usted necesita de mí para algún favorcillo que le sea muy difícil…- sonríe el tipo volviendo a mirarla de cuerpo completo cuando ya estaba muy cerca de la puerta. Obviamente observaba con deleite aquellas nalgotas prominentes y bien formadas que se adherían al minileggin que llevaba.

-No sé si lo llame pronto, don Victorino…- suelta mi nena muy sincera. Había conseguido lo que quería, al no permitir la difusión de los videos con sus amantes, pero pensar que tenía a Victorino al acecho no era una sensación agradable. Era cierto que todo el espanto inicial se había disipado con estas dos semanas, sin embargo, en su mente estaba el volver con sus otros amantes adultos.

-¡Veaaaa! – protesta Victorino pero con sorna más que molestia-… ya le digo yo que puede que me necesite alguna vez ¡Hágame caso! – sonríe más el tipo-… las niñas a su edad siempre necesitan algo, lo comprobé yo mismo con su amiguita Stella que gusta mucho de visitarme y dejar que la visite…

¡Vaya noticia! Aunque Rebeca ya se esperaba algo así de Stella, luego de ver como ella se comportaba con el tipo llamándolo “daddy”. Aunque no sabía sus circunstancias, ella le comentaba cuando estaban solas en la mansión, que Victorino era muy bueno con ella llevándola a sitios caros y comprándole muchas cosas. Sin duda, se había ganado el favor de la rubia.

-Puedes aprender de ella, “Becky”, después de todo ¡Ya sabes cómo pagar esos favores! Juajua…- ríe el tipo mordaz relamiéndose frente a Rebeca y enfocando su mirada al perfecto culazo de mi nena.

¡Claro que lo sabía! De seguro se refería a lo del señor Jason, ya que Victorino tenía los videos de sus encuentros, obviamente sabía los juegos que tenía con el papá de Luka y sus favorcillos, y como ella le retribuía. Sin duda que Victorino quería ser una opción para mi nena y sus tratos lujuriosos.

Rebeca dudaba pero sin duda aquellas semanas eran grandes motivos para pensárselo si volver a hacer un trato con el tipo. Pese a su gran historial acosándola, ahora lo veía con otro enfoque por el enorme placer que le proporcionó durante su estadía. Sin duda era para pensarlo.

Tras ello, Rebeca salió de aquella oficina pasando por los pasillos de aquella mansión que hoy abandonaba y que de seguro extrañaría en lujos. Cuando llegó al patio se encontró con aquella camioneta estacionada muy cerca y con una de las amas de llaves, que misteriosamente habían desaparecido en toda la estadía de mi niña. Realmente era misteriosa la manera en que sea manejaba este lugar.

Cual si fuera una tumba por su silencio, la empleada embarcó a Rebeca y la condujo fuera de los terrenos de la finca con dirección al centro de la ciudad. Mi nenita respiró hondo una vez abandonó la mansión y se internó nuevamente en la carretera principal.

Tal cual le dijo Victorino, la llevaron en auto hasta el centro comercial dejándola en el estacionamiento donde después de subir por las escaleras al piso principal terminó mezclándose nuevamente entre los otros clientes como una clienta más.

¡Éxito! Pese a los inconvenientes y a todo lo sucedido, se podía decir que Rebeca había conseguido sus objetivos. A sus 10 añitos había conseguido finalizar aquella negociación con el vejete que la acosaba, incluso al punto de ahora casi tenerlo de aliado (aun cuando Rebeca seguía dudosa).

Bien podría decidir ahora relacionarse con aquellos adultos que circulaban a su alrededor, pero ahora sin nada con que chantajearla. Ya solo ella sería la única que decidiera si deseaba darles alguna chance, y no verse obligada a obedecerlos.

Decidió no pensar en ello por el momento, aquella semana la dejó cansada mentalmente. Actuar en modo “Becky” era mucho para mi niña, aun cuando lo disfrutara tanto lo que más deseaba ahora era llegar a su casa y dormir todo el día. Ni ganas tenía de hablar con Sally, solamente deseaba momentos de paz con ella misma.

Mientras se recostaba sobre la ventana bus que la llevaba a casa, Rebeca por fin se relajó después de dos semanas. Casi se durmió por media hora hasta llegar a la avenida cercana a su calle.

Al llegar, mi nenita comenzó a caminar las calles cercanas hasta que cayó en la cuenta de algo… ¡Hoy era sábado!… ¡Vaya incordio!…. ¿Por qué?, se preguntarán usted.

Y es que no sabía si su tía estaría en casa o no, ya que si estaba de seguro la mandaría a limpiar todo el departamento cuando ahora se le daba por dormir toda la tarde. Era una ruleta rusa de la suerte, podía estar o no, pero si estaba no tendría descanso.

Ya de pie frente a la casa de 5 pisos, Rebeca observó a su tía desde la ventana. Al parecer se encontraba limpiando el corredor del piso… ¡Qué pereza! Incluso a mi nenita se le estaba ocurriendo irse a otro lado, pero realmente lo que deseaba era quedarse y descansar.

Ya resignada y pensando que haría fuerzas para ayudar con el aseo antes de irse a dormir, Rebeca subió por las escaleras hasta llegar a su piso. Ya en el trayecto podía escuchar el ruido de una aspiradora, o al menos de cómo había escuchado otras veces.

¡Rarísimo! Si no tenían aspiradora ni nada. Siguió subiendo por las escaleras hasta encontrarse con su tía, observando como la aspiradora automática se movía limpiando todo a su alrededor.

Rebeca llegó hasta el corredor y fue cuando mi prima se dio cuenta de su presencia.

-¡Rebeca! Por fin llegaste – saluda Verónica contenta acercándose y abrazando a mi nenita.- ¿Qué tal estuvo tu paseo? ¿Te divertiste?

-Sí… sí, tía…- contesta mi niña algo confusa por la efusividad del saludo. Normalmente no se comportaría así después de haber estado ausente por varios días. Lo más común era que la mandara inmediatamente a realizar las labores domésticas.

-¿Pediste la aspiradora de la dueña, tía? – pregunta Rebeca observando como mi prima aspiraba la parte del corredor que tocaba a su piso.

-No, que va… Sí es nuestro…- sonríe Verónica sin dejar de abrazar a mi nenita.

¡Vaya! Normalmente su tía nunca haría una compra así ya que era muy tacaña. Mi nenita no se imaginaba para nada lo que estaba sucediendo.

-¡Entra! ¡Entra! Voy a servirte una tarta para celebrar que llegas…- le dice Vero llevándola del hombro hasta el departamento.

-¿En serio? Yupii…- celebra mi niña entre confusa y extrañada por aquella repentina actitud.

Cruzaron ambas aquella puerta que daba acceso y un segundo después mi nenita se quedó maravillada… ¡Santa Madre de Dios!

¡Parecía que estaban en otra casa! El departamento estaba completamente remodelado, nueva pintura, amoblado de primera e incluso habían instalado un piso de parqué fino. Prácticamente no podía reconocer que aquel lugar fuera el que vivía hace unas semanas.

Además de una TV enorme en la sala, el comedor y los muebles de la sala eran de lujo cual recordaba en la casa que visitó con el señor Jason. Ahora toda esa opulencia residencial estaba en su propia casa… ¡Impresionante!

-Tía ¿y esto? – pregunta mi nenita entre sorprendida y maravillada.

-¿Qué te parece? El amigo de Arturo que me llamó la otra vez volvió a llamar y dijo que nos pagó una remodelación, además compraron varias cosas para la casa…- explica Verónica muy contenta.

¡RINNG! ¡RINNG! ¡RINNG! ¡RINNG!

De pronto su móvil comienza a sonar, mi nenita lo sacó de su bolsillo solo para notar un número conocido en él. No había tenido tiempo para impresionarse por la mención de su papito por parte de tía Vero antes de contestar casi por instinto mientras recorría maravillada por su departamento.

-¿Aló, don…?- empieza mi nenita.

-Shhh… No lo digas en voz alta, pequeña “Becky”- la interrumpe Victorino al habla. Mi prima estaba cerca pero había vuelto para apagar la aspiradora automática del corredor por lo cual era difícil que hubiera escuchado a mi nenita.- ¿Qué tal? ¿Ya llegó a su casa?

-Siii…

-¡Qué bien! ¿Y le gustó mi pequeño presente por su visita?

-¡Usted hizo todo esto! – exclama mi nenita sin tener mucho cuidado. Ya iba cayendo en la cuenta por tanta enjundia reunida en su departamento.

-Cómo le dije, pequeña. Soy un hombre de palabra, pero también un hombre de negocios… Y siempre doy más de lo prometido a mis socios.- responde el tipejo dándose aires de importancia.- A pesar de que usted quiso jugármela al último, eso no quita que se portó muy bien…. Uff… Y yo nunca decepciono a la gente que hace un trato conmigo… Jeje

-Pero… todo esto es demasiado…

-Tómelo como un bonus extra, pequeña “Becky”… Jejej… al fin y al cabo hizo bien su parte estas dos semanas.- responde Victorino muy a sus anchas.-… Y ya sabe, este es mi contacto en caso me necesite para algún favorcillo.

Inmediatamente el tipo colgó el móvil, coincidiendo justo cuando tía Vero regresaba con la aspiradora dentro de la casa.

Habían pasado tantas cosas hoy, que mi nenita tenía la cabeza a reventar por las reflexiones. Sin embargo, lo que más le ganaban eran las ganas de tomarse una buena siesta de varias horas en su alcoba.

-¡Voy a dormir, tía! – suelta de pronto como pidiendo excusarse de la tarta ofrecida hace poco.

-Vale, pero ¿no deseas que te lleve algún postre?- pregunta esta con la misma amabilidad con que Rebeca la recordaba antes de que yo me fuera de su lado. Aquella amabilidad que tenía con mi nenita cuando yo seguía manteniéndolas a ambas. De pronto ese lado de mi prima había vuelto.

-No gracias tía, tengo sueño…- contesta mi nenita sorprendida por la actitud y el ofrecimiento de Verónica. En otro momento le hubiera aceptado la tarta, pero hoy estaba confundida y con sueño.

Se dirigió a la que debería ser su alcoba, pero cuando llegó la sorpresa fue mayor…

¡Ni cuando su papito estaba hubiera tenido semejante pieza! La habitación parecía una copia tal cual había visto en el centro comercial sobre temáticas de princesas. Totalmente de rosa y alfombrada, tal cual le gustaba a mi nenita siempre muy fresa en ese sentido, incluso los muebles y el ropero tenían esa temática. La cama era grande, nueva y de dos plazas, y el escritorio con su ordenador parecían nuevos y de alta gama.

Cayó ante la tentación y abrió su ropero solo para encontrar mucha de la ropa que le había gustado de la tienda de Victorino. Ahora toda esa ropa estaba en su armario… ¡Increíble!

Evidentemente el tipo tenía harto dinero que gastar y que todo eso se lo hubiera tirado en complacer a Rebeca y su tía, sin duda dejó impresionada a mi niña que como os dije era muy impresionable.

Ya con todo el cansancio encima y las impresiones por lo sucedido hace unos momentos, mi nenita se echó al fin en aquella gran cama tremendamente cómoda y cerró sus ojitos. Poco a poco iba entrándole el sueño que sus recientes sorpresas ayudaron a menguar por un rato.

Dejándose caer en los brazos de Morfeo, Rebeca iba elucubrando sus conclusiones:

Tal vez no sería mala idea contar con la ayuda de Victorino en el futuro. Fuera de lo que pensara de él al inicio, Victorino era un tipo que se había comportado muy bien con su alter “Becky”.

Incluso ahora lo tenía colgado de los huevos para que no la chantajee con los videos que ella grabó, así que estaría a salvo en caso de que se quisiera pasar de listo con ella.

Igual que otros adultos, evidentemente quería agradarle por lo grandes beneficios que le otorgaba ganarse su favor, sin embargo, mi nenita era muy impresionable y todos aquellos gestos terminaron por torcer sus primeras impresiones.

Sin querer y debido a su inmadurez, mi Rebeca iba justificando al susodicho en base a sus actuales experiencias con adultos abusivos, llegando no solo a justificarlo sino a verlo como un futuro aliado… ¡Aun cuando hasta hace unas semanas hubiera dado todo por deshacerse de él!

Se avecinaba una nueva época en la vida de mi niña, una época donde ella decidiera a sus amantes sin temor a chantajes, pero eso… eso será motivo de otro relato. Hasta entonces.

20 thoughts on “Secretos de Rebeca parte 12: La finca de Victorino

  1. Estimados lectores,
    FInalmente, cumpliendo con lo prometido el viernes, puedo compartirles el relato mas extenso de todo el blog.
    Fue un arduo trabajo pero no por eso entiendo que sea perfecto, asi que estare gustoso de leer sus comentarios y criticas al respecto.
    Tras este relato, Rebeca ingresa a otra etapa de la cual podran ser testigos tras dos relatos de Exilio, cuando retomemos la saga de mi nenita.
    Ahora nos toca volver con las nenitas de la parroquia y sobre todo con Leydi a quien planeo dedicar este nuevo relato que tratare de tenerlo a la brevedad.
    Nuevamente quedo agradecido de los que me siguen tanto tiempo y aun siguen en el blog. Tal como lo sugirio un seguidor, es probable que hagamos un telegram o algo parecido para mantenernos en contacto y de esa forma no se pierdan en caso algo le pase al blog (cosa que realmente lo dudo ya que no usamos imagenes ni algo parecido).
    Cuando tenga mas claro como sera ese medio, os avisare por este blog.

    Abrazos a todos,

    AS

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    1. Bueno el relato, valió la pena la trasnochada por leerlo, me quedé con ganas de más detalles sobre el trío con Stella, si se besaron, si ambas se comieron las cuquitas, en fin ojalá el siguiente relato no se haga esperar.

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    2. Hola!

      Primero que nada quiero felicitar a tan distinguido autor por entregarnos uno de los mejores relatos de toda la saga. Sinceramente me encantó muchisisisisisisisisisisisisimo! El simple hecho de narrarnos minuciosamente cada detalle es poesía pura, ademas de no escatimar en el tamaño del relato. Estoy muy agradecido con todo esto. Continua narrando los siguientes relatos que espero sean así de largos y explícitos!.

      Ahora bien quiero mencionar algunas peticiones de ser posible fuera tan amable ud:

      1.- En un relato pasado de Rebeca mencionas que hubo un acosador en el autobús el cual hacia de las suyas. Me gustaría saber si hubo algún encuentro y de ser así hacer un relato aparte donde nos narres ampliamente como fue dicho encuentro con el. De ser posible sin dejar ningún detalle por contarnos.

      2.- En el relato de “Charlotte’s Gym” parte 7″ hay una escena que dice “Y nos encontramos con semejante escena, Stella estaba boca abajo recargada sobre el pasto mientras don Victorino la sodomizaba sin piedad,…” me gustaría pudieras contar en un relato aparte como fue que don Victorino logra seducir a Stella con lujo de detalles por favor Don Arturo.

      3.- En el relato de “Charlotte’s Gym” parte 9 donde mencionas “Sin embargo, pasar toda la noche imaginándome como esos viejos clérigos se follaban a Celi y Celeste en la otra habitación me tenía muy lujurioso…. ” por lo cual me encantaría leer un relato sobre esa noche y saber todooo lo que les hicieron ahi con lujo de detalles por favor, en la medida de tus posibilidades..

      4.- Es en si que llego a una de mis peticiones mas grandes la cual es saber como inició a la pequeña Celia don Rogelio. Estoy muy interesado en la época en que ella llegaba a la escuela y el director la mandaba llamar a la direccion para hacerle muchas cositas… Siento que hubo mucho mas cosas interesantes que contar y que nos encantaría saber, como por ejemplo si también le ayudaba alguna otra amiguita con el director, o si el intendente también hacia de las suyas. Sería muy valioso de tu parte contarnos mas detalles…

      Te agradezco infinitamente tus relatos, soy de tus lectores mas asiduos, nos haces sentir como si fuéramos los afortunados protagonistas de estar con tus nenitas en cada relato. Haciéndonos explotar de emociones sin límite.

      Pd. Un grupo en Telegram de carácter privado sería genial de tu parte.

      Saludos y gracias por tus relatos!!!!!

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  2. Rev.mo Pe. Arturo,

    Alegria em poder saudar V.Rvma:
    Paz e Bem!

    Aqui seu velho colega (também amigo) pe. Armando Rodriguez.

    Só temos a agradecer e elogiar vosso excelente e necessário trabalho: preencher nossas fantasias com a realidade de uma Obra tão esmerada e que demanda empenho, tempo, custo, oração, inspiração, tes**…

    Mas como somos imperfeitos…. nos atrevemos a fazer pedidos, dar sugestões… Perdoai-nos!

    *Elogios: “Exílio 5” e “Exílio 6” são duas pequenas Obras Primas. Mas tenho que ser sincero. Sobretudo em Exílio 5, Vossa Revma., além de provar ser um mestre na palavra, no suspense e na Arte de nos transportar ao Jardim do Hedon, sinto dizer que vos revelais, também, um profundo “sádico” , não somente por nos conduzir por delícias lúbricas e gozos precoces, descrevendo a colaboração tão precoce de angélicas ninfetas, algumas cheirando a leite…mal saídas das fraldas…, mas por nos fazer SOFRER, interrompendo abruptamente um momento tão mágico, tão celestial, tão divino: aquele onde um santo e casto Sacerdote está prestes a rasgar o véu que separa dois mundos: o da Terra e o do Céu! Muita crueldade! Sinto dizer!
    Como iríamos prorromper em gozos e louvores se o Sacrifício da Salvação Hedônica fosse consumado, sobretudo no Sagrado Cálice Natural da Vida: a buceta impúbere de uma menina! E isso sobre um Altar feito leito de delícias celestiais e carnais!!!

    **Pedido: Por favor, introduza novamente a pequena LEYDI em algum episódio. E desta vez INTRODUZA vosso Cajado Sagrado e Casto de Sacerdote na pequena fenda de buceta desta angélica Missionária!!!

    Obrigado pelo vosso excelente trabalho!

    Um abraço!

    P Armando Rodriguez.

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  3. espero estes bien y felicito, aunque aun estas en deuda..
    cito:
    “tambien subire una version con imagenes como hacia anteriormente, pero
    en un enlace externo. Esto para que el blog no se perjudique con imagenes que quizas traigan problemas. Sin embargo, solo subire el link en los comentarios de este relato”.
    perzonailmente meo guzta mas rebek4, exilio esta buen0 y ojala encuentres una sucesora al nivel o superior a rebeka en adelante ya sea en exilio o postrerior, gracias por tus histories.

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  4. Prezado Co-leitor,

    Aqui falo em Português (Brasil), espero que não se incomode!

    Sobre nosso grande Autor Pe Arturo: preocupado com sua ausência… Espero também que ele esteja bem! Não somente por sua maravilhosa Obra, mas por ele mesmo, grande mente e mestre!

    Caso tenha alguma notícia dele, favor informar aqui!

    Um abraço a todos!

    Armando Rodriguez.

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  5. Por la demora ojalá y salgan 2 relatos, más aún por estas fiestas que se aveesinan, esto para mi pana, parece que la nalgona abrirá su only en poco tiempo ya sabes.

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  6. Para ponernos en contexto, Sería buenísimo conocer la HISTORIA DE ESTELLA de como victorino fue ganándose la confianza y complicidad de ella, O si tal vez alguien ya le había iniciado la brecha 😏saludos Arturo y creo que si hablaramos de rebeka +18 sería isabela ramirez 🍑🤤

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    1. Guti bro sobre la nalgona creo que a creaso cuenta rn una app diferente al OF tal vez algo de sensualidad peeo no tan cargada como el OF, y para cuando retornais al t3l3gr4m?

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  7. Ya iniciamos el año 2024 y no hay nada nuevo de Arturo, ya público suficiente sobre Rebecca y ya es tiempo de seguir con las nenas de Exilio, y que sea lleno de acción y no solo un prólogo como el que nos dió en exilio parte 6 que aunque estuvo bueno, realmente nos quedó a deber y como con Rebeca le da tanto detalle que parece que mezclo tres partes en una, esperemos que no demore demasiado y nos traiga buenas nuevas porque he leído desde el primer relato hasta el último, y se nota como ha cambiado la historia, redacción y su relación con las niñas, esperemos con ansias más relatos de exilio, por favor señor Arturo

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